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Entre las grandes tendencias del mercado de almacenamiento durante 2013, no hay duda de que la tecnología flash ha sido la más notoria, pero la afirmación merece un matiz: la discusión entre los clientes ha pasado de girar en torno al cuándo a centrarse en el cómo, y en este matiz reside una parte de la explicación del por qué han aparecido tantas startups en este segmento del mercado. La otra razón es que hay abundancia de dinero para financiarlas: en 2013, los fondos de capital destinaron unos 1.200 millones de dólares [sólo lo publicado] a respaldar el desarrollo de compañías jóvenes que tienen el atrevimiento de entrar en un sector con un alto grado de concentración. Leer más
No sé de nadie a quien le extrañe que Microsoft escogiera como nuevo CEO a Satya Nadella, nacido en India. Buena señal y buena lección. Lo que no impide que llame poderosamente la atención el que en las empresas estadounidenses del sector TI haya tantos ingenieros de esa procedencia, que por lo general después de graduarse en su país han pasado por alguna universidad americana. Es el caso de Satya Nadella, sin ir más lejos.
El párrafo anterior tiene sólo el propósito de introducir al lector en una charla que tuve en diciembre con Sandeep Singhal, partner de un fondo de inversión que tiene sedes en Mumbai y Menlo Park, especializado en actuar como puente entre emprendedores de India y la comunidad tecnológica de Silicon Valley. Su cartera acumula una docena de compañías en distintos grados de desarrollo. Salvando las distancias, es un caso similar al de ciertas iniciativas que promueven la presencia de empresas españolas en California.
En su opinión, India tiene una enorme reserva de talento tecnológico, con la virtud añadida de una comprensión del mercado global. Lo que me sorprendió fue la afirmación de que India sería una mezcla perfecta de China e Israel. «Cuenta con un enorme mercado interno, y en este sentido se parece a China; cualquier proyecto de inversión tiene de entrada asegurada una escala. También puede compararse con Israel, porque muchas de las pequeñas compañías que nacen en India sólo podrán evolucionar si aciertan a ser reconocidas en el mercado más evolucionado, el de Estados Unidos».
Hablabamos de CloudByte, una startup de almacenamiento, sobre la que escribiré mañana. Cuando su fundador, un ingeniero de NetApp en India, presentó el proyecto a Singhal y sus socios, le/se plantearon una pregunta: ¿puede esta tecnología ser la base para construir algo que pueda competir globalmente? Se daba la circunstancia de que, además del talento, India destaca por sus bajos costes; «algo que en Estados Unidos no podría hacerse por menos de 10 millones, en India lo hacemos por 3 millones». Y no se trata sólo de la inversión inicial, me dijo Singhal: «la ventaja de coste es todavía mayor cuando se trata de introducir mejoras en el producto, de las que dependerá alcanzar el éxito, incluso más que de la innovación original»
La combinación entre India y el Silicon Valley fertiliza las iniciativas empresariales. «No creo que las personas que trabajan en las grandes empresas indias de servicios, como Infosys, Tata Consulting y otras, sean las que van a construir la próxima generación de nuevas compañías de TI. Veo más posibilidades en las que trabajan en India para multinacionales como Microsoft, Google, EMC, NetApp o VMware, que cuentan con centros de desarrollo en Hyderabad, Pune, Chennai o Bangalore. […] Esta gente trabaja en proyectos globales, y muchos tienen en la cabeza un proyecto personal, que necesitará financiación».
Financiación, e internacionalización, «para lo que es importante tener una antena en Silicon Valley; por eso abrimos esta oficina en Sand Hill Road [carretera donde se concentra la mayoría de los fondos de inversión del valle] y que nos ha sido extremadamente útil para apoyar proyectos de individuos que querían marcharse de Sun, de Veritas o de Symantec».
Ese tópico geoestratégico que predica la conveniencia de reforzar el papel de India para frenar a China es, en opinión de mi interlocutor, una necedad. India podría tener ciertas oportunidades en la fabricación con valor añadido, gracias a que cuenta con el componente de ingeniería, pero francamente no veo mucha capacidad emprendedora en ese campo». Interesante comentario.
Por favor, que nadie se ofenda por la palabra mundillo en este contexto. Pero que se agita, es un hecho que se agita. NetApp, uno de los grandes del mercado, ha demandado a Nimble Storage, que acaba de salir a bolsa, porque tres empleados suyos se habrían pasado al competidor llevando información confidencial. La demanda afirma que el 15% del personal de Nimble procede de NetApp, incluída la mitad de los cargos directivos, que han sido fichados por Suresh Vasudevan, hoy CEO de la startup y antes vicepresidente de NetApp. El episodio no es excepcional: el mismo argumento se ha visto en la denuncia de EMC contra Pure Storage, emergente rival en el almacenamiento flash. Al final, no pasará nada.
