Desde que quedó aprobada la adquisición de VMware por Broadcom, en noviembre de 2023, se ha producido un sintomático trasvase de clientes de la primera hacia su rival Nutanix: un movimiento que no podría ser fácil y que, en este caso, se antoja complicado por la duración y la estructura de los contratos en vigor. Nutanix lleva tiempo pescando en los caladeros de VMware, pero el CEO desde el 2020, Rajiv Ramaswami, ha aleccionado a sus tropas para llevar con calma – evitando la euforia, ha dicho – la labor de captación de empresas dispuestas a dar el salto pese a las dificultades. En el segundo trimestre de su año fiscal han sido casi 700, un 12% más que en el precedente, línea que se espera repetir en la segunda mitad.
En ingresos, el trimestre mostró un inusual crecimiento del 16% y del 70,8% en beneficio neto. Los ingresos recurrentes anuales (ARR), un parámetro clave para esta y otras compañías, avanzaron un 19% hasta los 2.100 millones de dólares. Si el período en curso acabase en la misma tesitura, el año fiscal 2025 se cerraría en agosto como tercero consecutivo en el que los ingresos crecen a un ritmo de dos dígitos y superaría los 2.500 millones de dólares. Lejos han quedado las dudas de cuando los accionistas se inquietaban por el papel que la compañía jugaría en el mercado.
Con no menos flema que Ramaswami, la directora financiera Rukmini Sivaraman ha advertido de la necesidad de reforzar las inversiones de Nutanix en I+D, además de cohesionar equipos de ventas y marketing, una velada advertencia de que no es el momento de repartir los frutos. Una migración de esta naturaleza lleva necesariamente tiempo, entre otras razones porque VMware ha sabido crear durante años un estatus de dependencia mediante la partición de los contratos encadenados.
Quede claro que Nutanix no es el único peligro para lo que queda de la antigua VMware. El CFO de IBM, James Kavanaugh, aseguró en una conferencia con inversores que su división Red Hat está en excelente posición para conquistar clientes de VMware insatisfechos, aunque – precisó – la labor de seducción podría llevar varios años.
La verdad es que, pese a la notoria fuga de clientes, VMware no da señales se debilidad; al menos, lo que es lo que parece en los resultados presentados por Broadcom. El CEO del conglomerado, Hock Tan, ha roto su tosquedad para sonreír en público: según él, 4.500 de 10.000 clientes que le interesan han aceptado renovar su vinculo y contratar VMware Cloud Foundation (VCF), generando ventas anualizadas (ABV) por 2.700 millones en el primer trimestre de su año fiscal. Uno de los lugartenientes de Tan, Prashanth Shenoy, apostilló que si el ejercicio anterior fue de limpieza y simplificación (sic) el actual se caracteriza por la aceleración del negocio de VMware dentro de Broadcom.
El negocio de infraestructura, cuyo motor es VMware, no es el más rentable de Broadcom, pero contribuyó con 5.800 millones en ingresos al cuarto trimestre de 2024, un bienvenido 196% de aumento interanual. Si la estrategia tramada por Tan, de retención de grandes clientes, funciona, los analistas podrán corregirse y concluir que la partida ha acabado en tablas. Tiempo al tiempo.
Entretanto, escarmentados por la experiencia, han vuelto a preguntar a Ramaswami cuánto tiempo espera que dure el viento de cola. Como era previsible, eludió responder. Quedan todavía muchos clientes de VMware – quizás hasta un 70% – con contratos plurianuales que podrían migrar si quisieran y pudieran. Aunque no hay informaciones precisas, puede que esté ocurriendo algo parecido a lo que en tiempos sorprendió a Broadcom tras adquirir Symantec: una parte de los clientes de esta se anticiparon a las subidas de precios y renovaron por tres años o más. Pero Tan consiguió entonces el desguace que buscaba de una compra barata, rasgo que no ha tenido la compra de VMware.
