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28 de junio, 2012

Con ocho días de diferencia, los anuncios de Microsoft y Google han trazado una consigna común: se trata de impedir que el monopolio del iPad vaya a más. Pero difieren en los medios para llegar al fin común. Para Microsoft, su tableta Surface como un diseño de referencia, un reto a los fabricantes para que se atrevan a competir con Apple con una experiencia de usuario equivalente o superior a la que ofrece el iPad.

A Microsoft no le contrariaría demasiado si Surface no se vendiera mucho, siempre que sus partners tuvieran con Windows RT el éxito que les ha faltado con Windows 7. Google, en cambio, deja a los fabricantes que compiten como mejor sepan, pero la tableta Nexus 7 tiene otra pretensión: marcar el listón de precio bajo, 199 dólares [ya se verá si equivalen a 160 euros] para permita disputar al iPad la batalla estadística que reduzca en unos cuantos puntos el liderazgo de Apple.

La experiencia de Amazon con su Kindle Fire (una interpretación libre de Android), parece haber inspirado a Google: hay un espacio – el de los 199 dólares – en el que Apple no entrará de ninguna manera, y hay otro, la franja de 500 a 700 dólares, en el que hoy por hoy es imposible batir al líder. Amazon presentará en julio una nueva versión de su tableta, que está a punto de llegar a los mercados europeos. Por lo tanto, se puede decir que el objetivo inmediato de Google es contrarrestar a Amazon, más que atacar frontalmente a Apple.

De hecho, el mercado de las tabletas está escindido en dos bloques: el iPad por un lado, los low cost por otro. En el primero, Apple obtiene un margen confortable, mientras el segundo puede ser económicamente ruinoso. A menos que – como es el caso de Amazon – la rentabilidad se obtenga por la venta o alquiler de contenidos. En cuanto a la rentabilidad de Nexus 7, puede que no preocupe mucho a Google, si consigue evitar que su rival se le escape. Dentro del campo Android, la misión de atacar a Apple en su terreno quedaría reservada a Samsung, único fabricante que tiene recursos para plantarle cara. Curiosamente, hace tiempo que prepara su alternativa con el máximo sigilo.

27 de junio, 2012

Echaré mano de una expresión coloquial: “esto sólo se le ocurre al que asó la manteca”. Me refiero a la genial idea de segregar RIM – BlackBerry para entendernos – en dos empresas: una de servicio y otra de dispositivos. Se supone que para vender la segunda a quien busque una entrada rápida e indolora en el mercado de los smartphones. El bulo podría ser la solución recomendada por un par de bancos de inversión a los que el nuevo CEO de RIM ha consultado. Como esas entidades tienden, normalmente, a obsesionarse con la ratio earnings-per-share, la ocurrencia entra en su lógica. Que coincide con la del usual grupete de inversores ´activistas´ cuya fórmula mágica está muy vista: desguace, plusvalía y a otra cosa.

Al margen de esos intereses, ¿tendría sentido la segregación? Se dice que Facebook y Amazon podrían estar interesadas en la rama de dispositivos, que aporta el 80% de los ingresos de RIM, pero probablemente lo que les interesa no es otra cosa que su nuevo sistema operativo, BB10, con el que podría eludir el control de Google sobre Android. Por consiguiente, dudo que el precio fuera muy alto, pero allá ellos. En cuanto al otro 20% de los ingresos, es la clave de todo: la red global de RIM conectada con las redes de unos 600 operadores en todo el mundo que presta servicio a los usuarios de BlackBerry, ¿tendría opciones para sobrevivir y ser rentable sin el otro miembro de la ecuación?

Me atrevo a sospechar que los acuerdos con los operadores no serían iguales si RIM vendiera esa red, o si perdiera el vínculo que la une con el dispositivo que identifica a BlackBerry ante los usuarios. Además, en estos tiempos, hay muchas propuestas para conectar dispositivos de otras marcas a las redes corporativas, de modo que la exclusividad de RIM correría peligro, incluso si la empresa mantuviera su integridad.

Me viene a la mente una experiencia no idéntica, pero sugerente. En 2003, cuando BlackBerry y otras marcas invadieron el terreno de los populares PDA, a los directivos de Palm se les ocurrió salir del embrollo segregando su software a través de otra empresa, PalmSource, con la esperanza de que otros fabricantes de hardware licenciarían su sistema operativo. No voy a contar el final de la historia, de sobra conocida.

26 de junio, 2012

Finalmente, Intel parece haber encontrado la vía para recortar el peso dominante de sus procesadores x86 en la cifra de negocios. Esto no lo digo yo, sino que es el diagnóstico de un informe distribuído a sus clientes por los analistas de Deutsche Bank. El año próximo, la mitad de los ingresos adicionales serán generados por los nuevos chips para móviles y sistemas embebidos, así como por memorias NAND. Una aportación que el banco alemán estima en unos 2.000 millones de dólares. No está mal para empezar, después de tanto retraso.

