17/06/2019

Erik Ekudden

Chief Technology Officer de Ericsson

Abril fue un gran mes para Ericsson. El miércoles 3, dos de los tres operadores coreanos – SK Telecom y KT –  y el mayor de los estadounidenses – Verizon – pusieron en marcha sus servicios comerciales sobre redes 5G suministradas por la compañía. El jueves 17 hizo lo mismo Swisscom en siete ciudades helvéticas. Las noticias dieron sobrada materia para la siguiente entrevista en mayo con Erik Ekudden, quien desde mediados de 2017 es el CTO de Ericsson. Durante la charla con el autor, Ekudden se explayó sobre una característica de las redes 5G: van a servir de base a numerosas aplicaciones que todavía no existen pero sobre las que trabajan afanosamente la industria y los operadores.

Erik Ekudden

Dos veces entrevisté a su antecesor, y las dos la pregunta era muy fácil: cuándo llegarían al mercado las redes 5G […]

Conmigo tendrá que cambiar la pregunta [risas] porque ya han llegado. Además, como sabrá, Ulf Ewaldsson anda ahora desplegando una red 5G en Estados Unidos [nota: la de T-Mobile]

Veamos, ¿5G es ya un negocio real para Ericsson?

Claro que es un negocio real. Por dos razones principales. Primera: redes 5G construidas por nosotros han sido las primeras del mundo en entrar en servicio comercial en las últimas semanas. Segunda: las fuertes inversiones que ha hecho Ericsson desde 2015 sobre infraestructuras de radio 4G están permitiendo ahora que los operadores estén preparados para una migración suave a 5G. Estamos, por tanto, en un momento perfecto para valorar el ecosistema de cada uno.

¿En qué sentido lo dice?

[…] Hemos dedicado el tiempo necesario a testear los primeros chipsets disponibles; ahora empiezan a llegar los primeros dispositivos; los que se verán en el mercado en la segunda mitad del año ya llevarán una segunda generación de chipsets. Cuando iniciamos este viaje, hace seis o siete años, la idea que teníamos en mente era que el lanzamiento comercial de 5G se produciría en 2020. O sea que lo estamos viviendo como una cierta antelación, tanto si hablamos del estándar como de la comercialización.

¿Quiere decir que el ritmo de los despliegues es el que esperaba? Ha habido tanta ansiedad en torno a 5G que algunos medios se impacientaban […]

Comprendo que en Europa haya quienes se sorprendan de que este impulso provenga de Estados Unidos y de ciertos mercados asiáticos, pero lo encuentro perfectamente normal. Lo que me importa señalar es que la industria ha sabido responder al reto planteado. Podría responder que se cumplen los planes y ya está… pero hay que tener en consideración que la tecnología 5G será usada para muchas aplicaciones que hoy no existen. Tal vez deberíamos pensar menos en los primeros modelos de móviles y más en las posibilidades que 5G ofrece a las empresas en varias industrias clave. No ocurrirá de la noche a la mañana, porque hará falta invertir, en ciertos casos en despliegues específicos.

Verizon, AT&T, los operadores coreanos, Swisscom… cada uno anuncia su oferta 5G con un perfil diferente. ¿A qué obedece?

Es normal que sus enfoques difieran en ciertos aspectos. En parte se debe a que están sujetos a entornos regulatorios dispares, al espectro de que disponen, si operan en bandas altas o bajas […] y a que cada cual tiene su estrategia de mercado, pero todos se encuentran en la fase de informar al público acerca de qué es realmente 5G. También es normal que haya una variedad de expectativas. En Estados Unidos se prima la movilidad y el fijo inalámbrico, que requiere bandas altas […]. A mí, de la experiencia de Swisscom me interesa especialmente que desde el primer momento se piensa en 5G como vehículo de transformación de las empresas suizas. ¿Por qué digo que me interesa? Porque abre nuevas oportunidades a Ericsson: conectividad, plataforma cloud, inteligencia integrada en la red, … son elementos que nos acercan no solamente a los operadores, obvio, sino también a ciertos verticales.

