La erosión constante de precios y una competencia exacerbada, alejan la esperanza de que los operadores lleguen a monetizar sin cambios de estrategia las redes 5G que han desplegado o están desplegando para dar respuesta a la demanda de los consumidores. Esta es una poderosa razón por la que ponen el máximo interés en un negocio promisorio, las redes inalámbricas privadas destinadas a prestar servicio a las empresas, con especial dedicación a la industria y actividades afines. Se da por supuesto que los ingresos generados por estas redes privadas no se verán afectados por políticas regulatorias como las que en Europa han puesto contra las cuerdas a los operadores. Pero no todo es tan diáfano.
Estas expectativas podrían frustrarse si prosperan los casos en los que el operador quedara al margen de la explotación de esas redes privadas, dependiendo de quién fuera titular de la licencia de uso de las frecuencias del espectro radioeléctrico.
En la conversación con Azfar Aslam, que tuvo lugar en Barcelona durante el reciente Mobile World Congress, el interlocutor dejó claro que, en origen, la idea de estas redes privadas se cruzó con el eslogan Industria 4.0 acuñado en Alemania. Por lo que tiene sentido que fuera precisamente en Alemania donde surgió la iniciativa de reservar una franja de 100 MHz para que empresas y/o consorcios industriales pudieran pujar por esas frecuencias. Una de las primeras interesadas fue Volkswagen, que en su factoría de Wolfburgo ha empezado a desplegar una red inalámbrica privada de uso exclusivo para cuyo despliegue contrató a Nokia y Bosch entre otros proveedores.
Las redes privadas han sido uno de los grandes temas de conversación en este Mobile Congress, centrado en 5G. No es inesperado, desde luego, pero lo que me pregunto es por qué Nokia está tan involucrada en esta corriente, en mi opinión más que sus competidores.
[…] Cuando iniciamos este viaje, ni siquiera se hablaba de redes privadas como tales, pero sí de la necesidad de resolver algunos problemas que planteaban las soluciones WiFi para las empresas. Hace unos diez años, Nokia desplegó su primera red privada: empezó en la minería, después en utilities y en el transporte, antes de llegar a la industria manufacturera. Con cada paso aprendíamos algo acerca de los requerimientos de cada tipo de empresa. Porque es lo mismo automatizar una fábrica que una explotación minera y tenga en cuenta que las redes privadas forman parte de una voluntad de transformación que parte de la automatización. Fue por entonces cuando la compañía adquirió verdadera consciencia de que había una necesidad de fiabilidad y que esta debía ser la clave de su estrategia
A las redes 5G todavía les faltaba mucho para entrar en escena, el mentado ciclo de diez años para cada generación […]
Sí, el mercado vivía la transición entre 3G y 4G. Por la misma época, en paralelo, un consorcio de empresas alemanas popularizó la expresión Industria 4.0 […] Se produjo una confluencia entre los dos movimientos. Nokia introdujo ese concepto entre las bases de su estrategia tecnológica; hablo de 2013 o 2014. Puede decirse con propiedad que lo que estamos viendo ahora es la conclusión de aquello que necesitábamos hacer. Y que se concreta en los productos y soluciones que hemos presentado en 2021 y 2022. Ahora sí, en los próximos años, con la evolución pautada de 5G, van a adquirir más relieve.
¿En qué sentido?
Los requerimientos industriales en los próximos cinco años van a ser determinantes en tres aspectos: rendimiento, sostenibilidad y seguridad. El haber sido pionera en la corriente que ha llevado a las redes privadas a un momento de explosión, es una enorme ventaja para Nokia. No creo que pueda ser más preciso, pero no hay duda de que este ya es un mercado consistente y que puede aspirar a representar el 10% de los ingresos de la compañía.
¿En qué han influido los dos años de pandemia?
Tenga en cuenta que durante los tres últimos años hemos venido trabajando con organizaciones muy grandes, como Lufthansa Technik [división de la aerolínea alemana que se ocupa del mantenimiento y reparación de su flota de aviones]. Desde antes de la pandemia ya tenía un plan de automatización que contemplaba el uso de comunicaciones 5G para la evaluación remota del estado de los motores; con la irrupción brusca de la Covid-19, el 100% de esas tareas hubo que hacerlo a distancia y fue posible gracias a que habían desplegado una red privada con video de muy alta definición en sus instalaciones. Añadiendo otras iniciativas, me atrevo a responder que la escala de esta actividad de Nokia sólo puede ser ascendente.
