Para Amy Hood, nueva directora financiera de Microsoft, la del jueves 18 era su primera conference call de resultados, y los analistas la felicitaron por ello, pero no fueron igual de amables con las cifras que expuso. Al cierre del año fiscal 2013, los ingresos de la compañía sumaron 77.849 millones de dólares, un 5,6% más que el ejercicio anterior, pero no pasó inadvertido que la primera razón por la que el beneficio neto creció fue el abrupto descenso de los gastos operativos, de 34.400 a 30.800 millones. Los inversores esperaban más ganancias, y esta «decepción» explica en parte la primera reacción bursátil negativa, tras muchos meses de expectativas disparadas.
El incremento del beneficio neto es un artefacto contable, en realidad, ya que en 2012 se contabilizó una amortización de 6.200 millones de dólares por la ruinosa compra en 2007 de la empresa aQuantive, lo que provocó por primera vez un cuarto trimestre con pérdidas. La conclusión es que la comparación interanual embellece los resultados del ejercicio 2013. En otra faceta, entre julio de 2012 y junio de 2013 Microsoft generó 14.000 millones de dólares de flujo de caja, que se traduce en un incremento de la tesorería disponible: de 63.000 millones ha pasado a 77.000 millones de dólares.
Las cinco divisiones cerraron el año con incrementos de ingresos. Será la última vez que las cuentas de Microsoft se presenten con esta estructura, como consecuencia de la reciente reorganización anunciada por Steve Ballmer y cuyo impacto se discutirá por bastante tiempo. De entrada, planteará la necesidad de reconstruir y reinterpretar la serie estadística, y así lo reconoció Hood, prometiendo convocar a los analistas a una conferencia presencial en Redmond, a finales de septiembre, para responder a la inquietud expresada por varios de ellos.
Habida cuenta de las circunstancias, lo menos que puede decirse del cuarto trimestre y del año transcurrido es que han sido razonablemente buenos para Microsoft, pero la evaluación de los inversores ha sido perturbada por dos factores, centrados en la hasta ahora llamada Windows Division: 1) el primer año de vida de Windows 8 no ha sido feliz , y 2) el fracaso comercial de la tableta Surface RT ha lastrado las cuentas con un «ajuste de inventario» por valor de 900 millones de dólares. Según dijo Hood, los ingresos de esta división aumentaron en 259 millones en el cuarto trimestre, pero si se detraen los 540 millones que ha costado el programa de actualización ofrecido en 2012 a los usuarios de versiones antiguas del sistema operativo, el ajuste los recorta en 281 millones.
El beneficio operativo de la Windows Division decreció en 1.300 millones, debido – según la compañía – a los elevados costes de ventas y marketing asociados en parte con el lanzamiento de Windows 8 y de Surface RT, que en su caso aumentaron un 9%. La previsión para el año fiscal 2014 es que la variable opex se reduzca, y Hood advirtió que el capex, por el contrario, va a aumentar debido a la transición de Microsoft para transformarse en una empresa de devices and services, el catecismo que estos días repite todo ejecutivo de la compañía.
Hood no tenía la intención de esconder el hecho de que el declive de las ventas de PC ha recortado los ingresos por licencias del nuevo sistema operativo – por el contrario, lo subrayó en varios momentos – pero insistió en que «Windows es altamente rentable y sigue creciendo a pesar de la situación del mercado de PC […] esperamos que la actualización a Windows 8.1 provoque un despertar de la demanda». Mientras el mercado del PC entre los consumidores se sigue achicando – explicó, interpretando los datos de IDC – el segmento corporativo experimenta un ligero crecimiento.
El caso de Surface RT es más delicado y a la vez imprevisible, por tratarse de una apuesta con la que Ballmer se ha comprometido personalmente. Los 900 millones de «ajuste de inventario» son una dimensión del problema: dando por buena la estimación de costes de materiales más fabricación de iSuppli (284 dólares por unidad), equivaldrían en teoría al sacrificio de 3 millones de unidades. De momento, la decisión tomada es rebajar en 150 dólares/euros el PVP de la tableta, que no ha conseguido atraer un número de compradores coherente con los elogios que ha merecido en los medios especializados.
Había curiosidad por conocer el comportamiento de Windows Phone. La respuesta fue que sus ingresos crecieron 222 millones, la compañía no los desglosa pero admite que, en gran parte, proceden del capítulo «licencias sobre patentes» (canon que pagan a Microsoft los fabricantes de smartphones Android para evitarse litigios potenciales).
Desde luego, Microsoft es mucho más que Windows. La primera fuente de progresión de sus cuentas es la Business Division (MBD), responsable de Office. Sobre 24.724 millones de dólares de ingresos (24,7% del total), el beneficio operativo del año ha sido de 16.194 millones ( 60,5%). La introducción del modelo de suscripción, con Office 365 , ha sido bien recibida: según Hood, este es ya un negocio equivalente a 1.500 millones de facturación anual. Aun así, en el corto plazo, atenúa el crecimiento de la división: del 16,3% en 2011 bajó al 8,7% en 2012 y al 2,5% en 2013. Por otra parte, en la sesión de preguntas y respuestas, la nueva CFO reveló que los ingresos de MBD crecieron un 7% entre las empresas y bajaron un 27% entre los consumidores.
La división Server and Tools (S&T) sigue ganando peso en los resultados de la compañía: su beneficio operativo ascendió a 8.164 millones de dólares (30,5% del total). Amy Hood, haciéndose eco de recientes palabras de su jefe Ballmer, enfatizó que Microsoft sigue ganando cuota de mercado a Oracle e IBM, gracias a que crece por encima del mercado en su conjunto: un 9% en total, que se eleva al 14% en el segmento System Center. Los servicios cloud de la compañía, agrupados bajo el denominador común de Dynamics han contribuído positivamente a las cuentas de 2013, mientras que la plataforma Azure «será una de nuestras mayores fuentes de crecimiento durante los próximos años».
Otra mención importante mereció la división Entertainment & Devices – que a partir de ahora desaparecerá como tal – responsable de una de las apuestas más ambiciosas de la compañía, la nueva generación de consolas Xbox One. Como es costumbre, el rol de «patito feo» en las cuentas de 2013 ha correspondido a Online Services; pese a que sus ingresos crecieron el 11,6%, su resultado operativo fue nuevamente negativo: 1.281 millones de pérdidas. En la nueva estructura, algunos de sus negocios deficitarios – Bing, en particular – se agruparán operativamente junto con Office.
Sin que los analistas se empeñaran demasiado en preguntarle sobre el futuro, Hood dejó caer alguna pista acerca de sus previsiones para el ejercicio 2014, que ha comenzado este mes: los ingresos de Windows «seguirán afectados negativamente por el declive del mercado de PC» – se curó en salud – pero no arriesgó un pronóstico sobre la aparición de tabletas Windows 8, ni mucho menos sobre lo que Microsoft espera de Windows RT – abandonado por los fabricantes – o si habrá nuevos modelos de Surface. La piedra sigue en medio del camino.