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Los números pueden, contra lo que pueda suponerse, ofrecer más variantes de lectura que los textos. Un ejemplo es las estadísticas del mercado de servidores publicadas por Gartner e IDC. Las diferencias de método no cambia lo esencial de las tendencias: los despachos en unidades han crecido durante nueve de los doce últimos trimestres, y esta es una lectura positiva, pero los ingresos – por no hablar de los beneficios – han sufrido la cuarta caída consecutiva. Y cuando más se desagrega la tabla – por sistema operativo, por formato, por marca, por región – más disparidades afloran. Es el de los servidores, por consiguiente, un mercado que vive una soterrada transición. Leer más
«Sin Otellini, lo impensable es posible», el titulo y el contenido de mi post del 22/11, ha provocado menos comentarios de los que esperaba; en cambio han llegado unos cuantos en respuesta al newsletter que envié a los suscriptores dos días antes sobre el mismo asunto, la jubilación anticipada del CEO de Intel. La diferencia está en que a estos lectores – entre ellos un buen amigo de Intel – les ha provocado rechazo la siguiente frase: «Intel, una potencia industrial y financiera, ha vivido décadas aferrada a la arquitectura x86 y dedicada a prolongar el mito de la ley de Moore». ¡Ha dicho mito! Me han pedido una explicación, y ahí va: es innegable e incontestable que la tendencia pronosticada por Gordon Moore en 1965 se ha cumplido en la realidad, pero ha sido porque se han puesto los medios para que así fuera, no por designio natural.
No me tomen como un negacionista, sino sólo como un picajoso palabrista. En mi opinión, la ley de Moore no es una «ley» en el sentido en que lo es la de la gravitación universal, de Newton (matizada por la teoría de la relatividad, que tampoco es una ley). ¿Es comparable con las leyes de la termodinámica? No está inscrita en la naturaleza, por lo que sería más bien un postulado – que Moore anticipó genialmente como el principio que regiría durante décadas la industria de los semiconductores, y al que esta ha ajustado sus variables económicas.
Se cumple, claro que se cumple, porque confluyen tres factores: a) la industria ha dedicado los recursos necesarios para asegurarse de que cada 18 meses se duplique el número de transistores en un circuito integrado, b) existe un mercado capaz de asimilar, al ritmo de renovación adecuado, los productos surgidos de esa inversión industrial, pero 3) esto ocurrirá mientras la secuencia no tropiece en algún momento con los límites marcados por las leyes de la física.
Vale, se dirá que no exagere, que es sólo una expresión extendida por el uso corriente. De acuerdo, hay otras en nuestra habla que merecerían la misma crítica, pero si tomamos al pie de la letra y convertimos en leyes fenómenos dictados por la evolución tecnológica, no por la naturaleza, acabaremos creyendo que el crecimiento es continuo. Y a la vista está que no lo es. O tal vez deberíamos corregir el ritmo previsto por el fundador de Intel [circula una tesis según la cual la frecuencia de su «ley» estaría a poco de pasar a tres años, en lugar de año y medio].
Finalmente, «¿por qué has usado la palabra mito, Norberto? Me suena denigrante» Bueno, no es para tanto: me ha parecido descriptiva la acepción antropológica, «creencia compartida por la tribu». Porque, sinceramente, ¿no somos una tribu? ¿No usamos a diario un metalenguaje sectorial que el resto de la humanidad no entiende? Gracias por animar la conversación.
