5/04/2019

El espectro de Autonomy vuelve a rondar

Ha resurgido en las noticias un personaje que llevaba más de siete años desaparecido, Leo Apotheker, quien fuera CEO de HP durante once meses entre 2010 y 2011. Estaba citado en un tribunal de Londres para declarar en el juicio que su antigua compañía – hoy trasmutada en Hewlett Packard Enterprise – contra Mike Lynch y Sushovan Hussain, respectivamente CEO y CFO de la británica Autonomy, por la que Apotheker accedió a pagar la increíble suma de 11.000 millones de dólares antes de ser destituido por un consejo que, sin embargo, decidió seguir adelante con la adquisición. Al año siguiente, HP amortizó 8.800 millones en sus libros e inició un proceso que no tiene visos de acabar pronto.

Leo Apotheker (izq), Mike Lynch (der)

Muchos dentro de HPE evitan hablar de esta historia, el episodio más dramático en la vida de la historia de la compañía californiana. La mancha del fracaso condena a Apotheker (65 años) a vivir en Suiza dedicado a la gestión de su patrimonio, mientras Lynch (53) se dedica a la cría de caballos de raza.

Según la acusación, Lynch y Hussain montaron un fraude sistemático con el fin de inflar artificialmente los ingresos de Autonomy hasta hacerla atractiva para  un eventual comprador que valorara la escala contable más que los márgenes reales de su negocio. De este relato se infiere que Apotheker, obsesionado por compensar el alto peso del hardware en las cuentas de HP, mordió el anzuelo.

Como es natural, Lynch y Hussain niegan esta versión de los hechos. En buena medida, la demanda gira en torno al tratamiento contable que dieron a los ingresos generados por la venta del software de Autonomy como servicio. Los defensores argumentan que sus clientes actuaron de conformidad con la ley británica y las prácticas contables aceptadas. Aunque admiten la existencia de diferencias con la normativa estadounidense cuando se trata de contabilizar ingresos diferidos.

Ya en 2012, cuando  Apotheker había sido  reemplazado por Meg Whitman – quien como miembro del consejo había votado a favor de la compra – decidió amortizar de un tajo 8.800 millones de dólares del valor en libros de Autonomy e inmediatamente demandar a Lynch y Hussain ante la justicia, reclamando 5.000 millones como indemnización. Por su lado, Lynch sigue reclamando 160 millones como reparación por el daño causado a su reputación.

El testimonio de Apotheker en el tribunal tuvo momentos patéticos bajo el acoso de la defensa. Su memoria flaqueaba, pero no fue lo peor: recordó haber conocido a Lynch en California en abril de 2011 y que en mayo inició las negociaciones para comprar la compañía fundada por éste cinco años antes. Admitió que, temeroso de levantar la liebre a otra oferta potencial, decidió aligerar la due dilligence sobre las cuentas de Autonomy.  Bajo presión, dijo no haber tenido tiempo para estudiar los informes trimestrales del año en el que concretó su adquisición. Algo que, para una  transacción de 11.000 millones de dólares, suscita perplejidad.

Otra secuencia del interrogatorio ha confirmado la disfuncionalidad de sus relaciones con el consejo de administración y con su directora financiera, Cathy Lesjak. Reprochó a esta haberle ocultado sus objeciones al trato hasta que fue unilateralmente a contarlas al entonces chairman, el veterano inversor Ray Lane. Apotheker fue destituido en septiembre, pero la compra se hizo firme en noviembre.

Los documentos aportados por la acusación describen el modus operandi de Autonomy como un fraude sistemático con la finalidad de cumplir las expectativas generadas por los analistas y, al mismo tiempo, engrosar la remuneración variable del equipo directivo. “Para esto, antedataron los  registro contables de ingresos diferidos relacionados con el hosting de su software y al mismo tiempo enmascararon los costes, de manera tal que inflaron el margen operativo para mostrar un crecimiento orgánico falso”

Según los abogados de Lynch, este sostiene otra historia: “tras fracasar en sucesivas adquisiciones, HP se encontraba incapaz de extraer valor a la compra de Autonomy y optó por designar al fundador como chivo expiatorio de su propia incompetencia”.

Las partes se enfrentan simultáneamente en sendos tribunales británicos y estadounidenses. El año pasado un jurado en San Francisco declaró a Hussain culpable de ´tunear` las cuentas de Autonomy. En aquel juicio, la fiscalía llegó a calificar a la compañía como “un remedo insostenible de esquema Ponzi”. Sin embargo, no se llegó a demostrar que Lynch moviera los hilos, por lo que la demandante presentó nuevos cargos que han paralizado la sentencia.

El proceso sigue su curso. Aún deben declarar Cathy Lesjak – quien retuvo el puesto de CFO hasta la segregación de HP en dos compañías a finales de 2014 – y sobre todo Meg Whitman, cuya confrontación con Mike Lynch después de ocho años es aguardada como un momento culminante. Entretanto, HPE ha rehecho su vida y su actual CEO, Antonio Neri, no tiene por qué sentirse concernido por la sombra de un episodio de hace casi ocho años.


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