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  22/09/2023

Cosas veredes, Bill: Oracle, inquilino de Azure

La anécdota es banal: por primera vez en su vida, Larry Ellison ha pisado el campus de Microsoft [tampoco Satya Nadella ha visitado nunca la sede de Oracle, pero a nadie le interesa]. El viaje de Ellison a Redmond no ha sido en vano: ambos directivos escenificaron una colaboración trascendental entre dos empresas que contrasta con la tormentosa rivalidad que han vivido. Gracias al acuerdo, Microsoft Azure suministrará  los servicios de la base de datos de Oracle. Un anuncio de esta envergadura hubiera quedado deslucido en la conferencia Oracle CloudWorld de esta semana, de modo que optaron por adelantarlo. No hubo más morbo que el de exhibirse unidos contra el común, Amazon Web Services.

Satya Nadella y Larry Elyson

Pese a contar con su propia nube pública – y con envidiable crecimiento – Oracle se ha rendido a dos evidencias. En primer lugar, son cada vez menos las empresas que confían en un único proveedor cloud; movimientos como el de Google de hace un par de semanas, con su iniciativa Google Cross-Cloud Network, van en esa dirección. La segunda evidencia es que, entre  los grandes hyperscalers, Azure disfruta de los mejores crecimientos, recortando distancias con AWS, que se va quedando orgullosamente sola.

Con este punto de partida, se entiende mejor la visita de Ellison a Nadella y por qué Microsoft estaba predispuesta a un acuerdo que, obviamente, es de conveniencia mutua. De ahí nace la propuesta Oracle Database@Azure, en cuyo nombre lo más original es la arroba. En  esencia, viene a proporcionar acceso en la nube de Microsoft a los servicios de bases de datos de Oracle. Y, un punto clave, lo hará con hardware de Oracle, operado por Oracle, pero físicamente empotrado en centros de datos de Microsoft.

Hace ya un año que las dos compañías anunciaron Oracle Database Service para Microsoft Azure, pero sin comunicar dónde pensaban convivir. La nueva fórmula supera aquel anuncio, reduce la latencia y acelera el acceso de las aplicaciones a las bases de dato. Un aspecto, es al que Nadella dio mucha relevancia en su parlamento: Microsoft acoge en su metafórica nube a Oracle, aunque esta ya tiene una própia.¿Por qué? O más bien para qué. Pues para que los clientes puedan crear y migrar sus aplicaciones desde Azure al servicio de Oracle, a través de un mecanismo que ha sido bautizado como Oracle Interconnect for Microsoft Azure.

La oferta rectifica así la vaguedad del anuncio del año pasado y se presenta como una experiencia integrada para implementar, administrar y usar instancias de bases de datos de Oracle dentro de Azure, siendo aquella la que opere y administre directamente esos servicios sobre servidores Exadata, alojados en edificios de Microsoft. Co-location, lo llaman. Esta experiencia comenzará por Estados Unidos, Reino Unido y Alemania en los primeros meses de 2024, sin indicios de extensión futura a otros mercados.

Oracle Database @ Azure podrá adquirirse a través de Azure Marketplace y hacer uso de las licencias de Oracle Database existentes: están disponibles no sólo Oracle Exadata Database, sino también Oracle Autonomous Database y Oracle Real Application Clusters (RAC), con el sello de una doble garantía de soporte proporcionada por el tándem de las dos marcas.

Otro elemento que no puede pasarse por alto en el trasfondo del acuerdo es la Inteligencia Artificial Generativa (GenAI, por su acrónimo en inglés), toda vez que Microsoft goza de una posición privilegiada tras la inversión multimillonaria en OpenAI. En este campo, al parecer, la colaboración con Oracle existe desde hace tiempo, por lo que será sencillo para los usuarios la compra de servicios basados en esa combinación, tanto si proceden de Azure como de OCI (Oracle Cloud Infrastructure). A saber.

En cualquier circunstancia – dijo Nadella – “entregar un modelo requiere baja latencia en el acceso a los datos. Este es el momento en que los datos y la IA pueden combinarse para transformar los procesos de negocio; no podríamos haber encontrado mejor ocasión”. En su turno, Ellison comentó que “la mayor parte de los datos existentes no han migrado todavía desde los entornos on-premise a la nube, pero migrarán. Y si somos capaces de acelerar ese tránsito, contribuiremos a que la totalidad de los recogidos en un centro de datos se trasladen al cloud […] lo que sería una magnífica noticia para las bases de datos de Oracle, líderes del mercado”.

