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  29/10/2025

Es ingenuo esperar que Huawei afloje el paso

No contenta con liderar el mercado mundial de equipos de telecomunicaciones, con restablecer su posición privilegiada en el de smartphones en su país con un sistema operativo y procesadores propios, con tener una plataforma cloud que va ganando terreno, además de entrar con tecnología propia para coches eléctricos y autónomos. Y no contenta con todo lo anterior, Huawei aspira a más: a ser líder en inteligencia artificial – al menos en China y el sudeste asiático – sin depender de Estados Unidos. Su desarrollo más reciente es un software que optimiza el uso de memorias en los centros de datos. Contrariando los vetos, esta estrategia no pone límites a la ambición de la compañía.

Huawei fabrica sus propios chips para inteligencia artificial, se abastece de memorias estándar en Corea y en China y ha desarrollado una biblioteca de programas y aplicaciones, además de redes de interconexión para que funcionen los centros de datos dedicados a la IA con sus propios componentes. El desarrollo más reciente es un software que optimiza el uso de las memorias y centenares de chips IA que trabajan como si fueran un único sistema. Aunque no lo diga explícitamente, Huawei es consciente de que no brilla especialmente en ninguno de estos apartados, pero los tiene y los mejora continuamente. Y algo fundamental: como compañía de bandera, goza del apoyo incondicional del gobierno chino.

A comienzos de este año, el fundador de Huawei, Ren Zhengfei, reconocía en una entrevista que los chips de su compañía tienen prestaciones inferiores a las de sus competidores estadounidenses [se refería primariamente a Nvidia],a la vez que añadía: “podemos conseguir los resultados que queremos con una computación basada en clústeres”. Se puede interpretar  que Zhengfei  lo fía todo a ser redundantes y optimizar resultados a base de un software que permita a los componentes trabajar en paralelo y aprovechar al máximo los recursos disponibles.

Mientras Nvidia compra los mejores y más sofisticados componentes sin mirar el precio porque puede hacerlo, Huawei – y en cierto modo AMD que no puede fijar los precios ni consumir electricidad a espuertas – debe competir con lo que puede conseguir en el mercado y con lo que pueda fabricar por sí misma.

Es notorio que Huawei goza de pleno respaldo de su gobierno para avanzar en IA con tecnología propia. Hace pocas semanas, el régimen de Pekín prohibió que las compañías del país con grandes centros de datos – Alibaba y DeepSeek, a las que se suman otras muchas menos conocidas – se sigan abasteciendo de chips de Nvidia (o de AMD o Intel, si fuera el caso) y que compren sustitutos de origen nacional. Para Jensen Huang, amo de Nvidia, esta decisión ha supuesto un nuevo cierre del mercado chino después de lo mal que le sentó prometer al Tesoro un 15% de esa facturación como condición para que Donald Trump levantara su veto a las ventas a China

La fabricación de chips realmente competitivos a nivel internacional está rezagada en China pese a las generosas subvenciones gubernamentales, pero no cabe duda de que la distancia se va recortando. La mejora real de las prestaciones se debe más al diseño y al software empleado que a los procesos de fabricación, que según todas las fuentes están al límite.

Una de las previsiones del nuevo plan quinquenal 2026-2030, aprobado la semana pasada, pone énfasis en la consigna “desarrollar nuestra propia cadena de suministro de semiconductores”, aparte de la ritual alusión a la sostenibilidad.  No depender de Estados Unidos es una prioridad estratégica inapelable, por encima de cualquier otra consideración

De los tres apartados mencionados, los procesadores gráficos han ganado relevancia porque suministran una parte de la potencia de un centro de datos para tareas de inteligencia artificial; Nvidia se ha trabajado a lo largo de los años el control de su mercado. Segundo: la biblioteca de programas y aplicaciones como CUDA, desarrollada y perfeccionada por Nvidia durante los últimos veinte años es parte esencial, sobre todo si hay una numerosa comunidad de usuarios, como es el caso. Y tercera condición, contar con un suministro regular de memorias mejores y más rápidas, tanto las DRAM para datos temporales como las HBM  que Huawei paga a precio de oro a SKHynix  para tenerlas prácticamente en exclusiva.

Muy raramente Huawei desvela sus planes de lanzamiento futuros. Por eso sorprendió que en el marco de Connect, su conferencia tecnológica anual en Shanghai  su presidente rotatorio Eric Xu explicara la hoja de ruta de sus chips Ascend para centros de IA en los tres próximos años. Era, obviamente, un aviso a navegantes.  Según Xu, Huawei prevé duplicar el año que viene la capacidad de producción de su chip más potente, el Ascend 910C, hasta las 600.000 unidades (actualmente se estiman entre 300.000 y 350.000) al tiempo que dejará de fabricar el Ascend 910B.

El año entrante empezará a fabricar el sucesor del 910C, que se llamará Ascend 950 (en lugar de 910D) y alcanzar una producción masiva (100.000 en 2026 y 600.000 en 2027) Para esta última fecha debería estar disponible el Ascend 960 y un año después el Ascend 970. Aparentemente, Huawei se inspira en la planificación de Nvidia de sacar cada año un procesador nuevo y más potente para IA. Todos ellos made in China, porque no quiere depender para nada de la tecnología o el suministro estadounidenses.

En la misma conferencia, Huawei dio a conocer nuevos aceleradores más potentes y clústeres (equipos en racimo) formados por centenares de chips Ascend y componentes auxiliares que trabajan como si fuera un único sistema. Se trata de nuevos SuperPod, que permiten enlazar hasta 15.488 Ascend y funcionar como si fueron un sistema único y coherente. Estos SuperPod se irán actualizando cada año, conforme vayan saliendo las generaciones sucesivas de chips. Por otra parte, contarán con una nueva memoria tipo HBM diseñada por la compañía, indicó Xu.

En paralelo, Huawei anunció un protocolo de interconexión de datos unificado y más rápido, con mejoras en su kit de desarrollo de aplicaciones IA en código abierto, para acelerar su uso por la comunidad de usuarios de productos Huawei. Tener un ecosistema propio de aplicaciones IA es fundamental, subrayó el alto mando de la compañía. Con ello, copia la estrategia que tan buenos resultados ha dado a Nvidia para, en la práctica, monopolizar todos los centros de datos de IA con sus productos (chips Blackwell, ecosistema CUDA e interconexión NVLink). Con la diferencia de que los programas de Huawei serán de código abierto, no `propietarios´ como los de Nvidia.

Y no juega sólo Huawei. El apoyo gubernamental está haciendo que los fabricantes chinos reciban apoyo de inversores chinos. Y pedidos. Yangtze Memory Technologies (YMTC) está considerando salir a bolsa en 2026 con una valoración hipotética de 300.000 millones de yuanes (unos 36.000 millones de euros). Lo mismo barrunta ChangXin Memory Technologies (CXMT). Ambas compiten a escala desigual con SK Hynix, Samsung y Micron. Entretanto, Moore Threads Technology, especializada en chips gráficos, ha recibido autorización para cotizar en la bolsa de Shanghai.

“El hambre aguza el ingenio” y “cuando la necesidad aprieta, la habilidad sale a la luz”, son dos observaciones del refranero español que cabe aplicar a Huawei en su empeño de ser completamente autónoma en inteligencia artificial. No quiere decir que el éxito esté asegurado, pero que Huawei lo intenta, vaya que lo intenta.

[informe de Lluís Alonso]

 


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