El bocado es grande hasta para Facebook

6/10/2017

Mark Zuckerberg

Últimamente, Mark Zuckerberg tiene muchos frentes abiertos: las fake news, la publicidad que le colaron los rusos, por no hablar de la vigilancia por el uso que hace de los datos de sus usuarios. Antes o después, esos problemas se arreglarán. Pero tiene otro problema que es estructural: la locomotora de Facebook necesita enganchar más vagones para llenarlos de anunciantes. Pronto empezará a quedarse sin espacio suficiente para colocar más publicidad: a pesar del empuje de Instagram y sin haber explotado el potencial de WhatsApp, la plataforma original es la que más ingresos genera, pero es ahí donde la densidad de anuncios empieza a ser preocupante. El vídeo se antoja como la solución idónea. Leer más

5Oct

5/10/2017

No sé si es buena idea bautizar un consorcio inversor con el nombre de un supercontinente desaparecido hace millones de años. Pangea, que así se llama el artefacto orquestado para adquirir Toshiba Memory, es un prodigio de ingeniería financiera que acoge múltiples componentes pero deja un perdedor único.

El largo novelón de la fábrica de memorias NAND de Yokkaichi (Japón) ha llegado a un punto que, si no es el final, al menos lo parece. No es la primera vez que recapitulamos: para Toshiba, la única forma de salir de la crisis financiera autoinflingida era deshacerse de su joya más valiosa, la fabricación de memorias NAND. Todas las fórmulas propuestas eran insatisfactorias por una u otra razón, incluída la que parecía más lógica, vender esos activos a su copropietaria, Western Digital  (en adelante WD). Esa posibilidad se evaporó pronto y por un momento se vio como posible aceptar la oferta presentada por Foxconn, tras la que se adivinaba la sombra de Apple. Tras la deshonrosa capitulación de Sharp, hubiera sido una segunda afrenta para el capitalismo nipón a manos de los chinos.

Por un cúmulo de razones, una solución puramente no era viable. De manera que Pangea – el tinglado articulado por el fondo americano Bain Capital – tiene aspecto de ser el desenlace ´definitivo`, a menos que prospere un último  recurso de WD contra el acuerdo. La transacción ha sido valorada en unos 2 billones de yenes (18.000 millones de dólares), pero las cuentas no son así de simples.

En torno a Bain Capital se ha reunido una variopinta alianza de socios, con la peculiaridad de que el reparto de la propiedad no equivale en todos los casos al de derechos de voto. Según se ha acordado, Pangea será propietaria del 49,9% de los activos en venta, mientras que Toshiba reinvertirá 3.100 millones de dólares del dinero que le corresponde, para quedarse con el 40,2%. El saldo neto aliviará su pesada deuda, pero a cambio logra mantener su condición de actor del mercado mundial [hasta ahora, compartía con WD la producción de chips que cada una comercializaba por separado].

Hay un ´pequeño detalle` que consignar: al 40,2% de Toshiba se añade el 9,9% que adquiere el grupo Hoya por 2.400 millones de dólares. De esta manera se cumple el requisito de salvaguardar una mayoría accionarial en manos japonesas.

De su lado, Bain Capital apuesta 1.890 millones de euros. La sorpresa está en la entrada de dos competidores secundarios: SK Hynix (3.500 millones) y Seagate (1.250 millones), el primero de los cuales acepta limitar su porcentaje para no merecer objeciones antitrust. Lo más llamativo, sin duda, es que Apple aporta 1.470 millones al consorcio, con el fin explícito de asegurarse el suministro de memorias NAND. Con idéntico propósito se ha apuntado Dell, cuya aportación monetaria se desconoce.

Aparte, dos fondos públicos japoneses han expresado su disposición a contribuir financieramente a Pangea en el futuro. Ambos habían apoyado paralelamente la carta de WD, y esto ha sido todo lo que las autoridades de Tokio han podido hacer para defender la ´soberanía` sobre la fábrica de Yokkaichi.

