23Oct

23/10/2015

Faltan pocos días para que HP se escinda en dos empresas –a priori de tamaño equivalente – y Meg Whitman, que conservará el puesto de CEO en HP Enterprise, parece decidida a limpiar la casa antes del cambio: ayer se anunció la venta de TippingPoint, unidad de negocio de seguridad, adquirida por TrendMicro en 300 millones de dólares. La cifra indica por sí misma el escaso peso que esa actividad ha tenido para la compañía. Pero no ha sido esta liquidación de activos la noticia más destacada que HP nos deja en estos últimos días de su larga existencia unificada.

Seis meses después de negar oficialmente la intención de renunciar a competir en cloud pública, HP la confirma. La revelación ha recaído, como la anterior, en Bill Hilf, VP senior de la Cloud Business Unit, que en abril declaraba al New York Times haber llegado a la conclusión de que no tenía sentido para HP intentar competir con Amazon Web Services o Azure – frase que negó con la boca pequeña 48 horas después – y ahora reaparece para anunciar que Helion Public Cloud dejará de prestar servicio el 31 de enero de 2016.

Acaba así la aventura que HP inició tras la compra de Eucalyptus y el fichaje de su fundador, Marten Mickos – que pronto dejó la compañía. El hombre que heredó las riendas, Bill Hilf – antes de fichar por HP fue responsable de Azure en Microsoft – acepta ahora la derrota e informa de que HP reforzará su soporte a los clientes que opten por los servicios de Amazon y Microsoft.

Promete HP «[seguir] desarrollando agresivamente nuestro ´ecosistema` de partners para integrar las distintas opciones de cloud pública». La redacción de la frase «Public cloud is also an important part of our customers’ hybrid cloud strategy, and our customers are telling us that the lines between all the different cloud manifestations are blurring«, sugiere la incomodidad que supone volver sobre el episodio de abril.

Si se lee literalmente, lo anterior no quiere decir que HP renuncie a la nube; sólo que tira la toalla en la variante pública para abrazar el concepto híbrido de estas prestaciones. Mantendrá vigente Helion CloudSystem, un servicio para el que sus capacidades son más apropiadas: construir nubes privadas para sus clientes corporativos: según Hilf, este modelo de oferta está registrando un crecimiento de dos dígitos. Se supone que en Europa, donde la oferta de cloud pública no llegó siquiera a despegar seguirá apostando por su iniciativa Cloud 28+, ajustada al modelo PaaS y secundada por partners en cada país.

No tiene por qué haber relación causa-efecto – la decisión estaba tomada – pero es curioso que la retirada de HP coincida con el anuncio conjunto de EMC y VMware de lanzar un servicio basado en su pariente Virtustream. Un factor de incertidumbre para HP podría residir en que VMware – hasta ahora su opción favorita de virtualización – pasará a girar en la órbita de Dell, su encarnizado adversario en todos los frentes. Las lindezas que estos días se han dedicado Meg Whitman y Michael Dell confirman que la enemistad es irreversible.

Volviendo a TippingPoint, su venta a TrendMicro no parece tanto un signo de retirada cuanto de replanteamiento del negocio de seguridad, en el que difícilmente HP Enterprise pudiera abstenerse. El sentido de la decisión, según explican fuentes de la compañía, sería el de «barajar y dar de nuevo». El cambio de estrategia ya se había traducido en la salida de Art Gilliland, antiguo responsable de HP Security, que se ha marchado a dirigir una startup llamada Skyport Systems. La oferta de TippingPoint incluía un IPS (intrusion prevention system) de nueva generación, que encaja con el deseo de TrendMicro de crecer en el muy fragmentado segmento de la seguridad empresarial. No obstante, la compraventa implica que HP, y su canal, seguirán vendiendo los productos de TrendMicro.

