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Algún día conoceremos (o no, que diría Rajoy) los entresijos del «golpe de estado» dentro del consejo de BlackBerry, que ha tenido dos consecuencias inmediatas: el abandono de la única oferta de compra que tenía sobre la mesa, y la destitución de Thorsten Heins como CEO de la compañía. Mientras entre ellos se aclaran, lo que vemos es un juego de apariencias.
Aparentemente, el fondo de inversión canadiense Fairfax, que posee un 10% de BlackBerry, estaba dispuesto a reunir 4.700 millones de dólares para hacerse con el 100%, y el plazo para ejecutar la oferta vencía el lunes 4. Al llegar la fecha, Fairfax retiró su oferta, pero al mismo tiempo accedió a prestar a la compañía 1.000 millones de dólares, en forma de un bono convertible en acciones.
Aparentemente, BlackBerry no necesita el préstamo, porque cuenta con una liquidez de 2.600 millones, pero la conversión del bono equivaldría a un 16% de su valor bursátil, lo que de hecho convertirá a Fairfax en dueño de una cuarta parte de la empresa, y por consiguiente en árbitro de cualquier solución que pudiera aparecer.
Aparentemente, la maniobra confirmaría que la oferta de Fairfax era un recurso para ganar tiempo, pero no ha sido suficiente: ninguno de los presuntos interesados en comprar Blackberry – total o parcialmente – ha presentado una oferta formal. Y, también aparentemente, la lista era numerosa.
Aparentemente, los cofundadores de la compañía, Mike Lazaridis y Doug Fregin, buscaban financiación para presentar su propia oferta, con el objetivo teórico de salvar la condición canadiense de BlackBerry. Si este era el plan B, hasta ayer no había señales de su existencia real.
Aparentemente, Thorsten Heins habría insistido en salvar el componente hardware de BlackBerry – los célebres dispositivos con los que se identifica la marca – pero no era esto lo que interesaba a los presuntos compradores, sino otros activos: su red de servidores corporativos BES 10 y su cartera de patentes. El desacuerdo habría precipitado la defenestración de Heins.
Aparentemente, este sería el origen de la designación de John Chen como nuevo chairman y temporal CEO. Los antecedentes de Chen – cogió una empresa al borde de la quiebra, Sybase, la revalorizó y acabó vendiéndola a SAP a buen precio – sugiere una lectura creíble: Chen sería el alfil de quienes piensan que la salvación de BlackBerry no está en sus ´icónicos´ dispositivos sino en su servicio a empresas y gobiernos. Incluso así, queda por ver si podría sobrevivir como empresa independiente o está abocada a negociar una oferta de compra idónea.
Aparentemente, pese a que el perfil de John Chen se asocia al software para movilidad, se ha apresurado a declarar que no tiene intención de desprenderse de la rama de hardware: ¿qué otra cosa podría decir en estas circunstancias?
Bajo tantas capas de apariencias, subyace un hecho: durante varios años, quienes han dirigido BlackBerry se han empeñado en negar el colapso de su modelo de negocio y, en consecuencia, cometieron errores estratégicos que ahora se pagan. Lo más fácil para un cronista sería hacer leña del árbol caído, y conozco quien disfruta de practicar ese ejercicio. Me consta que pocos comparten mi opinión, pero sigo creyendo que es posible que alguien sepa aflorar el valor intrínseco que alberga la compañía, aceptando el riesgo de que deje de ser canadiense.
Hay informes sesudos, informes marketinianos e informes-estudios que valen para recordar que es imposible quedarse quieto. A la tercera categoría se adscribe uno que ha elaborado una consultora española y que pone sobre la mesa una regla bastante ignorada en la práctica: todo website que se precie debería ser capaz de adaptarse dinámicamente al dispositivo móvil por el que accede un número creciente de usuarios. Vaya por delante que este blog, originalmente diseñado para los visitantes que llegan a través de un PC, ya está trabajando en la hipótesis de ser accesible a partir de 2014 por diferentes dispositivos móviles, con distintos tamaños de pantalla y resoluciones. Leer más
No exagero mucho si digo que en la compra de la española Everis por una filial de la japonesa NTT se han juntado el hambre con las ganas de comer. La primera, fundada por Fernando Francés en 1996, ha sucumbido a los dolores de un crecimiento que infló su deuda hasta un punto en el que los fondos de inversión que durante años han apoyado su desarrollo [3i con el 18% y Hutton Collins con el 10,4%] no escondían su interés en desinvertir, y en cuanto la ocasión se les pintó calva, acogieron la oferta de compra.
