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Mercado español de PC: algo es mejor que nada

19/02/2016

En contraste con un mercado mundial que sufre un elocuente declive, el mercado español de PC ha cerrado 2015 en positivo. Plano, pero nadie discutirá que es mejor +0,4% que -10,4%. Se impone preguntar por qué. Y no hay una explicación convincente porque cada uno trata de llevar el agua a su molino. «Cuando sobrevives al sufrimiento, te haces fuerte», razona para este blog el product manager de una de las diez marcas que lideran el mercado. Vale, pero cuando la marca que más crece (Lenovo) lo hace al 25,4% y la que más desciende (Toshiba) cae un 19,2%, no basta el razonamiento para entender lo que pasa. Mejor será, por tanto, pasar revista a las cifras y a ver qué sale de ellas. Leer más

18Feb

18/02/2016

La cuerda se rompe por lo más delgado, podría decirse. La polémica sobre la encriptación de los dispositivos conectados a Internet, se arrastra desde hace tiempo, casi desde el mismo momento en que Edward Snowden hizo públicas las artimañas de la NSA. Los defensores de la privacidad han sido muy activos en la presión a la industria para que no ceda a las exigencias de incorporar ´puertas traseras` en sus productos, que permitan quebrar el cifrado que protege los datos personales almacenados. Hasta ahora, la discusión era intensa, hasta que un caso de terrorismo, la investigación de la matanza de San Bernardino, ha llevado al FBI a recurrir a la justicia para que obligue a Apple a desbloquear el acceso al iPhone que usaba uno de los autores de un atentado aparentemente de inspiración islamista.

El detalle menos conocido es que el FBI no reclama a Apple que le abra el acceso al dispositivo mediante una ´puerta trasera`. En realidad, no podría hacerlo, porque el fabricante no conoce el código secreto. Pero podría, si aceptara, crear un software que elimine el límite de intentos de introducción de la contraseña, de manera que los investigadores pudieran programar tantos millones de combinaciones como fueran necesarias para ´crakearlo`y acceder a los datos que – suponen – contienen pistas del vínculo entre el tirador victimario y algún grupo terrorista que lo hubiera reclutado con ese fin.

Sería, sostiene el FBI, un caso excepcional, un software de único uso, en ningún caso se trataría de instalar una puerta trasera en los iPhone que salen de fábrica encriptados. Pero no es así – replica Apple – porque nada impide que una vez diseñado el software, las autoridades dispondrían de algo que hoy ni siquiera Apple tiene, el equivalente a una llave maestra capaz de desbloquear cualquier dispositivo.

Apple entiende que lo que se le pide – con buenas intenciones, reconoce – equivaldría a alterar su sistema operativo para crear un atajo que eliminaría funciones vitales de seguridad. Cumplir con la orden judicial, escribe Tim Cook en una carta abierta a los usuarios, «socavaría décadas de avances en materia de seguridad que protegen a los usuarios».

Resulta difícil imaginar cómo podría Apple echarse atrás llegadas las cosas a este punto. O que el FBI vaya a renunciar a su objetivo, para lo que sería necesaria una decisión política al más alto nivel. Así las cosas, el debate sobre la encriptación – ¿qué interés público debe prevalecer: la seguridad o la privacidad? – se ha trasmutado en problema político de enormes proporciones. Como era de prever, Donald Trump ha visto la oportunidad de exigir que el gobierno de Barack Obama tome medidas contra Apple.

No sólo ellos. Apple ha tomado la delantera de un movimiento de resistencia que pone en aprietos al resto de la industria, y lo ha hecho con un método, la carta abierta, que no deja escapatoria ni a ella misma. Google y Microsoft han mantenido una posición cercana a la de Apple, pero lo cierto es que no se han visto ante el extremo de tener que desobedecer una orden federal y un mandato judicial. Esto no acabará así.

