11/09/2024

Broadcom templa los ánimos sobre VMware

La conferencia de usuarios de VMware en Las Vegas de agosto – que repetirá edición europea en Barcelona en noviembre – ha servido en parte para despejar dudas y silencios sobre los planes de Broadcom para la compañía por la que ha pagado la friolera de 69.000 millones. La tarea correspondió a Hock Tan, CEO de la compradora y artífice de una operación de la que, nueve meses después, colean las consecuencias del adelgazamiento de la plantilla y del ecosistema de partners. La gran novedad de la conferencia ha sido el anuncio de que VMware priorizará la nube privada en entornos híbridos, simplificando su oferta bajo dos paraguas con su impronta: Cloud Foundation (VCF) y vSphere Foundation.

Kock Tan

No es Hock Tan un gran orador ni destaca por su presencia escénica, pero es el que manda, lo que le hace indicado para decir lo que barrunta como futuro para quienes sufren por VMware. Desde que consiguió cerrar in extremis la ronda de autorizaciones de reguladores de medio mundo para comprar la compañía, el empresario malasio ha recibido críticas de muchos frentes. Ciertamente, su pasado avala la polémica, porque sucesivas adquisiciones de Broadcom han seguido el mismo patrón: centrarse en aquello que reporta más beneficio y descartar lo demás, caiga quien caiga, sean clientes o partners. El CEO no pudo ser más claro en su aparición: sin muchos miramientos, invitó a los presentes a comportarse como “gente de negocios, gente seria como nosotros”.

La estrategia de esta nueva VMware by Broadcom se levanta sobre la convicción de que todo el esfuerzo de  las empresas en migrar cargas de trabajo a la nube pública – entre otros motivos para reducir sus silos de información – ha traído consigo altos costes, complejidad y dificultades para cumplir con las normativas.  No es este un mensaje que se oiga a menudo, pero Tan sabe a dónde apunta: la solución estaría, según él, en la nube privada, en la que la inteligencia artificial sea alimentada exclusivamente con datos propios, es decir privados, de las empresas. El papel de la nube pública se limitaría, en esta tesis, a dar soporte a las organizaciones que tienen una demanda elástica de recursos. Sostuvo Tan que más del 80% de los CIO están considerando repatriar cargas de trabajo hoy en la nube pública al modelo privado.

En su apoyo, una reciente encuesta de Citrix – otra que ha cambiado bruscamente de propietario y de estrategia – concluía que el 45% de 350 organizaciones (todas estadounidenses) que aún no lo han hecho, contemplan trasladar al menos la mitad de sus cargas de trabajo cloud  a centros de datos locales.

En este escenario, VMware pretende situarse como el proveedor de nube privada de referencia. Un viraje profundo de la estrategia seguida durante los años en los que era controlada por Dell Technologies y la dirigían Par Gelsinger y su continuador Raghu Raghuran. Tal y como explicó Paul Turner, vicepresidente de productos de la división VCF de Broadcom, esto pasa por virtualizar absolutamente todo el centro de datos a través de una plataforma unificada e integrada, que pueda escalar del mismo modo que la nube pública, pero con la seguridad y el rendimiento que son propios de entornos on-premise y manteniendo el control en sus instalaciones.

Con la presentación de VCG-9, que podría llegar a mediados de 2025 desde la actual versión 5.2, VMware aspira a ser la alternativa en esas migraciones, redefiniendo incluso el concepto de nube privada puesto que, como explicó Krish Prassad, responsable de la división, si una organización utiliza Amazon Web Services (AWS) con VCF-9, no estará ejecutando la carga de trabajo en una instancia EC2; lo hará en servidores sin sistema operativo que lleven encima el stack de VCF-9.

La relación de nuevas funcionalidades expuestas durante VMware de agosto dibuja el futuro de VCF como un aperitivo sin fecha de ingesta, servido por Tan  como forma de apaciguar la polémica que sacude a la compañía desde la adquisición. Entre los argumentos más sonados destaca la rebaja de los costes de infraestructura en hasta un 34%, con una implementación el 61% más rápida y un ROI del 546% en tres años. Naturalmente, son promesas hoy de imposible verificación.

La simplificación es palabra que abandera las nuevas prestaciones, hasta el punto de que VMware ha lanzado un kit de desarrollo unificado para sus productos principales (vSphere, vSAN, NSX) y la docena de consolas de administración que existían históricamente converjan en una sola. con flujos de trabajo integrados para facilitar la transición entre operaciones y tareas de automatización.

