A primera vista, Lenovo era candidata a pagar los platos rotos por los bandazos arancelarios de Donald Trump. Empresa de capital chino cotizada en Hong Kong, tuvo hace años el acierto de adquirir dos divisiones de IBM con las que alcanzó estatus global y se estableció en Carolina del Norte (Estados Unidos). Su chairman y CEO, Yang Yuanqing, ha mantenido la serenidad y las cuentas le han dado la razón: el año fiscal cerrado en marzo ha sido el segundo mejor desde que la compañía salió al mercado mundial. En mayo, al presentar los resultados económicos, Yuangqing ratificó que la cadena de suministro de Lenovo ha estado preparada para amortiguar el impacto de la guerra comercial.

Yang Yuanqing
Lenovo fabrica sus dispositivos en treinta plantas situadas en once países; esta diversificación le sirve ahora de escudo protector. El único contratiempo ha sido el imprevisto tratamiento aplicado por Estados Unidos a sus productos fabricados en México. Hasta que, en los últimos días, el esquema arancelario que Washington y Pekín han negociado pero no rubricado, en el mejor de los caso podría haber diluido alguna incertidumbre. La ausencia de detalles y la precipitación de la Casa Blanca para anunciar el trato como una victoria, hacen difícil estimar las consecuencias.
China Plus, es el nombre con el que Yuanqing ha bautizado la estrategia con la que responder a las turbulencias geopolíticas que el acuerdo comercial no llega a resolver. Porque la trama del comercio mundial va a quedar tocada y por bastante tiempo.
El modelo de negocio de Lenovo contempla roles distintos de la marca según se trate del mercado chino (34% de su facturación) o del resto del mundo. Pero en todos los mercados un denominador común es el trío de proveedores de procesadores: Nvidia, AMD e Intel, los tres estadounidenses y por ello expuestos a la confrontación.
Según apuntó el CEO de Lenovo, el único eslabón de la cadena de suministro que podría plantear problemas severos es la prohibición de exportar a China software para el diseño de chips – conocido como EDA (Electronic Design Automation) – en el que el gigante asiático no es autosuficiente. Esto, indirectamente, podría afectar a Lenovo en sus servidores de gama alta para supercomputación e inteligencia artificial.
Aparte de este capítulo, todo va bien para la compañía. En el año fiscal cerrado en marzo, los ingresos crecieron un 21% hasta facturar 69.077 millones de dólares, con una repartición desigual: la división Soluciones de Infraestructura (ISG), tras un período crítico, ha conseguido que facturación creciera un 63% a favor del boom de los servidores para IA.
Tras la salida de Kirk Skaugen como máximo responsable de ISG a mediados de 2024, la compañía fichó a un experientado directivo del sector, últimamente en Western Digital, Ashley Gorakhpurwalla, quien pese a llegar en noviembre se ha llevado la enhorabuena por los resultados anuales de la división. Porque, al cierre del ejercicio, ISG registraba una facturación de 14.523 millones de dólares, un 63% de incremento interanual y ha hilvanado dos trimestres consecutivos en el punto de equilibrio, con cifras positivas pero muy discretas. Al mismo tiempo, su negocio como proveedor de servicios en la nube también ha sido rentable, con ingresos de 10.000 millones.
Los vientos de cola de la IA también se hacen notar en la división de Dispositivos Inteligentes (IDG), la más importante a la vez que la más conocida del público por sus ordenadores personales y por los móviles Motorola: contribuyó con 50.534 millones de dólares al total, lo que la convierte en un puntal de la compañía, aunque no aporten demasiado al beneficio.
Lenovo, como sus competidores, confía en que se desatasque la demanda de ordenadores personales con una nueva generación dotada de inteligencia artificial. Que debería coincidir con el ciclo de sustitución de Windows 10 por Windows 11, más lento de lo esperado.
Lenovo es líder del mercado mundial desde hace años y actualmente detenta un 24% de cuota, que aspira a repetir en 2025, tanto en consumo como en el segmento empresarial.
A su vez, Luca Rossi, quien preside la división IDG de Lenovo, vaticina un caudal de innovación en los dispositivos postveraniegos. Según él, los AI PC representará en 2028 el 80% de los ordenadores personales que se vendan en el mundo.
En cuanto a las ventas de smartphones, con un crecimiento del 27%, merecen mención porque la marca Motorola ha recuperado cuota en los mercados de Asia Pacífico y EMEA. A este respecto, Sergio Buniac, quien desde hace siete años dirige el negocio de dispositivos móviles, ha destacado que el segmento premium se ha multiplicado casi por diez en los últimos tres años, siendo este el primer vector de crecimiento de la rama a su cargo.
Pero la geopolítica reaparece bajo distintas formas. Aunque el esbozo de pacto arancelario entre Estados Unidos y China se confirmará, los analistas sugieren que Lenovo prepara una separación tajante en su logística de producción, trasladando a Vietnam todo lo que aún se fabrica en China y acaba en el mercado estadounidense. No obstante, Yuanqing ha insistido en que los costes de fabricar en China son imbatibles y así se lo ha trasladado a los inversores.
El CEO de la compañía se declara convencido de que, sea cual sea el arancel, Lenovo ha de conseguir el coste más bajo de la industria si quiere preservar su cuota de mercado y subir la rentabilidad. Trasladar los gravámenes a los clientes podría ser funesto en un mercado con competidores fuertes – HPE, Dell y Apple – que afrontan igual dilema. Sin contar con el hecho de que ajustar los precios a la clientela corporativa – casi el 70% de los PC que la marca vende en Estados Unidos – es bastante más complicado que hacerlo en el segmento de consumo.
Según han insistido los altos cargos de la compañía al presentar resultados del año fiscal, una clave del buen comportamiento del año fiscal ha sido la inversión en I+D, que cifró en 2.300 millones de dólares, superando en 260 millones la del 2023. Una de las consecuencias directas ha sido el lanzamiento de dos agentes de IA que confirman la dicotomía en la que vive Lenovo. Se trata de Xiaotian, diseñado específicamente para el mercado chino y AI Now para el resto del mundo, en colaboración con LLM globales. El CFO de la compañía, Winston Cheng, quiso precisar que las iniciativas que llama IA híbrida (sic) se encuentran aún lejos del estadio de monetización.
Entretanto, ha ocurrido algo trascendental que puede haber pasado sin hacer ruido: el fondo soberano saudí PFI Alat ha invertido 2.000 millones de dólares en bonos convertibles de Lenovo, confirmando a su manera la importancia que las monarquías del Golfo se proponen adquirir, con la aquiescencia de la industria. En paralelo con el acuerdo financiero, que podría (o no) implicar la entrada del fondo saudí en el accionariado, se ha anunciado otro para establecer en Riad la nueva sede regional de Lenovo para Oriente Medio y África. Eventualmente, los planes podrían incluir una fábrica en la zona.