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El titular resume la primera y brutal impresión que producen las cifras: un 43,7% de caída no se puede pasar por alto, ni es un problema exclusivo de España: otros seis mercados europeos analizados por IDC han descendido (Portugal el que más, un 31%, pero también Alemania, un 14%). Fuentes del sector han relativizado el porcentaje del mercado español, señalando que el segundo trimestre de 2012 fue anómalo por la entrada de un número inusual de unidades que engrosaron inventarios, evacuados más o menos de tapadillo en los meses siguientes. Sobre esta base, se puede estimar que el descenso real ha sido aproximadamente del 30%, no muy lejos del cálculo de sell-out publicado por GfK. Leer más
El experimento de codirección ejecutiva en SAP llega a su final – ¿o sólo se interrumpe? – con el anuncio de que Jim Hagemann Snabe pasará a ocupar un puesto en el consejo de la compañía, dejando a Bill McDermott como único CEO de la compañía. La noticia se ha presentado como una decisión personal. sin omitir la mención ritual al deseo de Snabe de pasar más tiempo con su familia. Circulan interpetaciones menos ingenuas.
La coexistencia del americano McDermott y el danés Snabe, nombrados coCEO en febrero de 2010, ha sido formalmente modélica y exitosa para los resultados de la compañía alemana. El rasgo más evidente ha consistido en que mientras el primero se encargaba de que SAP creciera en el mercado de Estados Unidos, el segundo planificaba la estrategia global desde la sede alemana en Walldorf, y la exponía con brillo a través de Europa. Sus habilidades respectivas se complementaban: a McDermott le han colgado la etiqueta de especialista en marketing sin especiales conocimientos de la tecnología que vende, mientras a Snabe le ha tocado desempeñar el rol de visionario y ejecutor de la nueva orientación de la compañía hacia el cloud.
Estas estampas son esquemáticas. Si en tres años ha habido conflictos entre los dos, no han trascendido o las ha diluído la distancia. Un posible desencuentro pudo nacer de la compra de SuccessFactors, que encumbró temporalmente a su fundador, Lars Dalgaard, en la antesala de la cumbre. El invento no funcionó, se dijo que por manifiesta incompatibilidad entre Dalgaard (compatriota y protegido de Snabe) y el ascendente Vishal Sikka, CTO de la compañía. Con la dimisión de Dalgaard, Sikka pasó a ser el máximo responsable de la estrategia de productos, y hay quien opina que su ambición es ocupar el puesto de Snabe cuando este lo deje en mayo de 2014.
Queda espacio para otra sospecha: el centro de gravedad de SAP – primera empresa europea de software – se desplaza gradualmente hacia Estados Unidos, y el núcleo de la innovación hacia los laboratorios de Palo Alto, cuartel general de Sikka. También es posible alentar una discusión más propia de escuelas de management: ¿es viable una estructura de dirección ejecutiva compartida? SAP la ha ensayado dos veces, y la primera acabó mal. Para enfocar mejor este ´relato`, habría que añadir un detalle trascendental: el anciano fundador de la compañía, Hasso Plattner, es quien ejerce el verdadero poder, sin dar signos de estar pensando en cederlo a un sucesor. Lo que introduce otra posible (y audaz) conjetura sobre el futuro de Snabe.
Cuatro grandes empresas del sector – Intel, IBM, Microsoft y Google – han sido castigadas en Wall Street tras presentar unos resultados que los analistas calificaron como ´decepcionantes´, siguiendo alguno de sus parámetros usuales pero que, objetivamernte, no merecerían tan unánime punición. Mañana, martes, puede ser el turno de Apple y en días sucesivos puede haber otros episodios dictados también por los excesos de una enfermedad endémica que en las bolsas, por mal nombre, se conoce como expectativas. Veamos los cuatro casos de los últimos días.
Los resultados de Intel del segundo trimestre han seguido un libreto previsible: flojera del mercado de PC, dinamismo en el de los datacenter, decisión de recortar las inversiones de capital; su peor debilidad, los chips para móviles, lleva camino de resolverse. Financieramente, el beneficio por acción correspondió a lo esperado, pero los ingresos se quedaron cortos con respecto al «consenso» que – como las salchichas – más vale no saber cómo se elabora.
