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  27/02/2023

Guillermo Ansaldo

Director de Telefónica Infra

Desde siempre, desplegar infraestructuras de red y operarlas ha sido muy caro. Y lo es más (relativamente) hoy, para una industria cuyas inversiones de capital llevan años obteniendo retornos decrecientes. En Europa, la media de crecimiento de ingresos de los operadores se estima en un 0,5%, algo que tiene explicaciones conocidas, mientras en otras regiones del mundo oscila entre el re el 3% y el 3,5%. Porque los ingresos por servicios son insuficientes y no alivia saber que el tráfico de las redes siga creciendo sin pausa. En este cuadro, los operadores han dado un giro obligado: de la omnipotencia de antaño han pasado a compartir esos activos con socios que aportan los capitales necesarios.

Guillermo Ansaldo

Este asunto, de rigurosa actualidad en vísperas del Mobile World Congress que se inaugura hoy en Barcelona, ha sido motivo de la conversación con Guillermo Ansaldo, director de Telefónica Infra, la rama que el grupo Telefónica creó en 2019 para gestionar su cartera de infraestructuras en cuatro de los países donde opera [Alemania, Reino Unido y Brasil, además de España] y que – en palabras del entrevistado – “tiene como finalidad el cumplimiento de un plan de negocio que ha de ser doblemente compatible: con los objetivos de cada país donde actuamos, al mismo tiempo que con los intereses de nuestros socios, que son distintos según los casos”.

Con posterioridad a la entrevista, la presentación de los resultados 2022 del grupo Telefónica ha permitido enterarse de que los ingresos de Telxius en su composición actual (70% Telefónica Infra / 30% Pontegadea) sumaron 421 millones de euros (2,8% de aumento interanual) y su OIBDA 218 millones (+17,2%), lo que fue celebrado como “la mejor combinación de rentabilidad y crecimiento” En cuanto al despliegue de fibra en seis países a través de sendas fibercos, el total de unidades inmobiliarias pasadas era  de 13 millones a finales de año y se espera llegar a 25 millones en 2026.

¿Qué tecnologías abarca la actividad de Telefónica Infra?

Teníamos cuatro tipos de activos, pero tras la venta de las torres de Telxius a American Tower hace ya dos años, en este momento tenemos tres. Uno es el cable submarino, negocio que existía desde hace muchos años en la estructura de Telefónica pero que necesitaba una transformación acorde con los tiempos y con la tecnología, un revulsivo que sería demasiado oneroso de hacer con recursos propios. Por esto, la idea era que Telxius, donde se han concentrado esos activos, cerrara acuerdos con terceros: KKR en su momento y más tarde Pontegadea, cuando el fondo de KKR tuvo necesidad de desinvertir […]

Sugiero enunciar las tres categorías y después detallarlas una por una.

Otro activo que está viviendo un momento expansivo son los centros de datos. Antes de crear Infra, la compañía había tomado la decisión de vender once datacenter, pero el paso del tiempo hizo aconsejable volver a participar de un negocio en el que le interesa estar, por su clarísimo sentido estratégico. El tercer capítulo, con el que estamos especialmente entusiasmados, son los diversos despliegues de fibra óptica, que han pasado a ser muy frecuentes. Esta cartera es la que gestionamos desde Infra, además de algunas torres que nos hemos quedado tras desprendernos de la mayoría.

Personalmente no me esperaba el retorno a los datacenter, después de haberse desprendido del de Alcalá

La visión de Infra no está relacionada con el equipamiento ni con su operación material. Lo que ofrecemos es un real estate, un edificio dotado de aire acondicionado y suministros redundantes que aseguren su funcionamiento sin interrupciones. La empresa que los explota es Nabiax, en la que hemos adquirido una participación del 20%.