Resulta por lo menos curioso que el episodio coincida con otras dos noticias relacionadas con la ciberseguridad. Publicaba ayer The New York Times un documento gubernamental que – en los párrafos salvados de la censura conforme a la Freedom Information Act – explica cómo funciona la colaboración entre los proveedores de Internet (en concreto AT&T y Verizon) y la NSA para la que trabajaba Edward Snowden hasta dar la espantada. La agencia les suministra una lista de «selectores» de objetivos para que filtren en los puntos de acceso a sus redes «datos en crudo» con el fin de identificar cualquier mensaje que contenga ciertas palabras clave, y a continuación entreguen esa información a la NSA para su análisis de inteligencia. El documento confirma que esta práctica excluye, por mandato constitucional, las comunicaciones entre ciudadanos estadounidenses pero no las que tienen lugar entre uno de ellos y otro extranjero incluso en suelo estadounidense.

Para más escándalo, hoy o mañana se presentará en el festival de Berlín un documental del oscarizado director Alex Gibney, en el que «cinco fuentes de inteligencia de EEUU y Reino Unido» confirman la autoría estadounidense de los ciberataques de 2009 y 2010 contra instalaciones nucleares iraníes mediante el uso del letal virus Stuxnet.

Se recordará que en los meses siguientes al sabotaje de la planta iraní de Natanz, varios bancos estadounidenses sufrieron severos ataques que fueron interpretados como represalias, aunque aún hoy se duda de que Irán tuviera capacidad para montar una operación de ese calado sin la complicidad de otra potencia. Este es el mundo en que vivimos, amigos.

17Feb

17/02/2016

Han pasado cinco meses desde la oferta de compra de Dell sobre EMC, pero la operación se ha complicado y hoy sería difícil encontrar quien se atreva a afirmar que la operación llegará a buen fin. Bueno, alguien sí: William Green, consejero de EMC, decía la semana pasada que «sólo la voluntad de Dios podría impedirlo». Conviene recordar que aquel 12 de octubre, lunes, la acción de EMC cotizaba a 28,72 dólares tras una subida motivada por los rumores de que algo se estaba cociendo. Desde entonces no ha vuelto a alcanzar ese nivel, y el 12 de febrero, viernes, cotizaba a 24,13. No es el problema principal, porque a los accionistas de EMC se les habían prometido 24,05 dólares en efectivo.

El verdadero problema está en el complemento que iban a recibir gracias a la imaginativa fórmula de una acción «de seguimiento» vinculada al 80% de participación de EMC en VMware: su valor real a día de hoy sería inferior a 24,05 dólares, lo que significa que esa pieza esencial para convencer a los accionistas, en la práctica no vale nada. En consecuencia, el precio que en su día fue pregonado como referencia, 67.000 millones de dólares, ya no responde a la realidad: EMC tenía el viernes pasado una capitalización bursátil de 47.000 millones.

Michael Dell y el fondo de inversión SilverLake confiaban en financiar la transacción vendiendo activos y contrayendo deuda por una cifra de entre 40.000 y 50.000 millones. Cinco meses después, el cambio en la ecuación de valor, agravado por la situación imperante en los mercados financieros, amenaza con disuadir a los inversores de respaldar la compra prestando su dinero.

Aunque Michael Dell calificara en su día a VMware como «joya de la corona» de EMC, la evolución de sus acciones ha ido a peor. Aquel 12 de octubre cotizaba a 72,27 dólares, y el viernes pasado había caido a 45,01 dólares, un 38% menos. Si se comparan ambas trayectorias con el índice S&P 500, a EMC le ha ido mejor y a VMware peor.

En fin, que si el invento de la tracking share no fuera aceptable para los accionistas de EMC, y ya que la empresa vale un 30% menos de lo que valía, la oferta bien podría colapsar. No por voluntad divina sino porque los compradores no tienen dinero suficiente ni cómo conseguirlo. Presten atención: Joe Tucci, chairman y CEO de EMC, ha recordado, como sin darle importancia, que está pactada una penalización para la parte que deshaga el acuerdo.

Algunos analistas dicen por lo bajini que los inversores – sus clientes – han perdido interés en la propuesta. Desde luego, el ambiente no ayuda: Symantec ha tenido que bajar de 8.000 a 7.000 millones el precio pactado por la venta de Veritas al fondo Carlyle.

