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Jeff Immelt, CEO de General Electric, lleva más de una década dedicado a reconstruir una y otra vez el perímetro de la compañía sin satisfacer por entero a los inversores ni a sí mismo. Los accionistas han presionado para que el conglomerado se desprendiera de su rama financiera para volcarse en su vertiente industrial. Y así ha ocurrido: la segregación de GE Capital es un golpe de timón definitivo, una renuncia a la misión de rehabilitarla. Tras el anuncio, las acciones subieron un insólito 11% y puede que se deba a los 90.000 millones de dólares que se van a repartir, pero no es menos cierto que, por primera vez en mucho tiempo, la palabra industria suena bien a los oídos de Wall Street. Leer más
La oferta de 10.000 millones de euros presentada por el grupo Altice/Numericable para comprar Bouygues Télécom ha sido formalmente rechazada pese a que duplica la valoración que de la compañía hacen los analistas. “Una empresa no es una mercancía cualquiera”, ha respondido Martin Bouygues. Se frustra así, de momento, una oportunidad de reducir de cuatro a tres el número de competidores en el mercado francés de las telecomunicaciones, con el matiz de que la fusión hubiera elevado la empresa resultante al primer puesto del ranking. Habría sido el primer caso de un ´incumbente`, Orange en este caso, descabalgado del primer puesto.
La reacción gubernamental ha sido oponerse frontalmente. Aunque el asunto no es de su competencia, el ministro de Economía, Emmanuel Macron sugirió de inmediato que Patrick Drahi, CEO de Altice, está elevando la deuda de su grupo con el resultado potencial de ser trop gros pour faire faillite. Según Macron, la oferta es desproporcionada y la única manera de obtener un retorno sería recortar puestos de trabajo. Algo que, en su posición actual, el ex empleado de Rotschild et Cie no podría recomendar.
“El momento no invita a la consolidación sino a la inversión”, resumió el ministro. De todos modos, la autoridad reguladora ARCEP ha sido pillada a contrapié. Días antes, había anunciado los detalles de una próxima subasta de espectro en la banda de 700 MHz destinada a mejorar la cobertura 4G y a recaudar al menos 2.500 millones de euros.
Partiendo de la existencia de cuatro operadores, ARCEP diseñó la subasta reduciendo los bloques de frecuencias sobre los que podrían pujar aquellos, sobre un total de seis bloques disponibles. En principio, si hubiera tres en lugar de cuatro jugadores, la subasta duraría menos, y la cifra a recaudar sería inferior.
En materia de espectro, la Comisión Europea ha tratado infructuosamente de marcar directrices europeas comunes. Este es otro motivo por el que la incierta consolidación del mercado francés puede servir como referencia. Con la peculiaridad de que quienes la agitan son dos hombres de negocio insaciables: Patrick Drahi y Xavier Niel (fundador de Iliad / Free), que ya tenían esbozado un acuerdo por el que el segundo se quedaría con los activos a los que el primero tendría que renunciar: infraestructura, tiendas y frecuencias. Xavier Niel – quien ha vivido la experiencia de verse rechazado por Bouygues – se hubiera fortalecido gracias a la maniobra de su rival. De carambola, el perdedor de la jugada habría sido Orange, que además de perder el primer puesto se quedaría sin los ingresos que Iliad le paga en concepto de uso de su infraestructura. La partida no ha terminado,
Atribuyen a César Alierta haber pronunciado la frase «prefiero una carraca de teléfono antes que perder la libertad» [frente a Google y Apple, se entiende]. Tan dudoso es pensar que al presidente de Telefónica le falta el mejor smartphone del mercado, como flagrante que su opinión difiere de la mayoría de los mortales. El último estudio de la serie Mobility Report, que elabora Ericsson prevé que los usuarios con un smartphone duplicarán la cifra actual en 2020, lo que significa que siete de cada diez personas dispondrán de un móvil ´inteligente`para ese año fetiche. También afirma que el 90% de los terráqueos disfrutarán de cobertura de banda ancha móvil y que el tráfico se decuplicará. Leer más
Ha llegado el verano, que en los últimos cuatro años ha sido la estación favorita en Microsoft para acometer una reorganización. A 16 meses de sentarse en el despacho de CEO, Satya Nadella ya ha hecho dos (la de julio de 2014 con un recorte masivo de plantilla). Se ha destacado en exceso la retirada de Stephen Elop tras su periplo de ida y vuelta entre Microsoft y Nokia, pero lo más relevante no son las salidas del organigrama sino que la compañía se reestructura en tres grupos de ingeniería, con los que Nadella sigue articulando en la práctica sus consignas binarias: la devices and services company que recibió de Steve Ballmer, se transmuta en un productivity and platforms company. Leer más
La culpa la tiene el dólar. Esta es la explicación facilona de los resultados de Oracle al cierre de su año fiscal 2015: crecimiento cero de los ingresos en el año, hasta los 38.226 millones de dólares; descenso del 5% durante el último trimestre. En dólares corrientes, porque en moneda constante los ingresos anuales crecieron un 4% y los trimestrales un 3%. Es rigurosamente cierto que la apreciación del dólar frente a otras monedas está castigando las cuentas de las multinacionales americanas, tanto más cuanto más venden fuera de Estados Unidos. Todas invariablemente se quejan de lo mismo, pero no estará de más recordar que cuando ocurría lo contrario, no decían ni pío.
