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Todo lo que esta semana se ha escrito sobre los sensacionales resultados de Apple durante el primer trimestre (segundo de su año fiscal) se puede condensaren una palabra, China, para después tirar del hilo argumental. Esa unidad geopolítica que Apple etiqueta como Gran China – que incluye Hong Kong y Taiwan, lo que no es del todo descabellado – representa el 29% de las ventas totales de la compañía, exactamente 16.823 millones de dólares sobre un total de 58.010 millones. Y como en esa geografía las ventas crecieron un 71%, se acerca el momento en que inevitablemente superará al continente americano (21.316 millones). ). ¿Europa? Un 12%.
Las cifras globales no son lo más interesante, a mi juicio. «Todo lo que ocurre en China es muy bueno para Apple. Nunca he visto una clase media tan numerosa y ansiosa, a la que debemos la mayor parte de nuestras ventas allí», resumió Tim Cook, quien ha dedicado personalmente mucho tiempo a una diplomacia de equilibrista para desactivar todo posible conflicto con las autoridades chinas.
El analista Gene Munster, un auténtico especialista en Apple, considera que «esta historia de crecimiento en China va a continuar», pero advierte que no debería confiarse demasiado, porque el contexto legal y político es volátil e impredecible. De esto han tenido suficientes pruebas otras empresas estadounidenses de tecnología.
El iPhone es, por supuesto, primer actor de esta celebración. Sus ventas en China [vale, en Greater China] crecieron de enero a marzo un 72% en unidades, mientras el mercado chino de smartphones crecía un 5%. Ya es el primer mercado para el iPhone y, viceversa, se discute si fue el primero (IDC) o el segundo (Kantar) en ventas, en disputa con Xiaomi y desalojando a Samsung que era líder hasta el año pasado y confía en recuperarse con sus nuevos Galaxy S6 y S6 Edge, rivales directos de los iPhone lanzados en setiembre. Entretanto, la marca coreana ha vuelto a ocupar la cima del podio del mercado mundial, con 82,4 millones de smartphones despachados frente a los 61,2 millones de Apple.
Como síntoma del apetito de la clase media de la que hablaba Cook, el iPad, que ha declinado en el resto del mundo (-23% en unidades, -29% en ingresos) sigue en alza en el mercado chino. E incluso las ventas de Mac crecen un 31%, frente al modesto 5% del resto de los PC.
En parte, estos fantásticos números se deben a la red de tiendas de Apple en el país, que serán 40 antes de finales de año pero ya atienden pedidos de 350 ciudades chinas.
El analista Munster cree que los productos de Apple se beneficiarán de la lealtad de los consumidores chinos: «no creo que sean muchos los propietarios de un iPhone que se cambien a una marca local como Xiaomi o Lenovo, que pescan en gamas de precio más bajo», escribe en un informe para Piper Jaffray.
Este asunto de la lealtad tiene mucho que ver con el consumo de contenidos y aplicaciones. Según datos no oficiales, China ya es el país con mayor número de descargas que cualquier otro, incluyendo Estados Unidos. Para hacerse una idea de lo que esto significa, recurramos una vez más a un pletórico Tim Cook: en el trimestre, Apple pagó a desarrolladores chinos 5.000 millones de dólares, más de la mitad que en los doce meses anteriores.
El asalto a este mercado «aspiracional» se centra ahora en el Watch, con un énfasis especial en los modelos de lujo, que los nuevos ricos esperan con ansiedad. Más complicado será convencer a los bancos chinos para que se sumen a la iniciativa Apple Pay en condiciones que consideran abusivas. Para esta tarea, Cook ya debería tener preparado el avión, listo para volar a China por enésima vez. Quizás un día tengamos que escribir sobre el exceso de dependencia de Apple respecto de un mercado con demasiadas trampas.
Había fundada curiosidad por conocer y analizar los resultados de la primera earnings season del año en las empresas tecnológicas. Aparte de la conmoción causada por Apple, que va por libre, había un factor que condicionaba las comparaciones con el primer trimestre de 2014: la apreciación del dólar influye sobre esta industria tan globalizada. Tiempo habrá de comentar el fenómeno cuando acabe la estación. Entretanto, he mirado con detenimiento los resultados de VMware, que no es una empresa más, sino que une al mencionado factor otro específico, ha acelerado en este periodo la reconversión de su modelo de negocio.
A priori, los resultados de VMware tienen fácil resumen: 1.510 millones de dólares de ingresos, 11% de incremento [que hubiera sido del 13% en moneda constante, he ahí el efecto dólar] y 196 millones de beneficio neto [decepcionante 1% de aumento] comparados con el primer trimestre de 2014. Satisfactorios para los inversores, que inmediatamente hicieron subir la acción un 5%. Una razón de la acogida es la comprensión de que los números de VMware no suelen destacar al comenzar el año, momento en que las empresas se toman un respiro tras haber gastado sus presupuestos de TI del anterior.