En fin, todo indica que Toshiba ha ganado la partida, aunque le queda mucho que pelear con sus acreedores. Hasta puede albergar la esperanza de recomprar en el futuro la parte de Hoya o incluso la de Bain – ave de paso por naturaleza – si se dieran las condiciones para una salida a bolsa. O una combinación de las tres opciones que le devuelva el mando sin cortapisas.

A todo esto, ¿quién sale perdiendo? Western Digital, que ha jugado mal sus cartas creyendo que le sería fácil ganar el pulso a un socio en apuros. A menos que consiga un giro en los tribunales, se encuentra en situación delicada: lo máximo a que puede aspirar es a que un arbitraje le asigne el 100% de la llamada Fab 6, en construcción, gracias a que la participación de Toshiba en ella ha expirado.

Es improbable que los futuros propietarios de Toshiba Memory respeten las condiciones en las que WS accedía a las memorias fabricadas. Por si fuera poco, ve impotente cómo Seagate gozarán de un suministro privilegiado [no así SK Hynix], con el que podrá hacerle daño. Queda por ver cómo se reconfigurará el mercado mundial, lo que obligará a volver sobre el tema.

3Oct

3/10/2017

No he visto publicada por aquí una noticia destacada por Nikkei: la empresa china Huawei conmueve los cimientos [es la expresión usada en la crónica] del mercado laboral japonés al ofrecer salarios iniciales de 400.000 yenes (3.000 euros) a jóvenes graduados en ciencia e ingeniería, que buscan su primer empleo. Es aproximadamente el doble de lo que ofrecen las compañías tecnológicas japonesas o, si se prefiere comparar de otro modo, es casi la misma cantidad que gana el titular de un master con años de experiencia.

Huawei prevé abrir pronto un laboratorio de técnicas de producción en Funabashi, no lejos de Tokio, en el que invertirá 5.000 millones de yenes (38 millones de euros). No es un secreto que el objetivo es aprender de la experiencia local en tecnologías avanzadas de fabricación y métodos de control de calidad, que luego podría aplicar en sus fábricas en otros países. Para ello, ya ha contratado una cierta cantidad de ejecutivos con experiencia en la industria japonesa – lo que debe costarle un ojo de la cara, habida cuenta de la fidelidad tradicional al empleador – pero necesita arroparlos con una cantera de jóvenes promesas.

Huawei está publicado estos días ofertas de trabajo en el sitio web Rikunabi [una surte de LinkedIn japonés] para cubrir puestos de ingenieros de red y especialistas en test de terminales. Si los salarios no fueran elevados, es probable que los candidatos prefirieran ganarse la vida trabajando para una gran corporación o una teleco japonesa.

Cuenta Nikkei, no sin picardía, que pesa otra razón, de índole familiar: los padres japoneses se resisten a que sus hijos se unan a una empresa desconocida que, para colmo de males, es china. Su preferencia serían los grandes grupos a los que el país debe su crecimiento de posguerra, como  Fujitsu o Hitachi, pero estos ya no contratan como antes, cuando no están ostensiblemente en crisis. Un estudio gubernamental del año pasado, fijaba en 203.400 yenes (1.530 euros) la paga media inicial para esta categoría laboral.

Para Huawei no es un sacrificio duplicar los salarios japoneses. En su país, para esas categorías, la movilidad laboral está a la orden del día, y fuerza una puja salarial entre las empresas por retener a los más cualificados. Los costes de producción en China han llegado a niveles desconocidos: sin entrar en detalles, el artículo de Nikkei afirma que los salarios en la industria china son de entre un 20 y un 30% más altos que hace cinco años.

En Japón, en cambio, las ocupaciones relacionadas con la ciencia están perdiendo atractivo monetario, con la particularidad de que el salario de un graduado veinteañero no varía gran cosa según su especialidad: sólo a largo plazo llegarían a obtener una remuneración acorde con sus expectativas económicas. Y la promoción tiene techo bajo, porque los puestos de dirección tienden a ser copados por la élite de las escuelas de negocios, en perjuicio de los ingenieros que han pasado su vida en la misma empresa.

