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Este jueves, cuando Antonio Neri, CEO de Hewlett Packard Enterprise, presente los resultados del segundo trimestre de su año fiscal, se dará el gusto de confirmar una noticia que los analistas han elogiado por consenso: la compra de la empresa Cray al precio de 1.300 millones de dólares. La política de adquisiciones de HPE mantiene así el derrotero trazado por Meg Whitman con Neri primero como mano derecha y luego sucesor. En parte, lo llamativo de la operación reside en que HPE heredará contratos para construir tres de los superordenadores más potentes hasta el presente, que han sido adjudicados a Cray en los últimos meses, con una facturación agregada superior a 700 millones de dólares. Leer más
Intel ha dado pie a varias noticias en las últimas semanas. Una buena, la nueva familia Xeon para centros de datos. Otra tardía, el anuncio de que en el segundo semestre se normalizará el suministro de procesadores para portátiles que tiene muy disgustados a los fabricantes de PC. Y una tercera, que parece no tener arreglo: la pérdida de Apple como cliente para los módems de la próxima generación de iPhone, consecuencia del acuerdo que reintegra ese negocio a manos de Qualcomm. De la tercera noticia voy a ocuparme en este newsletter. Me facilita mucho la tarea un artículo de Aaron Tilley (en The Information) que reconstruye las entretelas de lo que llama el divorcio entre Apple e Intel.
Un par de horas después de conocerse el acuerdo entre Apple y Qualcomm, que deja fuera de juego a Intel en el desarrollo de un módem 5G, Bob Swan anunció que esta última abandona sus esfuerzos por falta de perspectivas de rentabilidad. Tilley rastrea el desencuentro hasta 2010, cuando Intel adquirió activos de Infineon por 1.400 millones; buscaba resarcirse del error de no haber aceptado participar del proyecto de iPhone al que había sido invitada por Steve Jobs. Como es sabido, en 2011 Apple se echó en brazos de Qualcomm como único suministrador durante cinco años. Intel tardó en desmontar sus equipos, que en cierto momento habían sumado 7.000 personas dispersas en 32 sitios alrededor del mundo.
En 2015, Brian Krzanich, CEO de Intel hasta el año pasado, había tomado la iniciativa de fichar a Venkata (Murthy) Renduchintala, que dirigía la ingeniería de Qualcomm, pero este fue resistido por veteranos que desde entonces pasarían a estar a sus órdenes. De pronto, el viento pareció cambiar en 2016: Apple, que ya barruntaba un conflicto con Qualcomm, negoció con Intel para que le suministrara un módem – 8060 según la nomenclatura – desarrollado en conjunto, para equipar una parte de los iPhone 7, si bien Qualcomm siguió como proveedor del resto hasta que se rompieron las relaciones.
Curiosamente, los vaivenes de Intel le impidieron aprovechar esta segunda (o tercera) oportunidad: el prototipo del siguiente módem 5G (8160) no convenció a Johny Srouji, senior VP de tecnología de hardware de Apple, quien recomendó a Tim Cook hacer las paces con Qualcomm [un vídeo en el que elogiaba la tecnología de esta fue mostrado durante el juicio].
No fue plato de gusto para Cook desdecirse de la demanda y aprobar el pago de 4.500 millones de dólares a su adversario (y nuevamente proveedor) en concepto de royalties atrasados. El premio será, algún día, completar el desarrollo de su propio módem, una tarea que según fuentes de Tilley podría llevarle hasta 2025.
El deterioro de la confianza entre Apple e Intel amenaza la continuidad del contrato de suministro de procesadores para la familia Mac. El mes pasado, Cook expresó públicamente su decepción, lo que ha llevado a suponer que tiene planes de autoabastecimiento, quizás el año próximo.
Entretanto, algunos quisquillosos andan quejándose de que el consejo de Intel tirara por la calle del medio y escogiera como nuevo CEO a Bob Swan, antes CFO y el primero en alcanzar esa posición sin haber estudiado ingeniería. Bueno, qué quieren que les diga, a juzgar por los vídeos que he visto, puede que Swan no tenga la soltura escénica de su predecesor, pero la verdad es que los problemas que afligen a Intel no los ha creado ningún financiero ni ha sabido resolverlos ningún ingeniero.