La transacción equivale a poco más o menos la facturación de Everis en su último ejercicio: 560 millones de euros (75.000 millones de yenes) por el 100% de las acciones, y este monto incluye, obviamente, la absorción de un pasivo que equivale más o menos a la tercera parte del precio acordado. En España, la compañía ocupa la sexta plaza en el ranking de servicios TI que elabora IDC, con 340 millones de euros de facturación (en la primera mitad de 2013 fueron 179 millones, según la misma fuente), por lo que la decisión de vender no parece obedecer a una pérdida de mercado sino a un imperativo financiero de los fondos mencionados.
El negocio de Everis se ha extendido a lo largo de los años a Portugal, Italia, Reino Unidos y seis países latinoamericanos, y esta implantación geográfica encaja con la visión de NTT Data, que espera facturar 200.000 millones de yenes (1.500 millones de euros) en 2016, duplicando los ingresos de 2012, en buena medida a través de adquisiciones. Precisamente, la semana pasada, la filial del operador Nippon Telegraph and Telephone cerraba la compra de Virtelia, empresa norteamericana especializada en servicios de gestión de redes y nubes de empresa. El precio de compra asciende a 525 millones de dólares, a los que se suman oytos 350 millones por el 80% de otra empresa afín, RagingWire, que opera cuatro centros de datos en Estados Unidos.
Si a estas adquisiciones se añade la inversión de NTT Com para tomar el control de la empresa india NetMagic, proveedora de servicios gestionados, con siete datacenter en otras tantas ciudades del subcontinente, aparece a la vista un plan de expansión global que, hasta ahora, tenía flaquezas en Europa y América Latina. NTT, al igual que los operadores occidentales, sufre el deterioro de ingresos y márgenes en su negocio tradicional y, como aquellos, ha encontrado en los servicios cloud una escapatoria a la decadencia, en su caso agravada por la inercia de la economía nipona y por la fortísima competencia en las comunicaciones móviles.
La dirección de Everis ha difundido un comunicado tranquilizador, en el que asegura que bajo la batuta japonesa se mantendrá el modelo de negocio y la marca. Ojalá sea así, y hay que esperar que se haga sin el sacrificio de puestos de trabajo que suele acompañar las noticias de este carácter.
Dadas las circunstancias, puede parecer irónico que Huawei, tantas veces señalada por ciertos círculos de Estados Unidos como sospechosa de introducir ´puertas traseras` en sus productos con fines de espionaje a favor de China, haya publicado justamente ahora un white paper en el que describe con profusión de detalles sus políticas de seguridad, que acompaña con recomendaciones a la industria. Es el segundo documento de este tipo que forma parte de la campaña para restaurar su imagen y recuperar a largo plazo la confianza del mercado estadounidense, que en la práctica se ha cerrado para la compañía china. Con tacto, el documento evita aludir al escándalo de espionaje masivo de la NSA. Leer más
El ´caso Snowden`, que empezó por parecer una filtración entre tantas, se ha convertido en un torrente de revelaciones que socavan las relaciones entre gobiernos aliados. Las sospechas sobre el origen ruso o chino de los ataques contra la seguridad informática, se han eclipsado ante la veraz denuncia de que hasta el móvil de Ángela Merkel estaba intervenido por una coalición entre la NSA de Estados Unidos y el GCHQ de Reino Unido.
A diferencia del ´caso Wikileaks`, esta vez no se trata de la difusión de informes diplomáticos (papeles, en última instancia) sino de la constatación de que los sistemas de comunicaciones gubernamentales estaban pinchados, con o sin el consentimiento de los servicios de inteligencia que dependen de los gobernantes espiados. La reacción de Alemania y Brasil a los artículos publicados por The Guardian no es menos importante que la incomodidad de Google y Yahoo ante las informaciones del Washington Post que revelan la intercepción de los cables de fibra óptica que conectan sus centros de datos.
De poco sirven ahora los aparatos para destruir documentación, porque estos son digitales, transitan por las redes y se almacenan en servidores, lo que los hace más, no menos, vulnerables. Después de Wikileaks, los gobiernos de todo el mundo se esforzaron por mejorar – cada uno en su escala geopolítica – las medidas de seguridad en las comunicaciones. Ahora constatan que de poco les ha valido. Este es uno de los puntos en los que el ´caso Snowden` se cruza con la gobernanza de Internet. Han reaparecido, multiplicadas, las críticas al control que ejerce Estados Unidos sobre la red de redes, y resurgen las propuestas para transferir esas competencias a alguna instancia multilateral. Aunque, si algo ha quedado claro estos días es que tampoco serviría de mucho.
