El mercado global de los PC no pasa por sus mejores momentos, pero hay una convicción extendida de que se acerca un cambio de ciclo para bien. Y la razón – o una de ellas – se encuentra en la posibilidad de aprovechar el tirón que vive la inteligencia artificial, toda vez que la ejecución de las inferencias en el ordenador comienza a perfilarse como una tendencia plausible. La inquietud por parte de muchas organizaciones a subir sus datos sensibles a la nube y la necesidad de reducir la latencia explican buena parte del giro que se aproxima. Sin embargo, los vientos de cola no tendrán efecto inmediato: la industria se ha puesto las pilas en el hardware, pero no tanto en el software.
2023, según la consultora IDC, se cerró con un retroceso del 13,9%, si bien suavizado en el cuarto trimestre. Un declive sucesivo que la consultora subraya como sin precedentes, después del 16,5% de caída en 2022, 30% en dos años. Al final del año natural 2023 se habían despachado 259,5 millones de unidades y las cinco marcas dominantes retrocedieron – la que menos, HP, un 4,3% negativo – y la explicación no es halagüeña: “es la consecuencia tardía del boom de compras generado por la pandemia de la COVID-19”.
El pronóstico de la misma consultora mejora las perspectivas, aunque no mucho: un 2,0% positivo este año y un 2.4% de media anual hasta 2028. Hasta después de cinco años no podría recuperarse la línea de los 300 millones de unidades despachadas en 2022. Una diferencia a tener en cuenta es que – siempre según IDC – el segmento de consumo crecería menos este año (0,8%) que el de empresas (3,3%), lo que a priori es positivo por su impacto en la facturación.
Hay que consignar que estas cifras reflejan una situación que la industria considera superada de facto. La llegada de los AI PC, como ya se les denomina en terminología anglosajona, es una carrera de fondo que vivirá su fase de esprint. Fabricantes punteros cono Lenovo y HP reconocían el pasada octubre, en una conferencia de la firma Canalys, que todavía no tenían bien definido qué haría y que no haría uno de esos AI PC. Por las mismas fechas, directivos de AMD reconocían que aún no se podía hablar de IA en el desktop, sólo en los portátiles.
Más allá de fijar las prestaciones, el problema radica en que la adopción de la IA en el hardware y el software circulan a diferentes velocidades. Hasta hoy, sistemas operativos como Windows no son compatibles con ningún PC que tenga capacidad de procesamiento para ejecutar aplicaciones de IA: requieren una reescritura de las aplicaciones para que puedan utilizar las nuevas unidades de procesamiento neuronal (NPU, por Neuronal Processing Unit).
Algunas fuentes (no muy independientes, se les ve el plumero) apuntan que, para finales de este año, podría llegar al mercado una versión de Windows 11 optimizada para IA, lo que sumado al final del soporte de Microsoft a Windows 10, en 2025, podrían estimular las ventas. Ojalá sea así. Mientras tanto, adquirir un PC, sea portátil o de sobremesa, con el sello IA servirá de poco. A pesar de esta circunstancia, el fervor que se ha gestado en torno a ChatGPT y similares podría despertar un mercado que ha pasado demasiado tiempo aletargado. Si bien es cierto que desde el último trimestre de 2023 tiene luz verde para desperezarse después de ocho períodos consecutivos de caídas.
El mercado ya cuenta medio centenar de equipos validados para IA que se mueven en la horquilla de los 10/15 TOPS, un billón de operaciones por segundo. En lo que concierne a su capacidad de crecimiento, el objetivo se lo han puesto en 40 TOPS. En paralelo surgirá una gama alta de equipos con rendimiento de 60 TOPS o más. Modelos como el Llama 2 TB o superiores pero pequeños en comparación con GPT-4 siguen siendo exigentes para un portátil al uso. Todo estaría en manos de OpenAI.
La maquinaria de marketing de las grandes marcas se ha puesto en marcha y, como una gota malaya, va calando el mensaje: es preciso reemplazar los equipos actuales para subirse al tren de la IA, con lo que se disparará los márgenes. De hecho, las previsiones de Gartner para este año contemplan que las ventas de AI PC supondrán un 22% del total de PC vendidos, alcanzando los 54,5 millones de unidades frente al 10% de 2023. Para 2025, debería representar el 43% de los 116 millones del total. Eso si, serán destinados a usos empresariales, ya que la llegada al mercado residencial llevará más tiempo y será impulsada, sobre todo por mejoras funcionales en lo relacionada con videojuegos y creación de contenidos digitales
En paralelo, el dispositivo electrónico más popular, el móvil, cuyo crecimiento esperado este año sería del 4,2% (1.200 millones de unidades) se verá contagiado por la incorporación de la IA, de manera que Gartner estima que el 22% de los que se vendan corresponderán a terminales dotados de capacidad para IA: 240 millones de unidades que, sumados a los AI PC haría un total de 295 millones, frente a los 29 millones del año pasado. Esos teléfonos será capaces de ejecutar localmente modelos de IA más reducidos, del tipo de Gemini Nano (Google), Ernie (Baidu) y GPT-4 (OpenAI).
