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El colega Andrew Orlowski ha publicado un sabroso comentario en The Register, acerca de las finanzas de Wikipedia. Se escandaliza por las reiteradas (y tediosas) campañas firmadas por su fundador, Jimmy Wales, para sostener el funcionamiento de la ´enciclopedia´ de Internet, y sugiere que hay zonas oscuras. Según el autor, «lo que Wikipedia no nos dice es que no necesita nuestro dinero, porque le sobra, y sin embargo cada año recauda mucho más de lo que requieren sus operaciones». Las donaciones, dice Orlowski, se destinan a incrementar en número y en coste el personal administrativo, al tiempo que Wales rechaza «por una cuestión de principios» recompensar a los voluntarios que nutren uno de los sitios más populares de la Web.
Al principio, en 2001, Wales pensó que aceptar publicidad, con ciertas limitaciones éticas, podría ser un modo de financiar su idea, pero desistió ante las dificultades que encontró. Gracias a las campañas de cuestación – 35 millones de dólares en la última ronda – y a otras aportaciones privadas, la Wikimedia Foundation, que en 2006 tenía seis empleados, ha subido la plantilla a 174 personas (94 en tareas administrativas). Entretanto, el número de editores ha descendido desde 2007.
La rendición de cuentas deja mucho que desear, se queja Orlowski, que cita un presupuesto de 81.000 dólares para fotografiar a políticos de Estados Unidos [cortejar a los legisladores parece ser una obsesión de Wales, al decir del autor]. Con o sin fundamento, se ha extendido el temor a que un perfil negativo en Wikipedia – casi imposible de enmendar o contrarrestar – de una figura pública, pueda arruinar una carrera o dañar una reputación.
Hubo un tiempo en el que Wikipedia publicaba la lista de las donaciones recibidas, pero ahora sólo desvela las más cuantiosas. Entre ellas, los 2 millones de dólares de Google y el medio millón de la fundación de Sergey Brin y su mujer. Este vínculo es otro motivo de suspicacia, en la medida que podría haber influído en el hecho de que Wikipedia secunda entusiastamente las campañas de lobby de Google, y la apoya sibilinamente en sus numerosos litigios alrededor del mundo.
Uno de estos días llegará la noticia de la ´privatización` de Dell, que todos los indicios dan como inminente. La empresa tejana dejará de cotizar en bolsa y pasará a estar controlada por un consorcio encabezado por el fondo de inversión Silver Lake, y del que formará parte el fundador, Michael Dell. Esta es una de esas historias que en las escuelas de negocios se contarán con fruición: la compañía que el estudiante Dell fundó en 1984, con 1.000 dólares, es objeto de un leverage buy-out por valor de entre 22.000 y 25.000 millones de dólares. ¿Por qué? Porque su modelo vigente no da más, y el cambio de rumbo que necesita no puede quedar expuestos a la volatilidad bursátil. Leer más
Si medios veraces y periodistas repetados lo dicen, esto ya no es un rumor, sino un clamor: Dell estaría negociando un leverage buy-out para dejar de cotizar en bolsa y pasar bajo control de inversores privados, entre ellos su fundador, que tiene el 16% de las acciones. Tiene todos los visos de ser real, hasta el detalle de que un consorcio de fondos de inversión, encabezado por SilverLake, tiene a estas horas casi a punto la financiación bancaria de la operación: por encima de los 25.000 millones de dólares. ¿Qué decir en este momento, sin dejarse llevar por la literatura de casino?
Primero, que el movimiento tiene lógica, si fuera verdad que el objetivo es «completar la transformación de una compañía centrada [a su pesar] en el negocio del PC, para dedicarla a vender soluciones empresariales de extremo a extremo». Hay razones que abonan el cambio de estatus. En doce meses, el valor de Dell ha caído un 30%, porque la bolsa sigue identificándola con el declive del mercado de PC, y porque no ha encontrado la manera de entrar en el de los dispositivos móviles, y los servicios, estrategia motriz de Michael Dell, no acaban de despegar. De seguir así, la empresa iría de tumbo en tumbo, y probablemente los costes de no hacer nada serían más altos.
Segundo, como empresa no cotizada, Dell tendría una flexibilidad que ahora no tiene, para tomar decisiones audaces sin pasar por el examen de analistas y accionistas; podría, por ejemplo, comprar compañías sin que nadie le fastidie la digestión. Y tendría una capacidad sobrevenida de actuar a largo plazo, algo que pocas veces puede hacer una cotizada, sometida a la dictadura de los ciclos trimestrales.
