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El titular pretende ser un homenaje. Bill Hewlett y Dave Packard fallecieron hace años, y aquella empresa que hace 75 años en un garage de Palo Alto, es una multinacional conocida por la sigla HP, aunque legalmente se llamado Hewlett-Packard Company. El lunes pasado, la actual chairman y CEO, Meg Whitman, anunció la decisión de escindirla en dos sociedades distintas pero emparentadas por un split de acciones: una se llamará Hewlett-Packard Enterprise y la otra HP Inc, a partir de noviembre del 2015. Si para entonces se mantuvieran las cifras actuales, sus tamaños serían aproximadamente equivalentes, unos 56.000 millones de dólares de ingresos cada una. Leer más
La semana empezó con el sensacional anuncio de escisión de HP, y se cierra con rumores de que Meg Whitman estaría negociando una compra de «entre 6.000 y 10.000 millones de dólares», antes del 31 de octubre, cierre del año fiscal, que alteraría las proporciones de la planteada segregación entre Hewlett-Packard Enterprise y HP Inc. Mucho dinero me parece tal como está su tesorería,… no digo que no justifique la expectación, pero me temo que rumores como este vamos a escuchar muchos, porque las circunstancias son propicias. La semana ha traído otros seísmos de menor escala.
Ahí va uno: para sorpresa general, el CEO de AMD, Rory Read, que había hecho un buen trabajo enderezando el barco y estabilizando el negocio, deja el puesto a Lisa Su, hasta ahora COO. Read es, fundamentalmente, un hombre de marketing, mientras que Su tiene una rica experiencia en la industria de semiconductores, y es mujer, cosa rara en este segmento. Aunque el CEO saliente diga que así estaba previsto, el cambio no deja de anticipar noticias de calado estratégico.
Hablando de calado, vean lo que se prepara en Symantec, según la agencia Bloomberg. Estaría considerando escindirse [el verbo de moda, por lo que se ve] en dos compañías, para luego vender una de ellas, la que recogería su actividad de software de seguridad, para mantener a flote la actividad de almacenamiento. Una observación inmediata: es demasiada casualidad que HP, eBay, y Symantec coincidan en desmontar sus artefactos corporativos, cada una por sus razones pero que podría ser tendencia. Como si el ciclo de consolidación que vaticinan los analistas debiera pasar, antes, por una fase de depuración de las estructuras existentes.
Symantec arrastra cadenas desde hace tiempo. Tras la defenestración brusca de Enrique Salem – sucesor natural del respetado Jim Thompson – el chairman Steve Bennet bajó un peldaño para asumir la condición de CEO y emprendió una reorganización que por lo visto fue fallida, ya que por la vía rápida le buscaron un sustituto interino en la persona de Michael Brown, procedente de Veritas, compañía de software de almacenamiento y backup adquirida por Symantec en 2005, un récord para entonces. Ya se ha dicho que Symantec abandonaría sus productos de consumo para centrarse en las empresas. Ahora el péndulo parece moverse más grados, en el sentido menos favorable a su actividad más notoria, la seguridad. Lo que vendría a confirmar una hipótesis de este blog: la vieja guardia del mercado de seguridad ha perdido fuelle justamente cuando los peligros arrecian. .
Insisto en que cada caso es distinto, pero ¿qué tienen en común las tres segregaciones de las que se habla estos días? Varias cosas. Por un lado, se trata de estructuras creadas por la vía de adquisiciones costosas, que se hace delicado mantener bajo un mismo techo, aun cuando en su día se justificaran en nombre de las sinergias. Por otro, el despiece y la venta o salida a bolsa de un bloque segregado presentaría la ventaja de disponer de recursos para abordar nuevas adquisiciones. A dónde conducirá este juego no lo sé, y no sé si alguien lo sabe.
No todas las novedades tienen que ser revolucionarias ni pretender un cambio ´disruptivo`: las empresas suelen ganarse las habichuelas con avances tales como rebajar el consumo de energía, minimizar la ocupación de espacio físico o, sencillamente, reducir los costes para sí y para sus clientes. No estoy desbarrando: pienso en el anuncio por HP [fue antes del seísmo de este lunes] de un nuevo miembro de la familia de servidores Moonshot, que formalmente se llama serie ProlIant m.