Que en 2015 no ocurriera así, debería demostrar que con el aluvión de productos lanzados a lo largo del año pasado, VMware se está quitando de encima el sambenito de «campeón de la virtualización» y ha aprendido a moverse con soltura en un mercado en el que todos – vendan lo que vendan – están bajo el poderoso influjo del cloud computing. En la conferencia con analistas, Pat Gelsinger, CEO de la compañía, pronunció esta frase que tendrá que demostrar a lo largo del año: «nos hemos situado en el centro de la transformación que está experimentando la industria TI, gracias al portfolio más completo en la historia de la compañía».
Si Amazon, Microsoft o IBM pueden presumir y presumen – con mayor o menor detalle – de los buenos resultados de sus negocios cloud, ¿qué espacio ocuparía VMware, durante décadas actor imprescindible en el datacenter? Con ese precedente, ¿cómo seguir siendo relevante en la era de la nube ? Son preguntas pertinentes. Porque el nuevo modelo de negocio de la compañía californiana pasa por un conjunto de soluciones de lanzamiento reciente, cuya adopción explica el cambio de perfil del trimestre. Y del próximo, según dijo Gelsinger.
VSAN – presentada en 2014 – es una solución de almacenamiento definido por software, que ha permitido a VMware ganar autonomía con respecto a EMC, su principal accionista. También es novedosa la integración de otros productos de su cartera con NSX, networking definido por software que compite cara a cara con Cisco, aliada hasta no hace mucho. Destaca también la gradual progresión de AirWatch, hoy una división especializada en EMM (enterprise mobile management).
En lo que va del 2015, VMware ha presentado con cierto ruido vSphere 6, nueva versión de un producto histórico en su cartera, con la finalidad de crear entornos coherentes de mediación entre nubes públicas y privadas, así como la firma de un acuerdo – aún no puesto en marcha – con Google por el que los clientes de esta puedan acceder a las nubes públicas a través de vCloud Air. Por cierto, vCloud Air ya está disponible en Europa como estandarte de la estrategia de nube híbrida que proclama VMware. Por último, la semana pasada, la compañía cruzó otra frontera al presentar dos proyectos open source, con los que pretende despejar las dudas de quienes sostienen que VMware mantiene una actitud reticente ante Openstack y desconfiada hacia Docker, que muchos ven como amenazas a su posición históricamente adquirida.
Intensa actividad, pues, en un trimestre pletórico que lleva a Gelsinger a confiar en que el año puede acabar con 6.690 millones de ingresos, que equivaldrían a un incremento del 11%. O del 14% si no existiera el ´efecto dólar`. Este será un tema recurrente en 2015.
Tras el golpe mediático de los 61 millones de iPhones despachados en el primer trimestre, la batalla entre Apple y Samsung se agudiza. Cada dia, de las fábricas de Samsung salen medio millón de unidades de sus últimos smartphones, los muy elogiados Galaxy S6 y S6 Edge, para atender los abultados pedidos que tenía antes de su lanzamiento real del 10 de abril más los que siguen llegando. Mantener este ritmo de producción y de suministro al canal es todo un reto logístico y tecnológico: si aprueba la asignatura, Samsung saldrá con prestigio reforzado y se dispararán sus beneficios. Está en juego su remontada en la batalla con Apple por la supremacía. A falta de conocer cifras fiables, los presuntos enterados calculan que los operadores de todo el mundo han reservado 15 millones del Galaxy S6 y cinco millones del S6 Edge. Leer más
Durante años, Jeff Bezos, fundador y factotum de Amazon, se las arregló para ocultar las finanzas de su división Web Services, dando pie al rumor de que las escondía para no confesar que perdía dinero, al igual que su emporio online, que crece sin ser rentable. Craso error. Al desglosar por primera vez los resultados, el jueves 23, ha revelado que la división de cloud facturó 1.570 millones de dólares en el primer trimestre, con un margen operativo del 17%. Es el 7,5% de los ingresos totales (22.720 millones) pero gana dinero: 265 millones, y ayuda a minimizar las pérdidas totales. ¿Cómo explicar que la acción de Amazon subiera un 14% en la sesión siguiente? Respuesta: confianza en Bezos. Leer más
Difícil resistirse a la rutina de comentar otro trimestre de IBM. Porque ya va siendo rutina repetir que los ingresos de la compañía han vuelto a achicarse, por duodécimo trimestre consecutivo: en 2011, facturaba 105.000 millones de dólares, que tres años después se han recortado a 92.800 millones. Parece inevitable que vuelva a achicarse más este año. Hay una explicación inmediata y razonable. O dos. Una es la desaparición del negocio de servidores de gama baja, vendido a Lenovo: los 2.400 millones que hace un año generaba el hardware, se han reducido a 1.700 millones. Igualando las bases respectivas, la facturación de hardware habría crecido un 30%, razonó el CFO de la compañía, Martin Schroeter. Y esto, gracias a que los mainframes más que duplicaron sus ventas.