En los próximos días se conocerá la cuantía de la sanción ya decidida por la FTC (Federal Trade Commission) de Estados Unidos contra Facebook por sus reiteradas violaciones de la privacidad de sus usuarios. La compañía se ha resignado, hasta el punto de provisionar 3.000 millones de dólares para pagar una multa que, según rumores, podría llegar a 5.000 millones. Sea cual sea la cifra, será relevante incluso para una compañía que cerró su año fiscal 2018 con un beneficio neto de 22.000 millones. Aún más dolorosas podrían las medidas de acompañamiento a las que deberá allanarse Facebook y que, según lo trascendido, van a condicionar el futuro de su modelo de negocio.
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Hoy es el gran día, el de la esperada salida a bolsa de Uber. La empresa que diera origen al neologismo “uberización” y a la estúpida jerga sobre la “economía colaborativa” empezará a cotizar este viernes en Wall Street. El prospecto presentado a la comisión de valores estadounidense (SEC) informa de que Uber tiene 91 millones de usuarios mensuales en 700 ciudades de seis continentes y presta cada día 14 millones de servicios. Cerró 2018 con unas pérdidas operativas de 3.033 millones de dólares sobre unos ingresos totales de 11.270 millones con un déficit acumulado de 7.900 millones. ¿Cómo explicar en este contexto que su (presunto) valor bursátil llegue a rondar 90.000 millones de dólares? Leer más
Parece estar próxima la autorización de la compra de activos de Liberty Global por Vodafone, cuyo eje de gravedad es el impacto que pudiera tener sobre el mercado alemán. A despejar la incertidumbre ayudará el acuerdo alcanzado entre Vodafone y Telefonica Deutschland, por el cual la segunda podrá dar servicios de banda ancha basados en la red combinada de la filial de Vodafone y Unitymedia – marca de Liberty Global en el país – que cubrirá 23,7 millones de hogares. El acuerdo satisface una de las objeciones planteadas por la Comisión Europea, que debería tomar una decisión antes de finales de junio.
Es pronto para echar las campanas al vuelo, pero la aprobación de esta transacción podría marcar una inflexión en la hostilidad de Bruselas hacia todo aquello que se interprete como luz verde a la consolidación del sector de las telecomunicaciones en Europa, por debajo de la cifra “áurea” de cuatro operadores por país. En este caso, el eje de gravedad es el impacto que pudiera tener sobre el mercado alemán, en otros podría esgrimirse otro argumento.
No obstante, la circunstancia no es del todo homologable al resto de la UE por dos peculiaridades del mercado alemán: la segmentación geográfica de la competencia y el fuerte peso de la infraestructura de cable que, en la práctica, ha retrasado los despliegues de fibra.
Inicialmente, Vodafone y Liberty Global sostenían que al no solaparse sus zonas de operación, no cabía argumentar un recorte de la competencia, pero no fue suficiente para acelerar las cosas. Gran parte del ejercicio de convicción ha consistido en prometer que no se propone desplegar redes en el territorio de otro operador: “incluso juntas, las dos compañías serán la mitad de tamaño del operador incumbente; ya es hora de que el mercado adopte una dinámica de estímulo a la inversión”, puntualizaba el CEO de Liberty Global, Mike Fries, durante el reciente MWC.
La razón primaria de comprar esos activos es transparente: una estrategia ´convergente´ de empaquetamiento de servicios de banda ancha para desafiar el dominio de Deutsche Telekom y dejar en un plano inferior a Telefonica Deutschland. Una vez completada la compra, Vodafone se convertiría en el mayor proveedor de banda ancha fija y cable de Europa.
Tim Hoettges, CEO de Deutsche Telekom [el Estado retiene un 15% de participación] sobreactuó de entrada su oposición a la adquisición, llegando a sostener que conduciría a un monopolio de la TV por cable en Alemania. Posteriormente, rebajaría su crítica poniendo como única condición que ningún operador pueda desplegar nuevas redes en territorio asignado a un competidor, exigencia que había sido aceptada de antemano.
Más comedida fue la actitud de Telefonica. Su filial germana controla una cuarta parte del mercado de telefonía móvil, detrás de Deutsche Telekom pero por delante de Vodafone; sin embargo, está muy rezagada en la banda ancha fija, con una cuota del 6%. El CEO de Telefonica Deutschland, Markus Haas, declara que el acuerdo con Vodafone – condicionado a que la otra parte consiga la autorización para cerrar la compra – le permitiría “conectar millones de hogares adicionales con Internet de alta velocidad […] y disponer de una extensa infraestructura para ofrecer productos de banda ancha, incluyendo nuestro servicio O2 TV”.