Desde luego, la interconexión de las dos nubes eliminará barreras, para eso se hace. Sobre el papel, la oferta conjunta debería reducir la gestión inconexa, el aislamiento entre herramientas y otros problemas derivados de la mezcla de  arquitecturas cloud que son – permítase la expresión – cada una de su padre y de su madre. Además, si reducir la latencia de acceso a los datos resulta cada vez más esencial, en el marco de la IA lo es más todavía; la convivencia en un mismo datacenter favorece esa aceleración.

Ambas compañías salen ganando con el acuerdo, claro está, pero todo indica que quien más necesitada está es Oracle. A fin de cuentas, su negocio de base de datos no es tan boyante como lo fue en el pasado, debido a la erosión que ha provocado la aparición de competidores bregados en la galaxia open source, como MySQL, MongoDB, PostgreSQL o MariaDB. Según estimaba Gartner el año pasado, su cuota de mercado se ha recortado del 36,1% en 2017 al 20,6% en 2021. Ante lo cual, optó por ofrecer gratuitamente a los desarrolladores que probaran su base de datos, pero es probable que la disponibilidad en Azure sea más eficaz.

Sin embargo, por el camino Oracle ha perdido clientes y esto deja huella en la cuenta de resultados. Como paliativo, en 2020 Ellison – ya por entonces con la vitola de CTO omnipotente de su compañía – propuso replicar la nube pública en las instalaciones de sus clientes, pero administrada por Oracle. No parece que la propuesta haya calado mucho, ya que ahora busca acogida en Azure.

Por supuesto,  Nadella dijo estar convencido de que la nueva oferta ayudará a acelerar la migración a la nube y recortará terreno a AWS. Parece lógico pensar que cada vez más empresas quieren desprenderse de buena parte de sus datacenter, cuyos gastos son incrementales debido a la escalada de precios de la energía. De ahí viene el crecimiento constante de los hyperscalers, ya muy metidos en la hibridación de los entornos cloud, así como la notoria proliferación de los que practican co-location.

Con este cuadro, la estrategia de Ellison consiste en construir (o contratar) centros de datos – centenares, según dijo – de menor tamaño pero sofisticados y automatizados, repartidos por todo el mundo [así ha llegado a Madrid la nube soberana de Oracle ] como alternativa a las grandes instalaciones que prefieren sus competidores. El planteamiento facilita cumplir las normativas más celosas, como la europea.

El problema parece ser que la compañía no ha conseguido ejecutar su estrategia al ritmo que necesitaba para dar respuesta al éxito comercial de su oferta cloud: el número de clientes ha crecido y sus prestaciones están constreñidas por la capacidad de sus centros de datos, según contó la CEO Safra Catz al presentar los resultados más recientes. Urge acelerar la construcción de  centros de datos [no precisó si propios o compartidos]. No obstante la expresión de deseos es que el capex de Oracle descendió en el primer trimestre de su año fiscal 2024.

Puede considerarse como una coincidencia, o quizá no, que el acercamiento a Microsoft se produzca cuando las finanzas de Oracle pasan por un momento delicado. En el cuarto trimestre de 2023 superaron con holgura las expectativas de los analistas, pero sólo tres meses después ha bastado una ligera diferencia – se esperaban 12.462 millones y se ingresaron 12.453 millones – para que la acción se precipitara un 9% en un solo día, borrando transitoriamente 30.000 millones de capitalización bursátil.

No faltan quienes vaticinan una ralentización del negocio cloud por causas macroeconómicas. Asombroso diagnóstico, porque si algo ilustran las cuentas de Oracle es que la progresión de los servicios en la nube [4.635 millones entre mayo y agosto, un 66% de aumento en los de infraestructura] la está salvando del estancamiento de sus ingresos convencionales por licencias y soporte. E incluso de la regularidad de las aplicaciones SaaS [17% de incremento en el mismo período] .

E incluso de la regularidad de las aplicaciones SaaS [17% de incremento en el mismo período]. Del gráfico salta a la vista que los servicios cloud – en particular los de IaaS, que dan un salto del 66% – son hoy el primer motor de crecimiento para Oracle, con una ratio del 9,8% trimestral en los últimos dos años. Es natural que Larry Ellison busque donde sea necesario la forma de sostener ese ritmo. Y lo ha encontrado reconciliándose con un competidor con quien puede entenderse.


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