22/09/2022

VMware sigue tejiendo su tela de araña

En el aire flotaba un asunto que durante meses estará pendiente de aprobación regulatoria, la compra de VMware por Broadcom. Nada nuevo – o nada sustancial – podía decirse. Pero era preceptivo cumplir la regla durante el evento anual – antes llamado VMworld, ahora Explore, con el ciclo conocido: septiembre en San Francisco, noviembre en Barcelona. No obstante, había que dejar un mensaje identitario: tras divorciarse de Dell, VMware quiere conservar mucho más que una marca bajo otro propietario: su condición de actor reconocible y reconocido en el mercado. La compañía prosigue la urdimbre de una trama de alianzas que, es obligado suponerlo, coinciden con los intereses ya negociados con Broadcom.

Esto último es lo que sugieren unas escuetas palabras del número dos de VMware, su presidente Sumit Dhawan: “para nuestros clientes y partners es importante entender que la estrategia que Broadcom aplica con esta transacción estará basada en nuestra visión, que se pondrá de manifiesto en el Explore 2022: ayudar a los clientes de VMware en la modernización, conexión y protección de sus aplicaciones de manera consistente a través de distintas nubes”.

Tal fue el contenido de la conferencia de San Francisco, ya que el futuro de la compañía parece estar decidido en los despachos. La lista de compañías asociadas a los anuncios abarca nombres de primerísimo plano en la industria de las TI. Por orden alfabético y sin ser exhaustiva: AMD, Amazon Web Services, Dell, Google, Microsoft, NetApp, Nvidia, Oracle. Con ellas y otras, VMware cubre un perímetro que sería suficiente para justificar los 61.000 millones de dólares pactados como precio de una compañía que en el primer semestre de este año ha facturado 6.424 millones.

Todo depende de la habilidad de VMware para evolucionar sin perder esa  identidad característica. Retiene intacto su estatus como estándar de facto en la virtualización, que le ha valido convertirse en interlocutor necesario de los grandes proveedores en la nube, pero a la vez incorporar una apuesta decidida por Kubernetes.

Sin recaer en la sobada metáfora de la navaja suiza, lo que pretende VMware es seguir actuando como hilo conductor que facilite experiencias  comparables a usuarios y desarrolladores a través de un modelo al que la palabra multicloud se le queda corta. Mark Lohmeyer, VP senior y director general del negocio de infraestructura cloud, se encargó de definir la oferta de VMware como “perfecto aliado” para que, en escenario tan complejo, las empresas sean capaces de construir la aplicación correcta en la ubicación idónea.

Algo había sido adelantado días antes, en nombre del proyecto Northstar, que busca crear una conectividad “segura y sin fisuras” a través de servicios prestados por múltiples infraestructuras. En términos prácticos, consiste en una consola centralizada que, con un modelo de consumo SaaS, agrupa la gestión de una infraestructura en red y la entrega como servicio. Es una derivada de la introducción de vSphere 8.

Uno de los muchos anuncios relevantes de VMware Explore ha estado relacionado con las SmartNIC – también conocidas como DPU o IPU, que hasta hace poco eran, en la práctica, patrimonio exclusivo de los hyperscalers – que las utilizaban en sus centros de datos para aliviar a las CPU mediante una arquitectura distribuida. VMware pretende llevarlos a cualquier centro de datos, con el soporte de AMD y Nvidia e integrando su hipervisor ESXi8 y herramientas de administración anunciadas en esta conferencia.

Esta alianza triangular se reflejó en el anuncio de soporte tanto para las DPU que AMD ha incorporado con la adquisición de Pensando como de BlueField de Nvidia. Consuma los trabajos que VMware ha desarrollado durante dos años bajo el nombre clave de Proyecto Monterrey. En esta terna hay que considerar un cuarto actor, ARM, cuya arquitectura subyace en ambas SmartNIC.

Tal como se utilizan actualmente, como componentes de una nube pública, las SmartNIC alivian los ciclos de sus CPU al liberarlas de ejecutar tareas como el filtrado de paquetes de red u otras operaciones de seguridad, de lo que se deriva una mejora del rendimiento. Llevar estas prestaciones a un centro de datos convencional es algo que otras compañías buscaban desde hace tiempo y, mientras VMware se volcaba en adaptar su software, sus socios especialistas en hardware tiraban de chequera: Nvidia compró Mellanox en 2019¡ AMD hizo lo propio con Xilinx y luego con Pensando.