El colega británico S. Mathieson nos recuerda en The Register que pasaron décadas antes de que se conociera la existencia de Bletchey Park, el centro secreto (hoy un museo) donde durante la Segunda Guerra Mundial se decodificaron las comunicaciones alemanas gracias al computador electromecánico de Alan Turing. ¿Quiere el lector ver las sedes de la NSA y el GCHQ? Búsquelos en Google Earth: están en Fort Meade (Maryland) y en Cheltenham (Glucesteshire). La conclusión de Mathieson es múltiple:
1) los métodos del espionaje han cambiado tanto que ningún secreto aguanta mucho tiempo, y su explosividad es tanto mayor cuanto que los medios de comunicación independientes no se sienten obligados por una supuesta lealtad patriótica, si como en este caso se identiticaría con los intereses del estado en desmedro de los ciudadanos;
2) los espías de hoy en día se permiten describir con detalle sus procedimientos en powerpoint (como ese gráfico, rotulado top secret y revelado la semana pasada, en el que la NSA presume con humor de haber engañado nada menos que a Google);
3) como han demostrado los acontecimientos, la acumulación de volúmenes ingentes de información desborda la capacidad de análisis de los servicios secretos, y la digitalización del espionaje moderno ha llevado a contratar los servicios de empresas privadas, como aquella para la que trabajaba Snowden;
4) a cada crítica que reciben, los servicios de inteligencia de EEUU replican con una referencia al 11-S, y los europeos al peligro del terrorismo islamista: la naturaleza del enemigo ha cambiado, y una consecuencia es que políticamente se considera aceptable la vigilancia masiva, en la confianza de que los ciudadanos estarán dispuestos a sacrificar su derecho a la intimidad de las comunicaciones, pero el autor se pregunta quis custodiet ipsos custodes.
Hoy sí, inaplazablemente toca hablar de Apple y no de Samsung. Queda confirmado, por si alguien tenía dudas, que el iPhone es el principal sustento del negocio de Apple: el 52% del total de ingresos, un 26% de aumento en volumen y un 17% más en valor. Pero los 37.472 millones de ingresos totales sólo crecieron un 4% interanual y un 6% secuencial en el último trimestre del año. ¿Por qué? Porque tanto el iPad como el Mac, y por supuesto el iPod, han caído en unidades y en dólares. De manera que la frase de Tim Cook – “cerramos un año fiscal fantástico y abrimos otro que será mejor” – debería matizarse. Pero lo que quedará para los anales de la compañía es un dato dominante: el iPhone ha batido un record, con 33,8 millones de unidades vendidas en el trimestre, y esto antes de la salida efectiva al mercado de los modelos 5S y el 5C [que, dicho sea de paso, no despega porque su precio no es atractivo por mucho que lo sea su paleta de colores] .
Un aspecto que no merece pasar inadvertido es la tendencia del precio medio de las tres grandes líneas de producto. El iPhone ha bajado su ASP muy ligeramente, a 577 dólares, pero esta media es mucho más baja que aquella con la que inició el año, 641 dólares. Es probable que en el primer trimestre del nuevo ejercicio vuelva a subir, por el efecto del 5S. Nada indica que Apple esté dispuesta a descuidar este parámetro. En cuanto al iPad, ha recuperado su precio medio, que sube hasta 439 dólares, tras un período en el que el iPad Mini canibalizó ventas de su hermano mayor. Lo previsible está ocurriendo con la familia Mac: el precio medio baja a 1.229 dólares, que son 130 dólares menos que el del primer trimestre.
En volumen, ¿cuántas unidades se han vendido entre julio y setiembre? Ya se ha dicho que 33,8 millones de iPhone (26% más), pero en la estadística también pesan los 14,1 millones de iPad (plano sobre igual período de 2012) y los 4,6 millones de Mac (4,9 millones hace un año). De las novedades presentadas estas últimas semanas va a depender que tales cifras se corrijan al alza, que es lo que normalmente cabría esperar.
No falta razón a Tim Cook: el ejercicio 2013 se ha completado con 170.910 millones de dólares de facturación. Pero ¿qué esperar del que viene? De momento, para el primer trimestre (octubre a diciembre), la previsión de Apple oscila entre 55.000 y 58.000 millones de dólares; obsérvese que la cifra más alta es un 6% superior a la del período equivalente de 2013. Pero Tim Cook dejó a los especialistas con la miel en los labios al proclamar que en el nuevo ejercicio contempla “grandes oportunidades en nuevas categorías de productos”.
Pido disculpas por la demasía de cifras en los post de los últimos días, pero no conozco otra manera de embutir un análisis de resultados en no más de 500 palabras. Una última aclaración: en el newsletter del lunes, la frase “Entretanto, Windows Phone va ganando terreno – en Europa se acerca al 10% de cuota – y debería seguir creciendo” estaba mal formulada. Según el panel de Kantar, Windows Phone representa algo más del 8% de cuota media en los cinco primeros mercados europeos – no en el conjunto de Europa, por tanto – por lo que resulta verosímil que pueda alcanzar el 10% tras la asimilación de Nokia.