Ya veo […] Mientras en Estados Unidos se orientan a los consumidores.

Fundamentalmente, es así. Se trata de un mercado muy competitivo, en el que tenemos la fortuna de trabajar con todos ellos. Pero hay algo que todos tienen en común con el resto del mundo: 5G aporta una tremenda mejora a su negocio de movilidad. Más capacidad y menos coste por gigabyte. En algunas redes actuales, el tráfico de vídeo las tiene tan asfixiadas que la prioridad es obtener capacidad para servir a los hogares. En otras partes, como en Europa, los despliegues de fibra dan lugar a otras circunstancias. Y por otro lado, también es cierto que las empresas esperan de 5G muchas cosas que no son posibles con 4G […]

Al prepararme para la entrevista, conecté con un webcast sobre network slicing. De lo poco que entendí [risas]  me he quedada la idea de que los operadores intentan llegar a acuerdos con empresas para compartir proyectos y casos de uso. ¿Cuál es la meta? ¿Redes privadas o servicios gestionados?

Ante todo, Ericsson ha sido pionera en network slicing [traducible como ´loncheado` de la red] ya que hace años definimos lo que debía hacerse. Pasamos del laboratorio a las pruebas de concepto, luego a los pilotos y ahora a la fase comercial propiamente dicha. Se trata de una técnica que permite aislar determinados recursos de la red, de manera que un usuario pueda hacer uso de espacios virtuales reservados para su uso específico. Aparenta ser una red privada, pero está siendo compartida sobre una infraestructura pública […] Según el país de que se trate y de su tejido empresarial, es posible contemplar diferentes modelos y tipos de servicio.

¿Por ejemplo?

Si hablamos de transporte o de logística, se necesitará un servicio capaz de seguimiento de un vehículo o un pallet de puerta a puerta. El concepto es inseparable de otro, la calidad de servicio, aunque en determinadas situaciones – una fábrica o un estadio, por ejemplo – lo normal es que se dependa de la asignación de recursos físicos. Lo más extraordinario es que estas posibilidades, y otras que no vienen al caso, pueden coexistir sobre una misma infraestructura de red. Este año, en la feria de Hannover, hicimos demostraciones en un espacio de fabricación inteligente junto con Deutsche Telekom y las filiales alemanas de Telefónica y Vodafone.

En Hannover se esbozó una potencial fricción en el caso de que empresas o grupos sectoriales quisieran montar sus propias redes 5G privadas, al margen de los operadores […]

Mi visión es más positiva que la suya [risas]. Lo que se discutió en Hannover es una hipótesis de la que se habla hace al menos cuatro años. Y era muy pertinente, porque el regulador alemán ha reservado espectro para facilitar esa posibilidad, a la vez que deja abierto para más adelante el modelo de explotación. Nuestro punto de partida es lo mucho que tenemos para ofrecer al mercado empresarial; típicamente se trata de clientes de nuestros clientes, no clientes de Ericsson.

Pero se necesitará un business case […]

Habría que distinguir entre dos roles diferentes. En uno, Ericsson suministra la infraestructura, desde la estación base a la plataforma; estamos siendo muy activos en la promoción de nuestra solución de aceleración de IoT industrial […] El otro aspecto está relacionado con servicios de conectividad a flotas de vehículos y actividades logísticas, que ya están promoviendo algunos operadores a los que Ericsson propone su plataforma […] Determinadas compañías de la industria de automoción tienen acuerdos de  partnership con los operadores […]

Por razones bien conocidas, últimamente se discute la opción de segregar el segmento de radio y el packet core. ¿Es viable que sean de diferente proveedor? ¿Es aconsejable?

