Los resultados del año fiscal 2024 de la multinacional alemana SAP –inserte aquí el lector una coletilla: “la mayor europea en la industria global de las TI y la mejor valorada en bolsa” – sólo se pueden interpretar como una reválida de la reestructuración con la que la compañía sorprendió en abril de 2020 al designar a Christian Klein como CEO en solitario tras un año de bicefalia. El año pasado, el contrato de Klein fue renovado hasta 2028, de modo que la trayectoria parece trazada. Ha sido el mensaje que Klein ha querido transmitir durante la exposición de unas cifras, en las que no podían faltar insistentes menciones de la inteligencia artificial como parte de la oferta de la compañía.

Christian Klein
SAP cerró su cuarto trimestre con un crecimiento del 27% e ingresos de 4.900 millones de euros, de los que 4.100 millones fueron aportados por su Cloud ERP Suite, que creció algo más, un 35%. Estos números insuflan más optimismo todavía en el jovial CEO: la mitad de los nuevos contratos firmados han incluido servicios y tecnologías de IA.
Se trata de una aceleración de la tendencia. Con una facturación total de 34.170 millones de euros (+10%) y un beneficio operativo de 8.200 millones (+26%), Cloud ERP Suite se confirma como el principal motor de SAP: en 2023 había crecido un 33% y el año pasado se superó, con el 34%. Visto de otro modo, representa el 84% de los ingresos totales de la nube en el trimestre final del año.
La propuesta cloud de SAP, convenientemente empujada por la discontinuidad de sus productos on-premise, progresa a buen ritmo y al final del año destaca por una cartera de pedidos que ronda los 63.000 millones de euros, con un incremento del 40%. El gradual giro desde el modelo de licencias al de suscripciones – que, ya se sabe, aportan más margen – va tomando forma, con crecimiento del negocio en la nube del 26% en 2024, a medida que las iniciativas RISE with SAP y GROW with SAP ganan usuarios. Sólo en el cuarto trimestre, el margen bruto superó el 73%, lo que es un aval para la estrategia del equipo directivo. La cuota de ingresos recurrentes es del 83%. Como contrapartida, en el lado de las licencias de software la caída fue del 21% hasta 1.400 millones de euros. De todas las entradas de pedidos cloud, el 60% procede de clientes que se mudan a la nube, el 30% de nuevos pedidos netos y un 10% corresponde a ventas adicionales a la base instalada.
En esta presentación de resultados, Klein destacó nuevas referencias para RISE: BP, Total Energies, BASF, Red Bull, General Motors y Robert Bosch. Y en GROW: Databricks y Outreach como nuevos clientes. Avanzó además que todo el conjunto de herramientas de transformación empresarial de SAP pasará a formar parte de la oferta de RISE, lo que incluye LeanIX, Signavio y WalkMe. Otra referencia sobre la que el CEO puso el foco se llama IBM, un viejo amigo que ha adoptado Success Factors para sus 275.000 empleados en más de 80 países.
La facturación procedente de la nube ya supone el 50% de los ingresos totales, con 17.140 millones de euros sobre un total de 34.180 millones. En cuanto a la proyección para 2025, sigue al alza, con una previsión de ingresos en la horquilla de 26% a 28%, que en su rango máximo llegaría a 21.900 millones de euros. Solamente la cartera de pedidos para los próximos doce meses es de 18.100 millones, un aumento del 29%. Las previsiones discurren por esa senda con un optimismo cantarín: se espera que el crecimiento sea de dos dígitos hasta 2027, espoleada por la nube y la integración de capacidades de IA en toda su oferta. Por añadidura, la compañía espera que el beneficio operativo se mueva entre los 10.300 y los 10.600 millones.
La nueva métrica que SAP ha introducido en sus informes financieros, CCB (Current Cloud Backlog), viene a reflejar los ingresos en la nube comprometidos contractualmente, que la compañía espera reconocer contablemente en los próximos doce meses. Klein afirmó que, con arreglo a esta métrica, el cuarto trimestre ha marcado cifras de récord. Según el CEO, aproximadamente el 40% de los clientes ya están migrando con RISE a la suite cloud, lo que no implica que todos sus entornos estén en la nube, dejando margen para seguir creciendo. Klein no dudó en postular que “cada trimestre sumamos cientos de nuevos clientes netos – pymes – en la nube” y que el número de clientes con más de cuatro soluciones de SAP se ha duplicado con holgura desde 2021, superando ya una quinta parte del total. Entre los países cuya comportamiento destaca el CFO Asam, sobresale España, junto con cuatro sin duda relevantes: Alemania, China, India y Japón.