El estudio antes citado traza un ranking de profesiones según sus salarios. En lo más alto están los pilotos de líneas aéreas, seguidos por abogados y economistas especializados en fiscalidad. En la parte baja de la escala, los programadores e ingenieros de sistemas oscilan entre 260.000 y 330.000 yenes (1.500 a 2.700 euros) de ingresos mensuales. Por otro lado, los graduados en matemáticas y física son objeto de deseo para los bancos, que hacen uso de su conocimiento para desarrollar productos financieros.

Creo haber encontrado en otras fuentes el corolario de tales informaciones. Las empresas japonesas vuelven a traer a casa la fabricación de ciertos productos destinados al mercado interior, gracias a que se recuperan ventajas relativas, debido a la muy esperada depreciación del yen y al  alza de los salarios en China. La estadística muestra que las importaciones de mercancías fabricadas por empresas japonesas fuera del país han caído un 13% en el primer trimestre. Lo que, indirectamente, supone que las marcas extranjeras están perdiendo cuota del mercado japonés. Provisionalmente.

Porque esta situación podría no ser definitiva. Un informe del Daiwa Institute of Research sostiene que la dependencia japonesa de las importaciones «está destinada estructuralmente a aumentar». Cuando entre en vigor el tratado de comercio transpacífico – firmado entusiastamente por China y rechazado por Donald Trump – las plantas de empresas japonesas en el exterior volverán a ser competitivas, asegura el estudio.

España Digital, una realidad imperfecta

2/10/2017

Por una vez, conviene empezar por el final. El impacto de la digitalización en la economía española se mide por las mejoras de la productividad, la eficiencia del mercado laboral y el uso del capital. Sin este impulso, España tendría serios problemas. ¿Qué hacer? Dar la vuelta a las cifras. Esta sería, pintada con trazo grueso, la advertencia del informe La reinvención digital, una oportunidad para España, publicado por la Fundación Cotec. Vuelca toda su artillería en poner de manifiesto que el progreso de las empresas – a ellas se dirige primordialmente – pasa por que cada uno de sus procesos tenga un componente digital. Un argumento que no es nuevo ni original, pero llega oportunamente. Leer más

Nadie cree en el ´superciclo` de Apple

29/09/2017

Este año, el calendario de Apple está provocando inusual perplejidad. A un primer lanzamiento de los iPhone 8 y iPhone 8 Plus, seguirá a principios de noviembre la puesta en venta del iPhone X [léase como número romano, por el aniversario]. Sea como reflejo de una política comercial o por supuestos problemas de suministro, el desfase resulta contraproducente: los dos modelos ya en el mercado provocan escaso interés y críticas sólo corteses. Es curioso, porque Apple lleva meses sugiriendo la idea de un «superciclo» que, de momento, no ven ni los más entusiastas de sus fans. Extremando las cosas, se ha llegado a diagnosticar que está a punto de perder el segundo puesto en el ranking mundial. Leer más

HPE prueba un superordenador en el espacio

28/09/2017

Una de las líneas estratégicas de Hewlett Packard Enterprise (HPE), quizás poco notoria, es reforzar su papel entre los líderes del ascendente mercado de High Performance Computing (HPC), más conocido como supercomputación. Por esta razón compró en noviembre la empresa especializada SGI, nombre tradicional en ese mercado. Más recientemente, en agosto, la NASA envió al espacio un superordenador de la familia Apollo, diseñado y construído con componentes estándar pero alojado dentro de un armario estanco y con ligeras variaciones de software. Tiene el propósito de comprobar que esta tecnología puede funcionar sin problemas en la Estación Espacial Internacional (ISS) durante un año completo. Leer más

27Sep

27/09/2017

Un titular (o un tuit) no está hecho para matizar. Y quien lee sólo titulares (o sólo frecuenta Twitter) se queda sin entender gran cosa. Un ejemplo es este de la semana pasada: Google compra parte del fabricante HTC por 1.100 millones de dólares. En la noticia hay matices que – casualmente – son la materia de la que está hecho este blog. Allá van.