Por otro lado, Dell no ha podido todavía vender los activos de Perot Systems, que adquirió en 2009 y por la que esperaba recibir 5.000 millones de dólares. Durante semanas negoció con la francesa Atos, que al final se descolgó. Ha cogido el relevo otra candidata, la japonesa NTT Data [en España, propietaria de Everis] pero es improbable que el precio sea el previsto por el vendedor.

No han faltado las turbulencias operativas. Los despidos decididos en EMC y en VMware, para recortar costes antes de la consumación de la venta, no son precisamente un estímulo moral para la tropa. La incertidumbre está afectando las ventas de EMC, que bajaron un 4% el pasado trimestre. David Goulden, su número dos, se ha sincerado: «los clientes no compran lo suficiente ni a tiempo».

VMware mantiene el discurso, y ha publicado resultados trimestales sólidos: un 10% de aumento en los ingresos que, si no fuera por el impacto cambiario, habría sido de dos puntos más. Pero ha preferido recortar hasta en un 4% sus previsiones para 2016, que Pat Gelsinger, CEO de la compañía, ha definido elípticamente como «año de transición».

16Feb

16/02/2016

Cuando Jack Dorsey, cofundador de Twitter, volvió a la primera línea ejecutiva en la empresa del pajarito, parecía convencido de tener un plan para recuperar la relevancia y las cuentas. El plan no se ha evidenciado, y la situación empieza a parecer desesperada aunque no agónica. Los resultados anunciados la semana pasada hicieron que la cotización de Twitter cayera a su nivel más bajo desde la salida a bolsa: en 2015 ingresó 2.200 millones de dólares y perdió 521 millones, esta es la explicación.

Dorsey ha intentado calmar las críticas sosteniendo que las nuevas funciones de servicio van a corregir ese desastre de cifras. Incluso jugó con los números para demostrar que el número de usuarios activos mensuales (MAU) simplemente se ha estabilizado en 320 millones. Si con un MAU estabilizado se pierde dinero, qué pasará cuando decaiga? Este el problema: lo que en las redes sociales se conoce como engagement, cuánto tiempo le dedican los usuarios: esta métrica es decisiva para que los anunciantes deciden asignarle presupuesto publicitario, que viene a ser la madre del cordero.

En teoría, Twitter podría modificar su producto con la finalidad de generar nuevo crecimiento, pero hasta ahora no ha sido el caso. Quizás el nuevo Timeline despierte curiosidad entre los usuarios, pero de momento sólo ha provocado quejas. El año pasado, Twitter compró Periscope, una app para streaming móvil de vídeo, pero Facebook reaccionó integrando vídeo en What´sApp e Instagram. ¿Hay algo más que Dorsey podría comprar, que fuera el catalizador que necesita sin ser replicado por su competidor? El anterior CEO, Dick Costolo, no lo encontró y ahora le toca a Dorsey.

A 16 dólares por acción, la capitalización bursátil de Twitter se ha derrumbado: 10.800 millones la semana pasada, y detrayendo la tesorería se quedaría en unos 6.000 millones para empezar a negociar el precio. Ha resucitado un argumento recurrente: «con una acción tan barata, Facebook (o Google) podrían comprar Twitter sin esfuerzo». No me atreverìa a decir que no, pero ¿para qué? Sin necesidad de comprarla, Facebook podría seguir asfixiando su modelo de negocio. En cuanto a Google, ya tiene un acuerdo con Twitter que le permite sacar suficiente partido de la audiencia de esta. Vuelvo a lo de antes: ¿para qué?

Que una empresa cotice a bajo precio no la convierte en oportunidad a explotar. Tampoco el bajo precio ha sido un criterio que mueva las compras de Facebook. Cuando, en 2014, compró What´sApp todo el mundo pensó que 19.000 millones era un precio desorbitado [yo lo sigo pensando, pero admito que su valor podría aflorar un día]. Instagram le costó 1.000 millones, calderilla, y entre las dos compras Mark Zuckerberg ha construído una potente base de usuarios móviles con una ratio de tiempo de uso que atrae a los anunciantes. Twitter no tiene esa cualidad, y no sería barara por bajo que sea el múltiplo que se aplique. Algo más: el coste en nóminas y compensaciones es un tercio de sus ingresos, ratio altísima si se compara con la de Facebook.