Cuando se asiente la tormenta de arena, el paisaje del mercado alemán empezará a cambiar. Vodafone heredará los acuerdos por los que Unitymedia prestaba servicio alquilando la red de Deutsche Telekom, mientras que Telefonica Deutschland tendrá asegurada la posibilidad de ganar escala gracias a que Vodafone queda obligada a darle acceso mayorista a su red. Otras objeciones, planteadas por los operadores de TV por cable, podrán solventarse con acuerdos fácilmente negociables.
Una de las preguntas recurrentes es en qué cambia la posición financiera del grupo Vodafone. La nueva CFO, Margherita della Valle, anticipa que la integración de los activos de Liberty Global [Alemania, República Checa, Hungría y Rumania] generará unas sinergias de 535 millones de euros anuales. Los ahorros de costes serán “similares” a los que el grupo obtuvo con las integraciones de Kabel Deutschland (2013) y la española Ono (2014). Las claves – dijo – serán la compartición de redes y sistemas, la optimización de compras y la supresión de funciones superpuestas, sin contar con unos 1.500 millones de euros en servicios cruzados a las dos bases de clientes. Cuando la transacción se consume, Vodafone espera que los servicios fijos y de TV pasen de representar el 29% al 35% de sus ingresos.
Con la abdicación de Akihito y la entronización de su hijo Maruhito, Japón entra en una nueva era, bautizada Reiwa. Ya se ha escrito suficiente acerca de la significación poética del nombre escogido, variantes en torno a la palabra armonía. Por supuesto, para la prensa de colorines, es un espectáculo, pero a efectos de lo que interesa a este blog, es la ocasión de revisar la ilusión de un golpe de timón que refuerce la economía y las empresas japonesas. Naruhito (59 años) ha sido calificado de ´globalista` porque se educó en Oxford. ¿Expresión del deseo de las élites? Los más optimistas se amparan en la inspiración de los primeros meses de la era Heisei (1989). ¿Es lo que se espera? Leer más
Por sexto trimestre consecutivo, el mercado mundial de smartphones ha dado otro paso atrás. Los 310,8 millones de unidades despachadas entre enero y marzo son la cifra más baja de los últimos cinco años. Según IDC, que ha compilado esta cifra, “los consumidores no ven suficiente incentivo para dedicar su dinero a cambiar un modelo actual por otro”. Dos cosas parecen estar fuera del alcance de la industria: a) encontrar usuarios primerizos en algún rincón del planeta y b) convencer a quienes tienen un smartphone de que es hora de reemplazarlo por uno nuevo. ¿Nuevo? Está demostrado que a un alto número de usuarios ya no le impresiona lo que las marcas llaman innovación. O no a cualquier precio. Leer más
La enfebrecida competición por el orgullo de ser el primer país en abrir un servicio comercial 5G, está aportando efectos propagandísticos mediocres y hasta contraproducentes. Si los orgullos nacionales están en juego, es justo decir que Corea del Sur ha cruzado antes la meta y promete ofrecer cobertura completa a finales de año: corriendo contrarreloj, Korea Telecom conectó su red a las 23,10 del 3 de abril, ganando así por 50 minutos al operador estadounidense Verizon, que se había propuesto la primicia mundial aunque de momento su cobertura abarca sólo ciertas áreas de Chicago y Minneapolis. Uno y otro sabrán si les ha valido la pena jugarse el esprint de una carrera que debería ser de fondo. Leer más
Para comprender por qué Hewlett Packard Enterprise (HPE) y Nutanix han firmado un acuerdo a priori impensable, habría que reconstruir la secuencia previa. A eso voy: el 1 de marzo, tras publicar los resultados – poco brillantes pero no malos – de su segundo trimestre fiscal, Nutanix sufrió un castigo bursátil que hundió su cotización en un tercio. Más que las cuentas en sí, los inversores sobreactuaban la reacción a la previsión de un tercer trimestre (el actual) del que la compañía espera crecimiento plano.
Desde entonces, la acción ha recuperado la mitad de lo perdido. Lo peor es que, a punto de cumplir diez años de existencia (nació en 2009) y dos años y medio desde su salida a bolsa en 2016, Nutanix sigue sin conocer los beneficios.
Vale, pero el fundador y CEO de la compañía, Dheeraj Pandey, salió del paso explicando el batacazo como un efecto a corto plazo de algunos errores de marketing. Se calló algo: el modelo de negocio de Nutanix atraviesa una transición: ha abandonado la venta de hardware para vivir sólo de su software, algo que Wall Street suele premiar pero que, en este caso, llevaba a la convicción de que Nutanix no tiene el compañero de viaje más adecuado para la nueva etapa. Me refiero a Dell, claro.