El primero es que, más que una compra, estamos ante un rescate: Google ha lanzado un salvavidas para que HTC no naufrague y gane tiempo para elaborar otro modelo de negocio que sea viable. El acuerdo mejorará la estructura financiera de la compañía taiwanesa, que cerró el pasado trimestre con sólo 873 millones de dólares en una tesorería que un año antes tenía más del doble y ya era poco. Los 1.100 millones que ingrese se contabilizarán directamente como resultado no operativo, y se confía en que así conseguirá Cher Wang, presidenta y primera accionista de la compañía, cerrar un ejercicio en positivo por primera vez en años.

A cambio de esta aportación monetaria, HTC cederá a Google una plantilla estimada en 2.000 ingenieros, lo que me lleva a concluir que lo esencial de la transacción no es una compra de activos sino una transferencia de mano de obra cualificada. En una visión positiva, HTC reducirá en casi un 40% sus gastos operativos, aunque a largo plazo puede ser negativo: su capacidad de I+D quedará mermada, y aunque la empresa promete seguir desarrollando sus smartphones, sería ilusorio esperar que recupere el terreno perdido, El pasado agosto, sus ingresos fueron los más bajos en 13 años, y en unidades despachadas está muy rezagada.

He leído estos días que el inicio de la relación entre Google y HTC se remonta a 2010 con el lanzamiento del primer Nexus. No es así. Quienes llevamos tiempo en esto, recordamos que en 2007, pillada de sorpresa por la irrupción de Apple con el primer iPhone, Google tuvo que recurrir de urgencia a quien dirigía entonces HTC, Peter Chou, para que su compañía diseñara el primer smartphone basado en el sistema operativo Android, que había comprado dos años antes por 50 millones. Con el tiempo, HTC apareció entre las marcas líderes de un mercado en vertiginoso crecimiento pero su declive posterior ha sido inexorable.

La unidad de diseño de smartphones de HTC quedará diezmada al mínimo indispensable para mantener viva una planta de fabricación cuyo único cliente, que yo sepa, es Google. De paso, esta elude tener que negociar con un contratista tan poco fiable como Foxconn, fabricante de los iPhone. Adicionalmente, por el mismo precio, HTC cede a Google una licencia no exclusiva sobre su cartera de patentes.

Cher Wang ha dicho estos días que el dinero fresco servirá para redoblar su apuesta por la realidad virtual (VR) – los cascos Vive pueden competir de igual a igual con los Oculus, pero sufren la falta de viabilidad de HTC y para desarrollar productos de Internet de las Cosas y comunicaciones 5G. No alcanzo a entender cómo podría hacerlo después de sacrificar lo esencial de su I+D, pero buena suerte.

El segundo ´matiz` cae del lado de Google. La operación no es para nada comparable a la extravagante compra de Motorola en 12.400 millones de dólares en 2012 [revendida luego a Lenovo a bajo precio] pero responde al mismo objetivo: tener una presencia significativa en el mercado de smartphones requiere una fusión de hardware y software. Trasciende así el papel privilegiado de Android en el mercado. De esto se ocupa, como vicepresidente de Google, Rick Osterloh, que antes dirigió Motorola Mobility.

Dar continuidad a una marca propia es fundamental para que Google pueda marcar el camino a la industria y evite veleidades de independencia (muy eventuales). La semana próxima, Google presentará dos modelos de alta gama, Pixel 2 y Pixel 2 Plus, ambos basados en Android One, cuyo precio se alineará con los Galaxy y los iPhone más recientes. Lo que, por extensión, requiere que estén a la misma altura de calidad y rendimiento que esos competidores.