Llevados por la costumbre de las metáforas belicistas, algunos hablan de ´guerra de los chips`. Mejor sería hablar de una sucesión de batallas dispersas, que en estos tiempos se recrudecen, y en las que Intel va desvelando, poco a poco, cuáles serán sus armas para sobreponerse en un mercado que ya no domina con la misma holgura de otros tiempos. Mientras HP y otros experimentan con microservidores basados en la arquitectura ARM, el gigante de Santa Clara se ve apremiado por cocinar una estrategia que frene las aspiraciones de sus rivales en el centro de datos, el segmento de mercado del que extrae la mejor rentabilidad, gracias a su incomparable economía de escala. Leer más
Sé que hoy tocaría escribir sobre los resultados de Apple, pero no están disponibles a la hora en que tengo que adelantar la escritura de este newsletter. Se me ha ocurrido que un sucedáneo oportuno puede ser comentar las cuentas de Samsung. No es que sean empresas comparables, pero entre ambas hay muchas intersecciones: rivalizan y en la práctica se dividen el mercado de smartphones y tabletas, pero mantienen una extraña relación de proveedor-cliente en los chips que Samsung fabrica para Apple, y entre medias se enfrentan en los tribunales de medio mundo por un feo asunto de patentes. Pero, insisto, no son comparables.
Samsung Electronics, la rama más importante del conglomerado coreano, ha anunciado otro trimestre de beneficios record, gracias sobre todo a que la división de semiconductores ha ayudado a equilibrar la debilidad de las ventas de televisores y un descenso relativo en las de sus dispositivos móviles. Aunque no sean comparables, las cifras impresionan: ingresos totales de 59 billones de won (54.000 millones de dólares) que dejan un beneficio operativo 7% superior al de 2012 por las mismas fechas, y un beneficio neto de 8 billones de won (7.600 millones de dólares), que es un 25% más alto que el del tercer trimestre del año pasado. Financieramente, la compañía tiene una capitalización bursátil equivalente a 221.000 millones de dólares y acumula liquidez por 49.000 millones de dólares, de modo que podría fácilmente comprar una cierta compañía que – dicen – se le ha acercado esperando una oferta.
La atención de los analistas se ha fijado en el negocio de movilidad, cuyo papel es aportar dos tercios del beneficio operativo (7% de incremento en esta división: 6.300 millones de dólares). Parece mucho, pero es menos que en el tercer trimestre de 2012, cuando el crecimiento fue ¡del 132%! Por ahora, Samsung disfruta de una oportunidad de negocio sin parangón, con más de 40 modelos de smartphones para balancear distintos rangos de consumidores en mercados desarrollados y emergentes, que no marchan al unísono. La compañía no publica cifras oficiales desglosadas, pero los analistas sostienen que la estrella del 2013, el Galaxy S4 no tira tanto como se esperaba [aun así, son 40 millones de unidades en seis meses, que se dice pronto].
Uno de ellos, Mark Newman, calcula que Samsung ha despachado 88 millones de dispositivos móviles en el trimestre (que, según su hipótesis, multiplicarían por 2,7 la cifra que Apple debía anunciar anoche). La llegada al mercado de la tableta Galaxy Note empuja los márgenes al alza, añade el analista de Bernstein.
El mayor crecimiento ha venido de la crucial división de semiconductores, con un 17% de aumento en el beneficio operativo (1.900 millones de dólares), en parte gracias al aumento de precios en los chips de memoria (disparados tras el incendio de una planta de Hynix en China).
Inusualmente, Samsung ha convocado un Analyst Day, algo que ha hecho sólo dos veces en su historia, para discutir en detalle estos asuntos. No deja de ser un rasgo de apertura insólito para una compañía coreana.
Lo esencial de los anuncios de VMware ya se conocían tras el evento de San Francisco a finales de agosto, en torno a la audaz apuesta por vCloud Hybrid Services, pero esto no quiere decir que la edición europea de VMworld, en Barcelona, haya estado desprovista de novedades. Desde la sesión de apertura, el CEO de la compañía, Pat Gelsinger, añadió dosis de concreción al discurso reiterativo sobre el centro de datos regido por software [software-defined datacenter, o SDDC]. Se confirma así que la línea maestra de su estrategia se distancia de la condición de suministrador de hipervisores, para convertirse en actor de primera línea en la tendencia que mueve el mercado: la nube. Leer más