Se mire como se mire, IBM tuvo un trimestre débil que prolonga un año del mismo tenor, pero la compañía, según sentencia de Bloomberg, «disimula como mejor sabe la caída de sus ingresos: huyendo de los negocios de bajo margen, recortando plantilla y acentuando su plan de compra de acciones propias». Todo sumado, la receta puede parecernos buena o mala, pero no es ni más ni menos que la que recomiendan los que mueven el mercado bursátil. ¿A qué viene escandalizarse?
De Microsoft me ocupo con detalle en la crónica de hoy: nada que pueda sorprender a un inversor mínimamente avezado. En las últimas semanas, su acción tocó el máximo de cinco años, y hacía falta una excusa para rebajarla aunque sólo sea temporalmente. El bendito «consenso» contemplaba un PER de 0,75 y en el mundo real se ha quedado en 0,59 por motivos nada esotéricos. Es como para plantearse si esta ratio sirve realmente como herramienta de predicción.
¿Qué se puede decir de Google? Elevó un 19% sus ingresos y un 16% sus beneficios en el trimestre que va de abril a junio. Excelente, juzgaría quien sólo atienda a los hechos http://www.norbertogallego.com/google-renueva-su-arsenal/2013/05/23/ , pero a los inversores – vamos, a quienes hablan y escriben en su nombre – les supo a poco, y la acción cayó al día siguiente. ¿Motivo? El descubrimiento súbito de algo sabido y reconfirmado: que la publicidad online se desplaza de los ordenadores a los móviles, y que los anunciantes se resisten a pagar en los segundos la misma tarifa (costo por clic) que en los primeros.
Como he dicho, preparémonos para el martes por la noche, cuando Apple anuncie sus resultados trimestrales. A menos que, ¡sorpresa! contengan datos inesperados – y descartando de entrada que revele su calendario de nuevos productos – es probable que los críticos parasitarios le apliquen otro correctivo.
Para Amy Hood, nueva directora financiera de Microsoft, la del jueves 18 era su primera conference call de resultados, y los analistas la felicitaron por ello, pero no fueron igual de amables con las cifras que expuso. Al cierre del año fiscal 2013, los ingresos de la compañía sumaron 77.849 millones de dólares, un 5,6% más que el ejercicio anterior, pero no pasó inadvertido que la primera razón por la que el beneficio neto creció fue el abrupto descenso de los gastos operativos, de 34.400 a 30.800 millones. Los inversores esperaban más ganancias, y esta «decepción» explica en parte la primera reacción bursátil negativa, tras muchos meses de expectativas disparadas. Leer más
Entre otros comentarios útiles, Nacho O. escribe para advertirme de que el estudio patrocinado por Cisco que se glosó en este blog hace dos semanas, «carece de rigor académico y sirve como soporte argumental para la venta de routers y switches«. Sinceramente, creo que Cisco no expresaría así sus intenciones, pero tampoco las negaría. La advertencia me ha llevado a rastrear el asunto de fondo, y he descubierto un par de cosas interesantes.
El crecimiento del tráfico de Internet y la consiguiente complejidad que presiona sobre las redes de los operadores y proveedores de servicio, clientes de Cisco, no es un argumento sino un hecho verificable. Otra cosa es que se compartan o no las proyecciones estadísticas en un horizonte de diez años. La consultora Infonetics predice que el mercado de routers y switches crecerá hasta 2017 al ritmo del 8% anual. Como líder que es de ese mercado, Cisco quiere llevarse la parte del león de ese crecimiento, y la compañía ha dicho, al anunciar su nuevo router CRS-X, que «esta es la innovación que necesitamos para elevar la facturación en este segmento hasta 10.000 millones de dólares» , rompiendo la ´barrera histórica` de los 8.000 millones, vigente de facto hasta ahora.
La división responsable del nuevo producto representará este año fiscal – que concluye a finales de julio – en torno al 17% de los ingresos de Cisco. Por otro lado, la línea CRS-X es capaz de manejar diez veces más datos que el primer router CRS, presentado en 2004, y sale al mercado a competir con el router 7950 de Alcatel Lucent, que en su momento fue despreciado verbalmente por los directivos de Cisco pero, según los analistas, podría arrebatarle algún punto de cuota de mercado [Cisco cree, a su vez, que con su nuevo producto podría ganar dos puntos adicionales].