Se puede describir como una racionalización de inversiones anteriores, en respuesta a los bajos márgenes de los servicios: el momento pide modular o recortar el capex pero sin renunciar al empleo de los activos […] Compartirlos con un competidor no es suficiente: toca buscar socios con músculo financiero […]  

Estoy bastante de acuerdo con su relato [risas]. En la práctica, nos ocupamos de ciertos tipos de infraestructuras, pero hay otras en este sector que no tocamos. Con dos requisitos: que esos activos sean apetecible para la inversión de un tercero y que puedan tener más de un cliente, que no sean de explotación exclusiva por Telefónica. Este planteamiento tiene especial interés en el caso de la fibra, porque a la hora del despliegue todas las telecos empiezan por las grandes ciudades y sus polígonos industriales; más tarde, si dan ciertas circunstancias, se expanden a las zonas rurales.

Cualquiera puede preguntarse por qué se han vendido las torres. Y como lo hacen todos, debe haber una razón de fondo.

Había un ingrediente financiero: estaban en el balance de las compañías operadoras, pero no creo que fueran la infraestructura más atractiva para un ingeniero [risas]. Y, dicho en general, merecían estar mejor gestionadas. Una compañía como Cellnex daba el ejemplo al obtener un reconocimiento del mercado que cristalizaba o afloraba el valor de esos activos que se habían ido desplegando o comprando durante años. Por supuesto, hay otro factor, cualitativo: cuando pones un equipo humano potente a gestionar tus activos con una visión de negocio, las cosas mejoran. Sin duda.

Por eso existen las torreras. ¿Es esa una descripción del ciclo por el que las torres de Telefónica primero se agruparon en Telxius y al final fueron vendidas a American Tower?

Exactamente. Los inventarios de esa infraestructura concreta, dispersa por definición, eran muy mejorables, por qué negarlo. Si tienes decenas de miles de torres en propiedad en un montón de países, necesitas saber no sólo cuántas son sino qué tipo de torres tienes, en qué espacio, con qué potencial de negocio, etcétera. Los inversores en infraestructuras son gente sofisticada, que trae expertos que hacen preguntas inteligentes y te obligan a tomar decisiones muy racionales acerca del negocio […] Sumariamente, este ha sido el ciclo.

Lo que no explica por qué se vendieron de determinada manera  […]  ¿Por qué no sacarlas a bolsa, como ha hecho Vodafone?

Estuvo en discusión, pero en ese momento los múltiplos a los que se estaban vendiendo este tipo de activos eran muy seductores, de hasta 30 veces OIBDA en las torres, comparable con las empresas de fibra o de centros de datos en torno a 15x o a una teleco que no pasa de 5x o 6x. Por otra parte, había candidatos interesados. Creo que se vendieron en el mejor momento, una decisión sensata que permitió bajar la deuda del grupo […]

Fue un desenlace diferente al que tuvieron las torres de Vodafone con Vantage o a Orange con Totem.

No tan diferente. Lo que hizo Vodafone fue crear su propia Telxius y sacarla a bolsa. Apareció un consorcio de compradores y pasó lo mismo que a Telefónica, salvo que Vantage ya cotizaba, por lo que primero había que comprar las participaciones minoritarias. En cuanto a Totem, creo que es prematuro habla de desenlace.

¿Quedan torres sin vender?

Sí, aparte de paquetes menores, han quedado fuera de la venta a American Tower las que compartimos con Reino Unido con Virgin Media en una joint venture llamada Cornerstone. Se abren varias posibilidades […]

Cambio de tercio: Telxius sigue existiendo, especializada en el negocio de cables submarinos. También se vive un cambio de estrategia. ¿Por qué?

El negocio de cables estaba asignado a una unidad mayorista internacional de Telefónica, encargada de administrar los cargos de interconexión a otras telecos. Es evidente que el tráfico de Internet crece brutalmente y que el cable, originalmente pensado para prestar servicio a las operadoras, está recibiendo una fuerte demanda de las OTT que le da otra perspectiva. La pandemia ha influido, desde luego, pero ya venía ocurriendo de antes. Ahora mismo, el principal cliente de los cables que gestiona Telxius sigue siendo Telefónica, pero avanzan las OTT con un crecimiento espectacular.

Ya puestos, ¿por qué no asociarse con las OTT?  