Podría ser la noticia del año o el disparate periodístico del año. O un signo de los tiempos. El San Francisco Chronicle revelaba el domingo que Adrian Perica, a quien define como top dealmaker de Apple [o sea, el responsable de identificar y negociar adquisiciones en nombre de Apple], se entrevistó en la sede de la compañía con Elon Musk, multimillonario fundador de Tesla, la empresa que más lejos ha llegado en el desarrollo de coches eléctricos. Musk ha sido a veces comparado con el difunto Steve Jobs: según los apologetas, es un visionario de la innovación, alguien que con un solo producto ha roto el paso cansino de la industria del automóvil. El parangón es forzado, porque el Tesla (el coche) no deja de ser un producto elitista, y Tesla (la empresa) empieza a descubrir que no puede ir mucho más lejos sin llegar a acuerdos con otros fabricantes.
La reunión, si efectivamente existió, habría ocurrido el año pasado, y la especulación consiguiente resulta chocante a primera vista: ¿tiene Apple intención de comprar Tesla, o de tomar una participación de control en la empresa de Musk?, ¿podrían ambas fusionar sus negocios?, ¿sería Musk un eventual candidato a tomar el mando de Apple, sustituyendo al más bien grisáceo Tim Cook? Y así de seguido se publican ocurrencias sin otro fundamento que la visita de Musk al campus de Cupertino. Ya puestos, ¿por qué iría Musk a visitar a Perica, y no al revés?
Veamos el contexto: Adnaan Ahmad, analista de un banco de inversión alemán, se permitió publicar una carta abierta a Tim Cook en la que sugería la compra de Tesla. «Apple podría representar el catalizador que la industria del automóvil necesita para acelerar su cambio, y es algo que ha hecho en el pasado con otras industrias […] podría revitalizar el papel de Estados Unidos en la competición con los fabricantes asiáticos y europeos». Ahmad reconoce que su idea será ridiculizada, pero no olvida dejar su advertencia: «no olvide usted que las tecnologías de consumo han cavado la tumba de grandes marcas históricas, como Sony o Nokia».
Desde hace tiempo se predica que Apple ha alcanzado una meseta de la que sólo podría despegar si, volviendo a inspirarse ¿espiritualmente? en Jobs, consiguiera asombrar al mundo con otro producto revolucionario. Sus resultados económicos dependen demasiado del iPhone, al que un día se le acabará la cuerda, por lo que necesita una nueva categoría que relance su crecimiento. Lo cierto es que Tim Cook lleva tiempo prometiendo algo así, pero no lo ha concretado, y el tiempo pasa. ¿Resolvería el problema uniéndose a Tesla?
Financieramente, estaría a su alcance. Tesla vale en bolsa 24.000 millones de dólares y Apple más de 480.000 millones. Una de las críticas frecuentes a Cook es el conservadurismo en el manejo de su tesorería, que anda por los 160.000 millones de dólares, sin otro uso que el rédito financiero. Los dividendos y la compra de acciones propias han satisfecho (relativamente) a los accionistas – algunos piden más – pero no han catapultado el precio de la acción, como podía esperarse.
Es un hecho que Apple nunca ha hecho una compra por más de 1.000 millones de dólares. En una entrevista reciente, Cook sorprendió al afirmar «no tendríamos ningún problema en pagar una suma de seis cifras por una compañía que encajara en los objetivos e intereses de Apple, pero no vamos a comprar sólo con la finalidad de ser más grandes». Tomemos nota.
A La Caixa le corresponde el mérito de haber unido a los tres grandes telecos del mercado español en un proyecto conjunto, el pago a través de teléfonos móviles. Juntos pero no revueltos. El director general de e-laCaixa, Benjamí Puigdevall, ha presentado a la prensa el nuevo servicio basado en la tecnología NFC (near field communication) que empezará este año. Puigdevall tenía a su lado a representantes de los tres operadores, pero no dijo mucho acerca del acuerdo económico con estos, aunque precisó que no se trata de una alianza cuatripartita sino de acuerdos bilaterales de compensación por el uso de redes y plataformas, sin contraprestación por operación realizada. Leer más
Otro mal trago para el incombustible John Chambers, hombre capaz de verbalizar el lado positivo hasta en las peores noticias. Los resultados del segundo trimestre fiscal han sido, otra vez, negativos: un 8% de caída en los ingresos, y las causas han sido las mismas que en el trimestre anterior: la debilidad de los mercados emergentes y la transición de las principales líneas de producto. La compañía espera que el trimestre actual mantendrá la tendencia, con un rango de -6% a -8% sobre el mismo período del año anterior. En el cuarto trimestre, se repetiría la foto.