Esto es lo que hay: una batalla por la cuota en el core de las redes de los operadores, en la que también entran rivales como Juniper y Arista, con productos recientes y competitivos. Para Cisco, es una vuelta a sus raíces, no porque las hubiera olvidado sino porque durante un tiempo se distrajo con planes de diversificación [hasta 30 nuevos sectores, en la visión fantástica de John Chambers] ahora abandonado. La venta de Linksys y varias adquisiciones recientes confirman que la compañía retoma su eje tradicional: participar del nuevo ciclo inversor al que los operadores están obligados por el crecimiento de la demanda inducida por la movilidad, el vídeo y lo que ha decidido llamar a su manera ´Internet of everything´. Es respetable que, entre otros instrumentos, recurra a elaborar estudios que respaldan sus iniciativas de marketing. Pienso seguir comentando otros estudios del mismo género que a mi juicio merezcan atención informativa.
Una de las compañías que mejor está aprovechando el buen momento de Big Data es Cloudera. Doug Cutting, ingeniero jefe de la compañía e inventor de la plataforma Hadoop, definió así para este blog la situación actual: “cuando las reglas de cómo funciona algo cambian sus fundamentos, decimos que es una gran transición; es lo que está ocurriendo con Big Data. Hemos visto antes otras en el software, como el paso del mainframe a la informática personal, del procesamiento local a la web; la movilidad ha sido otra gran transición. Lo que lo que estamos viviendo es una transición sobre cómo la información es procesada por las organizaciones”, afirmó Cutting. Leer más
Para Apple, divorciarse de Samsung está resultando más difícil que la convivencia que ambas empresas han mantenido durante años. Son encarnizados competidores, se desafían en los tribunales de medio mundo y se dedican mutuamente campañas de publicidad agresivas o sarcásticas, según los días. Pero esto, con ser grave, no impide que mantengan vivo un contrato por el cual el conglomerado coreano suministra procesadores y memorias a la marca californiana, por valor de miles de millones de dólares. Hasta ahora, Samsung ha fabricado en exclusiva los procesadores para los dispositivos iOS, incluyendo el actual A6, pero el contrato expirará en 2014, y la industria de semiconductores se pregunta con quién negocia Apple para más allá de esa fecha.
Digitimes, que se publica en Taiwan, ha informado sobre un acuerdo por el cual TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Co) fabricará los chips de cuatro núcleos A6X, con tecnología de 20 nanometros a partir del año próximo [la versión que actualmente suministra Samsung se fabrica con el proceso de 32nm] para pasar en las series posteriores a la de 14nm, a partir de 2015.
Esa es la versión de un medio que refleja los intereses de la industria taiwanesa, a la que replica otra fuente no menos sospechosa, Korean Economic Daily. Según este diario de Seúl, Apple y Samsung han pensado mejor sus relaciones, lo que ha dado como resultado otro acuerdo, por el cual la segunda fabricará – esta vez sin exclusividad – el procesador A9, que debería equipar a partir de 2015 un dispositivo en teoría llamado iPhone 6S o quizá iPhone 7.
Parece haber tres razones posibles para este doble rasero de Apple. Una sería su exigencia de contar con la garantía de un cierto volumen de entregas, bajo condición de una sanción económica si el proveedor no cumpliera. Pero TSMC, cuyas fábricas tuvieron problemas de producción el año pasado, se habría negado a firmar esa cláusula. Como segunda razón, se apunta que Samsung ha demostrado la viabilidad de su tecnología de 14 nm, mientras que TSMC todavía no lo ha hecho a plena satisfacción de cliente tan exigente. Sin menoscabar la tercera: que esos procesadores se fabricarían en la planta que Samsung está ampliando en Texas.
La diversificación de sus fuentes deseada por Apple estaría cumplida, pero es en este preciso momento cuando aparece – en el Wall Street Journal, que no está libre de intereses creados – otra versión, según la cual GlobalFoundries – antigua rama industrial de AMD, hoy controlada por Abu Dhabi – ha interferido en las negociaciones, ofreciendo fabricar esos mismos chips, con la misma tecnología, en la factoría que actualmente construye en el estado de Nueva York. Aquí podría entrar en juego la sobrevenida vocación nacionalista que Apple exhibe últimamente.
Quedan otras conjeturas: 1) Apple estaría dispuesta a invertir lo que haga falta en una fábrica que le garantice acceso a la tecnología de producción de chips, y eso podría llevarla a entrar en el capital de GlobalFoundries; y2) tales acuerdos, reales o supuestos, no han interrumpido las conversaciones entre Apple e Intel, que por su parte no tendría reparo en poner su capacidad industrial para fabricar obleas de procesadores basados en la arquitectura ARM, fuente de innumerables quebraderos de cabeza. Por lo visto, el poder de convicción de Apple es directamente proporcional a su peso en el mercado.