Desde que, en 2011, la británica ARM reveló que trabajaba con varios partners para diseñar y producir chips que introducirían en los servidores las mismas cualidades que han permitido a su arquitectura dominar el mercado de los smartphones, el intento más serio ha sido protagonizado por HP, cuya CEO dio instrucciones para acelerar el proyecto Moonshot concebido en los HP Labs. Este «disparo a la luna» coincide sólo de nombre con un programa secreto de Google, y tiene objetivos muy terrenales: los servidores ProLiant m están enfocados a clientes con necesidades de web caching, típicamente proveedores de servicios, cuyas preocupaciones son distintas a las de un datacenter convencional.
Se trata de un hardware ´customizable` para cargas de trabajo específicas homogéneas, a diferencia de otros servidores de precio superior. Un chasis de estos sistemas puede albergar hasta 45 «cartuchos» con recursos compartidos de refrigeración, almacenamiento y red para maximizar su densidad y ahorrar energía.
La noticia reciente consiste en que HP ha presentado su primer servidor Moonshot de 64 bits, que permite el mismo rendimiento con un 66% menos de racks. No sería capaz de entender la tecnología, pero veo que es una tendencia y como tal me ha interesado. Otras veces he contado que el mercado de servidores está experimentando un giro copernicano. Una de sus vertientes es el repliegue de IBM, que ha vendido su división de servidores x86 a Lenovo. Otra, de la que aquí se trata, consiste en que los proveedores de servicios web prácticamente han renunciado a comprar máquinas sofisticadas de las marcas clásicas, y derivan sus presupuestos hacia engendros baremetal de fabricantes chinos que, gracias a ensamblar componentes de bajo coste, revientan los precios.
HP ha concebido esta nueva línea de servidores para desafiar esa tendencia, poniendo el acento en el TCO (coste total de propiedad) más que en el precio: el nuevo ProLiant m400 de 64 bits se venderá a unos 58.000 dólares con 15 cartuchos de serie. «No pensamos en Moonshot como productos de nicho – ha declarado Paul Santeler, directivo de HP a cargo – sino que el mercado está aprendiendo a usar este nuevo tipo de máquinas».
El nuevo servidor está basado en chips de arquitectura ARM, pero no implica dar esquinazo a Intel, porque las otras gamas de ProLiant llevan procesadores Xeon. Asimismo, ha desarrollado cartuchos de Moonshot basados en Atom, que van convivir en su catálogo con máquinas especializadas sobre AMD. De lo que se puede deducir que habrá más diversidad en los datacenter, que probablemente seguirán dominados por la tecnología de Intel: cada SoC (system-on-a-chip) que aparece en el mercado nace con más poderes y abre nuevas vías en el mercado. No es poco mérito.
Habituados a los litigios de los últimos años entre Apple y Samsung –neutralizados pero no cerrados – podríamos pasar por alto que la empresa coreana tiene otros asuntos de patentes en los tribunales. Estos días se ha conocido, casi de casualidad, que Microsoft ha demandado a Samsung por renegar del acuerdo de licencia firmado por ambas en 2011, que ampara el uso de patentes sobre componentes de Android. Formalmente, la demanda en sí es por calderilla, 7 millones de dólares, pero gracias a ella nos enteramos – escribe Mary Jo Foley en su blog – de que Samsung pagó a Microsoft 1.040 millones de dólares en 2013 en concepto de royalties sobre esas patentes.
Sabíamos de la existencia del acuerdo y su duración de siete años, pero no cuál era el coste para el fabricante que lidera el pelotón de Android. Los 1.000 millones fueron el monto de la segunda anualidad, vencida en noviembre y sobre la que parece estar pendiente un fleco. En junio, Microsoft facturó la tercera – no se dice por cuánto, pero debería ser superior, acorde con la evolución de las ventas de Samsung – pero del embrollo se desprende que los coreanos se niegan a reconocer la vigencia del acuerdo.