Google está construyendo su propio sistema de cables y lo que hacemos es intercambiar capacidad por razones de redundancia […] MAREA, el cable que cruza el Atlántico Norte y amarra en Bilbao, lo hicimos con socios como Facebook y Amazon: ellos son accionistas, pero lo operamos nosotros.

[…] no es el principal negocio de la compañía con las OTT.

No, qué va, el principal son los datacenter. Algunos tienen el suyo propio, pero incluso en ese caso necesitan co-locación de alto rendimiento.

Ahí vamos. Telefónica tenía unos datacenter magníficos, uno de ellos el de Alcalá de Henares que vendió al fondo Asterion; ahora ha vuelto a ese negocio. ¿Cómo se explica este cambio?

Fue un proceso competitivo, en el que Asterion compró los que consideró más atractivos de un portfolio amplio. Telefónica se quedó con otros que no son tan grandes o no tan atractivos […] Lo que hicimos con ellos en segunda instancia fue aportarles otros cuatro que no entraron en la primera operación, a cambio de recibir una participación del 20% en Nabiaz. Creo que ha sido una magnífica salida.

¿No se arrepiente? Los datacenter son un activo de moda y al menos algunos de los que se vendieron hoy valdrían mucho más […]

No sé cuánto valdrían, pero no podemos arrepentirnos de algo que no podemos deshacer. Lo que hemos hecho es convertirnos en socios a cambio de unos datacenter que ellos no habían querido comprar […]

En este momento se libra una carrera por invertir en datacenter y quienes advierten acerca sobre el riesgo de una burbuja que sería más inmobiliaria que tecnológica. Al margen de Nabiax ¿tiene Telefónica Infra algún plan de inversión adicional? 

No. Por supuesto, miramos con mucha atención una opción que no tiene nada que ver con Nabiax, el edge computing. No es todavía un mercado tangible, pero en algún momento despegará. Más cerca del cliente y, por lo tanto, las centrales de conmutación de Telefónica van a adquirir una nueva calidad como activos, lo mismo que algunas estaciones base. Llegado ese momento, habrá que invertir porque partiríamos de espacios vacíos que habría que equipar y acondicionar para que puedan funcionar como datacenters de proximidad.

Interesante. Pasemos a la fibra, si le parece. Diría que es un mercado sobrecalentado y el último gran activo físico de las telecos. De momento, el interés de los inversores parece centrarse en una consolidación de los mayoristas, pero han surgido una docena de pequeñas empresas en España

[…] docenas, querrá decir

Y muchas en Reino Unido, muchísimas en Brasil […] ¿Crece la bolsa de nieve?  

Hay situaciones muy diversas. En las zonas urbanas, en casi todas las zonas en las que operamos hay más de una fibra […] Está bien que haya dos como mínimo, porque el mercado tiene que funcionar en competencia, pero que haya cuatro o cinco como en algunas zonas nos parece demasiado. La fibra tiene valor si hay clientes que la usen y paguen por ella: si alguien se pusiera ahora mismo a tender fibra en Madrid, no sé cuántos clientes podría captar. Por consiguiente, hemos ido a las zonas rurales, donde no llegaba ningún operador.

[…] en España.

Bueno, cada país es un caso distinto. En Alemania fue sencillo en apariencia, porque Telefónica Deutschland no tiene fibra y por ello hay que hacer un despliegue […] pero hay que tener en cuenta el despertar de Deutsche Telekom, que ha empezado por las zonas urbanas de gran densidad; por esto elegimos ir a pueblos de 2.000 a 5.000 habitantes, este es el perfil del mercado y es el espacio que nos ha quedado en un país con estructuras regionales muy fuertes. Abrir zanjas en  Alemania es muy caro, por razones históricas y económicas: asociados con Allianz, a finales de 2022 teníamos acuerdos para cubrir 720.000 unidades inmobiliarias.

