wp_head() ?>
El acuerdo que Apple firmó el pasado año con el productor de cristal de zafiro GT Advanced Technologies ha dado pie a todo un conjunto de conjeturas. La primera especula con un futuro iPhone cuya pantalla entera sería fabricada con este material, más duro y más fuerte que el Gorilla Glass, aunque también más caro. No ha faltado quien hablara de un supuesto iWatch de zafiro, sin contar con el habitual aliciente para la imaginación que representa el registro de una patente por parte de Apple, que también. En realidad, pese a que sea la opción menos entusiasta, la lógica empresarial sugiere que se trata más bien de una mejora impulsada por Tim Cook, maestro de la logística. Leer más
Desde que el Mobile World Congress se celebra en Barcelona, la fachada del hotel Catalonia Plaza se cubría cada año durante unos días con una gigantesca publicidad de Windows Mobile, luego Windows Phone. Dentro, Microsoft organizaba sus reuniones; recuerdo haber asistido a multitudinarias ruedas de prensa de Steve Ballmer. Otros tiempos. El hotel luce esta semana una fachada limpia, sus salones están vacíos. De Microsoft no hay rastro en el hotel ni en el MWC, donde no ha contratado espacio de exposición [se supone que en 2015 ocupará el sitio que dejará vacante Nokia en el Hall 3].
Esta ausencia es otra señal de que el congreso de Barcelona ha pillado a Microsoft a contrapié. Todavía no ha tomado jurídicamente el control de Nokia, por lo que no se le puede atribuir responsabilidad en los anuncios del lunes. Como nueva propietaria que es, apenas consigue disimular que no le ha gustado la decisión de Nokia de seguir adelante con un desarrollo que se había iniciado antes de la compra, de tres smartphones de bajo precio [entre 90 y 110 euros] basados en una bifurcación de Android, cuyos nombres son tan poco imaginativos como X, X+ y XL.
No es la primera rareza en la dicotomía Android/Windows. Lo realmente extraño es que Joe Belfiore, VP de Microsoft responsable de Windows Phone, se haya descolgado con unas declaraciones en las que se desliza esta frase: “algunas cosas que ha hecho Nokia son muy excitantes, otras no tanto”. No ha faltado quien interpretara estas palabras como un aviso de que Microsoft podría deshacerse de estas novedades en cuanto pueda hacerlo por la puerta de atrás. La verdad es que no me creo el supuesto malentendido entre las dos compañías a estas alturas de la jugada: si las tres X fracasaran, Belfiore tendría servida la excusa de que Microsoft no ha participado de su desarrollo; si tuvieran éxito, lo exhibirá como una prueba del acierto de la adquisición.
Los ingenieros de Nokia han conseguido integrar una variante de Android – prefieren llamarlo oficialmente Nokia X Software Platform – que usa el código open source y hace posible que unas cuantas aplicaciones para Android puedan descargarse de la tienda online de Nokia.
El auténtico Windows Phone, en su encarnación 8.1, se conocerá a comienzos de abril, en la conferencia de desarrolladores Build, y Belfiore ha adelantado que usará chipsets más baratos y aliviará restricciones que han disuadido a otros fabricantes de adherirse a la plataforma. Ha sido la incapacidad de montar una escuadrilla de marcas afines lo que empujó la compra de Nokia. Lo que Belfiore ha venido a admitir es que ahora hace falta apoyarse en otros OEM, para salir de la marginalidad que revelan las estadísticas.
¿Por qué Windows Phone no ha llegado a tener un catálogo lo bastante amplio como para provocar emulación y competencia entre distintos fabricantes? Según la explicación de Belfiore [porque] “nos enfrentábamos a un problema masivo. Hubiera sido realmente difícil crear una gama de dispositivos para cada operador a cada nivel de precio y que incluyera todas las aplicaciones existentes. Decidimos enfocarnos sólo en determinados niveles de precio y en un pequeño número de países […] Ahora sí, ya podemos llevar Windows Phone a más países y con diferentes precios, sin renunciar a los modelos icónicos”, se refiere a los Lumia, claro.
La lista de los OEM que ha reclutado Microsoft – más o menos sostenida económicamente – no hace más que confirmar la necesidad de atacar los mercados emergentes que se le resisten. LG, que se había dado de baja en el club, ha sido convencida de regresar. A su lado, aparecen cinco marcas chinas [Lenovo, Huawei, ZTE, Gionee y Longcheers] y dos indias [Xola y Karbonn], además de Foxconn, que posiblemente actuará como fabricante de marca blanca. Es imposible no imaginar que estos planes van a entrar en conflicto con los modelos de Nokia dirigidos precisamente a esos mercados.