Razonemos el párrafo anterior. Si la trayectoria de Twitter siguiera como hasta ahora, a la baja en todos sus parámetros, se volvería más barata, pero no menos problemática. Dificilmente llegará a ser rentable con la actual estructura y modelo de negocio: incluso si perdiera menos dinero, su cash flow sería inferior. Y esto es, al cabo, lo que importa a cualquier inversor.

Personalmente, hay otra cuestión que me interesa más. El sentido original de Twitter se ha desnaturalizado. No hablemos de la ´primavera árabe`, de ahí estos lodos, ni de las fantasías sobre el ´periodismo ciudadano`. Si hasta la asociación entre Twitter y TV, promovida por Costolo, ha perdido fuelle.

Veamos: si la audiencia se ha estancado y cada usuario pasa menos tiempo en Twitter, implica que la adicción se va diluyendo, tanto colectiva como individualmente; algo tendrá que ver el hartazgo ante el abuso de tuits corporativas que desvirtúan el principio de socialización. La última ocurrencia de Dorsey [un típico iluminado californiano] consiste en un robot o algoritmo que automatice la generación de tuits y retuits ´en ausencia` de los usuarios para enmascarar la menor afición de estos. Todavia en fase experimental, ya está provocando protestas.

Los medios de pago electrónico vuelven a crecer

16/02/2016

Parece haber mucha prisa mediática por decretar la extinción del dinero, a juzgar por ciertos titulares recientes. Más templadas son las conclusiones del estudio Tendencias en Medios de Pago, elaborado por Tecnocom en colaboración con Analistas Financieros Internacionales (AFI). La conclusión de la ola de integraciones bancarias, y el retorno (muy relativo) del crecimiento económico – y por consiguiente del consumo – podrían estar anunciando un período expansivo para los medios de pago electrónico. Si la crisis impuso una merma considerable de unidades de tarjetas de crédito en circulación, en 2015 se puso coto a esa tendencia, señal incipiente de un nuevo estado de ánimo. A saber. Leer más

15Feb

15/02/2016

La presentación en paralelo de los resultados de Nokia y Alcatel Lucent revela una paradoja: el año ha acabado mejor para la adquirida que para la adquirente. Un detalle que no modifica en nada la lógica de la operación anunciada en abril del año pasado. Nokia ha cerrado su año fiscal avisando de que en 2016 espera un descenso de la inversión de sus clientes, y su CEO, Rajeev Suri, ha preferido no cuantificar esa previsión. La advertencia tiene valor de justificación de la compra de Alcatel Lucent, que en su momento fue explicada como salida al estancamiento del negocio de redes de la compañía finlandesa. Pero la ausencia de previsión sugiere que viene una integración complicada.

En la práctica, Nokia ha tomado el control operativo de Alcatel Lucent, de la que posee el 91% de las acciones, pero necesita llegar al 95% para dar por cerrada la absorción. Por su parte, Alcatel Lucent se ha dado el gusto postrero de cerrar su vida independiente con un beneficio que, aunque corto [257 millones de euros sobre 14.275 millones de ingresos] es el primero que registra desde 2011 (y ya entonces fue sólo pasajero).

Hay explicación: la caída del beneficio de Nokia responde a que 2014 fue un año atípico, endulzado por la venta de su división de mapas, un activo previamente amortizado. En cuanto a la recuperación del beneficio de Alcatel Lucent, es mayormente atribuible a los recortes del llamado Plan Shift, que en poco más de dos años ha reducido los costes en 1.031 millones de euros [desbordando el objetivo inicial de 950 millones].

Un hecho llamativo es que Alcatel Lucent, que en 2013 tuvo que prendar su cartera de patentes para financiarse, ha llegado a finales de 2015 con una tesorería de más de 6.500 millones de dólares.