Los chips de Intel para dispositivos inalámbricos empiezan a asomarse tímidamente al mercado: mientras las marcas líderes (iPhone y todos los Android) siguen fieles a la arquitectura ARM, sin que se sospeche un cambio de actitud, Lenovo ha decidido equipar su modelo K800 (también llamado LePhone) con un procesador Intel nacido de la dinastía Atom; otro, desarrollado en común por Intel y el fabricante indio Lava, se venderá como Xolo X900. Alguien pensará qué lejos ha tenido que ir Intel para encontrar tan exóticos compañeros de aventura, pero el maledicente demostraría ignorar que China e India son dos mercados florecientes y de alto crecimiento, en los que las marcas de raíces locales podrían comprar más contratos que, por ejemplo, Motorola.

En Europa, el Xolo X900 será comercializado en Reino Unido bajo la marca Orange, a partir del verano y a un precio por ahora estimado en 200 libras, propio de un smartphone de gama media tirando a baja. Con estos mimbres, no parece sencillo llegar a 2.000 millones de dólares, pero todo se andará.

25 de junio, 2012

25 Jun

Desde hace varios meses rondan las noticias que hablan de concentración en la industria del software. Un par de empresas de talla mediana pero con buenas carteras de productos y clientes, están envueltas en confusos movimientos, cuyos protagonistas aparentes son fondos de inversión que, si consiguieran su objetivo, abrirían paso a sendas pujas en las que aparecerían los verdaderos interesados. Las dos empresas son Quest Software y BMC Software, de las que se dice que están infravaloradas en bolsa: 2.200 y 6.200 millones de capitalización, respectivamente.

No entraré en los detalles de las ofertas, porque no me siento capaz de entender su compleja arquitectura jurídica, pero me ha llamado mucho la atención que en ambos casos hay un hilo conductor, el mismo candidato en la sombra: Dell, que no disimula su vocación por reforzarse en el software. Michael Dell lleva una política sistemática de diversificación, y ha fichado para desarrollar su estrategia de software a John Swainson, ex CEO de CA. Quest sería, en principio, afín al perfil que busca; Dell, pero la delantera la llevan los financieros, así que el proceso podría ser largo. En condiciones normales, HP hubiera sido un candidato viable, pero las actuales no son circunstancias normales para HP.

El otro caso, BMC Software, es más complejo. Los inversores que han presentado una oferta – hostil, con todas las consecuencias – la aderezan con una lista de ejecutivos que se haría cargo de la empresa, que consideran mal gestionada por no haber sabido adaptarse al cloud computing. En última instancia, Dell podría terciar en la batalla – si la hubiera – pero con nulo interés por quedarse con el software para mainframe, algo importante en la cartera de BMC y que quizás podría servir a IBM. En las últimas semanas, se ha comentado una hipotética oferta de Oracle, que hay que tomar con reservas porque su nombre se cita al tuntún cada vez que algo parece estar en venta. Sin más datos, me quedo con una lección muy sencilla: la industria del software está viva, y en ella pueden encontrarse piezas de valor para quien tenga liquidez (que son casi todos los nombrados y alguno más).

22 de junio, 2012

Un lector que se presenta como catedrático de la Politécnica de Cataluña, escribe pidiendo más precisión en una frase de ayer, que aludía a las factorías asiáticas (ODM, original design manufacturer), en los que las marcas (OEM, original equipment manufacturer) hacen recaer su capacidad de competir en precio. Sinceramente, creo que en su contexto, la frase no daba más de sí. Pero puede que a todos nos resulte útil conocer un informe de iSuppli, según el cual los costes de fabricación – sin incluir materiales, licencias ni otros conceptos – habrían llegado a un límite del que será imposible que sigan bajando. Pero los usuarios quisieran que bajen.

“Los márgenes brutos de los ODM – dice el informe – especializados en la fabricación de portátiles, han declinado durante los últimos cuatro años. Sólo entre 2010 y 2011, del 8,15% al 5,79%”, acercándose a la zona de rentabilidad negativa”. Con el agravante de que los portátiles representan, según los casos, entre el 70 y el 90% de sus ingresos. Para subir el margen, se les presenta la ocasión con los nuevos ultrabooks. ¿Por qué? Porque para competir con Apple, es exigible que lleven carcasas elegantes, hechas con nuevos materiales y con mejor acabado: más costosas, en una palabra, y al menos de entrada más rentables.

Es una oportunidad idónea, porque la mayor parte de la capacidad de producir carcasas está a tope trabajando para Apple y su contratista Foxconn; esta es la razón por la que los cuatro grandes ODM taiwaneses (Quanta, Compal, Winstron y Pegatron) invierten en dotarse de capacidad propia o adquieren fábricas en China que, suponen, les permitirán atender la demanda creciente de la nueva categoría. La otra cara de la moneda es que, por su parte, los OEM tienen que ser muy estrictos con el PVP de sus ultrabooks, si no quieren perder cuota de mercado frente a la renovada oferta de Apple. Confìo en que el lector quedará satisfecho con estas precisiones.