En definitiva, lo que estas noticias indican, tras el reciente anuncio de recortar drásticamente la plantilla de su rama de servicios, es que Meg Whitman quiere iniciar la andadura de HP Enterprise con la menor carga de rémoras, para ganarse la confianza de los accionistas cuando llegue el momento – el 1 de noviembre – de la separación.

2035: del coche autónomo al rimel virtual

23/10/2015

Cinco, diez, veinte años. El ejercicio prospectivo permite elegir el horizonte: 2020, 2025 o 2035. Ian Pearson, reputado futurólogo de las TI, ha dirigido el estudio The 2-in-1 Trend Report, patrocinado por Toshiba, en el que enumera los cambios que pronostica para cada una de esas fechas, no tan lejanas. El objetivo del patrocinador es pragmático: definir qué papel van a jugar los dispositivos móviles, en especial los llamados 2 en 1. Entre los augurios – algunas verdades como puños en el presente – se encuentra la expansión de los coches autónomos, la entrada de los robots en la vida cotidiana y el recurso generalizado a la inteligencia artificial. Poco original, pero es bueno saberlo. Leer más

Dell + EMC: banquete de la boda del año (1)

21/10/2015

Sólo el tiempo (años, quizás una década) dirá si la decisión de Michael Dell de comprar EMC, y la de Joe Tucci de venderla, han sido un acierto o un error. O algo entre medias, como puede opinarse de otras operaciones de parecido calibre. De momento, gana terreno una especie de teoría del dominó: la unión de estas dos compañías no puede menos que alterar las estrategias de sus rivales: los casos más obvios son HP e IBM, pero la lista es potencialmente larga. Al mismo tiempo, viejos amigos y aliados – Cisco, entre otros – se replantearán qué posición tomar ante la aparición de un gigante que podría tener una facturación anual de 80.000 millones de dólares, equivalente a la de IBM. Leer más

20Oct

20/10/2015

La notoriedad no tiene por qué ser un valor en sí mismo para un inversor de los que llaman ´activistas`. Pero puede ser un arma intimidatoria. Carl Icahn, durante años el más conocido de la subespecie, ha presumido en Twitter y en entrevistas de su influencia sobre Tim Cook, a quien persuadió de ser más audaz en su política de autocartera. Hace pocas semanas, anunció haber comprado otros 53 millones de acciones de Apple que le habrán costado sus buenos 3.000 millones de dólares. Antes, Ocahn ya tuvo una disputa con Michael Dell tratando de sacar tajada la decisión de este de retirar su empresa de bolsa.

Hay no menos de una decena de inversores que son maestros en el arte de presionar a las empresas de las que poseen un paquete de acciones. La diferencia entre los fondos de venture capital y los que acumula equities adquiridas en bolsa consiste, por regla general, en que los primeros acompañan la gestión de las empresas que han ayudado a construir, mientras los segundos son propensos a la confrontación para dictar al equipo directivo lo que tiene que hacer para elevar el valor de sus acciones.

En estos días ha vuelto a destacar el más temible de los accionistas ´activistas`, Paul Singer, cabeza visible del fondo Elliott Management. Ha usado su condición de accionista de EMC para rebelarse contra la estrategia de Joe Tucci, y no puede ser casual que Tucci se resignara a vender la compañía justamente cuando vencía la tregua pactada con Singer, que pretendía otra cosa: hacer cash segregando VMware. Al final, Singer ha conseguido lo que quería, una plusvalía de casi el 30%, que Elliott Management se embolsará cuando quede cerrada la venta de EMC al consorcio formado por Michael Dell, Silver Lake Partners y el fondo soberano de Singapur.

El conflicto, la tregua y el desenlace de la relación de Singer con EMC han reforzado la reputación de Singer, mundialmente célebre por su bronca con el gobierno argentino por un ´quítame allá estos bonos`. Lo que mejor hace el multimillonario es detectar puntos débiles en los que encontrar oportunidades de consolidación o desmembración. Mientras esperaba que EMC se rindiera, ha tenido tiempo para comprar acciones de Polycom y de Mitel Networks, tras lo cual ha empezado a presionar para que se fusionen.