De lo que acaba de decir, deduzco que la adopción en la industria manufacturera va rezagada, en términos relativos.
No es así. Los cinco segmentos de nuestra estrategia son minería, oil & gas, utilities, transporte e industria. No es que uno sea más importante que otros, sino que ya teníamos una trayectoria en la minería, pero los despliegues en fábricas van a ser más numerosos a partir de ahora y, por consiguiente, una mayor fuente de negocio para la compañía.
En cualquiera de esos segmentos, parece evidente que Nokia no puede hacerlo todo a solas. ¿Qué clase de acuerdos con terceros implica llevar a cabo esa estrategia?
Le daré el ejemplo de un cliente que está desarrollando la transformación de sus factorías. Implica desplegar 106 soluciones durante siete años. Y lo estamos haciendo con una red inalámbrica privada y sus capacidades asociadas. Para esto se necesita conjugar distintas competencias diversas, porque no se tratar sólo de controlar robots […. es algo más que controlar robots […] Ese cliente ha entendido que, en la industria, la automatización no se resuelve con una red privada sino con la convergencia de muchas otras capacidades. Por supuesto, nosotros entendemos lo mismo: hace años procedimos a una selección de partners. Por citar sólo un par de ellos, Bosch y Accenture son fundamentales para la creación de un ecosistema en el que Nokia se siente bien acompañada. Tiene usted razón en que no podríamos hacerlo solos.
Ha nombrado a Accenture. ¿En este negocio hay integradores comparables a los que actúan en el sector de las TI?
En realidad, el espacio industrial no funciona igual que el espacio de la TI, porque en la economía física no suele haber diez integradores de sistemas; en las TI los hay, pero no pasa lo mismo en la industria. Hay grandes especialistas en tecnología operativa. Recuerdo una fábrica de Skoda en la que hay un enjambre de ellos, un verdadero ecosistema. Uno importante es Bosch, que es en sí mismo un fabricante, pero también hace la función de integrador para sus clientes. Si su solución se integra con la nuestra, juntos podemos resolver el problema que nos plantea el cliente. Le daría otro ejemplo, ¿ha oído hablar de NaaS [redes como servicio]?
Pero de otras compañías [risas]
Esencialmente, alguien como Nokia crea una red y alguien como Telefónica la vende como servicio a las empresas. Limitarse a venderla no es una fórmula eficiente, porque el cliente necesitará integración y acceso a las API. De manera que hace tres años, adoptamos una estrategia de apertura: al abrir las API en nuestras redes, facilitamos que terceros, normalmente desarrolladores, se conecten con nuestros equipos, simplemente. Lo que demuestra que hay distintas maneras de trabajar que responden a muy variadas tipologías: un día puede ser un fabricante de automoción y al día siguiente puede ser un partner como Telefónica que a su vez la venda a otro fabricante. Este es nuestro régimen de go-to-market en 2022.
¿La plataforma de Nokia para terceros, es un paquete completo?
Tenemos dos opciones. Una es una solución completa que despliega un tercero; la otra es lo que llamamos DAC (Digital Automation Cloud). Es un servicio en la nube, de modo que el cliente no necesita comprarnos el core de una red; sólo compra la radio, una inversión menor, y la conecta a nuestra nube. En este sentido, es una plataforma que cualquiera puede conectar a su red inalámbrica privada.
Me intriga saber si su papel como CTO implica aconsejar a los clientes.
Absolutamente. En mi equipo abordamos a cada cliente en su contexto, no pensamos en una tecnología en particular sino en su entorno operativo y en su situación competitiva. En esta medida, consideramos cuál es la mejor de las tecnologías disponibles para su caso particular y los requerimientos de su negocio. En muchos casos, nuestra misión no está relacionada con la tecnología sino con un determinado contexto regulatorio o su expansión a otro territorio.
Ya sean clientes o partners, ¿cuál es el rol de los operadores en este modelo de negocio?
Como supondrá, estoy en contacto regular con los clientes y también con los operadores que, usted lo ha dicho, pueden actuar desde diferentes perspectivas. Pero el punto de vista de Nokia es siempre el mismo: la mejor solución para el cliente final.
¿Pero usted qué modelo prefiere?
