George Kurian, CEO de NetApp, ha descrito en pocas palabras el trance en el que se encuentra el mercado mundial de almacenamiento: las empresas gastan menos, pese a que sus necesidades crecen sin pausa. “Vemos un mayor escrutinio sobre los presupuestos, sometidos a más instancias de aprobación, con el resultado de ciclos de venta más largos y la postergación de operaciones previstas”. Kurian ponía el acento en las circunstancias del mercado estadounidense, que no necesariamente se repiten en todas partes. Aun así, ha sido un un año fiscal paradójico cerrado en abril: magro crecimiento del 0,6% en ingresos [6.360 millones de dólares] y un 35,5% de mejora en los beneficios [1.270 millones].
A corto plazo, la compañía parece enfrentarse a una coyuntura de bajo o nulo crecimiento. Si el cuarto trimestre fiscal se toma como indicador de la coyuntura, las ventas de sus sistemas on-premise – que en su nomenclatura asimila como como cloud híbrida – decrecieron [-2,1%] mientras las operaciones asociadas con las nubes públicas aumentaban un 12,6% son demasiado pequeñas para mejorar el panorama.
Una clave competitiva está en los sistemas all flash (AFA) que, para sorpresa de los analistas, han bajado los ingresos un 4% en el año [en parte porque son más baratos]. Y es una clave competitiva porque a estos sistemas en auge durante los últimos años sigue confiando su futuro la industria, por la vía incremental y por la renovación del parque instalado. Tres fabricantes (Dell, NetApp y Pure Storage) en este orden y con distintas urgencias, dominan la categoría con un 58% del mercado mundial all flash.
Estos antecedentes explican la política de lanzamientos de NetApp durante este año. Desde luego, no necesita dar fe de su entusiasmo por la tecnología all flash. Cuatro meses después de presentar una familia completa de productos flash en el segmento NAS – la serie AFF C – NetApp ha repetido jugada en el SAN, con la serie ASA A. Es una clara apuesta por el almacenamiento en la nube, en el que la compañía retoma su compromiso con el datacenter, que parecía perder énfasis.
Aunque desde hace tiempo ofrece almacenamiento unificado, NetApp no deja pasar ocasión de jugar con idéntica firma en NAS y SAN, los dos grandes territorios del almacenamiento en red.
[Nota para profanos: NAS y SAN son dos categorías diferentes, aunque tienden a la confusión] Una, bajo la sigla NAS (Network-Attached Storage) describe un sistema de disco o hibrido que se conecta a la red mediante protocolos sencillos y cuya función es el almacenamiento de ficheros en un servidor centralizado. Por otro lado, se denomina como SAN (Storage Area Network) a equipos que almacenan datos organizados como bloques a los que se suele acceder a través de protocolos que permiten grandes velocidades. Sin entrar en más detalles, las dos categorías se dirigen a distintos tamaños de organizaciones].
Ha sido precisamente en el nicho de SAN donde la compañía ha formado una nueva familia de almacenamiento en bloques con la serie ASA, cuyo primer vástago nació en octubre de 2019.
Estos sistemas – resume Jaime Balañá, director técnico de NetApp para Iberoamérica – están especialmente indicados para aquellas empresas que distinguen entre sus cargas de trabajo SAN ligadas a aplicaciones de SAP, Oracle, Microsoft o Vmware, permitiendo la creación instantánea de clones de máquinas virtuales y bases de datos o snapshots de respaldo. Los nuevos ASA A garantizan una disponibilidad de 99,9999% y NetApp asegura que el tiempo de inactividad no llega a los 32 segundos por año, promesa que se acompaña de otra que expresa eficiencia: una reducción mínima de datos de 4:1 basada en compresión, deduplicación y compactación en línea.
Hasta cinco nuevos sistemas componen esta serie, con los modelos A150 y A250 en la gama baja, el A400 en la media y los A800 y A900 en la alta. En todos ellos, la compañía dice haber conjugado rendimiento con eficiencia energética, proporcionando hasta un 50% menos de consumo de energía y emisiones de carbono, que compara con la oferta de sus competidores. La serie ASA A funciona en entornos de cloud hibrida, pudiendo combinar cargas de trabajo on-premise y en la nube o migrar las VM de VMware a la nube sin mengua de rendimiento, gestión o seguridad.
Antes, en febrero de este mismo año, el trabajo conjunto entre NetApp y VMware se había hecho notar con la integración de Cloud Volumes. Gracias a ello, las empresas con máquinas virtuales que utilizan ONTAP como almacén de datos externo, pueden moverse con comodidad a Google Cloud Platform, Amazon Web Services o Azure. Este movimiento, sugiere Balañá, convierte a NetApp en el primer proveedor de servicios de almacenamiento cloud certificado y respaldado como repositorio para VMware en Google Cloud. La flexibilidad para mover cargas de trabajo a través de cualquiera de los hyperscalers o en el datacenter no es la única ventaja de Cloud Volumes Service, que también posibilita escalar el almacenamiento independientemente del cómputo en la nube (no es necesario recurrir a más nodos de cómputo para obtener capacidad adicional de almacenamiento.
