Es notorio que los PC, sean de sobremesa o portátiles, han subido de precio en los últimos meses, especialmente los destinados a usos empresariales. A nadie parece importarle demasiado, pero habría buenos motivos para estar preparados ante nuevas subidas una vez pasada la liquidación de inventarios más conocida como Black Friday y Cyber Monday. La causa principal es la adopción – voluntaria o forzada – de programas de IA que, para funcionar correctamente, requieren mucha más memoria y que sea más rápida. Esto ha provocado su escasez en el mercado, las encarece y el mayor coste se repercute en el precio. Los fabricantes, en especial HP, han alertado sobre una situación que no será pasajera.
Es notorio que los PC, sean de sobremesa o portátiles, han subido de precio en los últimos meses, especialmente los destinados a usos empresariales. A nadie parece importarle demasiado, pero habría buenos motivos para estar preparados ante nuevas subidas una vez pasada la liquidación de inventarios más conocida como Black Friday y Cyber Monday. La causa principal es la adopción – voluntaria o forzada – de programas de IA que, para funcionar correctamente, requieren mucha más memoria y que sea más rápida. Esto ha provocado su escasez en el mercado, las encarece y el mayor coste se repercute en el precio. Los fabricantes, en especial HP, han alertado sobre una situación que no será pasajera.
Hay quienes temen que, después de haber apostado a fondo por incorporar la IA como fundamento de una recuperación de la demanda, el crecimiento pronosticado para 2026 acabe debilitado por el inoportuno alza de precios más allá de lo razonable.
Desde el verano, el precio de las memorias, especialmente las de tipo RAM, pero también las de tipo flash, no ha parado de subir casi cada semana. Y puesto que en el mercado hay más demanda que oferta , la escalada debería proseguir a razón de un 30% o más por trimestre, posiblemente durante todo el año, en espera de que la industria restablezca el equilibrio.
Hasta ahora, no ha sido dramático: si compradores y fabricantes no hicieran mucho caso se explica porque, durante el bienio 2022/2023, los precios de todas las memorias habían caído a niveles excepcionalmente bajos. Hasta que en 2024 la tendencia empezó a cambiar y los precios a dispararse, sobre todo los de las DRAM DDR4 y DDR5, muy rápidas.
Porque el aprovechamiento correcto de la inteligencia artificial tiene peaje: requiere máquinas más potentes, comúnmente denominadas AI PC, que suelen incorporar un procesador adicional, una tarjeta gráfica de gama superior y, sobre todo, más memoria DRAM rápida y SSD (flash). Componentes estos que, anteriormente, representaban una cuarta parte del coste total de un ordenador, ahora pueden llegar hasta un 40% en los servidores que incorporan tarjetas gráficas con mucha memoria. Ya empieza a notarse la escasez de las más solicitadas, lo que lógicamente haría subir aún más los precios.
La compañía que con más énfasis ha tirado de la alarma ha sido HP. Al presentar los resultados trimestrales, la semana pasada, el CEO Enrique Lores aseguró tener almacenado un número suficiente de memorias para cubrir sus necesidades del primer semestre, pero no las de la segunda mitad, lo que obliga a elegir entre dos actitudes: subir los precios o promover configuraciones más básicas, rebajando sus prestaciones.
Según HP, alrededor del 30% de los despachos de PC en el cuarto trimestre de su año fiscal (cerrado en octubre) fueron equipos preparados para funcionar con IA, una demanda que va a crecer en los próximos meses. Los resultados económicos de la compañía son tributarios de esta categoría, ya que las ventas de impresoras descienden. También contribuye el hecho de que Microsoft ha dejado de soportar la continuidad de Windows 10 porque también ve en la IA la palanca necesaria para mejorar la posición competitiva de su correspondiente división.
Pese a que Lores ha empezado destacando el sexto trimestre consecutivo de crecimiento, de inmediato advirtió sobre las condiciones de su mayor mercado, Estados Unidos – una referencia implícita a los aranceles – que obligan a ser cautos con las previsiones. Tras lo cual anunció otra andanada de despidos escalonados hasta el 2028. La primera misión de un CEO es tener contentos a los accionistas.
“Con el 40% de la base instalada todavía sobre Windows 10 a finales del cuarto trimestre, la rotación a Windows 11 será el principal estímulo en 2026. La demanda de los AI PC ya representa más del 30% de nuestros despachos de sistemas personales”, anticipó Lores, un discurso plausible.
Otras compañías que forman el grupo de cabeza del mercado de PC, como Lenovo , Dell o Acer no han manifestado una preocupación semejante, al menos públicamente. Lo innegable es que los costes de producción de todos los fabricantes van a aumentar y los inventarios se hundirán antes o después. Sólo cabe dudar de si el mercado aceptará que sean trasladados íntegramente a los precios finales, en aras de prestaciones superiores gracias a la IA, o bien habrá que recurrir a la peligrosa táctica de absorber una parte del sobrecoste para evitar que las ventas caigan.
La consultora Counterpoint tiene una visión optimista del mercado de AI PC en 026 y más allá. Pone muchas esperanzas en la próxima generación de procesadores, entre los que destaca los nuevos Elite X2 de Qualcomm y la arquitectura Panther Lake de Intel, así como la alternativa que sigilosamente prepara Nvidia en concierto con MediaTek.
En verdad, el aumento de precio de las memorias no afectará sólo a los fabricantes de PC, sino también a los de smartphones, en particular los de gama media y baja, que se verán en la necesimedad de ajustar unos márgenes ya muy estrechos. También en este caso, la excusa será defender las cuotas de mercado.
[Promemoria: Omdia – nueva encarnación de Canalys – ha estimado en 434 millones de unidades la suma de smartphones (320 millones), tabletas (40 millones) y PC (72 millones) despachados en el tercer trimestre de 2025]
La repercusión del coste de las memorias en los centros de datos y en los grandes equipos empresariales será limitada, porque juegan en una liga muy distinta. Sus memorias son de otro calibre, del tipo HBM, con diferente dinámica de mercado. Lo que puede ocurrir es que el selecto club de fabricantes de memorias prefiera fabricar prioritariamente las adaptadas a las necesidades de los centros de datos, con márgenes de beneficio superiores, a la vez que dejar relativamente desabastecidos a los fabricantes de ordenadores y smartphones. Es la eterna cuestión de dónde colocar la inversión en capacidades de producción; en esto no hay reglas económicas que valgan para todos.
En el tercer trimestre de este año, la demanda mundial de PC creció el 8,2%, según Gartner, hasta los 72 millones de unidades, tras varios de años de estancamiento. Lenovo ha sido la marca con más crecimiento, mientras HP – segunda de la tabla – con un 11% superaba la media. El tercer suministrador, Dell, sin decidir a qué carta quedarse, crecía un modesto 2,5% en unidades. Sólo queda añadir que entre las tres marcas se reparten casi dos tercios (64%) del mercado mundial. Habrá que seguir de cerca sus movimientos.