Estos son los números, pero la «chicha» de la noticia está en un comentario de Rajeev Suri: «el primer trimestre se perfila complicado para los planes de inversión de capex de nuestros clientes, a la vista de factores de incertidumbre macroeconómica». Anticipó el CEO de Nokia que habrá desaceleración en las ventas de redes móviles a China, debido a que los despliegues de 4G han alcanzado un nivel de madurez. No es descabellaro suponer que la caída generalizada de las bolsas es una inquietud adicional. De momento, Alcatel Lucent – que por obvias razones no ha publicado previsiones – la región Asia Pacífico ha experimentado un crecimiento del 20%, mientras Europa se conformaba con un 2% [7% negativo en el caso de Nokia]

En opinión de Suri, «sería prematuro» revelar su hipótesis sobre los frutos de la adquisición de Alcatel Lucent, pero prometió volver sobre el asunto en tres meses. Para entonces, presumiblemente, habrá convencido a los tenedores de al menos el 3% de las acciones y así completar la digestión de la compra. Suri rehusó responder cuando un analista le preguntó si piensa en una OPA hostil para tomar la propiedad total.

Otro aspecto sobre el que se hizo hincapié ha sido el acuerdo por el cual Nokia y Samsung han puesto fin a un dilatado litigio sobre patentes. Nokia mantiene la expectativa de recaudar 1.300 millones de euros, o más, entre 2016 y 2018 relacionados con ese acuerdo y otros arbitrajes sobre propiedad intelectual. Pero la cifra anunciada resulta ser inferior a la que habían calculado los analistas, decepcionados. La acción de Nokia bajó tras conocerse los resultados, en una semana fatídica para las bolsas: Nokia ha perdido un 19% de su valor bursátil desde la primera sesión del año. Al margen del contexto macroeconómico, muchos inversores aún recuerdan que Alcatel Lucent y Nokia han destruído mucho valor con sus respectivas fusiones en la década anterior.

Sólo el tiempo dirá si la fusión de Nokia y Alcatel Lucent – justificada por la complementariedad de sus líneas de negocio – dará sus frutos. A priori, las sinergias de costes se habrían calculado en 900 millones a finales de 2018, aunque es posible que la meta se alcance antes de plazo, dependiendo de los ajustes de plantilla. Un informe de Bernstein Research estima que la combinación podría cerrar este año con un crecimiento del 5,1% en ingresos y un margen operativo del 10,5%.

Un entretenimiento favorito de los analistas es la comparación entre Nokia y Ericsson. La compañía sueca, formalmente reacia a las fusiones, como reacción al movimiento de sus adversarios ha optado por forjar con Cisco una alianza tecnológica y comercial de la que los socios esperan 1.000 millones de dólares adicionales en ventas, poca cosa en comparación, pero menos da una piedra. Hoy, la suma de Nokia y Alcatel Lucent las pondría por delante de Ericsson en ingresos totales, pero la diferencia es tan poca que, una vez detraídas las redundancias, el péndulo podría devolver el liderazgo a los suecos.

12Feb

12/02/2016

De tanto poner el foco en el mercado chino, suele obviarse la importancia de India. La así llamada «mayor democracia del mundo» es una potencia del software y un gigantesco mercado ávido de productos tecnológicos. Su población online superó el año pasado los 400 millones de individuos – más que la de Estados Unidos aunque menos que la de China – y debería alcanzar los 600 millones al final de la década, pero todavía consume poco y compra menos a través de Internet por la notoria desigualdad económica.

Cuando Narendra Modi, primer ministro de la feferación India, visitó Estados Unidos en septiembre, la foto de su abrazo con Mark Zuckerberg fue más comentada que la ritual con Barack Obama en la Casa Blanca. Era, se dijo, un símbolo de cómo Facebook – prohibida en China – tenía al alcance de la mano la ambición de superar la saturación del número de usuarios en Estados Unidos y Europa. Se prevé que India será este año el primer mercado para Facebook en número de usuarios.

