Con el lanzamiento en enero de su Galaxy S25, Samsung cree haber encontrado la fórmula que estimule a los consumidores a volver a la costumbre de renovar su dispositivo móvil en menos de tres años. Ha tardado en encontrarla y confía en que la inteligencia artificial habrá acudido en su ayuda. La integración de funciones de IA en los smartphones no es, obviamente, una exclusividad de la marca coreana ni de su producto del año, pero entretanto Apple aguanta el tipo hasta después del verano para librar una batalla en la que ambas marcas están rodeadas de competidores chinos. A su favor, el fabricante coreano puede contar con el favoritismo de Google, como defensora del papel de Android.
En rigor, el S24 de hace un año ya llevaba Gemini AI, de Google; su sucesor la incluye con funciones mejoradas y automatizadas por completo. Aquella apuesta ha salido relativamente bien porque, a diferencia de ejercicios anteriores, su modelo estrella se ha colocado entre los diez más vendidos, con 35 millones de unidades, resultado que ha animado a los inquietos directivos de Seúl a subirse el objetivo de este año hasta 37 millones del S24.
Pero la obsesión de Samsung – y de Android – sigue siendo la rivalidad con Apple, porque la marca de la manzana ha cerrado el año como líder [232,1 millones y una cuota global del 18,7% según IDC] y con la satisfacción añadida del éxito de la serie iPhone 16 lanzados en septiembre. Samsung ha tenido un disgusto: en el cómputo global de IDC ha bajado al segundo puesto con 223,4 millones [18% de cuota].
Esto supone que Samsung no ha podido sacar partido del bajón sufrido por Apple en China, sencillamente porque hace tiempo que la marca coreana se ha retirado de un mercado tan problemático. Pero sí ha obtenido ventaja de los problemas legales de su competidor para incluir su propuesta de IA en Europa.
Para Google, la buena noticia es que ha afianzado el dominio de su sistema operativo Android. Según IDC, estos smartphones ganaron colectivamente más del 7% de cuota mientras los iPhone perdían el 1%. Lo que no impide que Apple siga ganando más dinero porque su precio medio es superior. Un detalle que ayuda a entender la paradoja: IDC estima que el parque mundial de smartphones Android equivale al 70% de la categoría, por lo que la recuperación del mercado mundial el año pasado se puede atribuir a este sistema operativo.
Salvo algún detalle, la coyuntura parece favorable. 2024 se ha cerrado con el séptimo trimestre consecutivo de crecimiento (6,4% según IDC) dejando atrás el recuerdo de dos años como poco mediocres. Se espera que 2025 continúe esa progresión, pero con menor intensidad, al ritmo que marque el “refresco” de la base instalada. Lo que vaya a dar de sí la IA tendrá mucho que ver en ese ritmo. En cuanto al detalle, no es otro que la incertidumbre sobre los efectos múltiples que a buen seguro tendrá la política arancelaria de la administración Trump.
Hasta aquí, los fabricantes han sorteado los inconvenientes con trucos marquetinianos más o menos previsibles. Ahora se trata de intentar algo con permanencia, que valga para borrar la fatiga de los usuarios ofreciéndoles nuevos interfaces acordes con las posibilidades que ofrece la IA
Apple y Samsung siguen comandando la tabla: suman el 36,7% de los despachos y entre ellos y el pelotón chino hay como mínimo cinco puntos porcentuales. La primera goza de la probada fidelidad de los usuarios – aunque tarden algo más en cambiar de modelo – pero no ha encontrado la fórmula de hacer que su IA, llamada Apple Intelligence, sea acogida como algo revolucionario. Por su lado, el fabricante coreano necesita salir de su planicie y a la vez erigir una barrera contra los ataques que cabe esperar de Xiaomi tras crecer un 5,4% el año pasado.