Esta crónica parte de una premisa: el Mobile World Congress no es una feria de gadgets. Habrá anuncios, algunos de impacto, pero en lo esencial el evento es un punto de encuentro empresarial del más alto nivel. ¡Si hasta viene Mark Zuckerberg! Uno de los asuntos centrales será el mismo del 2013, pero agravado: mientras el tráfico por las redes crece y no para de crecer, los operadores se las ven y se las desean para responder a la demanda y rentabilizar su inversión. El desfase se origina en que los servicios tradicionales de voz decrecen: en la era de «todo IP», los terminales (ciertos fabricantes) y los contenidos y servicios (los llamados over-the-top) se llevan la parte del león. Leer más
Sobre el precio que pagará Facebook para quedarse con What´sApp, todo el mundo tiene opinión, y yo también. Es exagerado, se mire como se mire: 42 dólares por usuario [no 28 dólares, como escribí aquí por error] que es incluso superior a los 17.000 millones de capitalización de Sony, un gigante que se tambalea.
Es imposible pensar que Facebook haya hecho un cálculo puramente económico de retorno de su inversión; lo que ha guiado la transacción es el coste de oportunidad, la necesidad que tiene la red social de ligar su valor a un crecimiento explosivo como el que espera atrapar. No es muy distinto al cálculo que habrá hecho Microsoft cuando pagó 8.500 millones por Skype, que apenas facturaba unos pocos millones.
No hay un método estándar de valoración que permita juzgar si Facebook ha acertado o ha metido la pata. Sólo unos días antes, Rakuten compró Viber por 900 millones, equivalentes a 8,50 dólares por usuario. ¿Cuánto valdría WeChat, la mensajería más popular en China, con 250 millones de usuarios? Vaya uno a saber.
Habrá tiempo de volver sobre el asunto. Hoy prefiero fijarme en el efecto que la noticia ha tenido sobre la cotización de BlackBerry, a la que muchos daban por muerta hasta que su nuevo y experimentado CEO, John Chen, apareció a última hora con un plan de salvación. Entre sus activos está el servicio de mensajería instantánea BBM. Se recordará que hace un par de años tuvo un súbito auge entre los jóvenes porque a) se hacían con un móvil subvencionado y b) tenían derecho a mensajes gratuitos. Pudo ser un sucedáneo de What´s App y en cierta medida lo es todavía.
Es una extraña carambola. La noticia de la compra de What´s App hizo que las acciones de BlackBerry subieran [transitoriamente] un 6% en la bolsa. La plataforma BBM tiene 80 millones de usuarios, una cuarta parte añadidos súbitamente tras abrirse al uso en dispositivos iOS y Android. Supongamos por un momento que se aplica a BBM un valor de 42 dólares por usuario: la cuenta daría unos 3.400 millones. O 700 millones si se usa como baremo el precio de Viber.
Ahora tomemos, sólo por jugar con las cifras, la primera: equivaldría al 72% de la capitalización de BlackBerry. Inaudito. El plan de John Chen para la empresa canadiense parece privilegiar la defensa de su clientela profesional, por lo que la comparación con What´s App no es pertinente. De pronto, se abre una inesperada posibilidad de poner en venta BBM a un precio razonable gracias al ambiente que Facebook ha ayudado a crear. O seguir adelante con el plan, y reforzar sus cualidades como vehículo de mensajería corporativa.
La disyuntiva coincide, por mera casualidad, con la entrada del inversor Daniel Loeb como accionista de BlackBerry. Es el mismo tiburón financiero que trata de hacer valer sus acciones en Sony para provocar la partición de la compañía japonesa. Así que podemos imaginar de qué lado de la disyuntiva de BlackBerry se pondrá Loeb.
Unos 4.800 millones de los usuarios de telefonía móvil en todo el mundo (un 70% del total), la mayoría en mercados emergentes, todavía se conectan a través de redes de segunda generación, un estándar que data de los años 90. Por tanto, a la 3G, de 2003 y dominante en los países desarrollados, le quedan años por delante, y más todavía a la 4G (2009) que va ganando terreno con grados dispares de implantación – en España está empezando su despliegue en espera del llamado «dividendo digital» prometido para enero de 2015 – con la mayor velocidad hoy posible en transmisión inalámbrica de datos. No soporta todavía llamadas de voz, por lo que debe combinarse con redes de la generación precedente. Leer más
Cada año, el Mobile World Congress empieza más temprano. He perdido la cuenta de las ruedas de prensa, presentaciones, cócteles y cenas a las que pude haber asistido este domingo, si tuviera el don de la ubicuidad. El evento de este año estará marcado, obviamente, por la aparición de smartphones realmente innovadores como el último desarrollo propio de Nokia o el (a estas horas presunto) lanzamiento del Galaxy S5 de Samsung, con aspiraciones de icono. Huawei, Lenovo y ZTE, cada uno con su novedad o novedades, representan la presión de los fabricantes chinos por aumentar cuota en el mercado mundial.