21 de junio, 2012

Por hache o por be, esta semana he dedicado abundante espacio a Microsoft (y aún falta la entrevista de mañana ). El caso es que Microsoft ha puesto el turbo al hilvanar en una semana dos anuncios relevantes para su futuro: la tableta Surface y el futuro sistema operativo Windows Phone 8.

Como se sospechaba, Windows Phone 8 compartirá elementos clave de Windows 8: además del interfaz Metro, que ambas plataformas tienen en común, con el propósito de tender un puente hacia la convergencia entre dispositivos, que los desarrolladores sabrán apreciar. Hasta ahora no era posible, porque Windows Phone 7.5 se basa en la plataforma Windows CE, para sistemas embebidos, con serias limitaciones; en cambio, Windows Phone 8 se construirá sobre Windows NT, por lo que soportará procesadores multinúcleo, entre otras ventajas funcionales.

Más allá de estos detalles técnicos, la buena noticia no es tan buena para todos. Los móviles actuales (WP7), esencialmente de Nokia, no serán compatibles con el nuevo software, esperado para el otoño. La gloria será para el recién llegado, que nacerá con características frescas, pero los dispositivos actuales, en manos del consumidor (o en stock del fabricante o el canal) se convertirán de hecho en obsoletos en pocos meses. Puede uno lamentarlo, y lo lamenta, pero es de una lógica implacable: ningún sistema operativo nuevo tiene contemplaciones con su predecesor (salvo una actualización cosmética, como será el caso). Por cierto, esto no parece tan distinto de lo que a menudo se critica en Android y en el iPhone.

20 de junio, 2012

Zenith Optimedia acaba de publicar su pronóstico de junio sobre la inversión publicitaria en 2012, que rebaja en medio punto el crecimiento previsto, hasta dejarlo en 4,3% [un total mundial de 497.000 millones de dólares]. El mercado ha declinado en abril y mayo, pero está pendiente la incógnita sobre la contribución de los llamados “factores cuatrienales”: la Eurocopa, los JJOO y las elecciones norteamericanas que, normalmente, sumarían unos 6.000 millones de dólares.

El informe se detiene en la situación europea, y en particular en los tres países cuya inversión en publicidad sufrirá más: Grecia (-19,5%), España (-12,0%) y Portugal (-10,5%). El resto tendrá saldo positivo, de manera que el balance de la eurozona se estima en una caída del 1,1% a finales de año. Otras zonas del mundo siguen creciendo: el 60% del crecimiento entre 2011 y 2014 se concentrará en los países subdesarrollados. China es el número 3 del ranking (32.300 millones) y mantendrá el puesto en 2014 (48.755 millones, a rueda de Japón). Es interesante que Brasil, número 6 en 2011, adelantará a Reino Unido dentro de dos años, y no estará lejos de dar alcance a Alemania.

Siendo este blog lo que es, corresponde consignar que Internet es el medio con mayor crecimiento (un 16% entre 2011 y 2014), que en buena parte se debe al auge de los social media. Este tipo de publicidad – que incluye los anuncios pagados en Facebook, Twitter y LinkedIn – representa el 14% del total invertido en Internet el año pasado. En una visión amplia, Internet atraerá el 21,5% del mercado publicitario en 2014 y el 55% del crecimiento esperado. Este crecimiento se producirá a expensas de la prensa escrita, que en 2013 perderá el segundo puesto de la tabla, que pasará a manos de Internet (120.000 millones de dólares en 2014). Lamento que esta sobrecarga de cifras me deje sin espacio para comentarlas, pero supongo que la reflexión cae por su peso.

19 de junio, 2012

¿No habría que pensar en un Airbus de los chips? La pregunta retórica de la comisaria europea Neelie Kroes – a cargo de la ´agenda digital´- sonará a cada cual según la valoración que tenga del proyecto aeronáutico europeo: un éxito de la cooperación industrial, para algunos; un permanente embrollo francoalemán, según otros. De lo que no hay duda es de que Airbus Industries es una empresa competitiva, y sin ella Boeing sería un monopolio. Ahora bien, tratar de imitar el procedimiento para revivir la mortecina industria europea de semiconductores, se antoja misión poco menos que imposible. En un año, la cuota de Europa en el mercado mundial ha perdido un 10%, y en cinco años se ha reducido a la mitad.

La única empresa europea que se codea con los grandes del sector es la francoitaliana STMicroelectronics, que ocupa la séptima posición en el ranking, con 8.000 millones de euros de ingresos en 2011; en un año, han caído un 7%, por lo que ya tiene a rueda a la americana Qualcomm, que sube como la espuma. Su problema, o uno de sus problemas, es que sigue un modelo de producción integrada, que en la industria de hoy sólo se puede permitir Intel (que factura cinco veces más). El modelo en boga son los “fabricantes sin fábrica” (fabless), que diseñan donde sea y contratan la fabricación de las obleas en Asia.