La explicación anterior no alcanza a justificar del todo que los ingresos totales de IBM bajaran en doce meses de 22.240 millones a 19.590 millones, por lo que Schroeter echó mano de otra complementaria: la fortaleza del dólar afecta a una empresa cuyas operaciones en Estados Unidos son minoritarias, y que en ciertas regiones está pasando por una desaceleración de la demanda.
Valen como explicaciones, pero más interesante resulta otro asunto suscitado en la conferencia con analistas. Descaró Schroeter que la desinversión en los servidores x86 tenga un efecto depresor sobre las ventas de software, pero sí que comprime el margen, ya que IBM ha pasado a ser contratista de Lenovo para suministrarle software y servicios relacionados con esa línea de productos. Este tipo de acuerdos son de manual para las desinversiones de IBM: lo aplicó tras vender – también a Lenovo, en 2005 – su división de PC, y una cláusula de corte similar figura en la enajenación de sus fábricas de semiconductores a GlobalFoundries, que sólo se materializará este año.
Lo que ha dado en llamarse «reinvención» de IBM es en la práctica una transición que mueve el eje de gravedad de una empresa que durante décadas giró en torno al hardware: en 2011, esta actividad representaba el 16% de la cifra de negocios, y en 2014 se ha quedado en un 11% que seguirá bajando.
Las esperanzas puestas en nuevas áreas de negocio se manifiestan lentamente en resultados, pero Virginia Rometty se ha fijado – y ha fijado a toda la compañía – que las actividades de alto valor (cloud y analytics, a las que habrá que añadir los frutos del acuerdo con Apple y una nueva división de Internet de las Cosas) lleguen a representar el 40% de los ingresos en 2018.
El beneficio neto del trimestre sufrió un 5% de retroceso, pero el beneficio operativo subió un 4%, desfase que recoge los costes de reestructurar la compañía. Los analistas están obligados a una suerte de estrabismo, consecuencia de mirar a la vez la evolución del negocio y el comportamiento de la acción. Rometty ha tenido el coraje de abandonar la poco sensata política de cortejar a los inversores comprando acciones en bolsa para sostener la cotización: cierto es que una compañía con 13.000 millones de dólares en free cash flow no puede permitirse pagar 4.000 millones de dividendos, dedicar 18.000 millones a recomprar sus propias acciones y, además, invertir lo necesario para salir del apuro.
Desde que Rometty ocupa su puesto, en enero de 2013, la acción de IBM ha perdido un 9% de su valor y la plantilla ha bajado un 12%, malas noticias, pero en el mismo tiempo ha desembolsado más de 8.000 millones para comprar 30 empresas. Según el analista Toni Sacconaghi, IBM debería invertir unos 4.000 millones anuales para que sea realidad la promesa de que las actividades ´de crecimiento` aporten 40.000 millones de dólares en 2018 (en 2014 fueron 25.000 millones raspados). Cuenta Sacconaghi que en julio pasado, la CEO de IBM convocó a los altos directivos a un retiro discreto y les puso una tarea, sólo una: describir en una frase cómo debería ser IBM dentro de diez años. «Sin vacas sagradas», les insistió.
¿Quién dijo que eran unos cuántos frikis? Combatir el ciberdelito hoy día requiere nuevas estrategias, apartadas de las técnicas policiales tradicionales. Lo asegura el informe The Internet Organised Crime Threat Assessment (iOCTA) 2014, de la Oficina Europea de Policía, más conocida como Europol, que analiza exhaustivamente el ascendente fenómeno de industrialización y comercialización como la gran tendencia de los delitos digitales. Un nuevo modelo de negocio que tiene nombre y hasta sigla: Crime-as-a-Service (CaaS), acorde con un tiempos en que el software [también el malicioso] se va trasmutando en servicio en el que se aplica la exitosa fórmula de pago por uso. Leer más
Los comentarios sobre el acuerdo por el cual Nokia pagará 15.600 millones para absorber Alcatel Lucent, han oscurecido otro asunto, este de signo contrario, relacionado con la compañía finlandesa: su declarada intención de vender su división HERE, de cartografía digital y servicios basados en localización (LBS), que se ha quedado descolgada, sin sinergias explotables con el negocio principal de infraestructura de redes. En su origen, esta división debe su existencia a la compra de Navteq, por la que Nokia pagó la astronómica cifra de 8.100 millones de dólares en 2007.
