El vídeo es la próxima frontera de Facebook

23/03/2017

Una de las muchas aristas que tiene la batalla entre los apodados FANG [Facebook, Amazon, Netflix y Google] está relacionada con los contenidos propios de vídeo. Más que demostrada está la utilidad del vídeo para captar suscriptores [véase Netflix], pero también se postula para superar las limitaciones que tiene la publicidad en dispositivos móviles. La TV sigue acaparando la mayor parte de los presupuestos publicitarios, y esto no escapa al cálculo de Facebook, que anda ahora mismo lanzando una aplicación destinada a atrapar una cuota que hoy se le escapa. Un pequeño porcentaje adicional facilitaría seguir con su frenético ritmo de crecimiento, que se asimila a sus tiempos de mayor expansión. Leer más

22Mar

22/03/2017

Comentar los resultados de toda empresa es normalmente un ejercicio de  separación entre paja y trigo. Con más frecuencia de la deseable, hay que despejar la propaganda, atenerse a los hechos. He pensado en ello la semana pasada, al estudiar las cuentas de Oracle al cierre del tercer trimestre de su año fiscal 2017. Han sido celebrados como un gran éxito y en consecuencia la acción de la compañía ha subido al nivel más alto en varios años. Dicho así, comentarlos debería ser un paseo o casi no valdría la pena. En realidad, el asunto es bastante más complejo, hasta entretenido si uno se aparta del estereotipo oficial.

Empezaré por las grandes cifras: 9.205 millones de dólares de ingresos [+2%],  2.959 millones de beneficio operativo  [-2%] y 2.239 millones de beneficio neto [+2%]. ¿Es realista la celebración? Pues… depende: hay consenso entre los analistas en que lo verdaderamente importante no son las grandes cifras sino comprobar la realidad de que el negocio cloud  de Oracle tome el relevo de la venta de licencias de software.

Olvidemos aquel tópico de si Larry Ellison tardó demasiado en descubrir el fenómeno de la nube; cuando la descubrió se abrazó a ella con la pasión de los conversos. Estratégicamente, no podía hacer otra cosa: el mayor riesgo para Oracle es que sus clientes, cuando decidan migrar cargas de trabajo a una nube pública sean invitados por esta a probar las virtudes de una base de datos alternativa . Pongamos que hablo de Amazon.

Con eso bastaría para justificar la obsesión de Ellison con AWS. El problema es que  el hombre no puede con su genio. Días atrás, en la conferencia con los analistas,  avisó que está un giro cerca un giro trascendental en el mercado de las TI: «cientos de miles de clientes van a mover la mayor parte de sus bases de datos a la nube y [puesto que la de Oracle es mayoritaria] esperamos que las muevan a la nube de Oracle; estén atentos a las noticias de las próximas semanas». Ya lanzado, añadió: «por primera vez hemos alcanzado el liderazgo tecnológico de la nube; nuestra segunda generación de IaaS ofrece el doble de potencia de computación, el doble de memoria, el cuádruple de almacenamiento y una velocidad diez veces superior a la de los servicios comparables de Amazon».

O sea que, antes de comentar los resultados de Oracle, corresponde mirar lo que Ellison quiere que miremos: en el tercer trimestre, un 62% de crecimiento de los ingresos cloud frente al 16% de descenso de las generados por nuevas licencias de software. Si esto no es transformación, ya me diréis. .

Con ingresos de 1.189 millones de dólares, el negocio cloud de Oracle representa el 13% del total de sus ingresos [hace un año eran el 8% y hace dos el 5,6%]. Esa cuantía se desagrega en dos bloques desiguales: PaaS + SaaS [1.011 millones, un 73% de aumento] y por otro lado IaaS [178 millones, un 19%].

Modestamente, se me ocurre una pega: no todo ese crecimiento es orgánico. Nada que objetar: todas las empresas compran crecimiento, aunque en el caso de Oracle el dúo PaaS + SaaS incluye el primer trimestre completo de consolidación de NetSuite, empresa por la que Oracle pagó 9.300 millones el año pasado. Esto explica que en doce meses esa categoría dual saltara de 583  a 1.011 millones de dólares.

Ahora bien, calculando grosso modo que la aportación de NetSuite fuera igual a su último trimestre autónomo como compañía autónoma [244 millones] resultaría que los ingresos orgánicos de PaaS + SaaS serían de, digamos, unos 750 millones de dólares, de manera que el crecimiento ya no sería del 73% sino del 29%. Para que Oracle iguale a Salesforce – otro fantasma de Ellison – la compra de NetSuite no habrá sido suficiente: la empresa fundada por su antiguo protegido Marc Benioff factura más de 2.000 millones por trimestre.