Asociada a esta carencia de software para IA concebido para los PC, surge la cuestión de los casos de uso. ¿Para qué querría alguien bajar la IA de la nube al PC con el consiguiente encarecimiento del dispositivo? Hace meses, la consultora IDC advirtió que estos casos de uso no se habían articulado bien, pero al mismo tiempo señalaba a la IA generativa como el detonante definitivo para una nueva etapa de crecimiento de las ventas. Para este año, la consultora preveía la venta de unos 50 millones de unidades, que se dispararían hasta 167 millones en 2027, fecha en la que los AI PC supondrían el 60% de los PC vendidos. Esto se traduce en un crecimiento inaudito, que sin duda será bien recibido por una industria somnolienta. Otro analista, Canalys, coincide con este porcentaje para 2027, precisando que ese año – no tan lejano, si bien se mira – precisando que en 2024 uno de cada cuatro PC que salgan al mercado llevarán incorporada inteligencia artificial.
Las aplicaciones prácticas que comienzan a perfilarse como propias de un AI PC son aquellas relacionadas con asistentes personales y modelos de lenguaje grandes (LLM) más reducidos, lo que permite ejecutarlos directamente en el dispositivo, sin necesidad de conectar con una nube. Este es el gran catalizador del cambio y, desde luego, es el preferido por los fabricantes, tanto en los PC como en smartphones: el avance previsto en versiones más pequeñas de los LLM [aunque contradictorias con el significado de esta sigla]. Tomar actas de reuniones, atomatizar la edición de fotografías y vídeos o transcribir audios y resumirlos en el idioma deseado, son algunos de los casos de uso posibles gracias a la computación cloud que, de alguna manera, podrán ejecutarse en estas categorías de dispositivos. El celebrado Copilot de Microsoft, que hoy se ejecuta gracias a la nube, parece que va a terminar operando localmente.
Aunque ya existen algunas killer apps, como es el caso del asistente Rewind, que Intel mostró en su show Intel Innovation, resta casi todo por hacer en este campo. Aplicaciones de creación de contenidos como Adobe Photoshop, son contadas excepciones, por mucho que fabricantes como AMD sostengan que sus procesadores Ryzen 7040 cuentan con más de 100 “experiencias habilitadas” por IA.
Conscientes de esta situación y apremiados por una aceleración de la demanda, los fabricantes están tratando de estimular a la comunidad de desarrolladores. Intel ha implicado a más de un centenar de vendedores independientes de software (ISV) en su programa de aceleración de AI PC, proporcionándoles recursos de ingeniería, diseño y marketing con los que podrán aprovechar sus próximos procesadores Core Ultra para permitir nuevas experiencias de IA en los PC. Por su parte, AMD ha lanzado un concurso que premiará con 10.000 dólares al desarrollador que haya creado una aplicación atractiva para IA impulsada por sus chips Ryzen. No son los únicos que se han apuntado a la corriente, pero son los que más se juegan en el envite. También Microsoft ha ampliado el alcance de las herramientas para que los ISV creen aplicaciones para Windows.
En este escenario, los principales fabricantes de PC (Lenovo, HP, Dell y Acer) están moviendo sus fichas. El CEO de Apple, Tim Cook, ha deslizado que para finales del corriente año podría empezar a introducir funciones de IA generativa en sus dispositivos. Sin embargo, estos mismos fabricantes deberán dar razones convincentes que justifiquen el notable incremento de precio que supondrá comprar estos PC de la próxima generación y/o un smartphone dotados de capacidad de una IA generativa, que en este momento depende más de los desarrolladores de aplicaciones disruptivas que del talento – suficientemente probado – de OpenAI y afines.
El CEO de HP, Enrique Lores, ha dejado caer que el incremento de precio en un AI PC podría oscilar entre el 10% y el 15%, lo que a su juicio sería poco considerando las mejoras obtenidas. Sólo falta convencer a los compradores.
Desde el punto de vista de Lores, la IA está llamada a transformar la categoría de PC, proporcionando experiencias completamente nuevas a los usuarios. El directivo es de la opinión de que el cambio de paradigma será progresivo, alcanzando una penetración razonable este año y acelerando paulatinamente hasta alcanzar su velocidad de crucero en 2026 o 2027. De manera que, en unos tres años, el AI PC representaría entre el 40% y el 60% del mercado total de PC.
No estaría nada mal. No obstante este planteamiento, ya se está notando cierta recuperación en el mercado mundial, que eclosionaría en el segundo semestre.