Microsoft no es tan inmune a los sobresaltos económicos como presumía Satya Nadella, pero si se diera el caso contaría con un formidable amortiguador: su negocio cloud ha salvado el último trimestre del año fiscal. A punto ha estado de romper la barrera de los 200.000 millones de dólares de facturación anual, pero aun así Nadella se atreve a pronosticar dos dígitos de crecimiento en el nuevo ejercicio, iniciado en julio. No es una sorpresa que Wall Street haya saludado los resultados con un alza inmediata del 9% que se ha mantenido en los diez días siguientes. Porque, en las circunstancias actuales, crecer un 18% no está al alcance de cualquiera, menos aún si supone 72.000 millones de beneficio.
Gran parte del mérito ha correspondido, como queda dicho, a la categoría que Microsoft llama Intelligent Cloud, que en los últimos doce meses ha pasado de 60.080 a 75.251 millones 0,(+25,2%). Sin embargo, lo es la única que goza de envidiable salud: Productivity and Business Processes – que engloba Office, Dynamics y LikedIn – superó los 63.300 millones de ingresos (+17,5%). Junto a ellas, desluce – no por previsible es menos destacable – la división More Personal Computing, cuyo banderín de enganche es Windows – creció “solamente” un 10,2% hasta cerrar el año con 59.600 millones de dólares.
En medio de un ciclo económico tan sujeto a interpretaciones, merece la pena analizar con detalle los resultados del cuarto trimestre, cuyos ingresos han sido ligeramente inferiores a lo esperado por los analistas: 51.800 millones facturados frente a los 52.400 millones previstos. Es aquí donde se observa que el crecimiento del 12% sólo ha permitido aumentar un 2% el beneficio neto del período. En otras palabras: sin llegar a las expectativas a la baja adelantadas por Nadella tres meses antes. Con un dólar en alza comparado con el resto de las monedas, las ventas de Microsoft fuera de Estados Unidos cuentan menos en sus libros: según sus cálculos, el coste del tipo de cambio fue de 595 millones de dólares.
El caso de Productivity and Business Processes ha merecido una llamada de atención por parte de los analistas: si se excluyera el factor cambiario, sus ingresos hubieran crecido un 16% en lugar del 12%, pero aun así el ritmo habría sido al 21% del trimestre que inició el año fiscal.
Como contrapeso, aunque Microsoft no publica las cifras en dólares del negocio de Azure, le atribuye un crecimiento del 46% gracias a que – en palabras de Nadella – la compañía es capaz de firmar contratos cada vez más grandes y de duración más larga. En el cuarto trimestre, con un número récord de contratos por más de 1.000 millones de dólares. Aunque parece poco posible cerrar trimestres con un ritmo de crecimiento del 50% o más, como ocurrió en lo peor de la pandemia, crecer al 40% es una evidencia de fortaleza. Azure se encuadra en la división Intelligent Cloud, junto a SQL Server, Windows Server y otros servicios empresariales basados en la nube, por un monto conjunto de 20.909 millones de dólares, creciendo a un ritmo del 20,3%.
Como en la práctica totalidad de las áreas de negocio, Nadella ha querido transmitir la robustez de la oferta de Microsoft enumerando contratos suscritos o renovados con grandes compañías estadounidenses. El CEO destacó el caso de American Airlines, que ha pasado a Azure cargas de trabajo operativas fundamentales, incluyendo su almacenamiento. Aseguró a renglón seguido que Azure es la plataforma preferida para las aplicaciones de SAP en la nube, a la que han migrado compañías como Kraft Heinz, Fujitsu y Unilever. Esta estrategia apuntala acuerdos como el alcanzado con Oracle que brinda a los clientes de la nube de Microsoft acceso directo simplificado a las bases de datos de Oracle, que se ejecutan en Oracle Cloud.
Tal como explicó el CEO durante la conferencia de analistas, los ingresos de Microsoft Cloud – agregado en el que se incluyen los servicios cloud como las suscripciones a Office 365 – fueron de 25.000 millones de dólares, lo que supone un crecimiento del 28% en doce meses. Nadella elogió el desempeño que está teniendo su base de datos Cosmos DB o el servicio Azure OpenAI, que utilizan clientes como HSBC, PwC o Shell, entre otros.
La volatilidad de las divisas no es el único factor que ha provocado una desaceleración en los resultados trimestrales de Microsoft. Hay que sumar, además, los 126 millones de gastos relacionados con el cierre de operaciones en Rusia, así como otros 113 millones gastados en despidos. A pesar de ello, la plantilla de Microsoft creció un 22% a nivel global y, de cara al próximo año, confía en contratar 1.000 nuevos empleados a partir del primer trimestre.
Paralelamente, los problemas registrados en la cadena de suministro hicieron caer las ventas de PCs en este periodo cerca de un 12,6%, según datos de Gartner – la mayor caída en nueve años – impactando de lleno en las cifras de la división More Personal Computing, a la que le costó crecer 2% en el trimestre, unos ingresos trimestrales de 14.356 millones de dólares – casi 300 millones menos de lo esperado – pero aun así cerró un año brillante, con 17,9% de incremento. La que un día fuera joya de la corona, Windows ha visto caer los ingresos por licencias en un 2% en el último cuarto del año fiscal. La causa es sobradamente conocida: entre abril y junio, las ventas de PC se desplomaron un 15,3%, después de haber vivido dos años de crecimiento.