Técnicamente es posible mezclarlos, está previsto en el diseño. Si alguien decide trabajar con Ericsson tanto en radio como en packet core, va a obtener más rendimiento, más optimización y más valor. Pero son dos  planos distintos y algunos clientes prefieren separarlos. Si no he entendido mal, me parece que usted se está refiriendo a otra cosa, la construcción de infraestructuras en las que se virtualiza el packet core […]

Como hace Telefónica, por ejemplo. […] Lo que me induce a preguntar por las razones de la adhesión reciente de Ericsson al consorcio OpenRAN. ¿Por qué y por qué ahora?

En materia de apertura y de innovación, pocos pueden darnos lecciones: Ericsson ha propuesto más interfaces abiertos que nadie en los trabajos del 3GPPP.  En particular, hemos liderado la apertura del interfaz entre las antenas y la banda base en los sistemas actuales. Con esta premisa hemos entrado en OpenRAN, como una progresión natural. Y si no lo hicimos antes fue porque inicialmente este era un consorcio de operadores, pero desde que es posible la entrada de suministradores, no hemos querido quedarnos fuera.

Circula la idea de que si ha habido un desfase de diez años entre cada generación, empíricamente debería ser una regla: en consecuencia, el ciclo de vida de 5G debería ser durar los próximos diez años. ¿Para usted tiene sentido que ya se empiece a hablar de 6G?

Francamente, no. Lo vemos así: la tecnología sigue unas pautas de desarrollo constante; día tras día tienes que reinventar tus soluciones. En este momento de puesta en servicio de redes 5G, lo que más nos preocupa no es un supuesto ciclo sino cómo mejorarlas. Claro que de cara al futuro queda mucho por hacer. Si pasan diez años – aproximadamente – entre dos generaciones, lo que significa es que el mercado se toma ese tiempo para madurar, hacer que baje la curva de costes y asegurarse de que el silicio esté preparado en el momento oportuno, de que hardware y software estarán alineados. Si se dan esas condiciones, tal vez sea ese el momento de hacer un corte y lanzar la tecnología. Me parece prematuro empezar a hablar de una generación futura cuando la actual apenas se está desplegando y la anterior, 4G, no sólo está vigente sino que tiene mucho recorrido por delante.

Aun así, ¿cuál es su pronóstico para dentro de diez años?

Lo que me atrevo a decir en este momento es que las tres dimensiones básicas de una red, a saber: capacidad, tasa de bits y latencia, se van a multiplicar por 10. Entre otras cosas, hará posible la maduración de aplicaciones, como VR/AR, que están en una fase inicial y no merecen quedar relegadas a nichos como los juegos. Por otra parte, la baja latencia tendrá la virtud de reducir el coste de los dispositivos y aumentar la vida de las baterías, lo que a su vez, abrirá nuevas oportunidades en el desarrollo de aplicaciones. Si sumamos todo esto, comprenderá por qué nos excita la posibilidad de que 5G afecte tanto a la experiencia del consumidor como a los entornos empresariales.

Bueno, rebajaré mi pretensión a cinco años.

Le remitiré entonces a nuestro Mobility Report, que está a punto de aparecer. En 2024, el total de suscripciones a comunicaciones móviles pasará de los 7.900 millones actuales a 8.800 millones, de las que 1.500 millones serán 5G, lo que supone que un 40% aproximadamente de la población mundial tendrá cobertura 5G. El tráfico de las redes 2G será marginal y algunos operadores ya están diciendo que sólo mantendrán las de 4G y 5G.

Ahora caigo en que no le he preguntado por la influencia que el espectro tendrá en esa transición […]

Por supuesto, el espectro juega un papel fundamental. A los gobiernos les corresponde asegurar que habrá frecuencias disponibles en las nuevas bandas a un precio razonable para los operadores. Si no fuera así, se estaría cometiendo el error de gravarlos con una tasa antes de empezar a prestar servicio sobre redes en las que han invertido masivamente. No es necesario añadir que esta cuestión tiene relación directa con la existencia de un clima favorable para financiar esas inversiones. Esperamos que no se caiga en la tentación de ver el espectro como un instrumento recaudatorio.


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