Con los sobresaltos estivales de este año, no es raro que pocos hayan tenido presente la inminencia de un vuelco histórico en el mercado español de las telecomunicaciones. La fusión pactada entre Orange y MasMóvil tiene más recorrido que el puramente corporativo: previsiblemente alterará varios indicadores clave para la regulación del sector, que a su vez influirá sobre el comportamiento del mercado en el curso que ahora se inicia. En torno a esta idea de nuevo ciclo transcurrió la conversación – veraniega y relajada, necesariamente extensa – con Ignacio Gallego, director general de la filial española de Nokia. Su transcripción, apenas recortada y editada, se reproduce a continuación.
¿Cuál es su diagnóstico del mercado español y del clima para la inversión del sector?
No es lo que se lleva en este momento, pero tengo una visión optimista de la coyuntura, después de unos cuantos años de sufrimiento del sector. Es verdad que la regulación, que en cierto momento pudo tener como sentido la búsqueda de hipercompetencia entre los pocos actores que había, está necesitando una actualización. Porque los operadores – el ecosistema en general, pero en primer lugar los operadores – necesitan un marco predecible que les permite prever y demostrar cuál puede ser el retorno financiero.
¿Por qué se insiste tan poco en la historia de la fibra en España?
Desde luego, la situación que vivimos hace unos diez años con el despliegue masivo de infraestructura de fibra ha generado grandes retornos al país y a la industria. Pero estamos en otro momento y el cómo se van a acometer nuevas inversiones está condicionado por otro marco regulatorio. Me refiero tanto a la fibra como al espectro móvil y por supuesto al acceso de los operadores más pequeños a las infraestructuras.
En fin, ¿cuál es la situación?
Se ha dicho muchas veces que nuestro mercado es hipercompetitivo y que hay demasiados operadores activos con gran agresividad en precio […] Muy pocos invierten en infraestructura, lo que se ve facilitado por la regulación vigente. En nuestra opinión, sería deseable una revisión que incentive más inversión en infraestructura y sea propicia a un retorno adecuado. Ahora mismo, estamos inmersos en la fase de consolidación entre Orange y MasMóvil […]
A eso iba mi pregunta […]
Es una oportunidad para ver cómo se mueve la regulación, si sigue siendo la misma, qué remedios se van a exigir a las empresas fusionadas, si están van a facilitar la aparición de un nuevo operador que volvería a tener acceso fácil a infraestructura barata ya implantada y, por consiguiente, pondría un punto más de presión.
Usted, ¿qué espera?
Ya vimos, con ocasión de la integración de Ono en Vodafone y de Jazztel en Orange, que en lugar del resultado que se suponía, que consistía en reducir el número de actores, lo que se hizo fue generar un nuevo operador, cuyo ejemplo sería un MasMóvil crecido gracias al acceso a unas infraestructuras que los operadores que se consolidaban quedaban obligados a ceder. Ahora corremos el riesgo de que vuelva a ocurrir en esta operación: sabemos de quienes están pensando pescar en esas aguas […]. Buscan oportunidades con la regulación existente, lo que nos parece legítimo, pero hay que tener claras las consecuencias: si se repite aquel enfoque, volveríamos a ver un paisaje en el que habrá desaparecido un operador y aflorado otro que será tanto o más agresivo que el anterior, con lo que probablemente no habría noticia de la supuesta consolidación de la que tanto se ha hablado […]
¿La pelota está en el tejado español o en el europeo?
Naturalmente, España tiene mucho que decir, pero el regulador español no puede menos que estar influido por la visión de las instituciones europeas: los dos procesos van de la mano y nadie entendería que fueran contradictorios. En la medida en la que desde Europa se dicten condiciones que ayuden a la inversión, el regulador español irá en esa línea, pero no veo motivo para que espere a ver cómo Bruselas mueve ficha.
¿Qué impacto tendría esa eventual proliferación, si puedo llamarla así?
No creo que produjera grandes cambios […] Veamos. Suponiendo que las cosas siguieran como hasta ahora, Nokia ya está presente en muchos operadores, prácticamente en todos los que realmente invierten en infraestructura […] así que nuestro negocio no cambiaría mucho. Lo que sí podría ser relevante y está por entender cómo nos afectaría, es la aparición de ese nuevo jugador que, en ciertos KPI [Key Performance Indicator] será más grande que Telefónica y, por consiguiente, podría modificar las reglas de juego en lo que concierne a la obligación de poner la red a disposición de operadore pequeños. Hasta ahora, formaba parte de las obligaciones de Telefónica, pero presuntamente habría un vuelco.
¿Para aliviar las obligaciones de Telefónica, quiere decir?
Y en paralelo sobrecargar las de Orange-MasMóvil. Esta alteración del equilibrio competitivo y del modo en que cada compañía adopte sus decisiones de negocio, podría tener efectos que desconocemos, pero en previsión de ellos tenemos que estar preparados. Como sabe, Nokia está en las redes de Orange y MasMóvil, pero también en la de Telefónica.
Otra incógnita, aparentemente atenuada, es el futuro del espectro […]
Sí, claro que sí. En Europa hemos sido un poco lentos en la toma de decisiones acerca del espectro 5G. Vamos rezagados en el despliegue de redes, es cierto, pero desde que se facilitó el acceso a las bandas de 3,5 GHz y de 700 MHz, estamos empezando a coger velocidad de crucero, todavía detrás de otras áreas geográficas que marchan más rápido. Pero hace falta más espectro, sin duda alguna. La evolución de 5G y la llegada de 5G avanzado a mediados de esta década, van a requerir más espectro del que ahora mismo está disponible. No revelo ningún secreto si digo que la administración se propone poner a disposición de los operadores frecuencias en la banda de 26 GHz, las ondas milimétricas, que serían una pieza clave por la necesidad de densificación de las redes. Esto ocurrirá una vez los primeros despliegues en las bandas bajas y medias se vayan completando […] hay tiempo, porque a escala europea estamos al 15%.