La estadística de ventas de servidores, conocida estos días y que este blog analizará muy pronto, presenta un rasgo interesante más allá de las subidas o bajadas en el ranking. Y es que los cambios en el mercado están determinados por una distinta naturaleza de los servidores, impulsada por la generalización del cloud computing y por el peso comprador de los grandes proveedores de servicios, llámense Google, Facebook, Amazon, etc. Estos, en sus centros de datos, adoptan nuevos diseños en los que el bajo consumo de energía y la optimización son más importantes que la potencia del procesador. En consecuencia, la supremacía que Intel ha ejercido durante décadas, ya no está garantizada. Leer más
Me escribe un lector desde el IESE barcelonés, para puntualizar algo sobre mis «frecuentes alusiones» al duopolio en el mercado de los smartphones. «No deberías alarmarte, Norberto, porque hay rasgos estructurales de duopolio en otros mercados, desde los refrescos a las compresas o los detergentes, etc. Al final, lo importante es que no exista concertación para fijar precios o para bloquear la entrada de competidores. Y no parece que Apple y Google estén dispuestos a concertar nada de nada». Estoy de acuerdo – y no me alarmo – pero es una evidencia que en los smartphones la consolidación ha sido muy rápida y nos muestra un mercado dominado por una marca (iPhone) y una constelación de marcas (Android), con el agravante de que en la segunda, la ventaja de Samsung sobre los demás es abrumadora. Otra cosa es afirmar, como he hecho, que los operadores preferirían una competición más abierta. Esto ya sería discutible.
Estos días se han conocido estudios de mercado según los cuales el iPhone ha recuperado el liderazgo del mercado de EEUU, con un 48,1% frente al 46,7% de Android, que en meses anteriores llevaba ventaja. El resto – que en la práctica significa Windows Phone y BlackBerry – se reparten un 5,2%. Si esto no es un duopolio, ya me dirán. Hay un factor que puede explicar el cambio, y es la salida al mercado del iPhone 5 a mediados de septiembre, en el país que es la plaza fuerte de Apple.
En Europa, las cosas son muy distintas. Por ejemplo, en Alemania, en octubre, el 73,9% de las unidades vendidas han sido Android, y el mejor mercado europeo para el iPhone ha sido Reino Unido, con un 32,7%. En España, a tenor de los datos de GfK, la cuota de mercado de Android habría sido del 87,6%, mientras que Apple se ha quedado en un 4,4% en unidades (pero más del 10% en valor, que ya dice algo). Aquí se ponen de manifiesto dos rasgos del mercado español: la eficacia del marketing de Samsung, que se adjudica un 46,2% del mercado (más de la mitad del agregado Android) y el hecho de que una gran parte de la demanda se concentra en los smartphones de baja gama, un segmento en el que Apple no está ni quiere estar, al menos por ahora.
Las consecuencias de la era de cloud computing se extienden mucho más allá de lo que se ve a simple vista. Por ejemplo, afectan a la vigencia de las bases de datos convencionales, con 30 o más años a sus espaldas, que son la columna vertebral de la mayoría de los sistemas de información en uso. No porque estén caducas, sino porque las necesidades han cambiado, y mantener viva esa herencia implica esfuerzos adicionales. Tal fue la premisa que inspiró la visita de un grupo de periodistas europeos a la sede de NuoDB (antes NimbusDB), en Cambridge (Massachussets). La empresa presentaba su «base de datos del siglo XXI» (sic), que lanzará al mercado antes de que acabe el año. Leer más
Hace apenas un año, el concepto de Software Defined Network (SDN) casi no había salido de los círculos académicos. La industria estaba atenta, desde luego, pero sus iniciativas avanzaban de puertas adentro. Así estaban las cosas cuando VMware dio el campanazo de adquirir Nicira, compañía pionera en esta tecnología, y así abrió la espita de un movimiento que va a dar mucho de sí. Hay dos elementos ´morbosos´ en juego: 1) ¿representa SDN una amenaza para el dominio de Cisco sobre el mercado de networking? , y 2) ya que VMware y Cisco están unidos por una alianza hasta ahora sólida, ¿hay peligro de que ese vínculo se debilite?