Un instrumento para la expansión de Facebook en el subcontinente indio debería ser su iniciativa Free Basics, nuevo nombre del proyecto antes conocido como Internet.org. Se trata de dar acceso móvil a un grupo limitado de prestaciones web (Wikipedia, noticias, meteorología así como una versión simplificada de Facebook) convenciendo a operadores locales de dar gratuitamente el servicio de datos a esa categoría de usuarios menos favorecidos.

Seguramente Zuckerberg habló del asunto con Modi, por lo que se habrá llevado una buena sorpresa cuando el regulador indio de las telecomunicaciones vetó Free Basics en espera de una nueva reglamentación sobre los precios de acceso a Internet [la misma mala noticia le llegó de Egipto, pero la controversia se ha cebado en India]. Zuckerberg reaccionó con una página de publicidad en The Times of India en la que comparó Free Basics con las bibliotecas públicas y las clínicas gratuitas, «¿quién podría oponerse?».

Pues, se equivocaba: entre los opositores a Free Basics se alinea tan filántropo como él, el multimillonario Nandan Nilekani, fundador de Infosys, la mayor empresa india de software. En opinión de Nilekani, la iniciativa de Facebook equivale a crear un jardín cerrado [se sobreentiende que sólo para pobres], ajeno al espíritu abierto de Internet.

La suspicacia acerca de las intenciones de Zuckerberg no es nueva. En este caso, se argumenta que Facebook pretende un poder arbitrario sobre lo que millones de usuarios puedan hacer con Internet. Se trataría, ni más ni menos, que de una violación del principio de neutralidad de red, según el cual todos los usuarios deberían ser tratados en igualdad de condiciones. Bajando de la teoría a la práctica, hubo quien calificó directamente Free Basics como una manera de bloquear el desarrollo de Google, que ofrece conexión wifi gratuita en numerosos sitios públicos del país y sigue adelante con la idea de lanzar una flota de globos atmosféricos para dar acceso a Internet en zonas remotas.

El asunto no es baladí: está demostrado que la extensión del acceso a Internet tiene efectos sobre el desarrollo económico. Lo discutible, en todo caso, es la «renta de posición» que una determinada compañía pudiera obtener mediante su prestación gratuita del servicio. Por ejemplo, en Kenya, el servicio de pagos móviles m-pesa, prestado por una filial de Vodafone, ha contribuído a la reputación del operador en el continente, pero es innegable que ha sido eficaz como sustituto de una infraestructura financiera inexistente.

Queda mucho por ver en esta cuestión, porque la suspensión de Free Basics es provisional. Lo que tampoco esperaba Zuckerberg es que Marc Andreessen, uno de sus accionistas y miembro del consejo, metiera la pata donde suelen meterla los adolescentes impulsivos: en Twitter. Un escándalo mayúsculo por la inferencia implícita de que India estaría mejor si aún fuera colonia de la corona británica. Por supuesto, Zuckerberg descalificó de inmediato la ocurrencia de Andreessen y este fue diligente en arrepetirse públicamente. A ambos les costará salir del lío. Buen fin de semana,

Norberto

El mercado mundial de PC regresa al 2007

11/02/2016

Las ventas globales de ordenadores personales sumaron 276,5 millones de unidades en 2015, según el informe de IDC. Habría que remontarse hasta 2007 para encontrar una cifra inferior [270,5 millones] con la diferencia de que entonces el mercado aún crecía. En 2008 faltaron algunos miles de PC para los 300 millones y, desde entonces, la cosas se torcieron. A tenor de las opiniones de los analistas autores del informe, no se puede confiar en que en 2016 retornen los buenos tiempos. A su juicio, el retroceso de la economía china y la fortaleza del dólar son los dos factores negativos que van a condicionar el año: IDC ha anticipado provisionalmente un crecimiento negativo en 2016: -3,1%. Leer más

10Feb

10/02/2016

Periódicamente afloran noticias – o bulos, vaya usted a saber – según las cuales el grupo Vodafone estaría preparando una operación con Liberty Global, rama del conglomerado que controla John Malone, personaje cuyos modos en los negocios le han valido el apodo de cable cowboy. Se dijo primero que estudiaban una fusión corporativa cuyo valor eventual sería de 140.000 millones de euros. Hubiera sido un berenjenal incalculable. Pronto se dejó claro que el objetivo se limitaría a un eventual intercambio de activos, más plausible pero imprecisa.