La pregunta clave es ¿por qué razón Google, que a través de Android controla el 74% del mercado mundial de smartphones, necesita hardware bajo su marca que compita con los fabricantes a los que debe el volumen alcanzado por su sistema operativo? No es, desde luego, porque busque ganar dinero vendiendo unos cuantos móviles. Se ha estimado que Google podría acabar 2017 vendiendo 1,3 millones de smartphones de su marca, una cantidad ínfima comparada con los diez o veinte líderes del mercado.

Y si no es por ganar dinero, ¿por qué? Porque, a diferencia de Apple, que ejerce un control absoluto sobre los dispositivos que llevan su sistema operativo IOS y con ello consigue que el 87% de los iPhones ´vivos` lleven la última versión, Google no puede controlar las libertades que los fabricantes se toman con Android; el 84% de los Android en uso no están actualizados, lo que es grave por tratarse de nada menos que 1.700 millones de dispositivos. Cada vez que Apple renueva IOS, todos los usuarios de iPhone siguen la corriente; cuando Google hace lo propio, los fabricantes esperan – en el mejor de los casos – hasta lanzar su siguiente modelo para alinearse con Android.

La fragmentación es un problema clásico de Android que no hace más que agravarse. Samsung y las otras marcas afines se las han apañado para que los usuarios instalen ´sus` tiendas de aplicaciones, ´sus` intefaces específicas, como manera de generar ingresos/beneficios adicionales que, va de suyo, se le escapan a Google; ¿qué les induciría a darse prisa actualizando Android cuando esto sólo prolongaría la vida útil de sus modelos vigentes.

No se trata aquí de discutir si la estrategia de Apple – monopolística – es mejor para los usuarios que la de Google – abierta – sino de algo mucho más prosaico. El mercado de smartphones funciona a la manera de ´ecosistema` dominado por los fabricantes y los operadores, cada uno con prioridades y objetivos propios, que raramente coinciden con los de Google. Con un efecto dañino adicional: un sistema operativo no actualizado es vulnerable al malware.

Ayer, lunes, empezó a publicarse en la prensa anglosajona un anuncio a toda página de publicidad de Android, prólogo del lanzamiento de los Pixel el 4 de octubre. ¿Significa que Samsung pasa a la ofensiva? Probablemente no. Sólo significa que no está dispuesta a permitir que Google o Huawei – entre otras marcas – le arrebaten todo el protagonismo.

China: caballo de Troya con motor eléctrico

22/09/2017

Mucho de todo lo que se escribe cada día sobre China y su papel en el mundo suele llevar el adjetivo ´estratégico`. Esta regla vale también para el coche eléctrico: hay sobradas evidencias de que un objetivo estratégico chino es llegar a liderar la fabricación mundial de coches eléctricos puros en las próximas décadas. En gran medida, es una repetición de la política industrial que ha convertido al país en el mayor productor a la vez que mayor consumidor de paneles fotovoltaicos. Tiene a favor varios factores: mercado interior en plena expansión, urgencia por reducir la contaminación en las ciudades y, cómo no, voluntad y medios para  invertir masivamente con el respaldo gubernamental. Leer más

¿Marcará esta brecha un punto de inflexión?

20/09/2017

La brecha de seguridad abierta en los sistemas de Equifax es sólo la sexta en orden de magnitud comparada con otros casos similares (Yahoo, Sony, Tesco, etc). Pero es la más grave: los delincuentes se han apoderado de información altamente sensible en las mismas barbas del sistema financiero de Estados Unidos. Si las demandas que se anuncian prosperasen, el pago de indemnizaciones amenazaría de quiebra a la compañía. El rol de Equifax como proveedor de información sobre riesgos crediticios supone que sus servidores sean una auténtica cámara del tesoro: datos personales, entre ellos los más críticos para todo ciudadano estadounidense: su número de seguridad social y el permiso de conducir. Leer más


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