El gigante alemán Siemens ha comprado la empresa californiana eMeter, especializada en software para el procesamiento de datos obtenidos a través de sistemas de medición del consumo eléctrico. Así dicha, la noticia tiene escaso glamour: podría pensarse que se trata de un nicho más entre tantos. Pero su relevancia procede de que se trata de un nicho efervescente dentro de un mercado en consolidación. Las rivalidades se agudizan. Se da, además, la circunstancia de que el autor de este blog visitó en noviembre la sede de eMeter en San Mateo, por lo que está en condiciones de relatar los antecedentes y las probables consecuencias de una transacción cuyo monto se desconoce.
Fundada en 1999, eMeter no es estrictamente una start-up sino más bien una grown-up, bien implantada en su mercado, cuyo software gestiona más de 40 millones de contadores electrónicos de 37 compañías en 11 países. “Para una compañía de nuestro tamaño, siempre es duro ganar contratos de las grandes eléctricas”, explicaba el mes pasado Chris King, Chief Regulatory Officer de eMeter [la frase, releída un mes después, se entiende ahora como un anticipo de los acontecimientos].
Respaldada por fondos de capital riesgo, eMeter había recaudado 70 millones de dólares en sucesivas rondas de financiación; el objetivo de salir a bolsa se puso difícil cuando tras una fase de euforia los inversores adoptaron una actitud pasiva ante las ofertas de empresas de cleantech. Desde 2008, Siemens estaba presente en su capital con 12,5 millones, por lo que era un candidato previsible (aunque no el único) a presentar una oferta por la totalidad.
El segmento MDM (Metering Data Management), en el que eMeter ocupa la segunda plaza (un 20%, detrás del 35% de iTron) está habituado a las adquisiciones multimillonarias. A principios de año, Toshiba compró Landis+Gyr, y en agosto Schneider Electric cerró la absorción de la española Telvent. La suiza ABB ha pagado 1.000 millones por Ventyx, y sólo General Electric se ha mantenido (por ahora) al margen de la carrera. Siemens, que ha estado muy ocupada cauterizando cicatrices, no ha hecho grandes desembolsos, pero en junio hubo rumores sobre su interés en iTron. Al final, prevalecieron los lazos de cooperación con eMeter, con quien tiene en marcha un gran proyecto en Kansas. La envidiable lista de partners de la californiana (IBM, SAP y Accenture, entre otros) ha jugado un papel en la decisión.
Pero lo determinante ha sido la plataforma EnergyIP de eMeter. Está diseñada para agregar múltiples aplicaciones (facturación dinámica en función de la carga, gestión automática de conexiones y desconexiones, portal de seguimiento del consumo por cliente) cuyo propósito es gestionar los picos de demanda para optimizar la producción y reducir las emisiones de CO2. A largo plazo, se pretende que gestione también la producción local (paneles solares) y el autoconsumo.
Siemens integrará eMeter en su división Infrastructure & Cities. El CEO de la compañía, Peter Lorscher, ha descrito la operación como un viraje estratégico: “el crecimiento económico y los empleos del futuro serán aportados por tecnologías sostenibles; a la salida de la crisis vamos a ver más industrialización y su color será verde”.
En esa nueva estrategia, el gigante alemán traza una frontera entre el software empresarial clásico – actividad que abandonó al venderla a la francesa Atos – y el que busca un conocimiento profundo de los procesos de interacción entre las utilities y los consumidores. Al contar con una infraestructura de TI para controlar, analizar y optimizar esos procesos, espera quintuplicar sus ingresos en el mercado MDM.
Hasta cierto punto, esa frontera no es tal. La experiencia de eMeter es en sí misma un testimonio de la convergencia con la industria de TI: el CEO de la compañía, Gary Bloom, es un veterano de Symantec y Oracle, muy respetado en los círculos del Silicon Valley. En realidad, prácticamente todos los grandes nombres de las TI están en alguna medida asociados a este mercado en auge: IBM comparte proyectos con Siemens, y ha desarrollado un appliance con eMeter, Microsoft ha creado una unidad ad hoc con el fin de desarrollar una oferta para las utilities y Accenture participa como integrador en proyectos en distintas partes del mundo. Cisco es otro actor relevante, aunque desde hace algún tiempo no se le conocen nuevas iniciativas.
SAP es muy activa, apoyándose en su condición de proveedor de ERP para las empresas eléctricas: además de asociarse con eMeter – y con Siemens en un proyecto piloto en Alemania – tiene un acuerdo vigente con Landis+Gyr (ahora propiedad de Toshiba). Claro que, como es notorio, allá donde esté SAP hay que contar con la presencia de Oracle, que en los últimos años ha adquirido varias pequeñas compañías especializadas en la industria eléctrica.
Roberta Bigliani, consultora de IDC especializada en energía, enumera cinco factores que intervienen en la implementación de smart grid: 1) contadores inteligentes, para facilitar la diversidad de modelos de tarifas y la respuesta a nuevas demandas; 2) sensores encargados de transmitir en tiempo real información para la toma de decisiones; 3) infraestructura IP estándar, que integre distintos componentes del sistema; 4) arquitectura común de TI para integrar aplicaciones y modelos de negocio; y 5) comunicaciones móviles para optimizar el trabajo de campo.
La enumeración de Bigliani tiene el mérito de atisbar otros actores en potencia, los operadores de telecomunicaciones: a través de las redes 3G o 4G, la plataforma EnergyIP – y sus competidoras – mantiene un enlace permanente entre los contadores en el usuario final y el suministrador de electricidad. En Estados Unidos, eMeter trabaja en común con Verizon, por lo que no es azaroso imaginar que gracias a Siemens podrá tener sintonía con operadores europeos.