Falta inversión, es el diagnóstico de la asociación europea ESIA: “a falta de una trama de servicios auxiliares, las compañías contratan su producción allá donde esos servicios proliferan y son competitivos en precio”. Sépase que el año 2000, Europa compraba el 14% del equipamiento para esta industria peculiar; en 2011, la proporción ha sido poco más del 6%. ¿Alguien puede creer seriamente que, en este contexto, Europa podría un día competir con Taiwan, Corea o China?,

18 de junio, 2012

Corre la voz de que al convocar para hoy en Los Angeles una rueda de prensa, Microsoft quiere anunciar una tableta que se interpreta como destinada a competir con el iPad. Por no saber, no se sabe siquiera si será realmente una tableta ni sobre qué variante de Windows funcionará, ni tampoco otros muchos detalles, pero la blogosfera ha decidido – acelerada por la búsqueda del titular – que será un ataque directo contra Apple. ¿Contra quién, si no? La verdad es que Google pinta poco en este mercado, aunque se cree inminente el anuncio de su tableta Nexus, con independencia de lo que hagan las marcas adheridas a Android.

Sin entrar en el resbaladizo juego de los rumores, lo relevante de lo que se dice es que Microsoft entraría en ese mercado con marca propia, quebrando la política de no competir con sus clientes, los fabricantes que construyen hardware para Windows. ¿El mundo ha cambiado como para arriesgarse a competir con fabricantes que han sido fieles durante décadas? Lo dudo mucho. Es verdad que el éxito de Apple procede de fusionar hardware y software, pero es una historia diferente. También es cierto que algo tiene que hacer Google para poner orden en la cacofonía de las tabletas Android. Pero Microsoft es de otra madera: si era fuera su intención, tendría que llevarla de tal manera que no crispe las relaciones con la decena de fabricantes que, además de nuevos PC, preparan tabletas Windows 8 y/o Windows RT (versiones para Intel y ARM, respectivamente) para después del verano.

De esa contradicción nacen dos conjeturas. Una – de la siempre bien informada Mary Jo Foley, quien tiene la valentía de decir que no lo sabe – sugiere que la (presunta) tableta de Microsoft será exclusivamente para el consumo de contenidos, lo que la situaría más en la competencia con el Kindle Fire que con el iPad. La segunda, un matiz de la anterior, sostiene que la (presunta) tableta estaría emparentada con la Xbox y funcionaría – obviamente, para consumir contenidos – como aplicación pionera de la tecnología SmartGlass, que permite la sincronización entre una tableta (de cualquier sistema operativo) y otra pantalla. O sea que la batalla contra el iPad debería esperar unos meses; hoy mismo lo sabremos.

15 de junio, 2012

Confío en que los lectores recordarán aquel simpático elefantito que es el logo de Hadoop, un proyecto open source para el tratamiento de grandes volúmenes de datos. Nacido de las entrañas de Yahoo, ganó autonomía y ahora es compartido por tres empresas emergentes, cada una en busca de socios o padrinos. A quienes no están en el ajo de este mercado, pudo parecerles algo exótico – otro capricho importado por el autor de este blog – pero hoy se puede comprobar que ningún grande de la industria quiere quedarse al margen.

Cloudera, primera de las tres en llevar la voz cantante (en ella trabaja el creador de Hadoop, Doug Cutting) ha amarrado una alianza con Oracle, no sin antes haber firmado acuerdos con Dell y NetApp. Los primeros días de junio, HP anunciaba que integrará Hadoop en un appliance que soportará la distribución de Cloudera – que así neutralizaría segundas intenciones de Oracle – aunque no por ello descarta a sus rivales HortonWorks y MapR. Amazon, que nunca da puntada sin hilo, ha adoptado MapR para ofrecerlo como servicio gestionado, con lo que le confiere legitimidad como competidor en un mercado que promete.

Vmware ha engarzado su estrategia de diversificación al futuro de HortonWorks, tal vez porque, siendo esta la más débil, cuenta con poder influir en su desarrollo todavía incompleto. Microsoft, al exponer sus planes de la plataforma Azure, ha anunciado que incorporará también HortonWorks. Por ahí anda rondando IBM, para la que big data es fundamental. Una cosa está clara: si todos estos han tomado posiciones (que todavía pueden variar), es fácil predecir una batalla que se librará en 2013.

14 de junio, 2012

El virus suicida. Sería un titular idóneo para la historia que resume Computerworld desde el frente de la ciberguerra. Quienquiera que controlara Flame, el potente virus que ha vuelto a atacar sistemas estratégicos de Irán, ha tenido la ciencia suficiente no sólo para desarrollarlo sino para ordenarle que se autodestruya sin dejar rastros que pudieran servir para un análisis forense (o para tomar contramedidas). La fuente de la información es el blog de Symantec, que dice haber identificado el procedimiento de inmolación del virus: sobreescribir el código con una rutina que genera caracteres aleatorios.