Se esperaba que ocurriera en 2013, y así ha sido en el segundo trimestre: Lenovo ha conquistado el primer puesto en el ranking del mercado mundial de PC, y en ello coinciden IDC y Gartner con ligeros matices. HP ha cedido el cetro que ostentaba desde hace años, pero sus directivos no se rinden: la diferencia es pequeña, dicen, y eventualmente superable. Como en una carrera ciclista, el resto del quinteto de cabeza se resigna al papel de perseguidores: las dos marcas líderes acumulan una cuarta parte del total del mercado. Esto, en el contexto de una severa caída del mercado, un 11,4% menos que en igual período de 2012, según IDC (que en el informe de Gartner es de -10,9%). Leer más
Commoditización, así en spanglish, es vocablo que en este sector se usa con mucha asiduidad y bastante imprecisión. En general, para describir la banalización de un producto, cuyo efecto suele ser una bajada de precio y su consecuencia un deterioro de los márgenes. Commodity, ahora en plain english, se relaciona con los mercados de materias primas como los metales o los cereales, entre otros. En la intersección de ambas nociones se origina la idea de Deutsche Börse de crear un mecanismo «neutral, seguro y transparente» de negociación de capacidades cloud. Un directivo de la bolsa alemana no ha tenido reparo en compararlo con el comercio de commodities: «lo mismo que con las bananas, es posible ponerse de acuerdo en el precio aunque no se parezcan unas a otras».
La iniciativa se llamará DB Cloud Exchange, y nace de la asociación entre Deutsche Börse y la empresa Zimory, con el fin de establecer un mercado en el que se puedan negociar contratos de infraestructura de manera a la usual sobre valores o energía. En ese mercado, los proveedores de capacidades externas de computación y almacenamiento las pondrían a disposición de los demandantes, instalando en cada partícipe un API diseñado por Zimory. Los clientes podrán escoger libremente entre la oferta y seleccionar la jurisdicción en la que residirán sus datos se supone que con distintos precios. Por ahora, ha despertado más interés entre vendedores que entre compradores: una de las primeras compañías – todas alemanas – que han declarado su disposición ha sido T-Systems.
En definitiva, se trata de un instrumento financiero asociado a un servicio, como otros lo están a un producto [de ahí la metáfora de las bananas].En una primera fase, a partir de marzo del 2014, funcionará en Frankfurt y Nueva York, sedes a las que se añadirá luego Singapur para cubrir los mercados asiáticos, muy activos en lo concerniente a externalización. De entrada, se negociarán contratos on spot (sobre capacidades disponibles) con la ambición de lanzarse después al negocio de los derivados (con el que se daría juego a las apuestas sobre futuros).
No es la primera vez que a alguien se le ocurre una idea parecida. Allá por 2005, Sun Microsystems se asoció con la plataforma de transacciones electrónicas Archipielago, que luego sería Euronext (hoy propiedad del NY Stock Exchange), pero la inmadurez del mercado cloud les llevó a renunciar al proyecto. Más recientemente, se fundó SpotCloud, que promete empezar a funcionar pronto. Pero la verdadera competencia puede venir de donde podía esperarse: Amazon ha diseñado un nuevo modelo de negocio llamado AWS Reserved Instance Marketplace, en el que los clientes pueden comprar contratos de hasta tres años de duración sobre una instancia de computación. No es un mercado, pero dice cumplir con un objetivo primario: ahorrar hasta un 60% sobre el precio normal de AWS.
Lo más probable es que la propuesta de Cloud Exchange seduzca más a la oferta – los proveedores de servicios en la nube – como plataforma de compensación recíproca, que a la demanda, las empresas potencialmente clientes de tales servicios. Esta descompensación podría derrumbar el tinglado. Pero, y si estas iniciativas prosperasen, ¿qué haría Microsoft, VMware, IBM, HP y otros proveedores de servicios IaaS como OpenStack? ¿Por qué no los operadores cada vez más presentes en este negocio? Unos y otros, ¿promoverán sus propios instrumentos de negociación flexible, o dejarán pasivamente que los intermediarios financieros invadan su terreno?