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  1/02/2022

Buena racha de victorias judiciales para HPE

Tras años de litigar ante la justicia británica, HPE ha ganado su juicio civil por fraude contra Mike Lynch, fundador de la empresa Autonomy, acusado de alterar deliberadamente las cuentas para justificar el precio de 11.000 millones de dólares pactado en la venta en 2011 a la hoy extinta corporación Hewlett Packard. Un tribunal londinense ha condenado a Lynch a indemnizar a las dos compañías en las que se escindió la compradora en 2014: HP Inc. y Hewlett Packard Enterprise (HPE). El mismo 28 de enero, el ministerio del Interior accedía a la extradición de Lynch solicitada por Estados Unidos, donde deberá comparecer en un juicio donde le acusan de 17 cargos por aquella transacción de 2011.

Mike Lynch

No es el único triunfo judicial reciente para HPE. En octubre pasado, un tribunal de apelaciones en Estados Unidos dijo la última palabra en su proceso contra Oracle, asignándole una indemnización de 3.014 millones de dólares (más costas) por la ruptura unilateral del acuerdo – también de 2011 – por el que su rival se comprometía a seguir proporcionando soporte a su propio software instalado en servidores de Integrity de Hewlett-Packard, basados en el procesador Itanium, chip que Intel dejaría de fabricar por falta de demanda.En el proceso contra Lynch, el más noticiable de los dos, el juez Robert Hildyard, ha estimado que HPE “ha demostrado fehacientemente” que el  fundador de Autonomy y su director financiero, Sushovan Hussain – quien ya cumple condena por estos hechos en Estados Unidos – conspiraron para engrosar contablemente las ventas de software y ocultar costes mediante apaños con empresas “amigas”.

Aquella adquisición fue el momento culminante en la efímera gestión de Leo Apotheker, fichado como CEO de HP tras la expulsión fulminante de Mark Hurd [a  quien habrá que volver a nombrar en esta crónica]. Apotheker imaginaba una acelerada transformación de HP en una empresa vertebrada por el software, pero prestó poca atención a las cuentas de Autonomy, por otra parte avaladas por los auditores de Deloitte, luego multada por mala praxis.

Según han establecido los tribunales en los dos países, Lynch y Hussain se valieron de subterfugios para inflar el precio de Autonomy y beneficiarse económicamente de la dejadez de Apotheker. De hecho, este no duraría mucho en el cargo y la compañía procedió a amortizar en libros 8.800 millones de dólares del valor de compra. La nueva CEO, Meg Whitman denunció a Lynch y Hussain en una demanda civil en Reino Unido y otra penal en Estados Unidos. Ambos procedimientos han acabado confluyendo en una rara carambola transatlántica

Los recursos presentados por Lynch postergaron el desenlace, al juntarse con el proceso de extradición iniciado en noviembre de 2019, cuando la embajada estadounidense en Londres presentó una petición del departamento de Justicia para que Lynch fuera extraditado para hacer frente a las acusaciones. En cada instancia, los abogados del demandado han sostenido un argumento idéntico: “[Lynch] es un ciudadano británico, fundador de una empresa británica al que se acusa de presuntos delitos que, en todo caso, habrían sido cometidos en territorio británico”.

Para su desgracia, el tratado sobre extradición entre ambos países de 2003 contempla la posibilidad de que un ciudadano británico pueda ser reclamado por Estados Unidos en relación con violaciones de la ley estadounidense, una cláusula que aún hoy es discutida por los juristas y que ha sido criticada por el partido Conservador. La ministra Priti Patel intentó soslayar su aplicación, pero dilató su decisión hasta conocerse la sentencia civil. Lynch dispone de 14 días para un último recurso contra la extradición.

Lo que probablemente recordarán antiguos lectores de este blog es que la compra de Autonomy debería haber sido un gran paso en la conversión de HP, a partir del software IDOL y su capacidad para procesar datos no estructurados. El fiasco de la adquisición derivaría en la destitución de Apotheker y luego en la escisión de la veterana empresa veterana. Por último, ya desde la nueva HPE, cedería los activos procedentes de Autonomy en un acuerdo con MicroFocus.

La estrategia judicial de recuperación de aquellos millones sacrificados dio su primer fruto en 2019: en ausencia de Lynch, Hussain se declaró culpable y fue condenado a cinco años de prisión en Estados Unidos por el falseamiento de las cuentas de Autonomy. Desde entonces, el fundador de la empresa ha evitado viajar a Estados Unidos y en todo momento ha sostenido no haber conocido lo que hacía su subordinado para elevar el precio. Se ha calculado que Lynch ganó más de 800 millones con la venta de las acciones de su empresa en 2011.

El caso civil en Londres se ha cerrado dejando pendiente fijar la cuantía de la indemnización. En su sentencia, el juez expresa dudas de que el perjuicio ascienda a los 5.000 millones de dólares que reclama HPE.

El otro triunfo judicial de HPE, tal vez con más morbo, la ha enfrentado con Oracle. Históricamente, la base de datos y otro software de esta había funcionado en los servidores Integrity, que HP montaba con procesadores Itanium. Ya era notorio que esta arquitectura acabaría abandonada por HP e Intel, pero la relación entre ambas compañías se malogró por otra razón.

Tras ser destituido como CEO de HP, Mark Hurd fue acogido por su amigo Larry Ellison para ser su mano derecha en Oracle, fichaje que provocó una demanda de su antiguo empleador preventiva de una eventual revelación de secretos a un competidor [entre los que debería estar, lógicamente, el conocimiento de los planes con respecto a Itanium].

El acuerdo que puso fin a la demanda incluía un compromiso por el cual Oracle seguiría ofreciendo sus productos sobre la plataforma de HP mientras esta siguiera comercializándola; recíprocamente, HP continuaría dando soporte a los productos de Oracle en su hardware. Pronto se puso en evidencia que Ellison no tenía intención de cumplir esa promesa: inició una campaña de descrédito contra HP y acusó a Intel de complicidad para silenciar que Itanium era una plataforma condenada.

El incumplimiento dio inicio a un proceso en el que Oracle ha perdido todas las instancias. En 2016, un jurado estimó que debía pagar algo más de 3.000 millones de dólares, pero la demandada apeló por interpretar que ese veredicto no hacía más que restablecer la voluntariedad del vínculo entre las dos partes.

Con independencia de las previsiones de HP e Intel) sobre la decadencia de Itanium, la actitud de Oracle contribuyó a su muerte, decretada en enero de 2020 [aunque HP soportará sus servidores Integrity hasta 2025] dice el dictamen del tribunal de apelaciones de Santa Clara (California). En consecuencia, concedió a HPE [continuadora de la demandante original] una indemnización de 3.014 millones de dólares.

Agotado los recursos, ya que sólo podría acudir al Tribunal Supremo si existía infracción de una ley federal, Oracle ha optado por evitarse la penalización de un millón de dólares diarios y este era un excelente motivo para pagar esa cuantía. A HPE le ha llegado oportunamente, puesto que ha podido ingresarlo en el cuarto trimestre de su año fiscal. Una fracción no relevada le ha correspondido a HP Inc., por tratarse de un litigio heredado de los años en los que ambas formaban parte de una misma compañía.

[informe de Mario Kotler, desde San Francisco]


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