Más allá de este contratiempo, probablemente duradero, Nadella se dijo convencido de la buena adopción que está teniendo Windows 365, ilustrada con experiencias como la que ha llevado adelante la compañía danesa Lego. Según él, ha permitido incorporar rápidamente empleados nuevos y temporales, simplificando la digestión de fusiones y adquisiciones sin gravar el coste de las TI.
En esta misma división se incluyen Bing y LinkedIn, dependientes de los ingresos publicitarios que también se han visto afectados, con una caída de más de 100 millones de dólares. Gracias a la masa de 850 millones de miembros, LinkedIn ha crecido un nada despreciable 26%, pero lejos del 34% del trimestre anterior.
En cuanto al negocio generado alrededor de la consola Xbox, ha caído un 11% en el hardware y un 6% en contenido y servicios, lo que no puede ser una buena noticia para Microsoft si se tiene en cuenta que todavía se está tramitando la aprobación de la compra de Activision Blizzard por 75.000 millones de dólares. En ausencia de ese refuerzo, la directora financiera (CFO) de la compañía, Amy Hood, prevé una nueva caída de ingresos en el trimestre que cierra en septiembre.
En cuanto a la división Productivity and Business Processes, la compañía facturó 16.600 millones de dólares (+13%) en el trimestre y 63.364 millones (+17,5%) en el año fiscal. La compañía ha querido destacar que en la oferta Office 365, el nivel premium E5 ya representa el 12% de todas las suscripciones, lo que supone cuatro puntos porcentuales más que hace un año y un crecimiento porcentual del 60%. Sin embargo, más allá de este componente, los crecimientos han sido moderados, en especial el segmento pyme se ha resentido.
Un punto muy fuerte del período ha sido Dynamics: creció un 19% en el trimestre, impulsado fundamentalmente por Dynamics 365 (+35%). También aquí, el aval de VISA, que lo ha adoptado para su organización de Ventas y contact-centers, dio materia a la positividad de Nadella. Asimismo, elogió la marcha de Microsoft 365 y Teams, que han visto como Adobe y Workday han desarrollado integraciones ad-hoc. Según Nadella, más de 100.000 empresas han confiado en Teams desde su lanzamiento.
Las perspectivas positivas expuestas por Hood hacen pensar que los ingresos de Microsoft crecerán incluso más rápido que el gasto en tecnología, gracias en gran parte a la diversificación de sus negocios, aunque los beneficios no serán capaces de aguantar ese ritmo. Como ya hiciera en 2020, la compañía alargará la vida útil de los servidores y equipos de red de cuatro años a seis años, lo que según la CFO podría reportar 3.700 millones de dólares de ingresos operativos.
De cara al primer trimestre del nuevo año fiscal, Hood no se guardó una mala nota: la caída en el mercado de PC y de la recaudación publicitaria seguirán impactando negativamente en líneas de negocio como las licencias preinstaladas de Windows, Surface, LinkedIn y la publicidad en búsquedas. Cosa bien distinta debería suceder en el segmento de productividad, del que se espera crezca un 12% a 14%, pudiendo llegar a superar unos ingresos de 16.200 millones de dólares.
Es obvio que Azure será clave – como lo está siendo – dado que las previsiones para este primer periodo del año fiscal 2023 pasan por un crecimiento de hasta el 27% que supondría 20.600 millones de ingresos. Nadella apuesta fuerte por ello, convencido como está de que el ajuste económico que muchos pronostican podría redundar en ventajas para la nube pública, a la que públicamente define como deflacionaria.
Microsoft se jacta de poseer más regiones de centros de datos que sus competidores y para este año en curso promete lanzar diez nuevas regiones. La CFO Hood dijo durante la presentación que el gran impulsor de la compañía en el último trimestre fue su inversión en centros de datos, tanto nuevos como en la capacidad adicional de que se dotó a los existentes.
Por el carril de al lado corre Amazon Web Services, que según los datos de Synergy Research Group, disfruta de una cuota de mercado de Infraestructura como Servicio (IaaS) del 33%. Para seguir reduciendo esa ventaja de su primer competidor, Microsoft apuesta por las nubes verticales, de la que es buen exponente su Microsoft Cloud for Healthcare, en la que se incluye la plena incorporación de Nuance. Otro movimiento que no hay que perder de vista es la puesta en marcha de su nueva Microsoft Cloud for Sovereignty, iniciativa dirigida al sector público, con el que – en la explicación de Nadella – la compañía se propone ayudar a los gobiernos a cumplir con los requisitos de cumplimiento, seguridad y privacidad en sus despliegues cloud.
Esto requiere una mirada mejor enfocada. Si se mira únicamente al mercado norteamericano, Gartner dispara la cuota de AWS al 47% frente al 28% de Microsoft. Es precisamente en esta región donde Nadella se ha embarcado en una cruzada contra este poderoso competidor. Tras la pugna fallida por un contrato gigante con el Pentágono está ahora en juego otro por 10.000 millones de dólares en cinco años para la Joint Warfighting Cloud Capability (JWCC). Compiten mano a mano Microsoft, AWS, Google Cloud y Oracle. En este contexto, Microsoft ha pedido ayuda a Google y Oracle para presionar juntas y frenar el empuje de AWS, según revelación – no desmentida – del Wall Street Journal. Otras compañías con las que Nadella habría buscadp alianzas con igual propósito son VMware, Dell Technologies, IBM y HPE. El desenlace, al menos en lo que se refiere al contrato JWCC, se conocerá en diciembre. Para entonces, Microsoft estará en el ecuador de su año fiscal 2023.
[informe de David Bollero]