Disculpen la indigestión de cifras, pero queda por averiguar si los 178 millones de ingresos por IaaS avalan la  agresividad de Ellison hacia AWS. Su lugarteniente Mark Hurd afirmó en la misma conferencia que los ingresos cloud de Oracle «crecen más rápido que los de Amazon». Bueno, si no he leído mal, los ingresos de AWS (todos son IaaS) han crecido un 47% – sobre una base veinte veces mayor – mientras los de Oracle en IaaS  crecian un 19%.

Por último, rescataré las opiniones dispares de dos analistas. Brian White trabaja en Drexel Hamilton y, tras la conferencia, escribió un informe a sus clientes en que afirma que la peor parte de la transición en el modelo de negocio de Oracle está prácticamente concluída: «por vez primera en tres años, puedo ver la luz al otro lado de la nube». Por su lado, Brent Bracelin, de Pacific Crest, se alinea con los escépticos: «Oracle está en medio de un trance difícil y, para creer lo que dice, antes necesito ver pruebas de un crecimiento orgánico sostenible en cloud«.

Recapitulando, y aquí me detengo: la estrategia de Oracle es probablemente la única solución para preservar a su clientela de la tentación de pasarse a la nube de algún competidor. ¿Qué falta hace enredar con algo tan simple recurriendo a «hechos alternativos»?

Con Ryzen, AMD se juega la camisa

17/03/2017

Durante meses se ha hablado de los microprocesadores Ryzen, con los que AMD trataría de recuperar predicamento. La literatura técnica anticipaba que sus prestaciones serían superiores a las equivalentes en el catálogo de Intel. No se esperaba que la pelea giraría en torno al precio. Lisa Su, CEO de AMD desde 2014, ha dicho a los analistas que su táctica busca la disrupción del mercado, a sabiendas de que Intel podría responder bajando sus precios u ofreciendo más cores por el mismo dinero. Si fuera el caso, advirtió Su, AMD está preparada para un segundo asalto. Aunque  las fuerzas son dispares: un peso pluma de 4.300 millones de dólares en 2016, frente a un peso pesado de 59.500 millones. Leer más

Vault 7, un (otro) agujero demasiado grande

16/03/2017

¿Debería el público acostumbrarse a noticias de esta naturaleza? ¿Anestesiarse? La última filtración de WikiLeaks,  Vault 7, ha revelado una exposición sistemática de algunos productos tecnológicos populares, pero ha sido pronto digerida como un asunto trivial y repetido . A un lado del ciberespionaje está la CIA – que fin de cuentas hace su trabajo, ¿no? – y al otro están los Google, Apple, Microsoft, Samsung y otras empresas cuya seguridad ha sido burlada. En medio, impotentes, los usuarios. No muchos, dicen: esta vez el ataque no ha sido masivo como el de la NSA, sino dirigido contra personas que la CIA consideraba merecedoras de ser controladas. Muchas reacciones han sido así de cínicas. Leer más

15Mar

15/03/2017

Lo dice el refranero: «nunca mucho costó poco». En la compra de Mobileye por Intel, la cuestión a considerar no es tanto el precio como el valor de la oportunidad que se compra. Ciertamente, se puede valorar si los 15.300 millones de dólares son un precio exagerado o no, señalando la prima sobre la capitalización bursátil de la empresa israelí en el NYSE: 10.000 millones, que a su vez es un 24% más alta que la de su salida a bolsa en 2014.  Y habría que señalar que la transacción se pagará con fondos que Intel tiene aparcados fuera de Estados Unidos, por lo que se ahorra el coste fiscal de repatriarlos. En fin, ¿cuánto vale la oportunidad que representa Mobileye para Intel?

En el reciente Investor Day, el CEO de Intel, Brian Krzanich, sorprendió con la tesis de que el  total del mercado al que se dirige la compañía pasará de 45.000 millones de dólares en 2016 a 95.000 millones en 2021 si se cuenta sólo su negocio tradicional y a 220.000 millones si se añaden los nuevos negocios. El siguiente gráfico ilustra esa perspectiva de transformación radical de la compañía.

Ha pasado un mes, y al anunciar la compra de Mobileye, Krzanich ha dicho que el TAM (Total Addressable Market) de Intel se incrementará en otros  70.000 millones de dólares. No tanto por la facturación que pueda aportar Mobileye [358 millones en 2016] cuanto por su impacto sobre las otras líneas de negocio de Intel: las cámaras y sensores tendrán que combinarse con procesadores Xeon y con modems 5G, las respectivas capacidades en inteligencia artificial se incrementarán y el caudal de datos deberá procesarse en nubes equipadas con la tecnología de Intel.