Por último, hay un ambiente favorable, con tantos abogados, banqueros y auditores que van a ganar jugosos honorarios con la transacción. ¿Qué pasará después? ¡Ah! Es previsible que Dell trate de desprenderse de los activos relacionados con su negocio original, en un intento de emular la maniobra de IBM con Lenovo; pero aunque hubiera candidatos, la dinámica del mercado es otra. El desahogo financiero podría usarse, casi con seguridad, para afianzar y consolidar – o continuar – el rosario de adquisiciones que permitirían reconvertir a Dell en prestatario de servicios, en un mercado colmado de competidores.
Digitimes, la mejor fuente para conocer lo que se cuece en la industria taiwanesa, que fabrica masivamente bajo contrato para las marcas de ordenadores, traía ayer esta información: «HP y Lenovo tienen asumido que sus despachos de notebooks caerán un 20% secuencial en el primer trimestre, el doble del descenso del 10% que hasta ahora esperaba la industria». Es verdad que en los años normales, el primer trimestre suele ser de crecimiento lento, tras el frenesí del precedente, pero este año ni el 2012 tienen nada de normal. HP – según DigiTimes – espera despachar unos 6,7 millones de portátiles en el primer trimestre, en lugar de los 8,0/8,5 que entregó entre septiembre y diciembre. Lenovo bajaría de 6,5 a 5,4 millones durante el mismo período, y Acer y Asus, experimentarían un descenso secuencial de entre el 7 y el 10%.
La primera explicación es la crisis, sobre la que no hay expectativas de mejoría. Un factor de interpretación más complejo es la coexistencia entre tabletas y PC. ¿Se disputan el presupuesto de los consumidores? Probablemente sí, a juzgar por lo que dicen los minoristas. Pero no necesariamente los consumidores están desertando de los PC para abrazar la fe en las tabletas; esa sería una típica visión simplista, bastante extendida en los medios, por no hablar de blogs, tuits y retuits. Según Jay Chou, lo que está ocurriendo es que las tabletas ayudan a ralentizar la modernización del parque de ordenadores, pero no lo destruyen.
Con el advenimiento de Windows 8, los precios de los ultrabooks tendrían que aproximarse a los de un iPad para contrarrestar el fenómeno descrito por Chou. Mikako Kitagawa, su colega que trabaja para Gartner, es más explícita; sugiere que el PC pasará a tener un papel secundario en los hogares. «Esta transformación – advierte – va a continuar hasta que la base instalada de PC decline lo suficiente para hacer sitio a las tabletas como dispositivo de consumo primario». De lo que deduzco que el PC debería cambiar su perfil de prestaciones, para defender su espacio, pero en verdad será difícil para la industria conjugar ese estímulo con el requisito de bajar los precios.
Si se sumaran los despachos de PC y tabletas, se comprobaría que el mercado ha crecido. Por esta razón, ambas consultoras, tanto IDC como Gartner, se preparan para elaborar y publicar – quizás a partir de este año – cifras agregadas de ambas categorías de dispositivos.
Esta vez no ha habido discrepancias significativas entre IDC y Gartner, como las que tanto ruido armaron al final del tercer trimestre. Las dos consultoras han estimado el mercado mundial de PC en 2012 en más de 352 milllones de unidades, con 300.000 de diferencia entre uno y otro cómputo. Y ambas coinciden en que la caída global ha sido de más del 3% en el año. Pero, tras lo ocurrido en octubre, el morbo estaba en saber si HP perdería su puesto en el tope de la tabla o, lo que es lo mismo, si Lenovo le arrebataría el liderazgo; no ha sido así, y el ranking se mantiene tal como estaba. Sin duda, este ha de ser el titular, porque a nadie sorprende el retroceso de la demanda, «con la que está cayendo». Leer más
No tengo una estadística pero así, a ojo de buen cubero, desde hace un par de semanas el volumen de información que entra en mi buzón acerca de Apple triplica, si no más, a la relativa a cualquier otra empresa. En parte, son aficionados al análisis bursátil (es decir, obviamente interesados), que quieren lucirse antes de la presentación de resultados, el próximo 23/1. Por otro lado, se han multiplicado los comentarios (probablemente no menos interesados) según los cuales una fuente taiwanesa habría contado que Apple ha recortado a la mitad sus pedidos de pantallas para el iPhone 5.
Deducir de esta versión que las ventas del iPhone van a caer en picado, es de una audacia notable. Potencialmente un disparate, si se confimara que en el cuarto trimestre (primero fiscal para Apple) el número de unidades vendidas habría batido el récord histórico [ya se verá]. Como he aprendido a desconfiar de las noticias que vienen de Taiwan, casi me atrevo a sospechar que pudiera haber otras razones tras el telón. Una posibilidad es que para el próximo relevo del iPhone 5 se contemple otra tecnología de pantallas, que no compraría, o no todas, a los suministradores habituales – taiwaneses – sino a alguno de otro origen, como Sharp y/o LG.
