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Podría llamarse la prueba del ocho. Si la filtración fuera verídica – por ahora entra en la categoría de verosímil – los futuros Windows 8 y Windows Phone 8 acabarán siendo un mismo sistema operativo, al menos desde el punto de vista del usuario. Esta posibilidad ya estaba abierta desde que los primeros pantallazos conocidos de Windows 8 revelaron que usará el interfaz Metro, que es la característica más evidente del actual Windows Phone 7,5 (Mango). Así gana credibilidad al bulo según el cual Windows Phone 8 (Apollo) usará el mismo kernel y ciertas funciones multimedia y de seguridad idénticas a las que primero aparecerán en Windows 8. Esto no sólo significaría prescindir del corazón de Mango, sino que se solaparía con una escala transitoria (Tango) entre el sistema operativo actual y el futuro Windows Phone 8.
Microsoft maneja con comprensible cautela este asunto, porque teme crear expectativas que pudieran deprimir las ventas de su aliado preferente, Nokia. Aunque no abra la boca, el movimiento parece inspirarse en el precedente creado por Apple, que el año pasado unificó el comportamiento de sus sistemas operativos para Mac, iPad e iPhone
No obstante, si fusionar las dos ramas de la familia Windows tiene un valor de simplificación, en la práctica aumenta la complejidad, porque como es sabido Windows 8 tendrá dos versiones, una para la tradicional arquitectura x86 (Intel y AMD) y otra para la arquitectura ARM.
Aunque llevan años pendientes la una de la otra, raramente Intel y AMD coinciden en algo. En el CES 2012, ambas compañías estuvieron de acuerdo en que los ultrabooks pueden ser la tabla de salvación que el mercado de PC espera este año, con una diferencia: AMD los llama ultrathin, porque su rival ha registrado como marca la primera denominación. Ahí se acaban las coincidencias. En la conferencia con analistas que se celebraba anoche, Rory Read, CEO de AMD habrá explicado sus planes, pero de antemano se sabía que su plataforma estará disponible en junio, que espera contar con una veintena de portátiles de distintos fabricantes, y que librará batalla en los precios. Leer más
La inminencia del anuncio de salida a bolsa de Facebook me ha recordado una definición básica: el valor de un activo se identifica con el valor presente de su cashflow futuro. Es decir que el valor de una compañía no depende de la cuantía de los ingresos que genera hoy, sino de los beneficios que sea capaz de generar en el futuro. Mientras Facebook no publique su estado financiero, sólo sabemos lo que se dice de ella: que el año pasado habría ingresado entre 4.000 y 4.500 millones de dólares, y que en 2012 podría elevarse hasta el rango de 7.000/7.500 millones. De sus beneficios no sabemos nada, y es mejor evitar las conjeturas.
Dando por buena la primera cifra, podría decirse que la tan mentada valoración de 100.000 millones representaría 25 años de ingresos; una conclusión caprichosa, porque no son los ingresos lo que determina el retorno a los inversores, un dogma para Wall Street. Con esa hipotética valoración, la ratio precio/cashflow de Facebook sería ocho veces superior a la de Apple. Y si esto ya parece un disparate, añádase el hecho de que Apple tiene 97.000 millones en el banco, y es la empresa con mayor capitalización bursátil del mundo, pero su acción no despega porque la empresa no dice qué piensa hacer con ese tesoro. Continuará, estoy seguro.
Muchos testimonios apuntalan la tesis de que Mark Zuckerberg ha postergado la salida a bolsa de Facebook tanto tiempo como le ha sido posible. Pero lleva más de un año meses aceptando que el destino inevitable de su leyenda es Wall Street. Hoy mismo, sus abogados podrían presentar ante la SEC la documentación para iniciar ese procedimiento, y según se anticipa, en mayo comenzaría a cotizar una cantidad de acciones por 10.000 millones de dólares, a un precio que equivaldría a asignar a la empresa un valor total de entre 75.000 y 100.000 millones de dólares. Menos de 75.000 – escribe el Wall Street Journal – sería una decepción, más de 100.000 sería una audacia injustificable. Leer más
Hay varias razones para empaquetar el comentario de los resultados anunciados por EMC y VMware. Una es obvia, la primera controla el 80% de la segunda y, por consiguiente, sus destinos son inseparables. Otra es que sus respectivas especialidades, el almacenamiento y la virtualización, son segmentos cuyo crecimiento parece asegurado, contrariando el signo descendente del gasto mundial en TI que pronostican para este año las principales consultoras. EMC cerró 2011 con un 18% de crecimiento en sus ingresos, y su participada VMware lo hizo incluso mejor, un 32%. En Europa, les ha ido bien en los países del norte y no tan bien en los del sur. La misma raya trazan en sus previsiones para este año. Leer más
Leyendo la agenda del próximo Mobile World Congress de Barcelona, se descubre que una de las figuras invitadas a hablar en sesión plenaria es William Clay Ford Jr, chairman de Ford Company y bisnieto del fundador de la compañía. Su presencia obedece a una realidad notoria: el papel de la electrónica en el automóvil no se limita a los sistemas de entretenimiento para que los niños se estén quietos durante un viaje por carretera. Casi todos los fabricantes tienen, o trabajan en, “coches conectados”, adjetivo que se entiende como sinónimo de “inteligentes”, capaces de controlar desde la eficiencia en el consumo de combustible hasta la somnolencia del conductor. Leer más
Últimamente, no hay presentación, entrevista o simple conversación, en la que no salga a relucir el neologismo ´consumerización`. Especialmente cuando se habla de dispositivos móviles. La primera oleada de adopción de los smartphones, con el consiguiente aluvión de datos y aplicaciones, ha sido primariamente un fenómeno dirigido al consumidor. Desde hace un par de años, la movilidad en la empresa es el alfa y omega de una variedad de estrategias, por una razón evidente: todos los actores del mercado – operadores, fabricantes, empresas de software y de servicios – quieren monetizar este nuevo filón, todavía poco explotado, que se manifiesta en la existencia de varias fuerzas concurrentes. Leer más
Lo advertía hace días Gene Munster, el analista que mejor conoce los entresijos de Apple: “fijémonos en el iPhone; si pasa de 30 millones de unidades, será un trimestre excepcional”. Fueron 37 millones, un 117% más que en el período precedente, y un 128% que un año antes. No fue el único récord del trimestre octubre-diciembre. Los ingresos crecieron un 73%, hasta 46.333 millones de dólares. Y el entusiasmo despertado en Wall Street por la noticia ha permitido que Apple recuperara el puesto de empresa con la más alta capitalización bursátil, que ya ocupó el año pasado durante unos meses. Sobre todo, se ha confirmado que la compañía funciona igual de bien que en vida de Steve Jobs. Leer más
Suele ocurrir en un ambiente empresarial condicionado por la bolsa. El CEO de una empresa, criticado periódicamente por los analistas – y un coro mediático – finge que no tiene nada de qué arrepentirse, pero al final acaba claudicando ante la presión. Apenas ha sido designado el sustituto, los críticos reanudan el ataque: porque es desconocido, bisoño, extranjero o todo a la vez (y lo peor es que a veces tienen razón). Esta es una visión impertinente de lo que ha sucedido esta semana en RIM, la empresa canadiense más conocida por su marca BlackBerry, cuyos máximos ejecutivos han dado un paso atrás que los analistas (y el coro) consideran insuficiente ¿Tendrán razón? Leer más