Tras el varapalo bursátil del 19 de mayo, Chuck Robbins, CEO de Cisco, tenía una oportunidad preciosa de restaurar las expectativas, con motivo de la conferencia Cisco Live, que por primera vez desde el 2019 se celebraría con público en Las Vegas. Robbins fue al grano: en su opinión, el empeoramiento del entorno económico es material, pero no tendrá esta vez la magnitud ni probablemente la duración del vivido después del 2008. “Observamos un cambio fundamental en el pensamiento y las actitudes de los directivos de las empresas en todos los sectores”. Dicho esto, Robbins y todos los que salieron a escena tras él repitieron un mensaje machacón: las T.I. necesitan una cura de simplificación.
“Necesitamos simplificar todo lo que hacemos con vosotros – dijo ante la audiencia del Mandalay Center – y si me remonto ocho o diez años atrás, es evidente que hemos hecho progresos, pero nos queda mucho por hacer para que la complejidad no inhiba la experiencia de ser los mejores”. En un repaso de los anuncios subyace el mismo propósito: una integración más estrecha entre los productos que componen el portfolio de la compañía, lo que implica evitar que los clientes tengan que dispersarse entre múltiples paneles de control para hacer su trabajo.
En parte, esta es una respuesta a la presión que ejercen sus competidores y en parte porque Cisco cree llegado el momento de ir acabando con esa dualidad que refleja una oferta de infraestructura de red muy potente pero – quizá por haber sido construida digiriendo adquisiciones diversas a lo largo de los años – también muy compleja. No ocurrirá de la noche a la mañana, pero hay que empezar de una buena vez.
Todd Nightingale, VP ejecutivo a cargo del negocio de redes empresariales y cloud, fue el encargado natural de presentar Cloud Management for Cisco Catalyst, nombre demasiado largo para denominar algo tan deseable como comprensible: que el usuario no tenga que elegir entre el hardware Catalyst y el hardware Meraki, que pueda administrar uno u otro desde el mismo panel de control.
La confluencia será necesariamente gradual, porque la familia de switches Catalyst es numerosa: empezará por la serie 9300 y, para la serie inalámbrica 9100 (WiFi 6E), destinada a campus y sucursales, se dispondrá desde la nube de un panel Meraki. Esta centralización de la gestión desde una sola pantalla supone, dijo Nightingale, “un paso de gigante”. La verdad es menos grandilocuente: habrá clientes de Catalyst poco dispuestos a ser empujados hacia Meraki, por lo que pueden seguir usando la opción on-premise DNA Center o bien una solución de máquina virtual en la nube de AWS.
De esta manera, Cisco abre un abanico de opciones para la administración de la red, dando a elegir dónde se quiere ejecutar los servicios (on-premise o en la nube) en función de distintos condicionantes: operación, ubicación, legislación, etcétera. La simplificación consiste, según se explicó en Las Vegas, en “una administración cloud a la carta”. El paso no será tan gigantesco, pero apunta a “merakizar” [con perdón] con el tiempo toda la oferta de switches de Cisco. Por cierto, la empresa Meraki, creada con apoyo de Google, fue adquirida por Cisco hace ahora diez años, lo que significa que ha tenido suficiente tiempo para permear la infraestructura de la compañía californiana.
Por este sendero parece destinada a discurrir la oferta de Cisco en lo que a redes empresariales se refiere, cuando se trata de infraestructuras WLAN y SD-WAN en redes de campus y sucursales – donde la competencia aprieta – dejando a los clientes la versatilidad suficiente para usar Meraki sólo para la monitorización cloud aunque para el resto continúen con DNA Center.
Esta jugada es interesante. IDC ha diagnosticado que alrededor de un 36% del mercado de WAN empresarial ya está siendo administrada desde plataformas cloud, porcentaje que augura rápido crecimiento. El mercado, o una parte creciente del mercado, ha entendido las ventajas de prescindir de los sistemas on-premise, habida cuenta de la escalabilidad y facilidad que les ofrece la nube a la hora de habilitar actualizaciones de software.
En una línea adyacente, Cisco Live sirvió para la puesta de largo de Cisco Nexus Cloud, un servicio dirigido específicamente para estos switches, cuya disponibilidad está prevista para el otoño y con el que se dará una vuelta de tuerca al actual Cisco Nexus Dashboard que, aunque no podía instalarse en entornos híbridos, no se entregaba administrado desde la nube.
A partir de ahora, las empresas podrán monitorizar sus recursos de red, en una nube pública o privada, así como en el edge, lo que entre otras ventajas tendrá la visibilidad en tiempo real del consumo de energía del centro de datos y dar mejor apariencia a los compromisos de sostenibilidad. La máxima de Cisco declara que será más sencillo: escalar, mejorar los perfiles de seguridad y de cumplimiento regulatorio, agregar funcionalidades nuevas, todo ello simultáneo.
Aunque se quiso que el plato fuerte de Cisco Live fuera la actualización y simplificación del switching, hubo tiempo para otros avances. Las capacidades predictivas de Cisco Nexus Cloud son una aportación de ThousandEyes WAN Insights, que incorpora esta capa para predecir y mitigar las interrupciones de Internet antes de que ocurran y reduciendo el alcance de los cortes. Esta capacidad predictiva se ve reforzada por una mayor integración con las plataformas AppDynamics – servicio nativo cloud de observación de aplicaciones y corregir problemas de rendimiento – e Intersight.
Por otro lado, cuando el pasado marzo Cisco lanzó su plataforma de red como servicio (NaaS) Cisco Plus, puso en evidencia que la promesa de Robbins de mover la oferta a un modelo de suscripción iba muy en serio. En esta línea, la compañía aprovechó el evento de Las Vegas para presentar su plataforma unificada Security Cloud, con la que integra servicios de seguridad y redes en entornos híbridos multicloud. Una de las facetas novedosas del anuncio es el aprovechamiento del aprendizaje automático para detectar y prevenir amenazas e integrar medidas correctivas contra las brechas de seguridad.
De este capítulo de la conferencia se ocupó Jeetu Patel, VP ejecutivo a la vez que director general de Seguridad y Colaboración. Su argumento merece transcripción: “el 56% de las brechas de seguridad ocurren por negligencia, no por intento malicioso; esta es una de las razones por las que la tecnología, como ha dicho Chuck, tiene que ser más simple”. La complejidad, completó Patel su razonamiento, es resultado de la multiplicación de productos y lleva a los clientes a decantarse naturalmente por servicios más integrados, opuestos a la fragmentación.
Cisco Security Cloud opera en un entorno híbrido multicloud y se presenta como la culminación de lo que la compañía lleva años desarrollando, una nube de seguridad totalmente integrada, “con un enfoque flexible, sin bloqueo de las nubes públicas y con API abierta, que permiten habilitar soluciones de terceros”, componente central de la oferta SASE de Cisco.
Como sucede en los switches, la influencia de la tecnología de Meraki se deja notar en este ámbito, al entrar en el nuevo servicio de suscripción Cisco+ Secure Connect Now, integrando así conectividad, seguridad, administración, orquestación y soporte de automatización, todo accesible en un panel único. Conviene aclarar que Cisco no pretende que la suya sea una plataforma unificada, sino que le permita incorporar una arquitectura SASE de múltiples proveedores, en colaboración con sus partners. Esta es la óptica que expresa Patel, basada con un modelo de suscripción. Lo que no impide que en el horizonte asome NaaS como destino estratégico.