La divulgación de estos detalles ha iniciado una guerrilla de declaraciones cruzadas entre Symantec y Kaspersky Lab, la empresa rusa que descubrió Flame, como antes hiciera con Stuxnet. Aleksander Gotzev, experto de Kaspersky, fue el primero en advertir que parte del módulo que permite penetrar en un sistema a través de la función autorun de Microsoft Update [900 millones de usuarios en todo el mundo] contiene elementos idénticos al código usado en 2009 para diseñar Stuxnet, cuya autoría se supone compartieron Estados Unidos e Israel o, según el eufemismo al uso, “científicos de primera categoría mundial”. O quizá dos equipos trabajando en paralelo, sugiere Gotzev, para garantizar que cumpliría el objetivo.

Inevitablemente, la industria del antimalware anda alborotada por estas noticias. Los hallazgos de códigos maliciosos de esta envergadura son una credencial para la empresa responsable, y Kaspersky se ha anotado varios tantos, que sus rivales lógicamente envidian. En este sector, la cooperación contra el malware debería idealmente ser la regla, pero al final impera el llamado marketing del miedo. Y, francamente, estas noticias.

13 de junio, 2012

La atención mediática suele elevar su cobertura cada vez que Apple presenta un nuevo dispositivo, siempre precedido por un sinfín de rumores, supuesos soplos y fotos trucadas en Internet. Tengo para mí que tanto o más interesante que saber cómo será el iPhone 5 (y cuándo saldrá) es observar la evolución del software de Apple, que permite atisbar lo que la empresa prepara en su estrategia de ´ecosistema´. La conferencia del lunes ha sido pródiga en pistas sobre lo que vendrá (además del iPhone 5, próxima novedad en el calendario de Tim Cook).

Entre los muchos elementos de interés que ha desvelado la conferencia, a mi juicio el más radical confirma el futuro de Siri, ese asistente con reconocimiento de voz que tanto jolgorio ha causado en la red con sus pintorescas respuestas a preguntas estúpidas. Atención: Siri tendrá varias versiones lingüisticas, además del inglés. Junto con el abandono de Google Maps y el acuerdo estratégico con TomTom, Siri abre otra perspectiva que vuelve obsoleto el uso de navegadores GPS. Desde el lunes sabemos que nueve de los diez primeros fabricantes del mundo integrarán la función Eyes Free en los comandos electrónicos de sus coches [el décimo es Ford, cuya tecnología Sync ha sido desarrollada por Microsoft]. Mientras Google prosigue su exótica investigación sobre el coche sin conductor, Apple prefiere una solución más práctica: dotar a los conductores de un software basado en el sistema operativo iOS6, imágenes en 3D y el asistente Siri. No hay noticia de que nada semejante esté en los planes de Android.

Hay más. Se deduce lógicamente que Siri podría ser la base de un comando sin manos de ese desconocido televisor que Apple prepara y que, según rumores más que verosímiles, está en fase de preproducción en una factoría de Foxconn y con pantallas suministradas por Sharp. A menos que Google se traiga entre manos algún proyecto con Samsung, la proposición tiene toda la pinta de ser imbatible.

12 de junio, 2012

Del post de ayer sobre el litigio entre HP y Oracle, eliminé a última hora una frase que hubiera añadido más confusión que precisión, pero que creo merece conocerse. Acaba de publicarse que, a comienzos de 2009, antes de presentar su oferta de compra por Sun Microsystems, Oracle propuso a HP que ambas compartieran la operación, y luego se repartieran los activos: el software para Oracle, el hardware para HP. Lo ha revelado al testificar ante el tribunal Anne Livermore, a la sazón vicepresidenta de HP y hoy miembro destacado de su consejo. Fue Mark Hurd, entonces CEO de HP – hoy presidente de Oracle – quien rechazó la propuesta. Durante 2008 Sun buscaba ansiosamente un comprador, que incluso pudo haber sido HP en solitario, y recibió una oferta formal de IBM, cuya retirada dejó el campo libre a Oracle.

Visto retrospectivamente, el episodio da para muchas hipótesis, y refuerza la idea de que las relaciones entre las dos empresas pasaron súbitamente de la intimidad a la beligerancia con el despido de Mark Hurd y su inmediato fichaje por Larry Ellison http://www.norbertogallego.com/ellison-ahora-tiene-otro-delfin/2010/09/15/. ¿Acaso hubiera tenido sentido la combinación? Hay que ponerse en las circunstancias de 2008/2009. Tal vez HP consideró que se cargaría con demasiadas redundancias, o que se convertiría en rehén del software de Oracle.