Ahora se da una circunstancia distinta: una parte de los clientes de VMware tienen que plantearse actualizaciones del hardware sobre el que corre su software y de ellas Nutanix podría sacar tajada… en compañía de otros. En este tablero juegan las alianzas negociadas con AWS, Cisco y Dell Technologies, de distinta naturaleza. En el caso del hyperscaler, la migración de VMware Cloud a AWS se puede hacer rápidamente, en un mes o algo más: como primer paso, las empresas pueden limitarse a mover sus máquinas virtuales a la plataforma de Nutanix dejando para más adelante la modernización de la infraestructura en un entorno hiperconvergente. Y, de paso, prepararse para la era de la IA en la que el mercado ha entrado con más ruido que eficacia.
La alianza de Nutanix con Cisco está muy rodada, más que la firmada con Dell y esto se nota en los frutos respectivos. No puede obviarse el hecho de que cuando Dell compró EMC (y con ella Vmware), la relación precoz con Nutanix se enfrió durante años para luego adoptar el camino inverso cuando Michael Dell decidió desprenderse de la empresa para achicar deudas. No tiene por qué ser complicado: Dell revende la solución HCI de Nutanix – antes comercializaba la de VMware – que a su vez soportará los sistemas de almacenamiento PowerFlex a partir de mayo.
Por otro lado, la encuesta anual del Indice de Nube Empresarial que elabora Nutanix ha revelado que la implementación de la inteligencia artificial generativa es prioritaria para las empresas consultadas. Más del 80% dice haber comenzado con su adopción y – lo mejor a gusto de Ramaswami – consideran que modernizar sus infraestructuras sería un paso lógico en esa dirección.
En este escenario movedizo, Nutanix sostiene que la IA – en concreto, la inferencia – va a espolear sus ventas. Durante el segundo trimestre, firmó en la región EMEA con un “importante proveedor de servicios financieros” (¿?) para desplegar sus aplicaciones internas de IA generativa sobre un chatbot multilingüe y otro acuerdo con “un ministerio de Sanidad” (¿?) para soportar aplicaciones modernas de forma nativa en la plataforma de Nutanix.
La decidida apuesta de Nutanix por los contenedores puede reportar su recompensa. Antes de la irrupción de la IA generativa, ya eran vistos como una opción más eficiente que la virtualización – y VMware supo verlo a tiempo – en un alto del camino hacia la nube nativa. En lo referente a Kubernetes, una característica de Nutanix permite que las cargas de trabajo se ejecuten en múltiples nubes públicas, algo que sus sondeos sugieren es apreciado por sus destinatarios. Una encuesta reciente, geográficamente sesgada, ha puesto de manifiesto que más de la mitad (54%) de las consultadas ya habrían contenerizado una parte significativa de sus aplicaciones. Ciertamente, los entornos multicloud favorecen esta tendencia.
Cuantas veces han preguntado a Ramaswami por la repatriación de las nubes privadas, el CEO de Nutanix ha descartado que se trate de una tendencia ostensible. Pese a aceptar que se ven movimientos, cree que las organizaciones son más cuidadosas que años atrás cuando se les propone subir cargas a la nube pública. Por esto, oficial y oficiosamente la posición de Nutanix se inclina por modernizar lo existente on-premise para prepararse de cara a nuevas oleadas de las que la IA generativa es un llamado de atención.
Dadas la posición de Nutanix y su aparente capacidad para sacarle partido, el horizonte de la compañía se presenta despejado a corto y medio plazo. No se ha conformado con esperar a que le fueran propicios los daños colaterales sufridos por una VMware controlada por la muy crecida Broadcom. Muy al contrario, se ha preparado a conciencia para aprovecharlos y lo está haciendo.
Este buen momento de la compañía la lleva a no descartar alguna adquisición, aunque su CEO sólo ha dicho que, de producirse, estarían vinculadas a ciertas áreas como Kubernetes, para complementar lo que ya tiene. Claro que, ya puestos a no descartar nada, algunos comentaristas han advertido que Nutanix podría ser apetecible para algún pretendiente con posibles.
[informe de David Bollero]