El año próximo, podrán acceder a VCF-9 los socios de canal de VMware, una lista que incluye a los tres principales hyperscalers y a más de 300 proveedores de servicios gestionados.

A vueltas con la socorrida simplificación, el catálogo de VMware ha pasado de ofrecer 8.000 SKU a limitarlos a sólo cuatro ofertas principales. Esto conlleva, en palabras del CEO Tan, que con VCF-9 los costes de infraestructura se reduzcan en un 34% y los de operaciones un 42%. El lado perverso de la promesa es que deberá conseguirse agrupando funcionalidades y servicios que antes eran comercializados como piezas individuales. Ahora, las empresas no sólo tendrán que asumir un notable incremento del coste de la plataforma sino que, además, no necesitarán buena parte de esas funcionalidades que antes ni se planteaban adquirir.

Desde que Broadcom finalizó la adquisición de VMware, el pasado noviembre, ha cambiado el régimen de licencias perpetuas por el de suscripciones; de los precios por socket en las licencias por núcleo, ya sólo comercializa paquetes de software que incluyen soporte. Como justificación, la compañía esgrime que el mercado no ha acertado a interpretar este nuevo enfoque, mientras en el mercado se lamenta la escalada de precios.

La consultora Gartner avanza que la mayoría de los clientes de VMware van a pagar más por año, en muchos casos por software que no usarán. La subida es tal como para que el informe estime que en la siguiente renovación de licencias habrá clientes que deberán asumir un incremento de entre el 200% y el 500%. Cuesta creerlo, pero viene avalado por Gartner.

Otros analistas, como los de Forrester Research, llaman la atención sobre la creciente preocupación de los clientes de VMware, cuya incertidumbre acerca de los costes les lleva a pensar en alternativas de migración. No sorprende que, como se ha señalado en este blog, los competidores se estén frotando las manos, con Nutanix en primera fila. Incluso AWS anda organizando eventos en los que promueve la migración desde VMware a su nube, mientras HPE se ha despertado respondona y ha optado por crear  su propio producto de virtualización.

Este mercado, la virtualización, que fuera la savia de VMware durante toda su historia, anda tan movido que múltiples opciones open source buscan hacerse con un trozo del pastel que, piensan ellas, VMware ha dejado en la mesa con desgana.

También se conoció en Las Vegas la propuesta de VMware Cloud Foundation Advanced Services, un catálogo de soluciones diseñadas para entornos de nube privada con los que la compañía se acerca a lo que el cliente puede esperar de la nube pública en áreas como el equilibrio de cargas, la computación periférica, los servicios de datos y las plataformas para desarrolladores. Por su parte, vSphere Foundation es en sí misma una plataforma de carga simplificada y de nivel empresarial más enfocada a organizaciones medianas y pequeñas, que pone al alcance de estas la posibilidad de construir una nube privada en propia casa.

En el frente de batalla de la IA, VMware ha puesto de manifiesto su respaldo a los aceleradores Gaudí 2, de Intel. Más allá de esta  posición, Broadcom – al fin y al cabo una empresa de semiconductores – ha reorientado su enfoque, rindiéndose a la evidencia de que la tendencia parece encaminarse a la ejecución de la IA en el edge. Sanjay Uppal, quien funge como director de Software-Defined Edge, ilustró el cambio presentando nuevos dispositivos de conectividad perimetral.

Dos semanas después, reapareció Tan, esta vez online, para dar cuenta a los analistas de los resultados del tercer trimestre de su año fiscal. Los ingresos de Broadcom crecieron un 47% [13.072 millones de dólares] y la pauta esperada para el último cuarto del año fiscal es del 51% en ascenso. Al consolidarse las operaciones de VMware, es lógica la multiplicación (200%) de las ventas de la división Software de Infraestructura; en  cambio resulta modesto el 5% de incremento en las ventas de semiconductores. O sea: de no mediar la adquisición, la facturación de Broadcom habría aumentado un 4%, nada del otro mundo.

Como conclusión provisional, puede decirse que la división Software de Infraestructura [que integra adquisiciones anteriores] no es una quimera. El CEO no fue más explícito sobre VMware, pero dejó caer este mensaje destinado a los admiradores de Nvidia: “nuestros ingresos procedentes de la IA serán de 12.000 millones en el actual año fiscal, movidos por las redes Ethernet y nuestros aceleradores para centros de datos de IA”. Según creen saber los analistas, sus principales clientes de semiconductores han sido Google y Meta.

[informe de David Bollero]


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