Ziv Aviram, cofundador y CEO de Mobileye, ha resumido al Jerusalem Post la perspectiva tecnológica de su empresa en tres fases: la primera es la conducción semiautóma, como en el Tesla S (el conductor activa el autopilot pero no puede distraerse del volante; no funciona en ciudades), en 2018 estarán disponibles coches con tres cámaras que permitirán al conductor no prestar atención a la autovía; el coche totalmente autónomo llegará en 2021, según Aviram .

Los críticos de la adquisición sostienen que la tecnología de Mobileye está muy bien como sistema de asistencia al conductor, pero insuficiente para la segunda fase enunciada por Aviram y sospechan que no podría hacerlo con sus solas fuerzas. Por otro lado, hay que suponer que después de un año de trabajo en común por el acuerdo que ambas mantienen con BMW, Intel tendrá conocimiento íntimo de la tecnología por la que está dispuesta a pagar 15.300 millones.

Otros interpretan que Intel está decidida a alejarse tanto como pueda de los riesgos que encierra su papel como fabricante de chips para PC y servidores, de los que depende la enorme mayoría de sus ingresos y sus beneficios. Nótese que en el gráfico que estas dos categorías, según Krzanich, representarían dentro de cinco años el 43% del mercado potencial.

El anuncio de esta semana hay que sumarlo a las compras anteriores de Altera, Nervana y Movidius; el monto total de adquisiciones se eleva así a más de 31.000 millones de dólares en dos años. Pese a generar 22.000 millones de cash flow en 2016, Intel destinó ´sólo` 7.600 millones a remunerar a los accionistas vía dividendo y autocartera; ha anunciado que su prioridad será retomar el ritmo de inversión de años anteriores.

Bob Swan, CFO de la compañía californiana, ha defendido la operación con tres argumentos financieros: 1) Mobileye aporta una cartera de clientes real, que va a suponer un cash flow adicional,  2) generará un nuevo flujo de ingresos recurrentes por servicios de datos y 3) producirá ahorros de costes en el desarrollo de nuevos productos.

Otra discusión de estos días me interesa más: Krzanich ha presumido públicamente de que la compra de Mobileye sitúa a Intel en el liderazgo global del emergente mercado del coche autónomo. Con todos mis respetos, omitió decir que tendrá que compartirlo con pesos pesados como Waymo (Alphabet), Uber y Nvidia. Y en la industria de componentes para el automóvil no faltan candidatos a participar del festín. Las bazas con la que juega Intel son buenas, pero no definitivas: sendos  acuerdos tripartitos que comparte con Mobileye, uno de ellos con BMW como socio, y otro con Delphi.

No todos los comentaristas tienen igual confianza en la tecnología de Mobileye. EyeQ3, que equipaba el sistema Autopilot del Tesla S, ha sido reemplazada – pagando el pato de un accidente por el que estaba en juego la reputación de una marca de moda – por otra llamada Drive PX, suministrada por Nvidia. La hoja de ruta publicada por Mobileye prevé que EyeQ4 esté disponible este año, y la siguiente generación ya  sería fruto de la colaboración con Intel. Leyendo entre líneas, creo entender que uno de los motivos de Intel es contrarrestar la ofensiva de Nvidia , cuyo impacto mediático es ciertamente llamativo. Tendré que buscar otro refrán que me ayude a entenderlo.

Google Cloud no se resigna al tercer puesto

14/03/2017

Urs Hözle

Diane Greene lleva 16 meses al frente del negocio de Google Cloud, al que llegó como salvadora. Ha consolidado la oferta, reorganizado la fuerza de ventas, fichado ejecutivos duchos en tratar con las empresas – cualidad que escasea en las filas internas – pero no ha conseguido firmar grandes contratos con clientes corporativos. Extraoficialmente, los ingresos de Google Cloud se han duplicado en 2016, pero su cuota del mercado de infraestructura como servicio (IaaS) es de sólo el 7,8%, comparado con el 33,8% de Amazon Web Services (AWS) y el 16,3% de Azure (Microsoft), según un informe de Canalys que sentencia: «a Google le queda mucho por hacer antes de que su nube sea competitiva».  Leer más

El pez grande (HPE) se come al chico (Nimble)

10/03/2017

Suresh Vasudevan

La compra de Nimble Storage por HPE, anunciada el martes a última hora, no ha sido exactamente una sorpresa. Desde hace tiempo, se comentaba que los rastreadores de Meg Whitman buscaban oportunidades de adquisición en dos campos: hiperconvergencia y almacenamiento flash. El primer objetivo se resolvió con la compra de Simplivity, el segundo se consuma con Nimble. Aparte de sus desinversiones en software y servicios que achicarán el perímetro corporativo, Whitman siempre ha dicho que su estrategia buscaría reforzar el núcleo duro de una empresa que ella recibió en 2011 con unos ingresos de 120.000 millones de dólares y en 2018 se habrá contraído a menos de 30.000 millones. Leer más

8Mar

8/03/2017

No consta que Albert Einstein y Thomas J. Watson se hayan conocido personalmente, pese a ser coetáneos. 60 años después de su muerte, sus apellidos se han trasmutado en marcas registradas por Salesforce e IBM, con un común aroma a Inteligencia Artificial (IA), ese batiburrillo que tanto vale para denominar una disciplina científica (varias, en rigor) como para abanderar campañas de marketing.