La incertidumbre macroeconómica va a persistir durante varios meses, explicó a los analistas el CFO Frank Calderoni. Aunque en el mercado norteamericano (maduro y con contratiempos en el sector público), Cisco ha disfrutado de un 8% de crecimiento, afronta una situación difícil en China, India y Brasil, donde los clientes han postergado proyectos hasta que se aclaren los factores de fluctuación monetaria. En el conjunto de los BRIC, a los que Calderoni sumó México, los ingresos descendieron un 10%. En el caso de China – otro descenso del 8% – las cosas se han complicado por la desconfianza que provocan los coletazos del espionaje de la NSA.
El lector se preguntará qué pasa en Europa. Responde Calderoni: «los países nórdicos y Reino Unido pasan por un buen momento, y en su conjunto la región da signos de estabilizarse, aunque en el sur continúa la fragilidad». Lo suponíamos.
Por otro lado, las ventas de los nuevos routers NCS y CRS-X tardarán en repercutir en los ingresos, hasta que los clientes completen sus pruebas y en condiciones para firmar órdenes de compra en firme, Cisco espera que sus productos para datacenter le permitirán contrarrestar la ofensiva de sus rivales Juniper y HP, que atacan su fortaleza promoviendo la tecnología SDN y, según creen saber los analistas, han arrebatado algún puntos de cuota de mercado a Cisco.
Chambers fue enfático en uno de sus temas favoritos de los últimos tiempos, lo que llama Internet of Everything (IoE). «Está pasando de ser un concepto interesante a la condición de imperativo de negocio, que abre oportunidades para nosotros en casi todos los verticales» [y ] «creemos que nuestro enfoque es único; parte de poner en el centro la red, capaz de conectarlo todo: las personas, los procesos, los datos y las cosas».
En su reformada estructura organizativa, Cisco ha creado un nuevo grupo de servicios de consultoría, encargado de trabajar con los clientes para desarrollar soluciones de IoE. El enfoque en software y servicios [y en seguridad, que ha crecido un 17%] pretende agregar una cartera que compense por los declinantes márgenes del negocio tradicional de la compañía.
Todo lo anterior era previsible. Lo que no se esperaba era la revelación que Chambers pondría sobre la mesa para contentar a los accionistas. En el trimestre, Cisco dedicó 4.900 millones de dólares a un incremento del dividendo y a la compra masiva de acciones propias. La maniobra, que parece sacada del manual de un ´lobo de Wall Street´ dio resultado: pese a la decepción con los resultados, la acción se mantiene en uno de los niveles más altos de los últimos doce meses. Y difícilmente bajará, porque cotiza a un múltiplo de 11x, uno de los más atractivos de la bolsa.
Dropbox, uno de los sistemas de almacenamiento en la nube más populares, reconocidos y – aparentemente – más utilizados, ha recibido una inyección de 250 millones de dólares. Box, su adversario en el mismo segmento de mercado, prepara sigilosamente su salida a bolsa en abril tras cerrar una última ronda de financiación por 100 millones de dólares. En ambos casos, las valoraciones implícitas son astronómicas. A los inversores de riesgo – y a los bancos que las llevarán de la mano hasta Wall Street – parece haberles entrado una fiebre por estas dos empresas cuyas perspectivas en el mercado no están del todo despejada. Poco importa allá donde abunda la liquidez. Leer más
No sabemos qué opinión tiene Tim Cook sobre Europa, pero no debe de ser muy buena, puesto que la compara con Android. En una entrevista que publica el Wall Street Journal, el sucesor de Steve Jobs reacciona ante una pregunta sobre la venta de Motorola por Google respondiendo que no le ha sorprendido, que el desenlace era previsible: «se han quitado de encima algo que les producía pérdidas, y con lo que no estaban realmente comprometidos. Es realmente muy difícil ser una empresa de hardware, software y servicios, y conjugarlo todo. Esto es lo que hace que Apple sea una empresa especial».
¿El mercado de los smartphones seguirá el camino de los PC, en los que Apple es un vendedor de nicho? Aparentemente picado por la referencia, Cook pasa al ataque: «Android es como Europa, sólo un nombre. Europa son muchos países, cada uno diferente. Android es muchas cosas a la vez: cuando alguien usa un Kindle, ¿sabe que está usando Android? Samsung está poniendo cada vez más software propio encima del sistema de Google. Así que la comparación con Apple está fuera de lugar. Somos la noche y el día».
Llevando más lejos la alusión, añade que «la experiencia con las tabletas Android es tan mala [mi traducción es generosa; lo que Cook dijo literalmente en slang fue so crappy] porque sus aplicaciones no son otra cosa que versiones estiradas de las que existen para sus smartphones«.