Dejaré esos asuntos para otro día. Pero entretanto, ayer se informó de un acuerdo entre 14 compañías (8 telecos y 6 fabricantes de equipos para redes) que, en el marco de la conferencia que la UIT celebra en Dubai, han firmado un llamamiento al organismo intergubernamental para que ponga en marcha un grupo de trabajo que contribuya a la definición de estándares para SDN. El comunicado dice que SDN es «un medio potencial para que los operadores desarrollen y desplieguen nuevos servicios con gran rapidez y flexibilidad» e incita a la UIT a «explorar las aplicaciones de SDN en las redes de acceso y las troncales móviles, así como las metropolitanas y las de transporte óptico».
Aunque sólo sea por razones alfabéticas, la lista de firmantes la encabeza Cisco, lo que ha dado lugar a que se comentara que, en relación con SDN, esta empresa ha optado por – como se dice mucho en otros ámbitos – por «ponerse al frente de la manifestación». Puestos a interpretar, no hay porqué dar mayor relevancia a las ausencias en la lista, pero lo cierto es que están Orange y Telecom Italia, pero no Telefónica. Faltan varios notorios competidores de Cisco, pero está uno que se ha apuntado de inicio: Huawei.
Thorsten Heins, CEO de RIM (fabricante de BlackBerry) se prodiga en apariciones públicas anunciando la buena nueva: el 30 de enero, el mundo conocerá al menos dos modelos de la familia basados en el nuevo sistema operativo BB10. Esta vez, los analistas han dado por buena la promesa, y su cambio de actitud ha disparado la cotización de la compañía en bolsa, que está a punto de duplicar su precio de septiembre, pero todavía lejos de las mejores sesiones del año. El principal motivo de la subida es que más de 50 operadores en varias regiones del mundo ya están probando los prototipos que se conocerán en enero, que son esperados como agua de mayo. De ellos depende el futuro de RIM. Leer más
Al hilo de mi comentario del viernes 23 sobre la publicidad móvil como posible causa del descenso del margen bruto de Google, al día siguiente recibí varias opiniones. Un buen amigo, y suscriptor de los primeros tiempos, que fue directivo de la filial de Google en un país de habla hispana, me ha enviado unas frases que reproduzco tal cual; no tanto porque yo coincida al 100% con lo que dice, cuanto porque cumplen con uno de los objetivos que me planteaba al iniciar este blog hace casi tres años: animar la conversación. Y como me anima directamente a hacerlo, pues ahí va. Transcribo literalmente.
«Mi teoría es que Google tiene que reinventarse, y si no lo hace desaparecerá. Los motivos son dos: su tecnología está totalmente ligada al entorno web y este (aunque tiene mucha fuerza, porque hemos estado durante más de una décad haciéndolo crecer) no es la estrategia que esperan los usuarios de móviles. La otra razón es que Google no ha sabido diversificarse: la rama Enterprise, que en su origen quería quitar el primer puesto a Microsoft en software, no ha hecho nada nuevo en cinco años, y su oferta languidece por aburrimiento; en las redes sociales, Google sigue sin despertar (lo de G+ me parece un buen producto, pero la forma en que lo han hecho crecer, invitándose unos a otros de manera automática, suena a máquina para engordar gallinas».
Concluye: «respecto al resto de tu newsletter, a mí me queda clarísimo que la estrategia en movilidad sigue siendo una gran oportunidad de negocio […]».
Por segundo año consecutivo, Cisco ha publicado su informe Global Cloud Index. Una de sus conclusiones es que el 76% del ancho de banda disponible es devorado por la transmisión dentro de los datacenter, otro 7% es ocupado por las aplicaciones y bases de datos alojadas en diferentes datacenter. Finalmente, el 17% de la capacidad se destina a servicios entre estos y los usuarios. La proporción se mantendrá hasta 2016, pero el tráfico crecerá al 31% anual, entre otras cosas porque la virtualización del almacenamiento incrementará el tráfico «interno». Por lo tanto, se equivocan los exégetas de la nube que dan por condenado el papel de los centros de datos tradicionales. Leer más