27/06/2009

Samsung se salva de la recesión

Según las encuestas, los ciudadanos coreanos identifican a Samsung con lo mejor de su país, mientras en el resto del mundo se a considera como el paradigma de chaebol (conglomerado diversificado a la manera coreana). Pues bien, Samsung Electronics, la más conocida de una treintena de subsidiarias del grupo coreano, ha  sorprendido a los analistas al anticipar que los resultados del segundo trimestre de este año serán mejores que los de igual período de 2008, y desde luego mucho mejores que los del mediocre primer trimestre. ¿Qué ha ocurrido para que esta compañía pueda sacar pecho mientras la mayoría de sus competidores se afanan buscando salidas a la crisis?

Lo que ha ocurrido, sencillamente, es que una reorganización que estaba prevista desde tiempo atrás ha cuajado justamente ahora, en las horas bajas del mercado, y  parece que está dando buenos resultados. Las cuatro divisiones clásicas de la compañía – semiconductores, LCD, telefonía móvil y televisión – se han consolidado en dos, llamadas respectivamente Digital Media & Communications y Device Solutions (el gráfico ilustra su peso relativo). La primera agrupa las ramas de consumo y la segunda los componentes.

Oficialmente, se ha explicado la movida por la necesidad de una estructura corporativa más flexible, menos jerarquizada, dentro de lo que cabe esperar de un conglomerado semejante. Pero flota en el aire la sospecha de que los conflictos internos, soterrados o no, requerían una solución drástica a ciertos problemas internos: según el diario Korean Times, desde hace años son notorios los recelos entre directivos a la hora de compartir conocimientos entre divisiones adyacentes.

Dinastía Lee

Durante todo el año 2007 y los primeros meses de 2008, llegaban desde Seúl noticias de un confuso escándalo fiscal en el que estaría involucrado el chairman de Samsung, Lee Kum-hee, hijo del fundador de la compañía, a quien sucedió en 1987. Procesado y condenado por fraude, acabó dimitiendo en abril del año pasado, arrastrando en su caída a su respetado consejero delegado. Pero dejó inconclusa su propia sucesión en favor de su hijo, Lee Jae-yong, mientras esperaba ser rehabilitado por la justicia. El camino del tercer Lee ha quedado finalmente despejado para hacerse con las riendas de una empresa que su familia controla de facto aunque sólo posee una mínima parte del capital.

En principio – las cifras se conocerán el 24 de julio – los beneficios de Samsung Electronics  multiplicarán los del primer trimestre, y esta revelación anticipada ha dado ánimos a los inversores – ha de tenerse en cuenta que el 60% de los accionistas son extranjeros – de modo que los títulos de Samsung han subido un 40% desde comienzos del año, toda una excepción.  Habida cuenta del elevado peso de la exportación, una ventaja añadida ha sido la depreciación del won, que ha perdido una cuarta parte de su valor frente al dólar.

Al respecto, hay un antecedente que recordar. Durante la grave crisis asiática de 1997/98, Samsung tomó la audaz decisión de acelerar la conversión de sus líneas de productos analógicos al “todo digital”, y lo hizo más rápidamente que cualquiera de sus rivales. Esto le permitió alcanzar un estatus singular: es el único fabricante que produce dos de los componentes que se encuentran en los gadgets usuales: chips de memoria y pantallas de cristal líquido. Esto significa que, además de utilizar su tecnología en los productos de la marca, la vende a buena parte de la industria electrónica.

Inicialmente se entendió mal que, en tiempos de recesión, Samsung lanzara una nueva gama de televisores, TV LED, más caros (pero más rentables) que otros modelos, sometidos a una constante erosión de precios y márgenes. La consultora iSuppli estima que desde marzo se han vendido medio millón de unidades, en un contexto difícil para todos los fabricantes.

Otro factor que empuja los resultados del gigante coreano es la telefonía móvil. Samsung es la segunda marca del mercado mundial, y la única que ha ganado cuota en el primer trimestre. Su estrategia de marketing es singular: lanza continuamente nuevos modelos, forzando al máximo la cadena de suministros, más que ninguno de sus competidores. Ha tenido Samsung, sin embargo, una debilidad que trata de corregir: su presencia en el segmento de los smartphones no es la que quisiera, lo que no obsta para que su margen bruto en el primer trimestre fuera del 11,5%, en contraste con el más bajo, aunque respetable, 8% de Nokia. Si la nueva división Device Solutions encuentra la manera de perseverar en esta vía, los objetivos de la reestructuración se habrán cumplido.


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