23/05/2024

Adam Selipsky tira la toalla. Andy Jassy, no

Pasar más tiempo con la familia, recargar las pilas, recuperarse de tres años de estrés… Los motivos por los que Adam Selipsky explica su abandono del puesto de CEO de Amazon Web Services, deberían ser envidiados por la mayoría, ¿no es cierto? Selipsky regresó a la compañía en 2021, llamado por Andy Jarry cuando este, su antecesor, fue promovido al mismo puesto en la estructura de la corporación Amazon. Aparentemente, tres años fue el plazo pactado entre ambos y no hay por qué dudar de ello, pero a sus 57 años, Selipsky ha ganado suficiente dinero para dedicarse a cortar cupones. O quizá no escarmiente: también ha dicho que tras una pausa de higiene mental, pensará en alguna nueva aventura.

Adam Selipsky

Claro está que no faltan suspicaces para vincular su brusca salida con los discretos resultados de AWS durante el último tramo al mando de Selipsky. Una analista de Forrester señala que “la partida de Selipsky no la sorprende: AWS ha ido recortando su crecimiento en sucesivos trimestre. “El movimiento de la IA generativa ha pillado a la compañía con el pie cambiado y como consecuencia, pese a ser líder entre los hiperescalares, es sólo el tercero en el negocio de inteligencia artificial”

Andy Jassy empezó su previsible elogio a Selipsky recordando que, por primera vez AWS, ha alcanzado en los últimos doce meses una facturación de 100.000 millones [98.400 millones, en realidad]. Un picajoso diría que el crecimiento de la división cloud de Amazon se ha contraído: del 33% en el segundo trimestre de 2022 al 13% en el tercero de 2023, antes de subir un poco y tocar el 17% en el primero de 2024. En cambio, el beneficio operativo ha seguido creciendo a buen ritmo, un mérito que es atribuible al CEO saliente.

El nudo gordiano parece ser la IA generativa. Por más de dos décadas, AWS ha sido líder indiscutible del mercado de cloud computing, pero desde el comienzo de 2023, tras conocerse el acuerdo entre Microsoft y OpenAI, han cambiado las tornas y de seguir así el dúo se llevaría el premio gordo. Tanto es así que Google ha empezado a reaccionar, contra Azure, de lo que ha dado pruebas en las últimas semanas.

¿Está preparada AWS para competir de igual a igual con Azure y Google en un mundo articulado por los grandes modelos de lenguaje (LLM) o debería concentrarse en las fortalezas de su infraestructura y su plataforma?. El interrogante procede también de Forrester.

Cierto o no, se ha instalado la percepción de que Selipsky no ha atinado a subirse al barco de la IA generativa, lo que supuestamente habría sellado su suerte. Algunos sostienen que a finales de noviembre de 2022, AWS tenía previsto anunciar su modelo de hosting Bedrock, pero tomó la decisión de posponerlo. Lo que, a su vez, ha reforzado la idea de que no estaba a la altura de Azure. Según la compañía, se trata de una leyenda injustificada: decenas de miles de empresas – han dicho sus portavoces – están usando Bedrock como plataforma de desarrollo de aplicaciones.

“Tenemos una enorme oportunidad ante nosotros – dijo Andy Jassy – el mes pasado en una conferencia con analistas las capacidades en AI van a reacelerar (sic) la ratio de crecimiento. “No sé si a alguien entre nosotros se le ha presentado una oportunidad como esta en mucho tiempo”.

El uso del verbo “reacelerar” es significativo. En 2023, las ventas de AWS se han desacelerado, después de una prolongada expansión. Hasta que, en el primer trimestre de este año, volvieron a repuntar un 17%: hasta 25.037 millones de dólares. Lo más interesante no son las ventas sino el beneficio operativo, que se incrementó hasta los 9.421 millones, el 61,5% del total de la corporación. Por tanto, el legado de Selipsky – que en 2021 recibió el encargo de estabilizar AWS – no es malo para su sucesor. Tampoco para Jarry: desde la primera sesión del año, la cotización de Amazon ha subido un 83%. Cierto es que el margen operativo de AWS ha mejorado en parte por los miles de despidos ordenados por Selipsky en 2023.

Matt Garman (48), quien en junio heredará el puesto de Selipsky, entró en la compañóia en 2006 y ha subido todos los peldaños. Últimamente ha sido vicepresidente senior de ventas y marketing y antes fue responsable directo de EC2. Su misión a partir de junio será conducir la nube original de AWS hacia la nueva corriente dominante, la IA generativa,

Para intuir lo que piensa, conviene leer una entrevista del año pasado – nadie estaba en el ajo – en la que Garman explicaba al colega John Furrier: “nuestro objetivo es dar a los clientes, a la vez, la capacidad de elegir y luego ejecutar la aplicación que contemple como idónea […] Por ejemplo, un modelo que ha sido optimizado para servicios financieros, probablemente no sea el mismo optimizado para datos genómicos y puede que no corresponda a las necesidades del e-commerce o para imágenes. Lo que pretendemos es atender a clientes que sean hábiles para picar aquí y allá para elegir el modelo que más se acerque a lo que quieren”. Si fuera esta la línea a seguir por Garman, hay que descartar que AWS se atrinchere en su calidad de proveedor de infraestructura como servicio, como en cierto modo ha ocurrido.

En el mercado cloud global, la posición de AWS da mucha materia para pensar, sobre todo porque las estadísticas del mercado no son homogéneas, ni parece haber voluntad de que lo sean. Todo es, como siempre, según el color del cristal con que se mire (y la vara con que se mida). Según la consutora Synergy Research, AWS sigue siendo el líder con un 31% de los ingresos, aunque habría perdido uno o dos puntos porcentuales en un año. Microsoft (Azure) se las ha ingeniado para subir del 23% al 25% mientras Google Cloud también ha ganado un punto: del 10% al 11%.

Gartner da otro enfoque: predice que el gasto en servicios de cloud pública crecerá este año un 20,4% hasta 675.400 millones de dólares, un 17% más que en 2023, pero advierte que este crecimiento estará relacionado con la IA generativa y la modernizacion de aplicaciones, por lo que representa un cambio de paisaje y hasta el orden de prelación podría alterarse.

Canalys, por su parte, ha calculado que Microsoft ha desbordado a AWS en este primer trimestre. Interpreta que el cambio de su primer ejecutivo está dirigido a transmitir al mercado una noción de frescura que, en opinión  de sus analistas, estaba declinando.


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