En cuanto a las suspicacias sobre los plazos del final de mantenimiento de SAP Business Suite 7, que había sido ampliado de 2025 a 2027, Klein justificó la opción de extenderlo hasta 2030 con el hecho de que hay clientes con más de 100 instalaciones de ERP en sus filiales, cuyas migraciones se complican por la implicación de software de terceros. Aunque la oferta está abierta a todos los clientes, se dijo convencido de que el número que finalmente opte a ella será residual. El CEO tendrá sus cifras, pero un informe de Gartner del pasado septiembre expuso una opinión diferente: sólo el 37% de los clientes de ECC (ERP Central Component) había obtenido una licencia de S/4HANA, comparado con el 34% del mismo trimestre del año anterior, poniendo así en duda que a ese ritmo se pudiera cumplir el objetivo de SAP en 2027.
Por otro lado, en un momento especialmente agitado en el espectro de la IA con la irrupción de DeepSeek – que Klein definió como una buena noticia – SAP apuesta decididamente por extender la IA a toda su oferta, colocándose en primera fila del desfile como cliente cero, algo que ya hacen compañías como ServiceNow.
En opinión de Klein, más de 30.000 clientes utilizan SAP Business AI, de los que citó un puñado de nombres sonoros: Campari, Henkel, Bayer y BT Group. No debería sorprender que el CEO de SAP valorara tan positivamente al rival chino de OpenAI, dado que la compañía germana no desarrolla su propio LLM sino que integra los ajenos, por lo que toda bajada de los costes redunda positivamente en su margen.
El asistente Joule sería la prueba más visible, puesto que cuenta con más de 130 casos de uso y ha integrado 1.300 habilidades estimuladas por IA. Al parecer, la idea es utilizar Joule for Consultant y Joule for Developer para reducir los costes de las migraciones hacia RISE. El enfoque de SAP aspira a convertir Joule en una suerte de orquestador de los agentes IA, siendo capaz de armonizar datos estructurados y no estructurados, sean o no del entorno SAP.
En esta línea, el objetivo que se ha marcado la compañía es automatizar el 80% de los procesos de negocio más utilizados por los clientes y multiplicar por cinco su productividad, con la aspiración de que todos los usuarios de Joule sean un 30% más eficientes a finales de 2025. Este nivel de automatización, se supone, favorecería la fidelización de un mayor número de clientes que, alcanzado ese punto, tendrán resistencias a cambiar de proveedor.
En el contexto de la reorganización que SAP anunció en 2020 y de la que ahora saca pecho, que llevó a fusionar siete regiones en cuatro y a consolidar equipos de operaciones, destaca otra decisión de hace ahora un año: transformar su fuerza laboral aprovechando las potencialidades de la IA. El objetivo era – se dijo entonces – ahorrar costes y ganar eficiencia sin que ello entrañara despidos masivos. Al respecto, el propio Klein ha asegurado a los analistas que actualmente hay más de 20.000 desarrolladores de SAP que utilizan herramientas con IA incorporada, entre las que se encuentra Joule for Developer, con mejoras de eficiencia presuntamente de más del 20%.
La aportación de la IA, según el primer ejecutivo de la compañía, se ha extendido a la comercialización, de manera que tareas como la validación de contratos asistida han reducido el tiempo medio de reserva de contratos en un 75% y la automatización de procesos de cotización a cobro ha multiplicado por diez su productividad. Para este año, el efecto de la eficiencia conseguida podría cifrarse en 300 millones de euros. A su turno, el CFO Asam elevó la expectativa al estimar que podría elevarse a 500 millones
En la nueva reorganización de 2025 destaca el nombramiento de quien ha venido liderando la estrategia de IA en SAP, Philipp Herzig, con el puesto de CTO, sustituyendo a Jürgen Müller, quien abandonó la compañía en septiembre tras su “comportamiento inapropiado” en un evento corporativo.
En definitiva, SAP está creciendo a un ritmo superior al de otros actores en el segmento de las aplicaciones empresariales. Tanto es así que su más inmediato perseguidor, Microsoft con Dynamics 365, se mueve en el rango del 22%, prácticamente la mitad que SAP. Mucho más lejos se encuentran rivales como Workday /17%), Oracle (10%) y Salesforce (8%), Con todo, conviene no perder de vista algunos aspectos, como el clima macroeconómico mundial, con las tensiones generadas entre Estados Unidos y China, a las que habría que añadir la incertidumbre política y económica de Alemania, país natal y primer mercado de SAP.
Paralelamente, es importante puntualizar que si bien nadie quiere perder el tren de la IA, menos aún en las aplicaciones empresariales, subirse a ese tren no es sinónimo de aprovechar bien el billete. Está por ver cómo monetizar la inversión, lo que para una compañía como SAP – habituada de siempre a tarifar por usuario – puede ser complicado a la vez que inexorable.