[…] No quiero imaginar los problemas en Brasil

Son enormes, pero de otro orden. Tenemos que apuntar a ciudades de 20.000 a 30.000 habitantes, lo que de entrada significa comprometerse a una masa crítica de hogares pasados y conectados; si no, no te financian. Es algo que ha entendido muy bien nuestro socio en FiBrasil, el fondo de pensiones canadiense CPDQ.

Creo que Reino Unido vive una explosión de proyectos de fibra […]

Nosotros empezamos en diciembre por ciudades suburbanas e intermedias eligiendo aquellas donde no tropezaremos con Openreach [filial de red de BT]. Lo que hemos encontrado, tanto en Reino Unido como en Brasil, es que han proliferado pequeñas empresas, de alcance local, que pudieran representar oportunidades de consolidación. Es la estrategia que hemos acordado con nuestros socios […]

Eso, ¿qué tipo de socio buscan para invertir en fibra?

Por lo general, fondos de private equity, extremadamente racionales en sus criterios de inversión. Han captado capitales de terceros, ya sean familias o institucionales, con los que crear un fondo de infraestructuras; a nosotros nos interesan los que están orientados a negocios digitales, como KKR.

Por KKR le iba a preguntar. Se les nota muy cercanos a Telefónica. ¿Es un socio estable además de rico?

Como gestor, KKR tienen dos tipos de fondos. Los más conocidos son los que tienen previsto durar hasta diez años: entran, desarrollan y en el momento propicio venden: esto explica por qué KKR se salió de Telxius […] En Alemania, nos hemos asociado con la aseguradora Allianz y en Brasil con la tenían que cerrar su fondo y esto nos dio la oportunidad de llegar a un acuerdo con Pontegadea [vehículo de inversión de Amancio Ortega]. En Alemania, estamos con la aseguradora Allianz y en Brasil con la caja de pensiones de Quebec; ambas buscan inversiones a largo plazo. Siempre que podemos, preferimos socios no volátiles: invitamos a fondos soberanos o de pensión, más que a private equities. Pero en Reino Unido y en Chile, la mejor oferta fue de un fondo gestionado por KKR.

Volviendo al negocio, ¿existe algún riesgo de burbuja en la fibra?

El nombre que se usa en el sector es overbuilding. Somos muchos los que competimos y es aconsejable no hacer tonterías. En España el riesgo existe en las zonas urbanas, no así en las rurales. Pero tienen que cuadrar los números. La diferencia entre una empresa pequeñita y las que nosotros hemos promovido en cada país es que partan con un cliente en exclusiva que es Telefónica y estén abiertas a prestar cobertura a los competidores. Llegamos con clientes tangibles. En Reino Unido, vamos de la mano de la alianza entre O2 y Virgin Media, lo que de entrada garantiza un porcentaje de hogares que se van a conectar; en Alemania, tenemos asegurada Telefónica Deutschland y en Brasil pasa lo mismo con Vivo, además de la ventaja de empezar con Skype como cliente.

¿Qué impacto están teniendo los tipos de interés sobre el capex en fibra o en otras infraestructuras digitales?

El mundo ha cambiado. No hay que olvidar que cada vez que invertimos, vamos con un socio financiero. Si tenemos una conversación con Allianz o CDPQ, sus tasas de descuento reflejan la subida de los tipos de interés.

¿Y si no se puede prometer la rentabilidad que reclaman?

En tal caso no se construye. Es fácil entender por qué: dependemos de una financiación externa que a su vez está condicionada por los tipos de interés. tiene exigencias derivadas de los tipos de interés. Dicho esto, parece evidente que la financiación está más al alcance de los  proyectos de Telefónica que de otros […]

¿Invierte Telefónica Infra en proyectos de infraestructura 5G?

No, porque es un mercado que todavía no se ha formado. Supongamos que hablo de Brasil: no creo que encontrásemos un inversor dispuesto a aportar el 50% de un proyecto 5G que necesariamente sería carísimo. Necesitaría las torres, que deberían ponerla las compañías torreras; necesitaría equipamiento de radio, servidores con su software […] Como digo, a pesar del ruido ambiente, es un mercado que en este momento no existe aparte de la estrategia de cada operador.


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