Esta negociación – confirmada por las partes – se rompió a finales de septiembre debido a desacuerdos sobre la valoración de los activos en cuestión. El runrún reaparecería en diciembre, con el Financial Times como caja de resonancia, y se abrió otro paréntesis hasta que Liberty Global tomó la iniciativa de proponer la fusión de su filial holandesa Ziggo con la de Vodafone en ese país.

A primera vista, la Comisión Europea tendría pocos argumentos para vetar la operación, puesto que sus componentes son compatibles: Ziggo tiene 9,8 millones de clientes de cable, y Vodafone, con 5 millones de usuarios móviles, apenas suma 73.000 de banda ancha fija. El grupo de Malone, presente en 12 países europeos, tiene manifiesto interés en incorporar clientela móvil: el año pasado, adquirió el pequeño operador belga Base, y no se detendrá en el Benelux.

Todo parece indicar que, mediante una fusión de rango menor en Holanda, lo que buscan Malone y el combativo CEO de Vodafone, Vittorio Colao, es poner a prueba la actitud de la comisaria europea Marghette Vestager, antes de tirarse a una piscina más profunda. Si se atiende a los recientes movimientos del ajedrez regulatorio, tanto las autoridades nacionales como Vestager parecen estar mudando su preocupación hacia la vigilancia del mercado de banda ancha, más que seguir (que seguirán) discutiendo el reparto del mercado móvil. Por otra parte, cohabitar en Holanda podría servir a los novios para conocerse mejor antes de pasar a otros compromisos.

Porque, en realidad, Holanda – y otras combinaciones locales posibles allá donde ambas coinciden, que no es el caso de España — sería un ensayo del siguiente paso, el mercado británico. En plena fase de reordenación: la fusión BT-EE ha sido aprobada, mientras la compra de O2 (Telefónica) por Three ha sido rebotada a Bruselas, Vodafone ha quedado en posición incómoda. Vittorio Colao podría argumentar, en Londres y en Bruselas, que una fusión entre su red móvil y la de banda ancha de Virgin Media (propiedad de Liberty) no alteraría el equilibrio que dice buscar el regulador británico.

Después de las escasas cortapisas que Ofcom ha puesto a BT para quedarse con la antigua filial conjunta de Orange y Deutsche Telekom, cuesta imaginar qué objeciones podría oponer a que Vodafone y Liberty unieran sus activos británicos en una joint venture de alcance local. Como mucho, Malone seria forzado a desprenderse de su participación en la televisión ITV, que en su día compró para defenderse de Rupert Murdoch. Por cierto, acabo de enterarme de que los activos de Malone en los medios británicos valen más que los del magnate australiano, pero esta es otra historia.

Si tal fuera la intención de Colao y Malone – que no se sabe ni lo dirán – Europa dejaría de discutir acerca del número de operadores móviles aceptable, y el eje de la regulación se desplazaría a la convergencia de servicios. Es sólo una hipótesis pero, dando otra vuelta de rosca, podría reflejarse luego en Alemania, donde Vodafone y Liberty estarían dispuestas a crear el segundo operador convergente, relegando a Telefónica Deutschland pero sin tocar el liderazgo de Deutsche Telekom.

La idea de una combinación ulterior de todos los activos europeos de Liberty Global y Vodafone, tan atractiva para los analistas de la City, tendrá que esperar. Entretanto, los resultados de Vodafone en la región tienden a mejorar y su acción a subir en consecuencia (de algo habrán servido los rumores). Mientras los acuerdos no toquen el punto crítico, las finanzas, se puede hablar de todo lo demás, porque la diferencia es flagrante: Vodafone vive holgadamente desde que recibió 130.000 millones de dólares por desinvertir en Estados Unidos; Liberty, en cambio, se asienta sobre una montaña de deuda, lo normal para Malone.


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