El mundo vive una fiebre mundial de inversiones en centros de datos. Un boom, podría decirse: obras en marcha, proyectos por doquier, anuncios que pueden no ser más que globos sonda. Afloran inversores – les llaman nuevos entrantes – que buscan negocio fresco en un sector que no es el suyo. Muchos acabarán desistiendo, pero todos sin excepción se guían por una regla: no construyas (ni mucho menos equipes) un centro de datos si antes no has contratado un cierto número de clientes que lo justifiquen. Al mismo tiempo, la IA – antes clásica y ahora generativa – inspira titulares y excita la imaginación. Tal vez sea este el motivo por el que rebrota una sospecha recurrente: ¿se estará preparando otra burbuja?

Robert Assink
Es la segunda vez en que este blog entrevista a Robert Assink, director general de Digital Realty (antes Interseccion) en España pero es la primera desde que el mercado vive esta sorprendente explosión.
Hay coincidencia en el tiempo entre el auge de los grandes centros de datos y el de la inteligencia artificial. ¿Una relación entre causa y efectos?
Básicamente, hay tres facetas en la inteligencia artificial tal como la conocemos: data lake, entrenamiento e inferencia. Las dos primeras no requieren mucha conectividad, al contrario que la inferencia. Data lake y training son muy intensivas en potencia eléctrica y capacidad, la tercera, el módulo de inferencia, es donde se toman las decisiones sobre los datos que han sido recopilados y después entrenados en el modelo. Esto sí, requiere buena conectividad y baja latencia, además de la deseable cercanía a los usuarios […] Llevamos dos años en esta discusión y todavía no hay consenso sobre las proyecciones que se han multiplicado. Lo que puedo decir es que lo que hemos vendido de este nuevo centro de datos es en gran parte IA, pero no podemos saber cómo serán los consumos, a qué velocidad van a crecer ni cuál será la proporción entre esas tres facetas.
El edificio está funcionando, pero ya es visible hasta dónde llegará la ampliación […]
Así es, estamos en MAD4, un edificio con tamaño y capacidad cinco veces superiores al que construímos en el mismo barrio de Madrid en 2019. Y no está acabado; esperamos que llegue a ser completamente operativo en enero o febrero de 2026. Es lo que pasa con la IA, como somos una familia numerosa necesitamos más habitaciones: los hijos quieren cada vez más espacio [risas]
Cinco veces más que en 2019 suena a excepcional […]
Es lo corriente. En el 2000 se construían centros de datos para una demanda, en 2012 para otra y en 2019 para otra diferente. Ahora se construyen pensando en la IA, pero sin dejar de ocuparnos de la anterior, que va a seguir creciendo: nadie pone en duda que habrá muchos despliegues para IA, muchos y más grandes. Pero la distribución de contenidos, el intercambio de datos y la interconexión van a seguir funcionando y creciendo.
Hay una suspicacia extendida de que cuando algo crece mucho o muy rápido, lo más probable es que sea otra burbuja. ¿Puede ser el caso de los centros de datos?
Me consta que el crecimiento es real y así lo estamos viendo en España. En todo el mundo, el crecimiento está empujado por la IA y hablo de clientes muy potentes y muy sólidos, no de fenómenos pasajeros […]. No entiendo que se pueda comparar con la burbuja de las puntocom, de ninguna manera. En aquel momento, el mercado se medía en clics, ahora directamente en dinero.
¿Hay algún rasgo original en España que se diferencie de otros mercados donde está presente Digital Realty?
La geografía confiere a España un privilegio en la interconexión de continentes. Para conectar Norteamérica y Sudamérica con Europa, pero también porque el Mediterráneo es, si me permite la expresión, una autopista rápida para el tráfico de datos en milisegundos: de Virginia a Bilbao, luego a Marsella, Oriente Medio y de ahí hasta China e India. Esa posición geográfica ha impulsado la inversión en cables submarinos, pero hay otro factor: antes, las telecomunicaciones las manejaban los operadores; ahora el tráfico de contenidos lo generan y lo gestionan diez o veinte compañías que no son telecos y que se han hecho cargo de construir infraestructuras. El aumento de tráfico se debe al aumento de servicios digitales en un crecimiento exponencial […] y ese tráfico no sólo viaja, sino que reside en servidores, para lo que hacen falta centros de datos y puntos de interconexión.
También influye la abundancia de energía renovable.
Y un precio bajo de la energía, el más barato del continente europeo en este momento […] Para un sector que requiere mucha energía, este es un factor competitivo. No me entienda mal: competir en costes bajos no es sostenible en el tiempo por lo que, como país, tenemos que buscar la forma de ofrecer valor añadido.