Singer fundó Elliott Management en 1977 y desde entonces ha llevado a cabo unas 40 «campañas» ejecutadas por su fiel Jesse Cohn, un antiguo programador devenido en especialista en encontrar el valor subyacente en las empresas de TI. En lugar de identificar nuevos negocio, explora las grietas en las paredes de las empresas establecidas.

En los últimos años, el dúo Singer-Cohn ha penetrado en BMC, NetApp, Compuware, Riverbed y BlueCoat, entre otras compañías. Ha vendido a otro inversor, las tres últimas y ahora analiza el impacto que la suerte de EMC pueda tener sobre NetApp, también especialista en almacenamiento. Otra compañía en la que Elliott ha empezado a mover ficha es Citrix, rival de VMware que lleva varios años dando bandazos y estos días es objeto de rumores. Un detalle que puede ser clave: Jesse Coch acaba de incorporarse al consejo de Citrix.

Cuando el malware afina la puntería

20/10/2015

La industria de la seguridad ha ido mutando con los años, pero el concepto de base es el mismo: detectar las amenazas y paliarlas, pero hay que vivir con ellas. En el evento Be Inside Technology Summit (BiTS) 2015, organizado por la firma de antivirus ESET, se han podido conocer algunas de las tendencias de este mercado, tanto desde el aspecto ofensivo como de las defensas y paliativas. Las conferencias, a las que este blog fue invitado, constituyeron un rico punto de encuentro de investigadores y prensa especializada, con un momento de relieve para la presencia de Microsoft. Pero, sin duda, el protagonismo correspondió a las vulnerabilidades de Android, asunto central de varias ponencias. Leer más

14Oct

14/10/2015

A juzgar por las fotos, Edward Snowden no parece ser un hombre de gran estatura, pero su sombra está resultando más larga de lo que se pensaba. Su chivatazo del 2013 sobre las actividades de espionaje electrónico de la NSA ha inspirado a un estudiante austríaco – al parecer un tipo corriente pero con mucha motivación – que, tras pasar años litigando, ha conseguido una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE (ECJ, según la sigla en inglés). Max Schrems pasará a la historia por haber ganado un pulso a prestigiosos bufetes de abogados especializados en derecho de Internet.

No abundaré en detalles, porque esto no es una crónica y porque la noticia es suficientemente conocida. La sentencia del ECJ dice que el mecanismo conocido como Safe Harbor – acordado en 2000 entre la Comisión Europea y el gobierno de Estados Unidos – no protege suficientemente los datos personales de los ciudadanos europeos que se transfieran a centros de datos en aquel país, porque la legislación estadounidense en materia de seguridad nacional infringe las salvaguardas previstas en aquel acuerdo de hace 15 años. En consecuencia, invalida la vigencia del acuerdo; la decisión no es recurrible.

Como suele suceder, la noticia ha sido mal interpretada, por pereza intelectual, o tergiversada, por mala fe o intereses creados. De manera que me limitaré a describir las consecuencias, algunas hipotéticas, de la sentencia. Está cantado que va a provocar nuevos roces entre Washington y Bruselas, pero de ahí a sostener, como los integristas habituales, que la supresión de Safe Harbor condena a Europa al atraso tecnológico y a la parálisis de inversiones en TI, hay un abismo.

La premisa de Safe Harbor [la transferencia de datos de Europa a Estados Unidos cuenta con las garantías suficientes para la protección de los ciudadanos europeos] es contraria a lo que afirma la sentencia del ECJ. Entonces, la invalidez del acuerdo, ¿significa que Facebook, Google, etc no podrán funcionar en Europa a menos que almacenen en suelo europeo los datos europeos? De eso nada. Las empresas adheridas al mecanismo – unas 4.400 – podrán seguir funcionando como hasta ahora, sólo que en caso de reclamación legal por parte de algún usuario o cliente, no podrán alegar que su actuación está amparada por un acuerdo que ya no está en vigor.