Sony, tras haber renunciado a competir en el mercado de PC (y casi casi en el de televisores) jugará sus cartas a su familia de móviles Xperia. LG renovará su gama Optimus y presumirá de pantalla curva. En un mundo bipolar, escindido entre iOS y Android, veremos lo que da de sí Firefox OS, y sabremos si Tizen arranca o no este año, que pudiera ser su última oportunidad.
A pesar de lo anterior, viniendo en tren he compartido con algún colega la impresión de que el estrellato de los smartphones puede quedar opacado: el de 2014 será el congreso – me resisto a llamarlo feria – en el que cederán protagonismo a tres fenómenos omnipresentes: los wearables, el Internet de las Cosas y el coche conectado. Ahi es nada. Para que ocurra, ha sido necesario que las redes LTE alcanzaran un grado de desarrollo suficiente como para que ya se hable [prematuramente, en mi opinión] de la quinta generación. Sin estas redes potentes, rápidas, eficientes y ubicuas, las tres categorías que he mencionado no serían posibles.
El salto cualitativo que implican las redes LTE se proyecta sobre un inicio de cambio en el modelo de negocio de los operadores. Indirectamente, la compra de What´sApp por Facebook ha venido a confirmar que los operadores tienen perdida definitivamente la batalla por los ingresos que les arrebatan los competidores OTT [recomiendo la entrevista que publico hoy]. ¿Qué posibilidades les quedan? Pues ya lo he dicho: los wearables, el Internet de las Cosas y el coche conectado, que sin sus redes no serían viables y en las que, al menos, pueden sentarse a la mesa de negociación desde el primer minuto.
Algo que me gustaría ver en este MWC es esa experiencia de broadcast sobre LTE, que Verizon Wireless ha ensayado en la reciente Super Bowl y de la que – según me dicen – su partner Vodafone (ahora sólo tecnológico) podría hacer una demostración en Barcelona.
Los operadores tendrán una presencia profunda, pero a la vez discreta: no estarán (o no tendrán su keynote address consuetudinaria) César Alierta (Telefónica), Vittorio Colao (Vodafone) o Stéphane Richard (Orange), que en años anteriores han aireado sus quejas sobre Google, Apple y los reguladores. Bueno, alguno habrá, como el nuevo CEO de Deutsche Telekom, Timotheus Hötges, o Daniel Hadj, su equivalente en América Móvil. Habrá operadores asiáticos, africanos o de los países del Golfo, que a buen seguro tendrán mucho que contar. Eso sí, los medios se volverán locos por ver en escena a Mark Zuckerberg o – curiosa coincidencia del programa – o Jan Koum, el CEO de What´s App.
Será curioso ver cómo se comporta en este contexto Virginia Rometty, la jefa ejecutiva de IBM [su antecesor, Sam Palmisano, no estuvo nunca en el MWC] una muestra de interés por la movilidad. E igualmente sorprende que venga Joe Tucci, el CEO de EMC [por favor, que nadie se pregunte qué pinta una compañía de almacenamiento en lo que antes fuera poco más que un escaparate de gadgets]. Estará John Chambers (Cisco), un clásico, en plena reconversión de su compañía. Entre las empresas que suministran redes, no faltarán Alcatel Lucent [Michel Combes, nuevo CEO, tendrá su primera keynote], Ericsson, Huawei y Nokia Solutions.
No vayan a creer que la tecnología subyacente estará ausente. Todo lo contrario. Se espera que Intel anuncie una nueva arquitectura de procesadores de 64 bits diseñada específicamente para tabletas. También Samsung mostrará la versión 64 bits de su familia Exynos, un desarrollo propio basado en arquitectura ARM. Qualcomm hará despliegue de sus últimos desarrollos y seguirá librando su guerra soterrada con MediTek, sobre la que escribiré otro día. Tengo en la agenda doce entrevistas concertadas: menuda semanita me espera.