Podemos tener un desarrollo de energía renovable en producción y luego encontrarnos con problemas de distribución […]
Es lo que está ocurriendo; depende de decisiones políticas y de regulaciones que el acceso a la energía esté donde se la requiere. Este es un debate crucial, porque una red eléctrica no se hace de un día para otro, requiere planificación y poner de acuerdo a muchas entidades diferentes. Observamos al menos dos posturas: unos montan un centro de datos cerca de donde se produce la conexión, como hace Iberdrola y quizá lo hagan Repsol o Solaria. Otros, como Merlín en Extremadura, tienen intención de poner hasta 1.000 megavatios cerca de donde está la energía de alta tensión, pero condicionándola a conseguir un cliente.
Esa es una regla de los centros de datos: contratar clientes para anclar un proyecto, antes de construir […]
No ha sido así históricamente. Nuestro sector nació de la liberalización del mercado de telecomunicaciones. Las magnitudes eran otras y si invertías 1.000 lo vendías en trocitos de 1 a 10, mientras que ahora la inversión puede llegar a 10.000 y los trozos serán de 1.000. Quiero decir que es un juego diferente con otras dimensiones financieras. Lo que hemos hecho entre cinco y diez jugadores en Europa ha sido construir un ecosistema de conectividad: una labor de veinte años, poco a poco.
¿Cómo ha sido ese proceso?
Primero las comunicaciones de voz, luego los datos de servicios como Facebook o gaming; más tarde vendría la externalización de los centros de datos, algo corriente en empresas de cualquier sector. Hasta que llegó el cloud computing y ahora el fenómeno se llama inteligencia artificial […] han sido capas añadidas de segmentos de demanda: podías entrar con una inversión importante y mantenerte en el mercado teniendo un cliente. La situación ha cambiado y por eso hay tantos postulantes con proyectos más inmobiliarios que de base tecnológica.
¿La demanda tradicional ha pasado a ser minoritaria?
No es eso. En nuestro caso y en Europa, donde nacimos con el concepto multitenant [varios clientes bajo un mismo techo], creamos este ecosistema y aquí podríamos haber vendido toda la capacidad nueva a un solo cliente, pero no hemos querido, preferimos el efecto bola de nieve [risas], es el ecosistema que tenemos.
Que consiste en…
Ahora mismo, tenemos 15.000 conexiones entre cliente y cliente.[…] Las dimensiones de Digital Realty han cambiado al alza, pero preservamos una mezcla de clientes. En el edificio donde estamos, MAD4, tenemos previsto un 80% de la capacidad para proyectos grandes y un 20% para pequeños. Este es el más nuevo y el más grande en Madrid, todos en un triángulo de más o menos 1 km de fibra por cada lado del triángulo, por lo que la conectividad funciona como en un único emplazamiento.
¿MAD 4 ha implicado cambiar de modelo o de arquitectura?
Seguimos fomentando y preservando nuestra conectividad múltiple, coherente con la mezcla de muchos proyectos pequeños y unos pocos grandes. Nuestra propuesta es diferente a las de los nuevos entrantes en el mercado, que ofrecen un edificio a un cliente o a pocos clientes […] En Digital Realty somos especialistas en infraestructura física, nos distanciamos del modelo inmobiliario con el que nacimos en Estados Unidos y con el que la compañía salió a bolsa. Sobre todo en Europa, nos hemos ido moviendo hacia los servicios gestionados.
La estrategia mediterránea de Digital Realty no es nueva, aunque desde España la descubramos ahora por la implantación en Barcelona. ¿Cuáles han sido los motivos?
La clave es la existencia del Barcelona Cable Landing Station en Sant Adrià del Besós, como amarre de varios cables submarinos y donde estamos acabando la construcción de nuestro centro de datos, así que yo diría que nos necesitamos el uno al otro. Hay inversiones de otras compañías en Barcelona: en la Zona Franca están Equinix, Atlas Edge y EdgeConneX; en Cerdanyola, una promotora inmobiliaria desarrolla un centro de datos que probablemente se compaginará con cargas de hyperscalers. Con estos tres vértices se descentralizará el tráfico que se concentraba en la Zona Franca. Se cubrirán las necesidades de las telecos y los CDN (content distribution network) de redundancia y robustez en sus arquitecturas de la zona metropolitana barcelonesa.
¿Cuál es el monto de la inversión en Barcelona?
La nuestra será de casi 200 millones de euros, de los que ya estamos ejecutando 100 millones para ponerlo en marcha a principios del 2026 y, en función de la demanda, empezaremos a duplicarla.
¿Qué historia tiene Digital Realty en el Mediterráneo?