El procedimiento previsto en Safe Harbor establece como condición que las empresas que almacenen y/o procesen en Estados Unidos datos de personas físicas o jurídicas europeas [definición que vale tanto para un tuit, un post, un mensaje de correo o la nómina de una multinacional], deberán autocertificarse ante las autoridades federales que cumplen con siete principios elementales, entre los que se encuentra la garantía de proteger su integridad y que no los transferirán a terceros.

Facebook, que está en el origen del litigio por la denuncia de Schrems, ha declarado que no se apoya exclusivamente sobre Safe Harbor sino también sobre otros métodos aprobados por la UE para transferir datos de conformidad con la ley. Lo mismo ha afirmado Google, y ambas tienen razón: existen fórmulas alternativas y/o paralelas, como las así llamadas Normas Corporativas Vinculantes (binding corporate rules) y un modelo de cláusulas contractuales; en ambos casos se trata esencialmente de seguir procedimientos de aprobación separados, que pueden ser comunitarios o, lo más frecuente, acogerse a las leyes nacionales de los países miembros.

Microsoft, proveedor de almacenamiento de datos online y de servicios cloud para empresas, dice no estar concernida por la cuestión: «nuestros términos de uso [esos que nadie lee] dejan claro que nuestro servicio consiste en transferir datos entre usuarios, y a eso se limita nuestro papel». Salesforce se ha apresurado a declarar que «ha tomado medidas para asegurar a sus clientes del cumplimiento de la legislación vigente». Amazon, siempre segura de sí misma se ha limitado a informar de que sus servicios cloud en Europa han sido declarados conforme por el grupo de trabajo del artículo 29, órgano consultivo de la UE en materia de protección de datos.

Más allá de las declaraciones para salir del paso, los abogados de cada gran compañía están analizando las implicaciones de la sentencia. Desde luego, la existencia de alternativas suaviza el impacto inmediato de la sentencia, pero una vez creado el precedente, nada impide que sean cuestionadas y que, algún día, otro tribunal las anule por estar en contradicción con la sentencia de 2015. También es posible – pero no carente de riesgos – que la posición común europea se resquebraje si, por ejemplo, algún estado miembro viera la oportunidad de convertir su territorio en santuario de datos (un símil de los paraísos fiscales) dando por buenos modelos contractuales «nacionales». En todo caso, se puede esperar que en los próximos meses sean anunciadas iniciativas de implantación en Europa de datacenters de proveedores de servicios.

La única salida posible a este enredo sería una negociación, que no podrá desembocar en un maquillaje de Safe Harbor añadiendo el sufijo 2.0. Si desde el 2013 no ha se ha podido avanzar [lo que decía sobre la sombra de Snowden], ahora se antoja más difícil llegar a un acuerdo que respete el criterio fijado por el ECJ: la contraparte (EEUU) deberá ofrecer las mismas garantías que rigen en la UE en materia de protección de datos. A menos que hubiera un cambio profundo en la actitud de Washington, un nuevo acuerdo podría ser invalidado. Perdonen la longitud del texto, pero pudo haber sido peor.

13Oct

13/10/2015

Durante muchos meses, el destino de EMC y de su CEO, Joe Tucci, ha sido la comidilla del sector, aunque realmente había poco que decir. La partida de ajedrez planteada por el inversor Paul Singer, cabeza visible del fondo Elliott Management había llegado a una situación de jaque perpetuo. La salida que han encontrado tiene un diseño inesperado: vender la empresa en una transacción récord, por 67.000 millones de dólares, la más alta que se recuerde en la industria tecnológica y la segunda en Wall Street tras la (desastrosa) compra de Time Warner por AOL en 2000.

Formalmente, la parte compradora es Dell Inc. y el artífice aparente de la operación es Michael Dell, con una participación minoritaria pero que encabezará la empresa resultante. No hay que llamarse a engaño: el verdadero dueño de EMC será Silver Lake, que de hecho domina Dell Inc. desde que la retiró de la bolsa a finales del 2013. Sin la reputación de ´buitre` que se endilga al fondo de Singer, Silver Lake ha sido capaz de asegurarse la financiación para afrontar la compra.