Admito que mi hipótesis es suspìcaz. Uno o más de los perjudicados habrían decidido enrarecer un poco el ambiente, intoxicar a los medios proclives a ese juego, y castigar así a Apple donde duele, en la bolsa, donde lleva tiempo en incomprensible bajada. No es paranoia: a casi una semana de un anuncio de resultados que se prevén espectaculares, la acción de Apple ha vuelto a caer, y ayer cerraba en el Nasdaq al precio más bajo desde febrero de 2012. Una de dos: alguien sabe algo que el resto del mundo ignora, o se cumple una vez más aquel axioma que dice: «no dejes que una buena noticia te estropee un titular.
Duopolio suena demasiado fuerte como descriptor de una situación en la que las partes no están dispuestas a concertarse en nada. Pero esa es la palabra que se está usando para definir la polarización del mercado de los smartphones. El asunto tiene relevancia económica, porque en 2012 se han vendido en todo el mundo 654 millones de unidades de esta categoría de móviles (en 2013 se espera llegar a 836 millones). Un mercado total que, sólo en la venta de dispositivos, supera los 200.000 millones de euros. En los próximos días se publicarán las cifras de mercado del 2012, pero aun sin ellas está claro que Samsung se ha afianzado en el liderazgo que hace meses arrebató a Nokia. Leer más
Las telecos en Europa Occidental caminan hacia una u otra forma de consolidación de unos mercados que han alcanzado o superado el techo de crecimiento. ¿Dónde habrían de buscar los grandes operadores europeos esas oportunidades que sus accionistas y acreedores les reclaman? América Latina está repartida entre dos gigantes; los países de Europa del Este y Asia Central son terreno resbaladizo, y los aliados locales son tan imprescindibles como poco fiables. En Oriente Medio, mandan los operadores del Golfo, con los que como mucho se puede firmar acuerdos de cooperación. Hacia el este, India es una promesa demográfica con inseguridad jurídica y exceso de competidores. En China no hay manera de entrar, y casi lo mismo puede decirse del resto de la región asiática. La respuesta a la pregunta inicial es: África.
En 2015, pronostica Idate, los ingresos del sector de telecomunicaciones en África sumarán unos 100.000 millones de dólares, con un ritmo anual de crecimiento del 6,3%, superior al esperado en Asia-Pacífico (5,0%) y en América Latina (5,2%). Hay tres grandes grupos transfronterizos: MTN (115 millones de clientes), Vodafone (92 millones) y France Télécom (72 millones), dispuestos a seguir creciendo.
Precisamente el grupo francés ha anunciado su interés en ampliar su presencia en África: «Burkina Faso, Gabón, Mali y Mauritania nos interesan», dijo Elie Girard, vicepresidente de France Télécom. Interés que concretaría el plan Conquests 2015 [el nombrecito se las trae], trazado en 2010 por Stéphane Richard, CEO de la compañía, que prevé aumentar de 3.400 a 7.00 millones de euros los ingresos obtenidos en los países emergentes, para contrarrestar el estrechamiento del negocio en Europa.
No será sencillo replicar en África la experiencia de Telefónica en América Latina. Para que esa cifra sea viable, en un continente donde – según Girard – las facturas telefónicas bajan de media un 10% anual, el esfuerzo debería centrarse en servicios como los pagos móviles – los negocios africanos de Vodafone y Zain tienen mucho éxito con ellos – y acertar en la elección de terminales adecuados, teniendo en cuenta que la penetración de la telefonía móvil llegará a 85/100 en 2015 (900 millones de usuarios). Y no se trata sólo de las antiguas colonias de África Occidental, que eso sería relativamente fácil: la apuesta de más enjundia sería Argelia, ahora que parece abrirse un nuevo clima en las relaciones entre ambos países.
Microsoft ha vendido 60 millones de licencias de Windows 8 desde su lanzamiento el 26 de octubre y hasta el cierre de diciembre. ¿Son muchas o son pocas? ¿Es el inicio de un éxito o el indicador de un fracaso? Como siempre, Microsoft provoca fobias y filias, y ambas dictan muchas de las interpretaciones que se publican estos días. En todo caso, la cifra es auténtica: la dijo Tami Reller, directora de marketing de la plataforma en una conferencia de JP Morgan paralela al CES de Las Vegas. Poco después, se oficializó en uno de los blogs de la compañía: «[Windows 8] sigue una trayectoria similar a la observada tras el lanzamiento de Windows 7 en 2009». Otras fuentes discuten la comparación. Leer más