El cuarto trimestre es crucial para Oracle y para cualquiera, porque toda la organización se tensa para cerrar el año fiscal con los mejores números posibles. El ejercicio 2015 ha sido peor que el 2014, cuando el crecimiento fue del 3% (tanto en dólares como en moneda constante). En realidad, los analistas se han fijado en el beneficio neto, que ha caído un 9,3% interanual y un 24,4% comparando los últimos trimestres de 2014 y 2015.
Contra viento y marea, Safra Catz, antigua CFO elevada a la condición de co-CEO, se declara encantada con los resultados, y el titular de la nota de prensa pregona que «los ingresos de cloud aumentan un 28% pero hubieran aumentado un 34% en moneda constante». Acabáramos: cloud es la línea de defensa en la que se ha atrincherado Larry Ellison y con él sus lugartenientes: «la ratio de crecimiento de ingresos SaaS y PaaS es del 60% en moneda constante […] cuando se comparan los números, queda claro que Oracle está en camino de convertirse en la más grande compañía de cloud para empresas«.
Una simple suma revela que la combinación de las tres variantes de cloud (SaaS + PaaS + Iaas) en la actividad de Oracle representa el 6% de sus ingresos totales del año (y el 5,4% en el cuarto trimestre). En pocas palabras, Oracle sigue dependiendo esencialmente de su negocio de toda la vida, el software y los servicios asociados, que representaron el 80,2% de los ingresos totales del año. Por tanto, una métrica fundamental sigue siendo la venta de nuevas licencias (el 22% del total), y la conclusión que se obtiene es que han descendido un 9% en el año.
La transición del modelo convencional al de suscripción es un problema bien conocido que sufren todas las compañías de software, y Oracle, como todas, lo va resolviendo lo mejor que puede. Larry Ellison, imbuído de su nuevo papel de chairman y CTO, esta vez no estuvo faltón sino didáctico, para instruir a los analistas acerca de la aritmética del cloud: «por cada 1.000 millones de dólares en licencias, recaudamos un 20% (en contrato de soporte) durante dos años; es un negocio rentable; en cambio, por cada 1.000 millones de SaaS o Paas, no recaudamos nada de inmediato y pagamos comisiones, pero esos 1.000 millones se convertirán en 10.000 millones, o sea 9.000 millones de beneficio, a lo largo de 10 años; este es un negocio mucho mejor que vender licencias».
Mark Hurd, el otro co-CEO, agregó un detalle interesante: Oracle hace por sí misma todo lo que necesita para dar un servicio cloud: tanto el software como el hardware; no tiene que comprar a terceros y, por tanto, controla sus márgenes. Según Hurd, hay que considerar que la oferta cloud permite ganar negocio con empresas que normalmente no hubieran sido clientes de Oracle.
Los analistas se lo toman con paciencia. Walter Pritchard, de Citigroup, escribe en el informe a sus clientes: «con un descenso significativo de las licencias y sin una transición hacia el cloud todavía opaca, me cuesta bastante conceder a Oracle el beneficio de la duda».
La reciente conferencia Google I/O para desarrolladores será recordada por muchas cosas, pero puestos a identificar la más llamativa, pueda ser el anuncio anticipado de Android M, nueva versión de sus sistema operativo para móviles. ¿Por qué M? Porque es la letra que sigue a la L de Lollipop (piruleta), pero de momento no se ha revelado a qué golosina corresponde la inicial. Metáforas a un lado, la principal característica de Android M es que viene a solucionar errores, tanto de estabilidad como de diseño, que han acompañado la corta vida de L. No es una maledicencia del cronista sino la confesión de Sundar Pichai, quien paso a paso se ha hecho con el control operativo de más áreas de Google. Leer más
Si las telecos europeas pensaban que se llevarían mejor con la comisaria Marghette Vestager que con sus antecesores Joaquín Almunia y Neelie Kroes, se han equivocado. La encargada de la cartera de Competencia lleva seis meses en el puesto, pero ya apunta maneras, como indica su tratamiento de los expedientes contra Google y Gazprom. El lunes pasado, en una conferencia en París, Vestager refutó la tesis de que, si se quiere incentivar las inversiones en infraestructuras de telecomunicaciones, es preciso aceptar la consolidación de los operadores. Explícitamente sostuvo lo contrario: «hay suficientes evidencias de que una consolidación excesiva (sic) no sólo puede conducir a menos competencia y a encarecer la factura de los consumidores, sino que también reduce los incentivos a innovar en los mercados nacionales».