Pandey retomó pronto la iniciativa y estuvo convincente ante los analistas: Nutanix, dijo, tiene potencial para duplicar su facturación alcanzando los 3.000 millones de dólares en 2021. Afirmó, y no era la primera vez, que en las infraestructuras hiperconvergentes (HCI) se abriría pronto una nueva oportunidad.
Ahora sabemos de qué oportunidad hablaba. Se estaba cociendo un acuerdo estratégico con HPE, anunciado hace un par de semanas. Su objetivo no es otro que arrebatar a la pareja Dell-VMware el liderazgo del mercado de HCI y de paso del de servidores.
Según los últimos datos de IDC, el mercado de sistemas HCI tiene un líder claro, Dell, con un 28,6%, al que persigue Nutanix con un 14,8% (ha bajado cuatro puntos, y eso duele); HPE no está conforme con ser tercera (5,4%). En el ranking de software, VMware lleva la voz cantante (38,1%) con Nutanix a dos puntos, lo que significa que se reparten 7 de cada 10 dólares de facturación. En cuanto al mercado de servidores, en unidades lo encabeza Dell (19,4%) con HPE en segundo lugar (15,8%). Es fácil ver contra quien va dirigido el acuerdo entre los segundos de cada mercado.
Asumo el riesgo de que pueda parecer ociosa la explicación de qué es un sistema hiperconvergente. Combina las funciones de computación, almacenamiento y virtualización, aliviando la tarea de gestionar sistemas separados; su despliegue es más rápido y la inversión de capital más baja. Así ha ido adquiriendo su fisonomía un mercado expansivo que, al finalizar 2018, crecía nada menos que un 57%.
A lo que iba, se ha movido el tablero. Desde 2014, Nutanix ha mantenido una provechosa alianza con Dell que le hacía mostrarse desdeñosa hacia HP (la actual HPE). Pero esa alianza empezó a tambalear cuando Dell adquirió EMC y con esta el 81% de VMware, cuya dote incluía el desarrollo de la solución hiperconvergente vxRail.
Mientras esto ocurría, Nutanix estaba saliendo a bolsa y los analistas vieron en su alianza con Dell un baluarte que elevaba el valor de la compañía. Aun así, tarde o temprano la suma de Dell y VMware acabaría fastidiando a Nutanix.
Lógicamente, sus reproches no se han centrado en Dell sino en VMware. , El CEO de Nutanix y el COO de VMware, Sanjay Poonen, han intercambiado durísimas palabras en sus respectivos blogs. Poonen sosteniendo que el software de Nutanix es una copia; Dheraj Pandey aludiendo a lo que llama “vTax” [sobreprecio que, según él, pagan los usuarios de VMware por usar su hipervisor cuando podrían usar el de Nutanix gratuitamente].
Sin llegar a esos extremos, la antipatía entre Nutanix y HPE ha sido manifiesta, precisamente porque Dell era el obstáculo. Y con más motivo desde que HPE decidió adquirir Simplivity en 2017 para no quedar descolgada del ascendente mercado de HCI.
Creo recordar que la última vez que estuve de visita en HPE el cuadro era este: 1) HPE/Simplivity no tenía un hipervisor nativo propio, a diferencia de Nutanix; 2) el software de Simplivity corría en servidores específicos de HPE dentro de una estrategia llamada de “infraestructura componible”, pero no en los de otros fabricantes ni en los ProLiant y Apollo de marca propia; 3) Nutanix procuraba sacar partido de lo anterior cortejando a los usuarios de esas dos familias de servidores.
La fórmula que ambas compañías han encontrado para unir fuerzas es la siguiente. Por una parte, una solución integrada llave en mano, que implica precargar Enterprise Cloud OS, el sistema de Nutanix que incluye AHV, en servidores ProLiant y Apollo. Por otra, el software de Nutanix estará disponible en la solución hibrida HP GreenLake de pago por uso.
Oficialmente, el acuerdo es presentado como una respuesta a la demanda del partners y clientes: “ambas compañías reconocen que existe mercado para que el software de Nutanix corra en servidores de HPE y ofrezca las ventajas del modelo as-a-service”. La próxima conferencia de Nutanix en mayo será la puesta de largo del acuerdo.