La clave estaría en que, cuando Microsoft anunció la compra de la división de dispositivos de Nokia, Samsung la interpretó como una ruptura del pacto de cooperación entre ambas. Por consiguiente, amparándose en la legislación coreana, se niega a pagar cualquier débito posterior a esa fecha, 3 de septiembre de 2013. Mary Jo inserta un apunte que complica más la situación: Samsung y Nokia firmaron – en noviembre de 2013 – una extensión por cinco años de su acuerdo recíproco sobre patentes. La fecha es importante, porque en ese momento Microsoft no era legalmente propietaria de la marca finlandesa. De modo que, eventualmente, podría plantearse una inversión de la prueba, si Samsung lograra convencer al tribunal que la compra de Nokia desbarata el conjunto de los acuerdos.
El episodio confirma, en primer lugar, que el mundo de las patentes – en especial sobre dispositivos móviles – es un terreno minado. También viene a confirmar que Android no es gratuito, pero eso nos llevaría a otro tema. El impacto de las patentes controladas por Microsoft sobre el coste de un Android ha sido estimado por lo bajo en 3,21 dólares por unidad. Samsung espera vender unos 400 millones de smartphones y tabletas este año, por lo que la factura le saldría por 1.300 millones de dólares, más o menos. Bonita cifra que lleva a otra confirmación: las patentes sobre el sistema operativo de Google son un goloso negocio para Microsoft, probablemente de unos 3.000 millones de dólares. Bastante más que los beneficios que obtiene – si los obtiene – de Windows Phone.
Plausiblemente, Samsung necesita bajar los costes de sus móviles de bajo precio, que en los mercados emergentes (los que crecen) sufren el acoso de marcas chinas e indias que no pagan royalties, y que empiezan a asomarse al segmento de gama media. Este no es un problema que afecte sólo a Samsung: un total de 25 fabricantes – LG, Huawei, Lenovo y Sony entre ellos – ha aceptado pagar a Microsoft, por lo que una sentencia favorable a aquella abriría la espita para dejar de pagar. Y abriría, tal vez, una brecha en los ingresos de Microsoft.
Como el tribunal competente es estadounidense, es previsible que sea favorable a la posición de Microsoft, que podrá esgrimir un refuerzo poco corriente: el gobierno chino ha reconocido oficialmente la propiedad de Microsoft sobre más de 200 patentes relativas al desarrollo y producción de un smartphone.
Una coda malévola: Google no ha creído necesario refutar el derecho de Microsoft sobre ciertos elementos de Android. Y su filial Motorola no ha pasado por el aro, pero seguramente lo hará cuando sea propiedad de Lenovo.
Con más de 630 millones de usuarios, una tasa de penetración con amplio margen de mejora (46%) y un alma colectiva propensa al clic, no es extraño que el fenómeno chino se base en la demografía y la efervescencia económica. Una prueba entre muchas es Alibaba, creada en 1999 por el espabilado Jack Mam que ha salido a bolsa en Nueva York (no en Shanghai ni en HongKong) con un valor bursátil superior al de Facebook y equivalente al de IBM. Aun así, no es lo bastante grande para ocultar las sombras de una economía privada y un tejido empresarial con serios problemas de productividad. Leer más
No tengo nada nuevo que escribir acerca de la segregación de HP en dos empresas ´hermanas`, salvo que el anuncio se ha hecho oficial. Pero hay muchos otros temas en espera: Europa, sin ir más lejos.
Turbulentas, es el adjetivo que mejor conviene a las relaciones que durante cuatro años han mantenido la comisaria europea Neelie Kroes y los directivos del sector de telecomunicaciones. La política holandesa, como responsable de una cartera llamada Agenda Digital, se ha ganado el mote de Steelie Neelie, por su estilo abrasivo y su tozudez ante los argumentos ajenos. Las telecos europeas le reprochan, entre otras, dos actuaciones que les inquietan: la rebaja del 55% en las tarifas de roaming y su posición favorable a la así llamada ´neutralidad de red`.
Con estos precedentes, Kroes participó la semana pasada en una conferencia en Bruselas de la asociación ETNO, que agrupa a los operadores europeos y, como se podía esperar de su carácter, les leyó la cartilla por última vez antes de dejar el cargo. «A menudo pienso que ustedes son los peores enemigos de sí mismos», disparó en el primer minuto de su discurso.