Como poco, la comisaria danesa ha querido marcar territorio, evitar que cunda la idea de que la Comisión ha aflojado la mano. Para interpretar sus palabras, habría que saber qué entiende por ´exceso de consolidación´. En los últimos tiempos del mandato de Almunia, se autorizaron operaciones que redujeron de cuatro a tres el número de operadores en Alemania e Irlanda: la compra de ePlus por Telefónica Deutschland y la de O2 Ireland por Hutchinson Whampoa. Esto dio alas a creer que la CE empezaba a acoger los argumentos de la industria.
Sea por esa suposición, o por mor de las circunstancias, desde el comienzo de 2015 se ha desatado una concentración sin precedentes: 67.000 millones de euros, según la recopilación de Dealogic. La operación más cara ha sido la compra de la compañía británica por BT, que combinará la red fija de esta con la móvil de la absorbida. Al poco tiempo, Hutchinson Whampoa (Three) llegaba a un acuerdo para comprar O2 UK, hasta ahora propiedad de Telefónica. Ambas están todavía en el tejado de la autoridad británica, y Bruselas no ha dicho aún si pondrá objeciones.
Por si acaso, BT se ha adelantado a declarar que la transacción sobre EE es un caso peculiar, porque no reducirá el número de operadores móviles, ya que no tenía actividad propia en ese segmento del mercado. Telenor y TeliaSonera están a la espera de fusionar sus actividades en Dinamarca, mientras en Italia está pendiente de aprobación la fusión entre la filial de Hutchinson y la de Vimpelcom, grupo con sede en Luxemburgo [pero de propiedad rusa, otra peculiaridad]. Entretanto, la compra de la española Jazztel [que no tenía licencia móvil ni espectro] por Orange, ha recibido luz verde condicionada a la cesión de activos a terceros, que tal vez podría acabar fortaleciendo al cuarto operador, Yoigo.
En apoyo de su posición, Vestager puso un ejemplo que seguramente ha sentado mal en París: dijo que la entrada en 2009 de un cuarto operador, Free, ha propiciado más competencia, una bajada general de precios y un esfuerzo de inversión por parte de sus competidores. En la práctica, lo que ha propiciado ha sido que Orange pierda dinero en su filial francesa, que Vivendi se resignara a vender SFR al cablero Altice y que Bouygues busque desesperadamente un comprador con el temor de que, según de quién se trate, pudiera no ser admitido. No ha habido consolidación, pero ¿es el actual un modelo sostenible?
Los movimientos de consolidación dentro de la UE están tomando un cariz distinto al que se esperaba hace un año: en la mayoría de los casos, se busca la fusión entre redes fijas (particularmente de cable) y de móvil para prestar servicios convergentes. El componente móvil pierde importancia en las estrategias de los operadores, en la medida que no es precisamente el segmento de negocio más rentable. Pero el debate en torno a las reglas de competencia finge ignorar esta evolución y sigue anclado en los tiempos en que quien quisiera pintar algo en el mercado tenía que apostar por el móvil; las redes fijas han recuperado protagonismo, siempre que estén en condiciones de ofrecer servicios y contenidos de televisión. Tal vez los funcionarios a las órdenes de Vestager deberían contemplar esta nueva dimensión del sector.
El 35% de los europeos recibe las señales de televisión a través de satélite, mientras en España la proporción es de sólo el 15%. En cambio, España supera en 40 puntos la media europea en recepción por televisión digital terrestre. Estos datos proceden del estudio anual que elabora la compañía operadores de satélites SES Astra. El documento destaca el fuerte crecimiento de la televisión online (IPTV) en Europa y especialmente en España. Una de las claves de estos fenómenos es la demanda por los usuarios de imágenes de gran calidad (HD y UHD) y la apetencia por disfrutarlas en cualquier momento y lugar. Por tanto, las infraestructuras de la TV están en un acelerado proceso de cambio, que la estadística no refleja en todas sus dimensiones. Leer más
Nunca Computex ha tenido glamur, pero la edición de este año habrá pasado sin pena ni gloria. Los principales fabricantes de componentes y equipos informáticos – sobre todo los locales – han presentado mejoras, más prestaciones, menor consumo de energía y nuevos factores de forma, pero ninguna innovación radical susceptible de dinamizar el mercado. No se espera que Windows 10 anime la demanda, porque los usuarios de sus versiones 7 y 8 tendrán actualizaciones gratuitas que permitirán estirar la vida de sus PC. Más conceptualmente, en Taipei se discutió si la «democratización» que aportan los «nuevos paradigmas» (cloud, big data, IoT), restará poder a las marcas de hardware. Leer más