Por aquella época, el negocio de los mapas parecía tener un futuro brillante y la compra de Navteq coincidió en el tiempo con la de TeleAtlas por TomTom. Pero el futuro no llegó, o no fue tan bueno como se esperaba: aquella costosa compra vale actualmente – incluso tras haberla arropado con otras adquisiciones menores – unos 2.000 millones de euros, según estimaba Nokia a finales del año pasado. Los analistas consideran que podría venderla por el doble, dependiendo de quién sea el comprador y para qué quiera comprarla.
Los ingresos de HERE, 959 millones de euros en 2014 se deben, en un 55% (503 millones) a la venta de licencias, principalmente a la industria de automoción, unos 13 millones de licencias. Por otro lado, sus mapas son contratados por Yahoo, Microsoft y Amazon (competidores de Google), y su plataforma LBS la usan compañías como FedEx y UPS. Pero el futuro de HERE está íntimamente asociado al auge del ´coche conectado`. En su última presentación a inversores, vaticinó que los sistemas de navegación van a pasar de una penetración del 26% en los coches nuevos de este año al 36% en 2020, lo que representaría subir de 23,4 millones de sistemas ´embebidos` a 37,4 millones.
Estas hipótesis de crecimiento linear son discutidas por los partidarios de sistemas integrados en tecnologías como CarPlay (Apple) y Android Auto (Google). En la práctica, estas replican en un cuadro de mando las funciones propias de aplicaciones de un smartphone: en ambos casos, aúnan música, mensajería y reconocimiento de voz (Siri, Google Now). El hardware tiene importancia: el procesador de un smartphone es mucho más potente que el que llevan la mayoría de los navegadores de las marcas de coches, lo que influye sobre el tiempo que emplea en recalcular una ruta.
En definitiva, la cartografía y los sistemas de localización son sólo una parte, quizá menor, de la cuestión. Los fabricantes de coches no las tienen todas consigo al respecto: temen quedar cautivos de Apple o Google, pero tienen dudas acerca de la perdurabilidad de sus inversiones en sistemas propios. De momento, HERE es la opción preferida por el 80% de las marcas, gracias a que sus mapas son muy superiores a los gratuitos de proveedores como Google.
Con esta perspectiva de mercado, ¿a quién podría interesar comprar HERE? Nada más desvelarse la intención de venta, saltó un nombre: Uber, cuyas operaciones están ligadas a la información basada en sistemas de localización. Pero podría haber muchos otros candidatos interesados en ocupar ese espacio. Incluso Apple, aunque en cierto modo sería sacrificar las inversiones que tuvo que hacer a marchas forzadas para desarrollar su propio sistema de mapas tras un sonado fracaso en 2012.
Entretanto, Nokia ha invertido en la compra de dos pequeñas empresas relacionadas con la conducción asistida, pero esta empieza a parecer algo limitado al lado de los coches autónomos, una idea de Google que empieza a ser tomada en serio. No está claro si HERE ha hecho suficiente trabajo de I+D para estar a la altura de esa circunstancia. Porque un coche automático, para ser viable en el mercado, necesitaría una precisión y una fiabilidad que hoy no existen. Por esto ha llegado a mencionarse la posibilidad de que sea Google – que tiene sus propios mapas e infraestructura para producirlos – quien acabe comprando HERE aunque sólo fuera para evitar que otro la compre.
Las cifras publicadas por Gartner son concluyentes: Intel y Samsung suman el 25% de las ventas globales de semiconductores. No menos relevante es este otro dato: Samsung y Apple encabezan el ranking de compradores de chips, con un 17% del total. Por supuesto, no se agota en estos tres actores el paisaje de una industria que el año pasado creció en facturación un 7,9%, con 340.000 millones de dólares. La fuerte demanda de chips para smartphones, junto a las memorias RAM y flash, lo explican (casi) todo. En este momento del año, se espera que las ventas vuelvan a subir un 5,4% en 2015, una ligera baja provisional. Pero sería un error sacar la conclusión de que será un año tranquilo. Leer más
Dando crédito a sus palabras, la gran misión de Mark Zuckerberg, tras haber construído Facebook, sería conectar a Internet a más millones de personas que viven sin este recurso en las zonas menos favorecidas del planeta. Su idea más mimada, Internet.org, no podría alcanzar la escala buscada sin la complicidad de los operadores, que no se fían, pero cuentan con las infraestructuras necesarias para llegar hasta quienes no usan Internet… ni Facebook. El caramelo que agita el bueno de Mark es una fórmula de interés mutuo: dar conectividad gratuita para ofrecer servicios de datos muy básicos, con la expectativa de atrapar usuarios que luego acabarán pagando por prestaciones superiores. Leer más