Cinco trimestres consecutivos de crecimiento de los ingresos no deberían ser algo excepcional, ya que la media ha sido del 2,8% trimestral y han pasado de 13.500 a 13.900 millones de dólares. No obstante, la CFO de HP, Karen Parkhill, se declara satisfecha con tres parámetros: 1) la envejecida base instalada de PC exige sustitución; 2) es imperativo el reemplazo de Windows 10 por Windows 11, y 3) en los PC que se venden aumenta la proporción de los equipados con IA, lo que supone aumento del precio y del margen. La buena noticia subyacente es que los PC representan el 71% de la facturación de HP. Los problemas están en otra parte, en el estancamiento de las impresoras, sobre todo las de consumo.

Enrique Lores
Si se mira la letra pequeña – es lo que hace en su presentación Enrique Lores, CEO de la compañía , cualquiera ve que los ingresos del segmento Sistemas Personales crecieron un 6% en el tercer trimestre del año fiscal 2025 (9.930 millones) y que las ventas a empresas aportaron algo más de 7.000 de esos millones (+5%) a la vez que se recuperan las compras de los consumidores (+ 8% hasta llegar a 2.900 millones).
Lores hila más fino. Aproximadamente la mitad de la base instalada aún no se ha actualizado a Windows 11, lo que lleva a pensar que el crecimiento de esa división se mantendrá durante todo el año fiscal 2026 y quizá más allá si, como espera la compañía, la IA se convierte en algo ineludible en todos los niveles del catálogo. Esta es la gran apuesta de HP, que va a depender más de las iniciativas propias que de lo que haga o deje de hacer Microsoft, la fuerza subyacente de los movimientos de la demanda.
La compañía tenía previsto que la categoría AI PC representaría el 25% de sus ventas de ordenadores personales al finalizar 2025, pero ese objetivo ya se ha alcanzado en el tercer trimestre, cerrado en julio. Es una decisión relevante en el seno de las empresas: buena parte del parque actual proviene de compras urgentes hace cuatro cinco años, en una coyuntura marcada por la pandemia. Ahora, ha dicho Karen Parkhill en un encuentro convocado por Goldman Sachs, “nadie quiere verse en una situación de obsolescencia en uno o dos años”. Para entonces, la mitad de la base instalada habrá sido sustituida, en su opinión: “habrá más aplicaciones que habrán sido desarrolladas para ejecutarse en el Edge; serán más rápidas y más seguras, también más baratas gracias al abaratamiento de costes de las redes y la nube”.
La consultora Gartner estima que, con casi 80 millones de unidades vendidas, a finales de este año (natural), los AI PC equivaldrán al 31% del mercado total. El doble que en diciembre del 2024 y muchos menos que las ventas estimadas en 2026 (55%). ¿Y más allá? Pues en 2027 va a ser complicado comprar un PC que no lleve IA, una especie destinada a la extinción.
Algo muy interesante ocurrirá entretanto, según Gartner: los equipos con procesadores Arm (primariamente con marca Qualcomm) ganarán protagonismo en el mercado de consumo, mientras que las empresas tendrán motivos para mantenerse fieles a los x86, que acaparará el 71% de este segmento. No es un detalle menor: HP trata de diferenciarse de sus competidores mediante una cuidada integración entre hardware y software, e incorporando prestaciones específicas cuyo mejor ejemplo es HP Wolf Security.
Poniendo algo de distancia en su vínculo histórico con Intel, los AI PC de la marca se han decantado por los chips AMD Ryzen AI, diseñados aposta para aprovechar las novedades de Windows 11 incluyendo en ellas la integración de Copilot. Este planteamiento – pretendidamente rompedor – está presente en las líneas EliteBook y OmniBook, que incorporan CPU, GPU y NPU con la promesa de detectar amenazas en tiempo real, un rendimiento adaptativo y una personalización en beneficio de la experiencia de usuario.
Sin embargo, queda al menos un escollo para consumar esta aproximación a la IA, el software. Hasta la fecha, prácticamente todo lo que puede hacerse con un AI PC también es posible con un PC convencional. Por este motivo, Gartner señala que aproximadamente un 40% de los proveedores de software están tratando de priorizar que las capacidades de IA – incluidos los modelos de lenguaje pequeños (SLM) se puedan ejecutar directamente en un PC, en contraste con el 2% estimado a finales del año pasado.
Consciente de esta situación, HP mantiene su presupuesto de I+D – 406 millones de dólares en el último trimestre – y Lores destaca las alianzas estratégicas que la compañía mantiene con Adobe, Microsoft o Zoom, volcadas en la adaptación de su software para sacar el máximo partido a la IA. Asimismo, colabora con CrowdStrike por su capacidad de usar la unidad de procesamiento neuronal (NPU) para escanear la memoria más rápidamente.