Los beneficios de esta tecnología deberían ahorrar hasta 8.200 dólares por servidor durante su vida útil, lo que en algunas grandes empresas podría traducirse en millones de dólares en tres años, segú Lohmeyer. Por cierto, sostuvo que poner a trabajas una SmartNIC con vSphere 8 puede suponer que una quinta parte de los núcleos de CPU se liberen para ejecutar otras aplicaciones, algo que ya viene ocurriendo en los hyperscalers.

Si se considera que a vSphere 6.7 le queda poco tiempo de vida, es muy probable que los socios de VMware empiecen a empujar en favor de una migración acelerada para sacar partido de las ventas que se predican. Otra, que se ha esgrimido con sentido de la oportunidad, es la seguridad: cada enlace de servidor a servidor puede disponer de herramientas dedicadas. No es oro todo lo que reluce, sin embargo: el mercado de las DPU aún está en fase de conformación y ha de tenerse en cuenta que las ventajas no lucirán tanto si el proveedor del cortafuegos no es miembro de la pandilla de VMware. En todo caso, se sabe que la seguridad es un ámbito al que la compañía californiana lleva tiempo prestando atención preferente.

Otro anuncio significativo de Explore ha sido Aria, una herramienta de automatización y gestión de la ´observabilidad` en modo SaaS para entornos multicloud. De hecho, aquellos clientes que cuenten con licencias de productos anteriores que cubrían este flanco – entre ellos Cloud Health – tendrán derecho a su equivalencia en Aria. El objetivo es doble: por un lado, ser capaces de recomendar plataformas cloud óptimas para las aplicaciones, facilitando así la migración; por otro, identificar en qué punto presenta incidencias una aplicación que haya sido concebida para nubes diferentes en origen.

Los desarrolladores pueden visualizar loa datos de coste, rendimiento, seguridad o configuración en tiempo real de cualquier componente del entorno multicloud. Esta potencia se cristaliza con la identificación de patrones de comportamiento gracias al uso de aprendizaje automático.

Como se puede apreciar, esta suma de rasgos confirma y amplia los lazos de colaboración entre VMware y cuatro grandes proveedores de servicios de nube pública: AWS, Azure, Google y Oracle. Ya era posible implementar vSAN en VMware Cloud on AWS que ahora mejora el rendimiento del almacenamiento en caché dentro de AWS S3. Además, la fortalecida alianza entre NetApp y VMware sirve como telón de fondo para que el sistema de archivos FSx esté administrado en AWS con una API de ONTAP, permitiendo migrar cargas de trabajo de máquinas virtuales desde on-premise a la nube pública.

VMware está haciendo desde hace meses movimientos astutos en el almacenamiento: ha aprovechado su adquisición de Datrium para ofrecer servicios de Cloud Flex Storage y ahora, con el último anuncio, se acerca a casi 20.000 usuarios de ONTAP (NetApp). Previsiblemente, no se quedará ahí, ya que espera ampliar esta opción con Azure y con Google Cloud (GCP).

En esta misma línea de asociarse a los hyperscalers, Azure VMware Solution ya se puede comprar a través de la oferta de suscripción VMware Cloud Universal: Azure comenzará a soportar vRealize Log Insighy mientras GCP hará lo propio con Tanzu.

A este aluvión de novedades con escaso o nulo glamur – observación que se extiende a todo lo ocurrido en Explore – no podía dejar de sumarse Dell Technologies, antigua matriz de VMware. Su plataforma de suscripción Apex se amplía con la incorporación de VMware Cloud agregando servicios administrados por Dell. Además, la nueva versión de su plataforma VxRail, de infraestructura hiperconvergente, con la que operan nubes privadas, ya es compatible con vSphere 8, así como con la versión 4.5 de Cloud Foundation.

Se sabía de tiempo atrás que VMware fortalecería su posición en la hiperconvergencia presentando Cloud Foundation+, que tiene por objeto facilitar la administración de máquinas virtuales y cargas de trabajo basadas en contenedores multicloud con un modelo de suscripción flexible.

Todo lo descrito apunta a lo dicho al comienzo. Tras anunciar otro trimestre razonablemente bueno para los tiempos que corren, el CEO de VMware ha rebajado el énfasis que solía usar su antecesor, Pat Gelsinger. Se puede conjeturar que el objetivo de Raghuram era dejar señales inequívocas de que VMware tiene vocación de ser indispensable en una fase – que algunos comentaristas ven ya como iniciada – en la que la pluralidad de nubes exigirá reordenar la oferta de la industria: nuevas arquitecturas, nuevas formas de despliegue, nuevos modelos de servicio. Habrá a quien esto le parezca aburrido, pero resulta trascendente.

[informe de David Bollero]


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