Corría prisa para que el consejo de EMC aprobara el acuerdo, y había que anunciarlo el mismo día, ayer, en que estaba prevista la presentación de resultados trimestrales. Ya vencida la tregua que pactaron Tucci y Singer, la conferencia con los analistas se preveía de alto voltaje, pero de un día para otro la conversación ha cambiado.

Así, a bote pronto, tengo algunos apuntes que compartir con los lectores:

1) Michael Dell tenía razón en algo: si la empresa que lleva su nombre aún cotizara en bolsa, sometida al escrutinio constante de analistas y ´activistas`, hubiera sido difícil sacar adelante una negociación discreta.

2) Cerrar los flecos de la transacción llevará tiempo. Se aventura que podría quedar cerrada entre mayo y octubre del 2016, de manera que muchos detalles cambiarán, y no de los menores. Pero hay uno que se puede dar por seguro: Joe Tucci, ya cerca de los 70, podrá cumplir su promesa de retirarse, con la que amaga desde hace al menos tres años.

3) Lo que no está tan claro es la supervivencia de la federación que Tucci ha construído para sentarse en la cúspide controlando seis ramas de negocio autónomas, de hecho seis empresas no muy interconectadas. Es improbable, por no decir imposible, que Michael Dell – chairman y CEO – sea partidario de mantener esa fórmula que, entre otros exotismos, acepta que unos miembros federados compitan con otros en ciertos casos.

4) Es posible que los nuevos propietarios de EMC decidan deshacer la federación, por la vía de vender alguno de sus componentes o sacándolos a bolsa total o parcialmente a bolsa. Cualquier desinversión ayudaría a financiar la deuda, cuantiosa pero muy oportuna, ya que ha sido contraída justo cuando se ve venir una subida de los tipos de interés.

5) Se da por cierto que una de las razones por las que Michael Dell puso el ojo en EMC es su vieja aspiración a liderar el mercado de almacenamiento; habrá redundancias, sin duda, pero estadísticamente tiene a la mano el primer puesto del ranking de un mercado muy agitado ultimamente.

6) Cuando llegue el momento, EMC será retirada de cotización, pero las circunstancias pueden cambiar, y sería imaginable que un porcentaje de la futura empresa saliera a bolsa, contrariando el precepto de Michael Dell. Al fin y al cabo, la facturación conjunta estaría en torno a los 80.000 millones de dólares, una cifra que – puede decirse – invita a la partición. Paul Singer. Quien, por cierto, se llevará una bonita plusvalía de más o menos el 30% sobre su inversión en EMC. Razón de más para que haya declarado su apoyo a la oferta de Dell y Silver Lake.

7) Puede uno preguntarse, como hacía el colega Chris Mellor a propósito de las conversaciones para fusionar EMC con HP si esta búsqueda de tamaño no acabará en una destrucción de valor. Pero eso, desde luego, está por demostrar.

8) En el centro de esta historia se encuentra VMware – que precisamente hoy abrirá en Barcelona su conferencia VMworld Europe – como demuestra la compleja forma de pago acordada. El precio final de 33,15 dólares por acción se desglosa en 24,05 en efectivo más 9,10 en unas llamadas acciones de seguimiento (tracking stock) cuyo valor oscilará según la cotización del 20% flotante de VMware, que EMC no controla. El rol de VMware ha sido clave en el conflicto entre Tucci y Singer, como se ha comentado en este blog.