En España no tenemos bandas milimétricas y creo entender que la experiencia en Estados Unidos no es concluyente, aunque algunos operadores están apostando fuerte. Si se abriera el grifo en Europa, ¿estaría Nokia preparada?
Por supuesto. Llevamos tiempo trabajando con bandas milimétricas; evidentemente, necesitamos escala para alcanzar la velocidad deseable, pero ya tenemos equipos en España. Estamos haciendo pruebas en distintos países; aquí, algún piloto usado espectro en pruebas cedido por la administración. La necesidad de prepararnos parte de contar con que, a medio y largo plazo, van a jugar un papel importante […]
Quería preguntarle por las experiencias con casos de uso de 5G y por las conclusiones que ha extraído Nokia […]
Los casos de uso en los que hemos estado involucrados en España han sido pilotos patrocinados por Red.es. De estos, con Telefónica hemos hecho proyectos de digitalización de la salud, conducción autónoma y transmisión de imagen con alta definición. Una de las conclusiones, la primera es que la tecnología funciona y somos capaces de transmitir imagen y vídeo de alta definición en tiempo real sobre 5G. Probablemente fuera la más relevante, porque confirma los atributos que todos le pedíamos a 5G cuando se estaba definiendo la estandarización: mucho más ancho de banda con una latencia muy inferior y para una cantidad más alta de dispositivos. La promesa se está convirtiendo en realidad […] A medida que las redes empiezan a estar disponibles y los estándares se perfeccionan, podemos abordar no sólo la comunicación entre humanos o de humanos hacia el mundo de Internet sino también entre las cosas y en aplicaciones industriales más ambiciosas.
Esperaba que la prioridad fuera la necesidad de más espectro [risas]
Por supuesto, es otra prioridad. Si hablamos del uso de esta tecnología en entornos de redes privadas, es uno de los temas que en España no se han desarrollado hasta donde seria de esperar. Ya tenemos una disponibilidad mínima en la banda 40, que son 20 MHz, un ancho de banda relativamente justito para aplicaciones de 5G. La administración ya nos ha adelantado que habilitará una cantidad más holgada de espectro en la banda de milimétricas, que sería muy bienvenida para estas aplicaciones.
No tengo noticia de iniciativas en España sobre redes privadas 5G, como las que llegan de otros países y tienen como parte a Nokia. ¿No hay una demanda real en nuestro mercado?
[…] En realidad, hay muchas aplicaciones y usos concretos de digitalización de la industria en los que la conectividad es un elemento relevante, pero no el más importante. En algunos casos ni siquiera es necesario 5G, se pueden abordar con 4G. Es una cuestión de cambio de orientación en las empresa, de que sus directivos tengan claro que la digitalización es una necesidad de negocio, no un eslogan.
¿No está ocurriendo ese cambio?
Pensamos que, a medida que haya espectro disponible, se irán dando las condiciones para que la demanda y la oferta se acerquen, ahora que todos los operadores están desplegando 5G y haciendo un gran esfuerzo para capacitar sus fuerzas comerciales y lanzar ofertas de ayuda a las empresas para digitalizarse.
¿Cómo se explica el retraso?
Como país, hemos estado un poco despistados en incorporar los procesos digitales para mejorar la productividad de la industria […] La experiencia que hemos vivido con la pandemia ha hecho que las empresas comprendieran bruscamente la importancia de una cadena de suministros digitalizada. Tampoco vamos a decir que sea un problema sólo en España. En Nokia lo tenemos muy estudiado: las industrias tecnológicas habían abordado esa cuestión, pero en el grueso de la economía mundial, un 70% de la actividad menos ligada a la tecnología, apenas había pensado en digitalizar sus procesos.
Un asunto discutido es el papel que deberían jugar los operadores en la materialización de las redes privadas. ¿Qué política sigue Nokia en Europa?
Nuestra relación con los operadores es estratégica, siempre lo ha sido y siguen siendo nuestros mayores clientes en todo el mundo. Al mismo tiempo, también es estratégica la relación de los operadores con las empresas. En la medida que se adapten y sean capaces de resolver los nuevos retos para que las empresas digitalicen sus procesos, es obvio que serán nuestros compañeros de viaje deseables, los que mejor conocen esos entornos. No obstante, hay compañías y compañías: cada una decide qué capacidades internas tiene y qué refuerzos externos puede obtener. La estrategia de Nokia se la puedo resumir en pocas palabras: nos interesa asociarnos con integradores que conozcan determinados sectores industriales y/o con operadores que tienen una relación estrecha con las empresas. Ir de la mano con ellos, como estamos haciendo.
Volvamos a las perspectivas de inversión de las telecos más allá de los despliegues anunciados y en marcha. Se declaraba optimista […]
El periodo que se inicia presenta una diferencia con respecto a otros que recordamos. Aparte de estar en pleno despliegue de las redes 5G, en el que cada operador tiene un plan de inversión y ha reservado un buen montón de millones de euros para cumplirlo, vemos una circunstancia única con los fondos de recuperación y resiliencia que ya empiezan a estar visibles en forma de iniciativas concretas […] Me ratifico en el optimismo: aunque hay discusión sobre hasta dónde pueden llegar esas ayudas e incentivos a la digitalización, probablemente el ciclo que se inicia con el nuevo curso se caracterice por un nivel de inversión sostenida que pocas veces hemos visto en España.