Ante el estupor de los presentes, no aflojó en lo que mi colega Le Maistre ha descrito graciosamente como «a verbal kick to the collective cojones of European telcos» [sic]. Lean: «Muchas veces, en nuestros encuentros, les he preguntado qué harían si estuvieran en mi lugar; hoy daré la vuelta a la pregunta y les diré qué haría yo si estuviera en el suyo, cómo dirigiría una de sus empresas en un entorno digital dinámico».
El consejo que deja Neelie Kroes a sus interlocutores de los últimos cuatro años es este: «el mercado del futuro no se caracterizará por la defensa de las rentas ni por el proteccionismo, ni será viable encerrarse en jaulas nacionales. De nada les van a servir los viejos modelos de negocio ni los flujos de ingresos caducos». Dicho lo cual instó a los operadores a buscar acuerdos con las empresas over-the-top [en la sala estaba Reed Hastings, fundador de Netflix, quien obviamente alegó en favor de la neutralidad de las redes] porque «la situación de las empresas que ustedes dirigen no es culpa de las OTT […] son ellas las que generan la demanda que justifica el pago por los servicios de banda ancha; ¿quién estaría dispuesto a pagar si no fuera por Facebook, YouTube, Netflix o Spotify?».
El enojoso debate sobre la ´consolidación necesaria` del sector no ha sido de la jurisdicción de Kroes, sino de Joaquín Almunia, pero dijo estar de acuerdo en que es necesaria. La cartera que heredó en 2010 de Viviane Reding cambiará de manos en la comisión que debería entrar en funciones el 1 de noviembre. Si los candidatos de Jean-Claude Juncker fuera aprobados por el parlamento [se dice que hay cinco en el alambre], sus responsabilidades serán repartidas de hecho entre tres comisarios: Günther Oettinger, Andrus Ansip y Jyrki Katainen, una manifestación de que – dijo Kroes -«no habrá crecimiento económico si Europa no se digitaliza».
Oettinger (Economía y Sociedad Digital) despierta resistencias entre los parlamentarios por su falta de conocimientos en la materia. En cambio, el ex primer ministro estonio Ansip (la cartera de Mercado Único suma el apelativo Digital), llega con el marchamo de haber impulsado en su país una política de servicios públicos digitales eServices. El finlandés Katainen (nominado para Empleo, Crecimiento y Competitividad) provoca rechazo en los escaños de izquierda. Al margen de este reparto de papeles, hay otros dos comisarios que tendrán competencias adyacentes: la checa Véra Jourová (Justicia) absorberá el desarrollo de la directiva europea sobre Protección de Datos, y la danesa Margrethe Vestager recibirá la envenenada cartera de Competencia, cuyo primer marrón será reabrir el expediente contra Google.
A todo esto, ¿qué dice la ETNO en su manifiesto que presentará ante la nueva CE? Simplificando: «la próxima Agenda Digital debe poner el foco en cómo hacer que haya inversiones en las redes». No es la primera vez que se dice, desde luego y apuesto lo que quieran a que no será la última.
Después de mucho resistirse, eBay ha decidido amputarse el brazo del que depende casi la mitad (exactamente el 41%) de sus ingresos. Pero antes de aceptar que PayPal sea una compañía independiente, ha habido un largo tira y afloja entre John Donahue, CEO de eBay, y Carl Icahn, inversor célebre por otros despieces, siempre con el mismo leitmotiv, elevar el valor para los accionistas. En este caso, el mercado parece dar la razón a Icahn: la suma de las partes valdría más que el todo actual. Donahue se ha rendido a la evidencia de que las sinergias no necesariamente obligan a dormir bajo el mismo techo. A partir del 2015, cada parte tendrá algo que ganar y mucho que demostrar. Leer más
No le dejan a uno pasar la noche del domingo en familia. En un instante, el tema que había escrito para este newsletter ha perdido interés al lado de la que podría ser, según anticipa el Wall Street Journal, el anuncio de hoy, lunes: la decisión de segregar HP en dos compañías. No es la primera vez que el diario de Murdoch se columpia, en su obsesión por ganarle la mano a la competencia. Pero tampoco es la primera vez que se enuncia esa posibilidad. De modo que este comentario de alcance no tiene otro fin que recuperar el hilo de lo publicado en este blog, por si dentro de unas horas fuera necesario para interpretar lo que ocurra, si es que ocurre. Y si ocurre, este será el tema que dominará el final del año fiscal 2014, cuyo último mes es octubre. Como poco, habrá movida bursátil.
