13/10/2010

Windows Phone 7 convence, pero no sorprende

Por una vez, y sin que sirva de precedente, Europa tendrá el privilegio de estrenar los nuevos móviles Windows Phone 7, aunque Nueva York (y Londres) han tenido la primicia de la presentación. A different kind of phone, se leía a espaldas de Steve Ballmer. Y parece verdad: Microsoft ha optado por dejar de perseguir en vano el mito del iPhone killer que ha obsesionado a toda la industria, para rediseñar su sistema operativo desde cero, sin rastros de las raíces de Windows Mobile. El objetivo es reinsertarse en una carrera que tenía perdida y en la que ahora puede aspirar, al menos, a quedar tercero. Por lo que se dice y escribe, ha convencido incluso a sus críticos más mordaces.

Steve Ballmer

Steve Ballmer

Eclipsada en el mercado de los móviles, a Microsoft no le valdría de nada refugiarse en su base de usuarios para intentar una evolución gradual, que preservara a los fieles y pescara en aguas ajenas. La táctica puede funcionar, y no es nada seguro que funcione, para BlackBerry y Nokia, pero no para una empresa que ha descendido hasta el 4,7% de cuota en 2010, según Gartner. Está obligada a buscar un revulsivo, y ese revulsivo, se sabe desde febrero, es la navegación organizada en seis hubs: en lugar del canon de iconos y widgets establecido por Apple en 2007 y al que toda la industria se ha adaptado desde entonces, Microsoft propone una inmersión directa en el área de interés de cada persona en cada momento. La idea, formulada por Steve Ballmer con la frase get in, get out and get back to your life (entrar, salir y a lo tuyo), es un buen eslogan para usuarios corrientes, no para entusiastas. 

Es oportuno preguntarse, ¿a qué usuarios se dirigen los nuevos Windows Phone 7? Algo tendrán que decir los fabricantes que se han unido a la aventura, pero no parece realista que Microsoft aspire a bajar del podio a iOS y Android. Su target potencial son los usuarios de Symbian (mayoritario, con un 40% del mercado) perplejos ante el rumbo incierto de Nokia. Microsoft necesita reclutar desarrolladores entre aquellos que hayan perdido la fe en Symbian; mientras tanto, se apoyará en los recursos de que dispone en su propio arsenal.

La disyuntiva consumidores vs. profesionales ha perdido sentido, y en todo caso Microsoft tiene credenciales para dirigirse a ambas categorías. Para los primeros, una baza importante es Xbox Live, plataforma de juegos online que pasa a integrarse como uno de los seis hubs; no hay perspectiva para conocer la aportación de Zune, aparcada como plataforma autónoma para fusionarla con Windows Phone 7.  En Nueva York, el director del equipo de desarrollo, Joe Belfiore, mostró cómo la cámara envía sus fotos, pulsando un botón, a un servicio de  almacenamiento remoto. 

En cuanto a los usuarios profesionales, Windows Phone 7 se integra plenamente con Exchange para soportar mail y agenda de empresa, a la vez que correo y mensajería personales, sin contar con las herramientas de productividad. El gancho es la integración de Office Mobile, con novedosas prestaciones [y la imperdonable omisión de copiar/pegar, que será subsanada el año entrante mediante una actualización de software].

El mercado ha cambiado desde el último intento de Microsoft de salvar Windows Mobile: Windows Phone 7 necesita aplicaciones para su Marketplace. Primer problema: no le sirve ni una sola de las aplicaciones heredadas del sistema anterior. Segundo: la mayoría de los desarrolladores se gana bien la vida programando para otras plataformas, ¿por qué habrían de cambiar? Y tercero: desarrollar para Windows Phone 7 implica trabajar con Silverlight, .NET o XNA, mientras Flash, la plataforma más popular, brilla por su ausencia. Tal vez aquí se encuentra la clave de las conversaciones con Adobe.

Entre tantos sistemas operativos, ¿qué futuro le espera? Es verdad que Windows Phone 7 llega tarde, pero el mercado crece a un ritmo apabullante. Según Gartner, se pasará de 268,8 a 875, 5 millones entre 2010 y 2014. Sobre ese total, estima que Windows Phone 7 subirá de 12,7 a 21, 3 millones de dispositivos entre este año y el próximo, con lo que sólo ganaría  medio punto porcentual: del 4,7% al 5,2%. En 2014, pese a alcanzar los 34,5 millones de unidades, su cuota retrocedería al 3,9% del total. 

Son cifras «conservadoras», apunta Carolina Milanesi, analista de Gartner y responsable del informe aludido. Las explica por tres factores, a saber: 1) Microsoft necesita que sus productos atraigan no por razones funcionales sino por un reflejo visceral, lo que llama «factor iPhone»; 2) Windows Phone 7 tiene que ser percibida como una marca de consumo, un problema crónico de Microsoft; y 3) una dificultad añadida es encontrar el precio medio que cumpla los criterios anteriores, para competir con la creciente popularidad de Android.  Adam Holt, de Morgan Stanley, es optimista: opina que Windows Phone 7 tiene dos ventajas decisivas para ganar cuota de mercado: la íntima integración de sus aplicaciones de productividad, y la funcionalidad móvil de XboxLive. De lo que deduce, entre otros factores, que la acción de Microsoft debería subir.


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