Fueron muchos los analistas que entonces opinaron que Oracle se desprendería pronto del hardware de Sun, tan ajeno a su trayectoria. Entre la masa de documentos que las partes se han echado en cara mutuamente ante el tribunal californiano, hay algunos, en los que directivos de Oracle se burlaban – en julio de 2011 – de la calidad de los servidores heredados de Sun [por cierto: pronto serían eliminados del catálogo]. Parece inevitable que el proceso despierte otros fantasmas, fastidiosos para ambas partes.

11 de junio, 2012

Imposible sustraerse a la realidad, hablar de tecnología cuando a tu alrededor todos hablan del rescate a España [“préstamo en condiciones muy ventajosas”, según el ministro Guindos]. De las opiniones que he leído, se desprende una intención de no dramatizar, de no hurgar en la herida. Se nos dice que no habrá más condiciones ni contrapartidas, una promesa que, vistos los antecedentes, sólo es creíble hasta las elecciones griegas. “Dulce rescate” (sic) titula ABC; “a medida de la banca”, lo califica Manel Pérez en La Vanguardia; “duro golpe psicológico”, escribe José Ignacio Torreblanca (El País).

Conviene no ensimismarse. Ya que tanto presumimos de que un mundo globalizado es lo mejor que nos ha pasado, no vamos ahora a retomar ahora la mirada aldeana. Lo ocurrido parece indicar que Europa ha decidido no suicidarse, rescatarse a sí misma procurando amortiguar la prolongada crisis financiera trasmutada en recesión. Eso sí, predicando tardíamente que la unión monetaria no era suficiente sin unión fiscal y sin un régimen común para la banca.

He reservado durante días dos textos premonitorios. Uno, de Martin Wolf: “[…[ ante tal conjunto de incertidumbres, el pánico resulta ser una actitud bastante racional. Una moneda única, respaldada por soberanías tan heterogéneas, es irremediablemente frágil”. Otro, la visión transatlántica de Robert Reich: “hasta ahora, EEUU ha evitado los recortes presupuestarios que han impulsado la recesión europea […] si Europa se propone configurar un mercado de trabajo similar al de EEUU y a la vez prosigue con la austeridad fiscal, probablemente obtendremos el peor resultado. La mezcla de salarios ´a la americana´ y austeridad europea es un cóctel diabólico”.

8 de junio, 2012

Ha sido una feliz coincidencia que la entrevista de hoy con Enrique Blanco estuviera dos meses en lista de espera hasta 24 horas después de anunciarse el acuerdo por el cual Vodafone y O2 crearán una sociedad conjunta para consolidar sus respectivas infraestructuras en Reino Unido. La consultora Ovum ha calculado que para ambos operadores el ahorro sumará al menos 1.000 millones de libras en capex y opex antes de 2015. Consolidar 18.500 torres y antenas en una sociedad gestora, supondrá aumentar un 40% el número de emplazamientos de cada uno, y reducir en un 10% el conjunto. La operación tiene que ser aprobada por el órgano regulador Ofcom.

Esta autoridad británica difícilmente podría rechazar de plano el acuerdo, más o menos calcado sobre la integración de Orange y T-Mobile (con una diferencia que salvaguarda la competencia: O2 y Vodafone no fusionarán sus marcas). Al parecer, la filial de Telefónica se hará cargo de la infraestructura en el este de Gran Bretaña, incluída Escocia, mientras Vodafone gestionará el oeste, incluyendo Gales. Londres será repartida así: el norte para O2, el sur para Vodafone. Naturalmente, la valoración de activos será el ejercicio más problemático.

Lo más interesante, a mi juicio, es el efecto sobre el futuro despliegue de LTE: la subasta de espectro no se espera hasta finales de año, con el requisito de cubrir el 98% de la población “bajo techo” en 2017. Una vez consumado ese paso, Reino Unido tendría dos redes LTE compartidas cada una por dos operadores [se ignora cómo reaccionará 3UK, el último de la fila]. Distintas voces han advertido que la puesta en marcha de servicios 4G requiere economías de escala que la actual estructura del mercado no facilita. Está por ver si Telefónica y Vodafone llevarán la experiencia a Alemania – donde ya compiten con LTE en fase comercial – y, en última instancia, si la replicarán en España, donde tienen frecuencias adjudicadas.

7 de junio, 2012

Séame permitido, excepcionalmente, hablar de mi profesión, el periodismo. Desde hoy a las cero horas está disponible la versión española de Huffington Post. En principio, me parece bien todo lo que añada pluralidad a la información. Además, habrá empleo para algunos periodistas, lo que es de agradecer. La brillante Montserrat Domínguez es su directora, y el grupo PRISA tiene un 50% de participación en la publicación. Lo que me perturba son unas declaraciones con las que se ha arrancado la colega Montse: “no entendemos el blog como un trabajo. Buscamos blogueros, pero no de los que escriben cómo ha amanecido, sino blogueros que cuenten cosas, y les compensaremos dándoles visibilidad”.