Del mismo modo, en el lado del hardware, HP ha estrechado su colaboración con AMD, mientras que la reciente adquisición de la empresa Humane con más de 300 patentes y el sistema CosmOS AI, que acelera la capacidad de integración de la IA desde los PC hasta las impresoras, va conformando un ecosistema de inteligencia artificial con otros actores. A todo esto, hay que añadir que quienes adquieran uno de los PC con IA de HP tendrán que pagarlo entre un 5% y un 10% más caro de lo que se había previsto inicialmente. En otras palabras, HP apuesta sin disimulo por los segmentos premium: la IA es un instrumento para reforzar los márgenes.
No es este un asunto menor, ya que Lenovo y Dell, sus principales competidores en esta categoría, están enfocando su estrategia en la misma dirección con enfoques diferentes. Dell, que no busca seducir a los consumidores, se está centrando en las soluciones cloud para empresas. Por su parte, Lenovo – no olvidar que lidera el mercado mundial de PC (24,8%) por delante de HP (21,6%) – ha hecho crecer su división de Dispositivos Inteligentes un 13% en el último trimestre, apoyándose en los procesadores Core Ultra y AI Core, de Intel.
En contraste con las perspectivas de los Sistemas Personales, la división Printing de HP no levanta cabeza: ha caído un 4% hasta 3.986 millones de dólares de ingresos. Una explicación de Enrique Lores ante los analistas señalaba que las empresas están dando prioridad a las actualizaciones de su parque de PC por encima de la impresión. El CEO añadió dos pinceladas de optimismo: 1) el número de páginas impresas no presenta variaciones, lo que demostraría – a su entender – que la demanda podría revitalizarse a la rastra del cambio generacional en los PC, y 2) pese a decrecer, el margen operativo de esta división es satisfactorio, del 17,3% mientras el de Personal Systems supera por poco el 5%.
La división Printing sufre un declive secular, señalan con frecuencia los analistas bursátiles objeto de señalamiento frecuente por los analistas bursátiles ante el descenso de ingresos. A lo que la compañía replica, con razón, que siendo el 21% de la facturación total, sigue contribuyendo con dos terceras partes de los beneficios de la compañía. Gracias, fundamentalmente, a los consumibles: HP ha hecho un gran trabajo al incrementar el valor añadido de los servicios en torno a la impresión, pero este ha sido el único catalizador que le ha permitido combatir la tendencia.
En paralelo, desarrolla bolsas de crecimiento en el negocio de impresión industrial, si bien no se desglosan en los resultados. Al decir de Parkhill, la ratio es de dos dígitos, tanto secuencialmente como en cálculo interanual.
Otro factor que impacta de lleno en los resultados de HP es la reestructuración que ha tenido que llevar a cabo en su cadena de suministro para hacer frente a la nueva política arancelaria de la administración Trump. “Hemos hecho grandes avances en la mitigación de los costes [afectados por los aranceles] diversificando los sitios de fabricación y reajustando los precios en consecuencia”, ha explicado Enrique Lores al presentar los resultados parciales. “Prácticamente todos los productos que vendemos en América del Norte son fabricados fuera de China; seguimos aumentando la producción en Vietnam, Tailandia, México y en Estados Unidos”. La CFO no dejó de destacar que, a la vez que se trasvasaba la producción, los ingresos de HP han crecido un 11% en la región APJ (Asia Pacífico más Japón) incluyendo las ventas de sus productos en China.
Este movimiento, cuyas raíces se encuentran en un programa de reestructuración, no se limita a reducir la exposición a los aranceles de Donald Trump – que se calculan en 100 millones de dólares anuales en costes adicionales – sino también mejorar la agilidad. El programa Future Ready, que incluye una reducción de plantilla, ha ampliado dos veces su objetivo original de 1.600 millones de dólares a 1.800 y 2.000 millones de ahorro bruto, cifra que se alcanzará a finales de este año, explicó Parkhill a los invitados de Goldman Sachs, prometiendo dar más detalles en el venidero Investor Day.
Enrique Lores ha hablado abiertamente de volatilidad económica [la acción de HP se ha desvalorizado un 14% desde enero] en una call cuya línea maestra era la ventaja competitiva que la compañía ha ganado gracias a sus avances en los mercados internacionales. La región EMEA ha supuesto más del 32% de la facturación en el tercer trimestre (4.500 millones de dólares) mientras que APJ generaron 3.329 millones que representan casi el 24% de la facturación total. No ha proporcionado previsiones para el año fiscal que acabará en octubre, pero los analistas estiman que la cifra de negocios estará en la línea de 55.000 millones de dólares, un 2,5% de crecimiento interanual. La incógnita reside, como siempre, en la repartición de este porcentaje entre las dos grandes ramas de la compañía con perspectivas dispares.