9) Para EMC, la compra de VMware por 625 millones de dólares en 2004 ha sido como la multiplicación de los panes: la participación (ahora del 81%) equivale a unos 27.000 millones de dólares en el balance de EMC, algo más de la mitad de su valor en bolsa y bastante más de la mitad de su beneficio operativo. Las opciones para Michael Dell son delicadas: aunque forma parte de la federación de EMC, VMware tiene muy arraigada su autonomía. Un analista amigo, al que pedí opinión sobre este asunto, me respondió lo siguiente: «1) Paul Gelsinger [CEO de VMware] no se dejaría mandar por nadie con las ínfulas de Michael Dell, y 2) desde que tuvo que regresar al timón de su propia empresa, en 2007, Dell ha sido renuente a delegar el menor protagonismo sobre sus negocios».

Intel cruza los dedos, y tiene motivos

13/10/2015

La sexta generación del microprocesador de Intel lleva sobre sus espaldas una gran responsabilidad. Aparte de las mejoras de rendimiento y de eficiencia, Skylake llega acompañado de funcionalidades adyacentes que buscan diferenciar los nuevos PC de los que estaban en el mercado hasta ahora. La coincidencia con el lanzamiento de Windows 10 suma valor al movimiento: Intel y Microsoft juntos para explotar las posibilidades del sistema operativo en nuevos chips. Se espera que sirva para frenar la persistente caída del mercado del PC. Este ha sido el mensaje explícito de la compañía en su evento IDF como en la feria IFA, a la que acudió con un despliegue propio de una marca de consumo. Leer más

9Oct

9/10/2015

Las fusiones entre iguales son un mito, y en el caso del que me ocupo la disparidad de fuerzas financieras era inversa al relieve tecnológico: la empresa compradora había vendido las joyas de la abuela, y gracias a ello pudo comprar otra, complementaria pero que venía de pasar momentos muy duros. Está claro que hablo de Nokia Networks y Alcatel Lucent. Aún no está cerrada jurídicamente la operación, la primera ha iniciado la ingesta de la segunda, al revelar la estructura organizativa y los nombres del equipo directivo de la empresa resultante. Pues bien, de los trece altos ejecutivos, sólo tres proceden de Alcatel Lucent, y uno de ellos es Federico Guillén, quien tras dirigir la española, actualmente preside la división mundial de redes fijas, cargo que retendrá en el nuevo organigrama.

Los otros dos que vienen de Alcatel Lucent – no sé hasta qué punto las nacionalidades son relevantes, pero llama la atención que ninguno sea francés – se llaman Bashkar Gorti – actual presidente de plataformas IP, y Basil Alvan, que a su responsabilidad sobre routing y transporte añadirá el negocio de redes ópticas e integrará Nuage Networks, hasta ahora filial de Alcatel Lucent especializada en la tecnología SDN.

Los diez restantes, empezando por el CEO Rajeev Suri, son aportaciones de Nokia Networks. Otra singularidad es que sólo hay entre ellos un ciudadano finlandés, el CFO Timo Ihamuotila. De las cuatro divisiones en que se estructurará la compañía naciente, el reparto quedaría tres a uno en favor de la Alcatel Lucent, pero Nokia se reserva la dirección de Wireless.

Evitaré al lector la retahíla de nombres, no sin antes mencionar que en la lista no aparece (por ahora) la figura del CTO, que se integraría bajo una denominación inusual, Chief Innovation and Operating Officer (CIIO), cargo que ocupará Marc Rouanne, el único francés del grupo, premiado por haber cambiado Alcatel Lucent por Nokia en 2008.

Michel Combes, CEO y urdidor de la venta – se marchó en septiembre, fichado para dirigir el operador francés SFR/Numericable. No hay noticia del destino que correrá Marcus Weldon, hasta ahora CTO y presidente de los Bell Laboratories .

Tras los nombramientos en la cúspide, vendrán los de responsables geográficos, y ahí se podrá ver que tal vez Nokia no tenga gente suficiente para cubrir los puestos. Cuanto antes, Suri debería clarificar la estrategia que justifique su audaz operación. La empresa finlandesa vuelve a adquirir protagonismo, pero tendrá dos rivales de mucho peso, la sueca Ericsson y la china Huawei.


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