Con todos mis respetos por los propagandistas del periodismo ciudadano y otras zarandajas, construir los contenidos de una publicación – da lo mismo que sea online u offiline – sobre el deseo de visibilidad de los blogueros, me parece una explotación de trabajo ajeno no remunerado. Y, con demasiada frecuencia, esto lleva a la tentación de remunerarse de manera opaca.

Para que se entienda bien mi posición, contaré una anécdota personal. Hace muchos años, me contrataron para dirigir una revista, y encontré como herencia la columna semanal de un conocido jurista, al que propuse seguir colaborando a cambio de una paga estándar. Al principio se ofendió. “sabes bien, Norberto, que no necesito esa colaboración para vivir”. “Precisamente por eso te llamo – le dije – la página que tú ocupas, podría llenarla un periodista que sí vive de este oficio; así que, por favor, dime a qué ONG tenemos que enviar el dinero que no necesitas”. Así se hizo.

Lo que no me encaja es que Juan Luis Cebrián, respetado fundador de El País y hoy consejero delegado del grupo PRISA, haya lamentado en público que el esfuerzo de los profesionales del periodismo no sea “suficientemente reconocido por los lectores, ni por los colegas, ni por las empresas editoras […]”. A propósito, he de añadir que la crónica de ayer de El País sobre la aparición del HuffPo venía firmada por un cronista cuya gran hazaña es haber entrevistado a Julian Assange calificándolo de “periodista”.

6 de junio, 2012

Hoy, además de San Norberto (resplandor del norte), es el día de IPv6, ocasión con la que se pretende estimular a los remisos para que se sumen al proceso de ampliación de Internet. Que no empieza hoy, pero ha sido lento, hasta que las circunstancias han obligado a acelerar. Si, técnicamente, la posibilidad ha existido desde 1999, ¿por qué se ha esperado a estar al borde del agotamiento de las direcciones posibles bajo el vigente IPv4? Sencillamente, porque no había incentivos ni prisa ni demanda real. Ahora, sólo ahora, se está dando un salto gigantesco: de los 4.300 millones de direcciones (109) actuales, insuficientes para la proliferación de dispositivos conectados, el potencial pasa a ser de 340 sextillones (1036). No se hace en un día, desde luego.

Todos los grandes de Internet (Google, Microsoft, Facebook, Yahoo, y entre nosotros Telefónica) ya han hecho su conversión, lo que les deja espacio para crecer durante muchos años. Según los estudios de Cisco – que ha jugado un papel en la renovación de los routers – “en 2016 habrá 8.000 millones de dispositivos, fijos o móviles, habilitados para usar direcciones IPv6, ocho veces más que en 2011”. Globalmente, el 40% de los dispositivos conectados tendrán una dirección de 128 bit [ocho bloques de cuatro digitos, en lugar de cuatro de tres, como hasta ahora].

¿Seguirán los contenidos el mismo ritmo? Más del 50% estará disponible bajo IPv6 a finales del año en curso. Una barrera es, todavía, la resistencia de muchas empresas a abandonar el vetusto Windows XP, ahora mismo a punto de ser superado por Windows 7 como sistema operativo más usado. Entre el 30 y el 40% de la base instalada de PC no está preparada por defecto para IPv6, pero en un par de años la proporción puede reducirse a menos del 5%. En los dispositivos móviles – uno de los inductores del cambio, junto con las conexiones machine-to-machine – tanto Android como iOS soportan direcciones largas. Lo que significa que, cuando las redes estén convenientemente equipadas y rodadas, los usuarios no deberían tener problemas en su propia transición. Al menos, este es el mensaje tranquilizador que se transmite tal día como hoy.

5 de junio, 2012

Hoy día, casi cualquiera parece tener opinión acerca de Alemania y el papel que juega (y el que debería jugar) en las varias crisis superpuestas que vive Europa. Como mi opinión no vale nada, quisiera compartir un resumen del texto de Marshall Auerback en Economonitor. El autor parte de la idea de que la actitud alemana se entiende mejor si se distinguen “tres Alemanias”. ¡Vaya! Una, que llama la Alemania del Bundesbank, reflejaría una fobia histórica por la inflación y una adhesión teológica a la disciplina monetaria. La segunda sería, en este esquema, la Alemania internacionalista, cuyo máximo exponente fue Helmut Kohl, convencido de que el mundo sólo desterrará los prejuicios sobre Alemania si esta contribuye a fortalecer las instituciones europeas impregnándolas de federalismo.