No es propósito de esta crónica extenderse sobre las cualidades de los dispositivos en liza. Sin embargo, cabe consignar que los modelos Galaxy S25 y S25+ tienen externamente mínimas diferencias con sus predecesores. Otra cosa ocurre con el procesador, el Snapdragon 8 Elite, de Qualcomm, una vez que ha descartado su propio Exynos en todas las unidades vendidas fuera de Estados Unidos con la finalidad de elevar la cuota de componentes made in USA.
La característica que marca diferencias en favor de Samsung frente a las marcas chinas es el Android mejorado que le ha proporcionado Google con el interfaz One UI 7 aplicable a todos los modelos S25. Según la literatura robotizada que acompaña el lanzamiento, la familia “está diseñada para ser un auténtico compañero de inteligencia artificial, que fija nuevos estándares para móviles con IA y gracias a la integración de agentes IA con capacidades multimodo en cada pulsación”. Una función de S25 que puede despertar demanda es la de traducción: mientras el usuario habla por el teléfono, Live Translate se encarga de interpretar la conversación. Y también funciona con las aplicaciones de mensajería “más populares”, según el panfleto.
Con estos elementos, Samsung dice estar convencida de que su nueva hornada de smartphones inicia una era de renovación acelerada del parque instalado, con inclusión de IA. Permitirá mostrar información personalizada según el perfil del usuario con sugerencias basadas en su historial [dando por válido que se trata de un atractivo y no una intromisión]. El aparato enlazará diferosentes informaciones en una sola, que a su vez será más precisa a medida que pasen los meses.
Para Samsung, el mercado clave de sus smartphones de gama alta es el europeo, seguido de Estados Unidos y los países asiáticos (excepto China) y de Oriente Medio. Corea del Sur se considera cautivo y en Japón no goza de mucha simpatía. Para afianzar las ventas, ha considerado que nada sería mejor que incorporar inteligencia artificial en tándem pactado con Google. El año pasado no le salió nada mal la tímida jugada, a tenor de las cifras. Sin embargo, se ha observado que muchos usuarios no sabían cómo usar todas las funciones de la IA y no eran pocos los que ni siquiera sabían que venían embebidas en el smartphone. Por lo que los esfuerzos en común con Google se dirigen hacerlas aflorar automáticamente con el One UI 7.
La marca coreana debe lo esencial de su posición en el mercado a los modelos de gama media [el Galaxy A 15 ha sido uno de los cinco más vendidos en 2024, aunque precedido por cuatro versiones de iPhone]. No obstante, confía en que los consumidores pedirán cada vez más smartphones de gama alta. A la vez, verifica que los plegables no sólo no tienen el tirón esperado sino que casi todas las marcas (excepto Apple, qué curioso) tienen al menos uno.
En todo caso, un informe de IDC vaticina que en 2028 el 70% de los smartphones que se vendan incluirán funciones de IA. De hecho, algunas ya se disponen en un móvil de gama media, el A55. Exploratoriamente, habría que precisar, ya que la IA, para ser efectiva, necesita componentes con rendimiento y coste superiores. La historia de la categoría sugiere que, en menos de dos años, aquello que hoy se considera de gama alta llevará un hardware estandarizado y lucirá el precio consiguiente.
El drástico abaratamiento cuando las ventas aflojan no es una táctica exclusiva de los fabricantes chinos. Incluso Apple se ha tragado el orgullo al reducir ostensiblemente el precio de sus iPhones en China, mercado donde se siente amenazada por cuatro fabricantes locales (Xiaomi, Honor, Oppo y Vivo) a los que ha vuelto a unirse Huawei con modelos de última tecnología fabricados en su país y con sistema operativo propio (Harmony OS Next) para desembarazarse de la tecnología estadounidense y de las órdenes ejecutivas de Biden y Trump.
Para Apple, el mercado chino es esencial: no puede prescindir de él aunque tenga que sacrificar una parte de sus abultados márgenes. La fuerte competencia y el fervor nacionalista hacen que su posición en esa plaza sea debatible, pero no será la ausente Samsung quien se beneficie de ello. Un quinteto de fabricantes chinos han empezado a mostrar los dientes y desplegarán novedades en el MWC de Barcelona a partir del primer lunes de marzo.