El lunes, Virgina Rometty, CEO de IBM, y Marc Benioff, de Salesforce,  solemnizaron un acuerdo por el que ambas compañías van a combinar sus respectivas capacidades en IA. Al anuncio le han sobrado hipérboles, pero podría ser el primero de otros similares con otros protagonistas: toda la industria se ha apuntado a la moda de la IA – en una u otra acepción –  pero esta viendo que no será tan sencillo pasar del laboratorio al mercado: es previsible una onda de acuerdos más o menos sobre el molde del que une a IBM y Salesforce.

Según una declaración que el comunidado atribuye a Rometty, «dentro de pocos años, cada decisión personal o empresarial se tomará con la ayuda de la IA y de las tecnologías cognitivas». En ese plazo indefinido, la plataforma Watson afectará» (sic) a 1.000 millones de personas y su impacto se extenderá desde los coches conectados a la oncología, sin olvidar que también servirá para optimizar la recaudación de impuestos. Por su parte, Marc Benioff habría declarado que «la combinación de Watson y Einstein hará que las empresas sean más inteligentes», a lo que añadió un toque personal: IBM ha sido para él – dijo – la inspiración durante su carrera. Cosas que se dicen en según qué momentos: todo el mundo sabe que la inspiración de Benioff ha sido su tortuosa relación con Oracle, su antiguo empleador.

No hay que rascar muy profundo para descubrir que la integración de estas dos plataformas de AI es un noviazgo de conveniencia. Forzando la letra, puede decirse que Salesforce pasa a ser cliente de IBM en prestaciones de consultoría basadas en los ´conocimientos` de Watson, que van a alimentar la plataforma Einstein.

Se menciona un ejemplo, solo uno, pero seguro que habrá más: el ejercicio propone que una compañía seguros – usuaria de Salesforce – podría notificar a sus clientes de la inminencia de un tornado y aconsejarle cómo proteger sus activos asegurados. Para esto serviría la vasta información meteorológica que acumula Watson desde que IBM compró Weather Channel.

Tras el anuncio, Marc Benioff ha declarado a Andrew Nusca que «las dos compañías estamos alineadas por una misma visión de la inteligencia artificial, a la que hemos llegado desde distintas áreas de interés» [SaaS en el caso de Salesforce, ciertos mercados verticales en el de IBM]. Escépticos aguafiestas han comentado que Salesforce necesita agarrarse al  brazo de IBM para cambiar la pobre percepción pública que aqueja a Einstein desde que esta plataforma se anunció en la conferencia Dreamforce del año pasado. Un análisis elaborado por Deutsche Bank llega al punto de sostener que «Einstein es sin duda una idea intrigante, todavía en estadio estadio embrionario; un lanzamiento prematuro motivado por el marketing».

Desde luego, el acuerdo no carece de interés para IBM. Por un lado, atrae a su campo a Salesforce, tras la sonada ruptura entre esta y Microsoft;  por otro, la tecnología cognitiva de Watson no ha sido probada hasta ahora en la escala SaaS, en la que Salesforce ostenta el liderazgo. Queda excluído que el software de Watson – que sólo funciona en los sistemas de IBM – sea adaptado a los de Oracle que usa Salesforce, de manera que la duda es cómo se articulará el maridaje entre la nube de esta y la de IBM.  Un aspecto marginal del acuerdo es que IBM usará la plataforma de Salesforce en sus operaciones internas.

Para Benioff, el anuncio tiene un cierto efecto terapéutico. Hoy mismo se cumplen 18 años desde que fundó Salesforce. La acción está en alza, pero los accionistas expresan temor por la bulimia compradora del fundador. Este ha salido al paso prometiendo que no contempla ninguna adquisición importante en 2017; el año pasado, dedicó 5.000 millones de dólares a crecer inorgánicamente, y pudo ser mucho más. Tras la rabieta que sufrió cuando Microsoft se quedó con LinkedIn, Benioff estuvo a un paso de  comprar Twitter, e incluso se le adjudicó interés en Adobe. Lo cierto y real es que en la conferencia con analistas, insistió en que el mercado no está para aventuras.

 


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