No resisto las ganas de transcribir otros tramos de la entrevista. A la típica pregunta sobre las novedades que Apple prepara para este año – en la que el periodista sugiere que últimamente sólo ha habido actualizaciones de productos pero no «una nueva categoría» – de los que se espera que sirvan para compensar el descenso de márgenes del iPhone – Cook responde que no puede ser más preciso pero «no creo que sea razonable esperar que hagamos continuamente novedades con el nivel de calidad al que estamos acostumbrados; pero estamos preparando algo grande y cuando se anuncie nadie en sus cabales podrá decir que no es una nueva categoría […] lo que no impide que Apple pueda seguir creciendo con grandes mejoras y nuevos productos en las categorías existentes. Y con el iPhone no hemos tocado techo».
Otra pregunta predecible fue la siguiente: «circula la percepción de que Apple ha dejado de ser una compañía en crecimiento, ¿qué responde usted?». Tim Cook responde «hemos pasado de 65.000 a más de 100.000 millones, luego a 150.000 millones y a 170.000 millones, son números sin precedentes, y no conozco ninguna compañía que haya crecido a ese ritmo; se me hace difícil aceptar que se diga que Apple no es una compañía en crecimiento». Así me gustan las entrevistas, y espero que la que publico hoy con Dave De Walt sea del gusto de mis lectores.
Las telecos europeas llevan años hablando de consolidación, de la necesidad de ganar tamaño más allá de sus fronteras. Ha habido operaciones importantes, pero muchas se han quedado en el camino. Porque algún regulador avisó que las bloquearía, porque los protagonistas se pusieron la venta antes de la herida, porque la política y/o el chovinismo se metieron por medio [pienso en las combinaciones TEF/PT o TEF/TI]. Hubo y hay, alternativas para crecer en otras regiones, y así los ´incumbentes` fueron dibujando un mapa en el que Telefónica se centró en América Latina; Vodafone y Orange en las dos costas africanas; Deutsche Telekom se quedó cerca de casa, mientras sueña con desembarazarse de cara aventura en EEUU; y los operadores nórdicos han echado anclas en Asia Central o incluso más allá. Este mapa tiene borrones: algo se mueve en Brasil, Telefónica pretende engordar en México, Vodafone trata de ampliar su negocio en India, etcétera.
Son horizontes lejanos. Ahora parece que 2014 podría ser un año de consolidación también en Europa, siempre que las autoridades fueran más flexibles, como lo han sido con la entrada de Carlos Slim en Holanda y Austria. Yoigo ha dejado de estar en las quinielas. Pero la noticia del mes es oferta de compra de Ono por Vodafone, que ha sido recibida «a puerta gayola» [que me perdonen los antitaurinos] con el pretexto de dar tiempo a una salida a bolsa que, presuntamente, tendría la virtud de subir el precio por encima de los 7.000 millones. Digo presuntamente, porque el tiro podría salir por la culata a los fondos que controlan la propiedad (y la deuda) de Ono. Claro que podría haber otros candidatos instrumentales, interesados en encarecer la factura de Vodafone.
Cuando Vittorio Colao anunció la venta de su participación en Verizon Wireless, eludió decir cuánto dinero del botín destinaría a adquisiciones. Una vez calmados los accionistas, ya pudo ser más preciso el otro día, al decir que «en los próximos años» dedicará entre 30.000 y 40.000 millones a salir de compras, pero añadió algo que pudo sonar presuntuoso: «ninguna compra es demasiado grande para nosotros si tiene sentido estratégico». Una vez releída, la frase no es chulería, sino reconocimiento de que su prioridad es corregir la debilidad de origen de Vodafone, que tiene poca infraestructura fija para redondear ofertas convergentes y de quadruple play. Para esto compró Kabel Deutschland y a lo mismo se deben las ganas de comprar Ono. Para Vodafone, Europa y los servicios a empresas son objetivos claros, pero no renuncia a seguir creciendo en ciertos mercados emergentes. El propio Colao aportó otra medida de su ambición: Vodafone podría pasar de su actual 17% del negocio mundial de las telecos a representar el 23%.
No hay constancia de que Orange esté haciendo movimientos parecidos, pero tampoco sería extraño tener noticias que contar próximamente. Por su lado, Deutsche Telekom confía en que la nueva FCC estadounidense autorice lo que el año pasado amenazó con vetar: una fusión entre T-Mobile y Sprint (ahora propiedad de Softbank); si la compañía alemana lo consigue, podría reducir la deuda, y al mismo tiempo crecer en la República Checa [un mercado clave para ella] y comprar las cuotas de sus socios en Grecia y Eslovenia.
Los hechos y conjeturas precedentes tienen una pega: a más ambición, más difícil se hace convencer a los reguladores de que una consolidación es, más que conveniente, necesaria, entre otras medidas, para recuperar la salud del sector.