Empezó en Marsella hace diez años con la compra de un centro de datos que era propiedad de la teleco francesa SFR y que, desde entonces, ha pasado a ser un lugar de concentración de cables y conexión intercontinental en Europa. Actualmente, en Marsella tenemos cuatro edificios y vamos a por el quinto. Nuestras operaciones se han ido extendiendo por el Mediterráneo: en Roma estamos ampliando un campus que llegará a tener tres centros de datos; abriremos Creta el próximo abril y el año que viene Sant Adrià con 14 megavatios y la posibilidad de crecer hasta 20 MW. Ya estábamos en Atenas, Zagreb y Tel Aviv, todo está interconectado y, gracias a contar con estas interconexiones, atraemos a proveedores de contenidos digitales.
¿Son centros de tránsito o de distribución de tráfico?
Como norma general, lo que ha pasado con Marsella es lo que creemos va a pasar en Lisboa y Barcelona. Lo que era un sitio en el que entra y sale el tráfico, los proveedores de servicio van haciendo que crezcan la interconexión, el almacenamiento, el intercambio con otros actores. El dato gana valor cuando uno se lo entrega a otro, este a un tercero y así de seguido […]
¿Cuál es la dimensión económica de esta compañía en España? ¿Qué crecimiento espera?
Con lo que ya está completamente vendido en Madrid y sin contar Barcelona, en España tendremos este año un 25% de crecimiento en ingresos, comparándolo con 2024. Ya lo he dicho: nuestro modelo de negocio consiste en invertir en capacidad que vendemos en trozos, de manera que si no construyéramos más, nuestro crecimiento sería marginal. Hay que seguir invirtiendo.
La abundancia de proveedores que asoman podría eventualmente provocar una bajada de precios relativos y, en consecuencia, una menor rentabilidad.
Teóricamente podría ser así, si hubiera sobrecapacidad: como he hecho una inversión y no tengo clientes contratados, opto por tirar los precios y acabo teniendo en las manos algo que no es lo que buscaba pero siempre será mejor que nada. Podría ocurrir, no digo que no, pero a día de hoy las inversiones son tan altas que nadie invierte si no se ha asegurado unos ingresos. Ahora bien, si hablamos genéricamente, nosotros, como cualquier competidor con un modelo de negocio similar, tenemos un yield, un rendimiento objetivo de más o menos dos dígitos o de un dígito alto, digamos de 9. Una inversión inmobiliaria corriente obtendría rendimientos de 5 o 6, una diferencia interesante en favor de nuestro modelo […]
¿Y què pasa con los costes?
El coste de construir un centro de datos ha subido más o menos un 30% por varios motivos. Sobre todo por la escasez de materia prima y por los equipos como grupos electrógenos, transformadores […] de los que hay mucha demanda. Luego, la crisis energética por la guerra en Ucrania y el corte del gas de Rusia a Alemania, se ha trasladado a nuestro sector, tan sensible […] Hoy, si construyes en Virginia, en Dublin o en Madrid, te cuesta un 30% más que hace cinco años.
Por consiguiente, el capex es más alto, habría que subir los precios.
El capex ha subido y también ha subido el opex, porque todos sufrimos la escasez de personal cualificado. Como no somos un sector intensivo en mano de obra, no influye mucho en nuestro coste principal, que es la electricidad, pero dependiendo de cuándo se haya cerrado el contrato con la compañía eléctrica te puedes encontrar con un coste que haga muy complicado competir en precio. Lo principal, de todos modos, es el capex.
Volviendo a la geografía: en la configuración de la ´autopista` de Digital Realty, van a jugar un protagonismo Madrid y Barcelona […]
Solemos decir que Madrid sí tiene playa, porque los cables que llegan al Mediterráneo y al Atlántico confluyen en Madrid, donde se cruzan oferta y demanda. Si añadimos Barcelona, que además de la interconexión tiene una importante economía local que está repuntando, completaremos la autopista con Lisboa y algún otro cable que llega a Bilbao o Santander. El Medusa, que amarra en Lisboa y cruza la península, es propiedad de AFR-IX, una empresa catalana que es la misma del Barcelona CLS. En definitiva, por el Mediterráneo pasa la autopista de Internet más rápida del mundo, entre Virginia y Hong Kong. Tiene un tramo europeo que pasa por España, sea desde Lisboa (Medusa) o Bilbao (Marea, operado por Telxius) y sigue viaje a Marsella que así queda conectada con Barcelona.
¿Las 15.000 conexiones son una buena métrica de lo que representa Digital Realty?
En España, sí. Son interconexiones dentro de nuestros edificios, hoy. Luego, lo que sale a la calle ya no hay forma de contarlo: por la misma fibra viaja un montón de servicios que no dependen de nosotros.
¿Eso es mucho o es poco?
No quiero presumir de tamaño, pero en el sur de Europa estamos en el centro de datos con más conectividad. Más que Marsella, por cierto. En estos tres edificios cercanos que operan como si fueran uno solo, acogemos 220 redes, mientras que el que nos sigue en España tiene 89. Tal vez le interese saber que dentro de Digital Realty, el número uno es Frankfurt y Madrid el número dos.