Hay una tercera pieza, un servicio directo con un integrador de sistemas. Se trata de tres canales y no creo que tengamos preferencia por uno u otro, al menos en esta fase de desarrollo del negocio. Hay grandes compañías que prefieren tratar directamente con nosotros con su modelo de compra. En consecuencia, les presentamos la oferta que solicita. Otras compañías, que no tienen recursos para ir por libre, optan por trabajar con Telefónica, con Vodafone o BT, por ejemplo. Por último, hay un segmento de la industria que ve mejor trabajar con un integrador. Nuestra estrategia es estar presentes en las tres modalidades.
El espectro se asocia a la discusión sobre las redes privadas, desde que Alemania optó por reservar frecuencias para despliegues industriales. Con mucho interés, por cierto. ¿Es un camino que seguirán otros países?
Piense en bloques de construcción, un Lego por así decir. Industria 4.0 es algo que está ocurriendo, es la primera pieza. La segunda es que para que una red sea fiable, hay que contar con espectro propio o ajeno. Esta es la clave y la estrategia de Nokia es transparente: nos sentamos en ambos lados de la mesa. En países como Alemania, donde hay empresas a las que se han asignado frecuencias, trabajamos directamente con ellas. En Brasil, se da un caso peculiar: la planta de un fabricante de coches necesitaba espectro para su red privada y la ha contratado con Telefónica. En Estados Unidos, una compañía eléctrica quería tener una red privada de gran envergadura y nos juntamos con AT&T para que las tres partes aporten sus capacidades al proyecto. […] Parece evidente que acuerdos de distinto perfil funcionan. En pocos años hemos pasado de pruebas de concepto a proyectos reales a escala, lo que confirma que hay demanda tanto para las redes privadas como, en su caso, para la asignación privada de espectro. He ahí un problema, me dirá: a los operadores no les hace ninguna gracia que otros se lleven frecuencias que ellos podrían necesitar. Pero dentro de unos años habrá más bandas disponibles y tecnología para optimizarlas. La idea de que una industria participe en el reparto no será exótica. ¿Habrá más casos como el alemán? No tengo ninguna duda.
¿Qué tecnología inalámbrica es la mejor dotada para las redes privadas?
Depende de la dimensión. Cuando se plantean requisitos de alta fiabilidad en un campus extenso, la solución es 5G o, tal vez 4G. Cuando los requisitos son menos exigentes y en una superficie reducida, WiFi 6 puede bastar. Pero esto es ver las cosas desde nuestro punto de vista; habría que contemplar también el de otros actores como Bosch, que contribuyen con sus soluciones industriales. Cada uno tiene su pan con mantequilla [risas]
Pero ¿tienen una hoja de ruta común?
Hay puntos de contacto, claro que sí. Cuando empezamos a trabajar con Bosch, aprendimos que los requerimientos tienen que ser de seis nueves: un minuto de interrupción cada año sería el máximo tolerable. ¿Por qué? Porque hablamos de una solución de altísima fiabilidad: los robots han de tener una extrema precisión. Este era el criterio en 2020; cuando llegue 2025, será diez veces más estricta. Y recuerde que en las redes 5G de hoy no tenemos todas las capacidades disponibles: hará falta implantar la Release 18 para poder cumplir esa exigencia.
Me ha quedado una pregunta final acerca de la política de Nokia acerca de Open RAN. Recuerdo que en esa relación ha habido altibajos, como los ha habido en el caso de Ericsson. Por cierto, ese movimiento de apertura ha germinado nuevos competidores […].
Nokia fue el primer vendedor importante en comprometerse con Open RAN y ese compromiso se mantiene. Obviamente, no voy a hacer comentarios sobre la competencia y sus estrategias, pero recuerde que antes le he dicho que la apertura es esencial para que las redes privadas prosperen gracias al acceso a las API. Es una estrategia que adoptamos hace cuatro o cinco años. Por lo tanto, Open RAN es un componente de esa estrategia y no lo vemos como un desafío a Nokia. Al mismo tiempo, tratamos de diferenciarnos a través de la flexibilidad de nuestros productos.
Me temo que ha respondido parcialmente mi pregunta [risas]
Creo haber sido muy claro. Estamos comprometidos y continuamos con el desarrollo que deriva de ese compromiso, pero no queremos hacerlo poniendo en riesgo nuestro rendimiento, nuestro TCO [coste total de propiedad] ni la fiabilidad de nuestros productos. Con o sin Open RAN, este ha sido el mercado en el que Nokia ha competido durante décadas. En ningún caso vamos a rebajar nuestra autoexigencia.