El último CEO que estuvo cerca de partir las aguas fue el efímero Leo Apotheker, cuya intención era convertir HP en una compañía de software (y subsidiariamente de servicios), que era lo que él había vivido en SAP. Se llegaron a insinuar fusiones fantasiosas con distintas compañías de software, pero la caída de Apotheker fue atribuída al efecto negativo que tuvo en la bolsa aquella idea.
Sin embargo, quedó flotando en el aire un razonamiento: el hardware era entonces un lastre para los resultados de HP. Al poco de tomar el mando, Meg Whitman, se desmarcó radicalmente de su antecesor. No obstante, hizo un movimiento que hoy podría adquirir sentido, al unificar – nominalmente, porque en la práctica han seguido funcionando a su aire – las divisiones de PC y de impresión, bajo el común denominador PPS; pero el discurso de las sinergias se mantuvo: el mercado de consumo y el corporativo están más entrelazados de lo que sugiere la clasificación.
Vino otra fase, en la que las traumáticas amortizaciones contables de EDS [comprada por Mark Hurd] y de Autonomy [responsabilidad de Apotheker] desbarataron cualquier asomo de disociarse del hardware. El esfuerzo de HP por colocarse en la primera fila entre los proveedores de cloud computing rehabilitó el papel de la compañía en el mercado de los servicios; en algún momento escuché la especulación según la cual las dos divisiones dedicadas a tratar con el mercado corporativo podrían fusionarse a su vez. De haber sido así, las dos mitades de HP estarian más o menos a la par en ingresos y en beneficio operativo.
Si, como dice la información de anoche, sería difícil encontrar un mejor momento para segregar la división PPS: pese a haber perdido el liderazgo del mercado de PC, los ingresos de esta rama han crecido un 12% el último trimestre, mientras la posición dominante en sistemas de impresión se mantiene, aunque con rentabilidad a la baja. Sumadas ambas actividades, el beneficio operativo fue de 1.400 millones de dólares, lo que sería un buen punto de partida.
La supuesta segregación dejaría otra mitad de cierto parecido con la actual IBM, al agrupar bajo un mismo techo hardware de almacenamiento y servidores – más de network – junto con software y servicios (sumados, ingresos de 13.500 millones en el tercer trimestre). No es oportuno llevar la analogía al extremo, porque IBM se está desprendiendo de sus activos no rentables en hardware, lo que en cierta medida beneficia a HP. Pero se da otra circunstancia singular: la ´noticia` del WSJ se publica poco después de otra, que reveló la existencia de negociaciones con vistas a una fusión entre HP y EMC. Presuntamente, las negociaciones se habrían roto porque Joe Tucci, CEO de la segunda, consideró incongruente la permanencia de las actividades que en el nuevo esquema estarían destinadas a segregarse. Si fue así, ahora podría replantearse un matrimonio «entre iguales». Hay que esperar que hablen los hechos, pero las corrientes están cambiando el paisaje de la industria.
La semana próxima, del 14 al 16 de octubre, se celebrará en Barcelona la edición 2014 de VMworld Europe, de la que en su momento informará este blog. Entretanto, la crónica de lo visto en agosto, durante el VMworld de San Francisco, puede servir como ilustración adelantada de lo que verán los miles de clientes y partners que, nuevamente este año, asistirán a la conferencia europea. Hay que decir, de entrada, que no es nada fácil resumir el alto número de novedades que este año tiene VMware para presentar; como hilo conductor vale una frase pronunciada por el CEO de la compañía, Pat Gelsinger: «el peor riesgo que corren los profesionales de las TI es la perpetuación del status quo«. Leer más