Otro anuncio de peso del mes de mayo, consecutivo a la presentación de resultados, se encuadra en el campo de la ciberseguridad y está relacionado con los ataques de ransomware. NetApp se muestra tan convencida de la robustez de su portfolio que anuncia una garantía de recuperación de los datos en caso de que sus clientes sufran uno de esos ataques. Si una empresa que ha optado por los servicios profesionales de NetApp para la configuración de sus sistemas fuera atacada y no fuera capaz de recuperar la información, recibirá una compensación monetaria.
No es la primera compañía que presenta este señuelo – Infinidat tiene una propuesta similar – pero desde luego supone una declaración de intenciones hacia sus clientes, así como a sus competidores. En el caso de NetApp, la garantía se prolonga hasta quince meses desde la entrega del último componente o, en su caso, de doce meses desde que Professional Services notifica haber completado la configuración.
La garantía de recuperación de datos secuestrados se levanta sobre sólidos pilares de protección, detección y recuperación, resumió Balañá en la rueda de prensa de Madrid. Para ello se apoya en la nueva versión de ONTAP. El software de gestión permite el bloqueo automático de archivos maliciosos conocidos, administradores no autorizados y usuarios malintencionados con una verificación multi-administrador. Otra de las novedades es la posibilidad de realizar snapshots indelebles, a prueba de manipulación y/o borrado, ni siquiera por los administradores, cuando detectan la posibilidad de un ataque. Las instantáneas quedan como punto de recuperación, notificando a los administradores para que puedan recuperar los datos de las copias de seguridad en cuestión de segundos o minutos. Para ello es clave la anticipación que facilita ONTAP con sus prestaciones de aprendizaje automático, para detectar anomalías.
NetApp ha querido avanzar otra iniciativa que la diferencia en el mercado. Oferta la posibilidad de agrupar todas las licencias, incluso las de compras pasadas, en una sola que trae aparejadas ventajas de coste y sencillez. Ya en verano de 2022, introdujo Cloud Manager para acceder a todos los servicios de la nube hibrida desde una consola única. Ahora, además, puede administrar los servicios de Keystone, opción STaaS (Storage-as-a-service) de NetApp bajo una suscripción única con la que es posible no sólo mover dinámicamente la capacidad y las licencias de soporte a través de varias nubes, sino que también se puede reasignar trimestralmente el gato local como gasto en la nube, trimestralmente.
En una fase del mercado en la que el almacenamiento es más determinante que nunca, NetApp persigue proporcionar una única experiencia a través de entornos híbridos. En esta perspectiva, también ha anunciado ONTAP One en una nueva versión, ahora disponible para todos los sistemas AFF, ASA y FAS – en febrero había comunicado su disponibilidad nativa en la nube de Google – así como dos nuevos StorageGRID con capacidades avanzadas de recuperación ante desastres, además de actualizaciones de seguridad y cumplimiento normativo.
La secuencia de lanzamientos de este año deberían dotar a NetApp de una mejor artillería para afrontar la competencia – muy agitada, por cierto – a la vez que un entorno macroeconómico que no es de lo más propicio. En su conferencia con analistas, lo reconocía George Kurian: sus previsiones cara al primer trimestre fiscal (mayo-julio) auguran un descenso de hasta el 12%, hasta 1.400 millones de dólares. Con los lanzamiento de febrero y mayo, a los que podría seguir otro tras el verano, Kurian desafía la tendencia del mercado, que para todo el año dibuja una caída de entre -2% y -5%. Es muy cierto que el abaratamiento de sus nuevas cabinas, como la serie C de AFF, no sugiere una mejoría de los ingresos, pero la compañía va capeando el temporal y generando beneficios, pese a que sus ingresos no son boyantes. Puede que este año no tenga un beneficio significativo – admite el CEO – pero su estructura de costes es tal que le permitiría seguir obteniendo beneficios.
Uno de los elementos que podría impulsar un guro es la inteligencia artificial generativa, que la industria trata de capitalizar. Otro, tal vez, una mejoría de los grandes hyperscalers cuya desaceleración se hace notar. Por este motivo, cuenta con programas como Cloud Advantage, cuya originalidad consiste en el intercambio de controladores on-premise por créditos de transferencia cloud basados en soluciones de NetApp en uno u oro de esos grandes proveedores.
A medio plazo, ha dicho Kurian a los analistas, la nube pública – IaaS – remontará. En última instancia, rivales en plena ofensiva como Pure Storage o Hewlett Packard Enterprise experimentan la ralentización del mercado con crecimientos débiles o planos. El CFO de NetApp, Mike Barry, dejó a los analistas este mensaje: “el empuje de la nube pública llevará más tiempo del que se esperaba, pero llegará”. Esta predicación ha dado resultados y ha sido escuchada: la acción de NetApp cotizaba ayer a su precio más alto desde enero.