La primera corriente tiene ahora vara alta en Berlín y Frankfurt (y en Bruselas), mientras que la segunda ha sido gradualmente acorralada por los sucesores de Kohl. Habría una tercera variante en ascenso, que Auerback llama la Alemania industrial, cohesionada por los grandes grupos industriales (Siemens, Daimler, Volkswagen y la industria química), que son beneficiarios de la disciplina monetaria impuesta por el Bundesbank, pero a la vez reconocen que un mercado europeo abierto e integrado es lo que les da vida como empresas. Este componente de la sociedad germana habría comprendido – mucho antes que la mayoría de los otros europeos – que en esencia la moneda única ha conseguido la proeza de atraer al redil a los países que denominan “devaluacionistas crónicos”.

En otras palabras, esta tercera Alemania promovió en su día el euro por razones adyacentes a las de Kohl: para que fuera un artefacto monetario al servicio de la competitividad de los productos y servicios alemanes en Europa y en el mundo. La moraleja de Auerback sugiere que si los fundamentalistas de Frankfurt prevalecen, algunos países saldrían del euro (expulsados o voluntariamente, a estos efectos da lo mismo) y el cinturón de seguridad que estabiliza la economía alemana se aflojaría peligrosamente. Espero que nadie se moleste por haberme apartado unos milímetros de las inquietudes del sector para el que escribo.

4 de junio, 2012

El Nasdaq, donde cotiza la mayoría de las empresas tecnológicas de Estados Unidos, ha cerrado mayo con una caída del 2,8% en su índice compuesto: el peor mes de los últimos dos años. Si la salida a bolsa de Facebook hubiera sido el éxito que muchos esperaban, tal vez habría enmascarado estadísticamente la tendencia a la baja, en la que han sucumbido casi todas las cotizadas que dan volumen al mercado (entre ellas un “valor seguro” como Apple). Pero la OPV no fue un éxito, y el los inversores han tomado buena nota. Habría que ser optimistas para pensar que Facebook puede cotizar pronto por encima de los 30 dólares (el viernes cerró a 27,72). En este contexto, agravado por las dudas sobre la economía, los analistas predicen que se congelarán las salidas a bolsa previstas para los próximos meses.

¿Y si las consecuencias fueran de más largo alcance? El veterano William Hambrecht, fundador de la banca de inversión que lleva su nombre, es de los que piensan que la ansiedad de Facebook y el oportunismo de sus banqueros se han cargado la legitimidad de las OPV al convertirlas en un meecanismo “disfuncional”. La raíz se remonta a finales de los 90, pero la obsesión con la burbuja subsiguiente impidió que se tomara conciencia de la naturaleza del problema. Durante el boom de las puntocom, razona Hambrecht, los gestores profesionales de fondos se hicieron a la idea de que cualquier acción nueva, por el hecho de serlo, produciría beneficio rápido. “Con Facebook, el truco no ha funcionado, y mucho me temo que los inversores minoristas han perdido la ingenuidad”.

1 de junio, 2012

RIM, el fabricante de BlackBerry, está al borde del abismo, y su nuevo CEO, Thorsten Heins, pide tranquilidad ante la desbandada de directivos. Al mismo tiempo, transmite las peores noticias: que el trimestre que se cierra mañana arrojará pérdidas operativas. Heins ha añadido algo que da que pensar: personalmente, es partidario de aguantar o de buscar partners interesados en licenciar su nuevo sistema operativo, pero “no descarta ninguna otra posibilidad”. Se refiere a la presión que ejerce un accionista voraz para que la empresa sea vendida cuanto antes, preferentemente a un fondo que tardaría poco en desguazaría para “extraer valor” a sus activos. Esta táctica destructiva ha sido preconizada por otros inversores llamados “activistas”, en distintas empresas en dificultades.

Se puede entender la ansiedad de los accionistas: en 2008, la empresa valía en bolsa 78.000 millones de dólares, hoy podrían comprarse todas sus acciones por 5.200 millones. Pero todas las variables propuestas huelen a fracaso. ¿Conseguiría Heins aguantar hasta principios de 2013 – fecha prevista de salida de BB10 – con una cuota de mercado en descenso? ¿A quién podría interesar compartir un nuevo sistema operativo que no ha pasado la prueba del mercado? ¿No es demasiado tarde para romper el cordón umbilical entre un modelo de negocio y los activos en los que se sustenta? Durante un tiempo, se habló de la hipótesis de venta de RIM a Microsoft (o a Nokia, como si esta pareja no tuviera ya suficientes problemas de integración) y estos días circulan otros nombres imposibles: IBM, Oracle o Cisco.

Es cierto, en todo caso, que sólo las patentes propiedad de RIM valdrían más que su capitalización bursátil actual, por lo que la idea del despiece no es – financieramente – descabellada. Todo este ruido no ha mostrada una sóla alternativa convincente. Entre muchas cosas que lamentar en la situación de BlackBerry, no es moco de pavo que el mercado de los smartphones se decanta gradualmente hacia un duopolio de facto entre Apple y Samsung. En pocos meses, hemos comprobado que todos (o casi todos) sus competidores se derrumban uno tras otro. Si Windows Phone no lo remedia, que esta sí que es otra historia.


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