El almacenamiento de objetos no está siendo adoptado por las empresas, salvo en determinados sectores, en gran medida porque el extenso portfolio de aplicaciones presentes en las grandes compañías no ha sido concebido para esta tecnología. La mayoría están pensadas para el almacenamiento SAN Fibre Channel o NAS, no para protocolos RESTful. Con el fin de resolver esta situación, Scality, una startup francesa afincada en San Francisco, trabaja en desarrollos para que su tecnología esté accesible a través de los protocolos tradicionales. Es una forma de colocar su propuesta en medio de la transición que se observa en el mercado del almacenamiento con tantas empresas saltando del plano local a la nube. Leer más
La anécdota tiene gracia. Durante casi dos años, Mark Zuckerberg y Jan Koum, CEO de What´sApp se vieron a menudo en cafeterías del Silicon Valley y caminaron por los montes cercanos, hasta que el 9 de febrero hablaron seriamente de la posibilidad de una compra de What´sApp por Facebook. El 14, día de San Valentín, Koum pasó por casa de Zuckerberg y le dio el sí ante una bandeja de fresas con chocolate. Así contada, la fábula acaba en final feliz: 19.000 millones de dólares es el precio de una transacción que hará multimillonarios a Koum, su socio Brian Acton, los 55 empleados de What´sApp y sobre todo a Sequoia Capital, que obtiene una plusvalía de 3.000 millones por haber apoyado desde 2009 a los dos creadores de la mensajería más popular. Para la petite histoire queda otro detalle: cuando Facebook empezó a crecer, Zuckerberg no se entendió con Michael Moritz, cabeza visible de Sequoia, y rechazó su oferta de respaldo financiero.
Muchos nos preguntábamos cuál era el modelo de negocio de What´sApp aparte de multiplicar el número de sus usuarios. Pues ese, ese mismo, era el modelo: alcanzar un punto en el que los X millones de usuarios fueran valiosos para una empresa que pudiera pagar por ellos la cifra más alta. Una simple división revela que Facebook pagará 28 dólares por cada uno de los 450 millones activos de What´sApp. Como la inmensa mayoría de esos usuarios no son de pago, o en el mejor de los casos pagan 1 dólar al año, el precio per capita sólo se justificaría para quien pudiera explotar abundantes sinergias y tuviera la posibilidad de pagar la cifra total.
Las sinergias entre Facebook y What´sApp no admiten dudas. La célebre red social tiene 1.200 millones de usuarios, pero para completar su viraje hacia los móviles le falta una herramienta de mensajería: ni la compra de Beluga en 2011 ni la de Instagram (1.000 millones) ni sus esfuerzos internos de desarrollo han sido suficientes para emular el rapidísimo crecimiento de What´sApp. Al mismo tiempo, hay indicios de caída en el entusiasmo adolescente hacia Facebook, y por esto intentó comprar Snapchat – que increíblemente rechazó 3.000 millones de dólares – aplicación muy popular en ese tramo demográfico. Quizá lo más importante sea que What´sApp tiene más usuarios que Facebook en India. Brasil y México, y es popular en China, donde la segunda no ha sido autorizada pese a que Zuckerberg ha cogido afición a visitar el país. Además, siempre cabía la posibilidad de que Google interfiriera con una oferta.
Por el lado de What´sApp, el momento es idóneo para vender. Vale mucho porque casi iguala el número de mensajes SMS que pasan por las redes de los operadores, a los que ha dañado gravemente en sus ingresos; pero a la vez empieza a sufrir la competencia de rivales como WeChat – de la empresa china Tencent – y Telegram, de origen ruso, por lo que limitada a sus solas fuerzas el crecimiento podría atenuarse.
La pregunta que queda en el aire es qué se propone hacer Zuckerbeg con su nueva propiedad. Mantendrá las operaciones separadas, pero eso no quiere decir mucho. Ha manifestado que no pretende incorporar publicidad en los mensajes que se envían a través de What´sApp [19.000 millones al día, curiosamente la cifra es idéntica al precio de venta]. Koum, en la única entrevista que he leído, rechazaba categóricamente insertar publicidad en los mensajes de su aplicación [bueno, también dijo que no tenía intención de vender]. Pero estas declaraciones no cierran la puerta a la complementariedad de ambas aplicaciones: el propio Zuckerberg ha dicho que What´sApp está en camino de alcanzar los 1.000 millones de usuarios.
Todo está muy bien, pero ¿vale 19.000 millones? Según los múltiplos usuales, Whats´App debería generar un cash flow de 1.000 millones de dólares cada año hasta 2018, y aun así las cuentas no cuadrarían. Que Facebook haya decidido dedicar el 10% de su capitalización bursátil – vale que pagará mayoritariamente con acciones – a comprar una empresa que tiene unos ingresos marginales, pone de manifiesto que el verdadero plan no está en lo que se ha declarado sino en lo que no se ha dicho.
La primera actividad del Mobile World Congress, el lunes 24 a las 8,30 de la mañana, será una presentación de Nokia, y probablemente la última que protagonice la marca antes de su absorción definitiva por Microsoft. Una sorpresa, que hasta ahora sólo se conoce como rumor: uno o más smartphones de bajo precio, desarrollados bajo el nombre clave de Normandy y que, supuestamente, saldrá al mercado como Nokia X. Sustituirá, según todas las fuentes menos la oficial, a la actual línea Asha e irá dirigida en especial (pero no sólo) a mercados emergentes donde imperan los terminales de bajo precio. En los viejos tiempos, Nokia dominó esos mercados, y quiere volver a ellos porque son los que más crecen. Leer más