Tanto se ha hablado de inteligencia artificial la semana pasada en el MWC de Barcelona que se hace dificil creer que alguna gente crea haber estado en una “feria de móviles”, como la llaman los taxistas locales. Quien en 2025 esperase ver novedades en esta categoría de hardware habrá salido frustrado, porque fueron pocas y transitorias, en espera… de la IA. Los actores del mercado actúan convencidos de vivir las vísperas de un enorme salto tecnológico, aunque el diagnóstico lleve retraso. Este apunte rápido viene a propósito de la estrategia descrita – aún falta verla – por Qualcomm para 2025 y más allá. Una estrategia delineada pero que no ha podido evidenciarse en una pieza de silicio presente.
Enrico Salvatori
“La IA es el nuevo UI [interfaz de usuario]”, fue la frase que dejó caer varias veces Enrico Salvatori, presidente de Qualcomm Europe en una presentación pública fuera de la Fira. Llevar a la práctica el eslogan implica integrar servicios de IA en las entrañas de dispositivos diversos pero con un rasgo común: han de estar equipados con un procesador y un módem de la compañía.
Este objetivo excede por mucho el alcance de los smartphones que durante décadas han llevado chips de Qualcomm: el campo de batalla se extiende ahora a tabletas, ordenadores, dispositivos industriales y vehículos conectados que suman, en conjunto, una base instalada de muchos miles de millones y que serán de aplicación en todo tipo de verticales.
El camino de Qualcomm para llegar a esa integración pasa por una plataforma, Snapdragon Elite, de la que ya existen varias versiones con distintas capacidades de proceso adaptadas a dispositivos varios. Todos incluyen o incluirán una unidad de proceso (CPU), un chip gráfico (GPU) y otro neuronal (NPU), así como un módem de radiofrecuencia 5G con Bluetooth, memoria y servicios de seguridad totalmente integrados.
Los smartphones de gama alta van a llevar un procesador Snapdragon Elite 8, mientras que a los portátiles y tabletas les corresponden Elite X, Plus X o simplemente C, según las capacidades, las prestaciones… y el precio de cada dispositivo.
Aparte, Qualcomm ha creado una plataforma industrial denominada Dragonwing [¿acaso una referencia a Juego de Tronos?] que será el corazón de diferentes dispositivos para la industria: robots, drones o navegadores. Añádase otras dos marcas para los automóviles y artilugios de movilidad Snapdragon Cockpit y Snapdragon Ride. El todo comparte como rasgo común la integración de IA dentro del dispositivo, con componentes más o menos potentes y robustos según el mercado al que vayan dirigidos.
Por lo tanto, habrá capacidad de IA en el interior, pero también conexión con la IA híbrida y con la nube centralizada mediante 5G y Wi-Fi 7. Está claro que dotar de inteligencia al dispositivo le permitirá ser más eficiente en procesos de inferencia, además de otros atributos como inmediatez, fiabilidad y personalización. Va de suyo que la privacidad y la seguridad se consiguen al no salir los datos a una nube externa, algo que ha sido posible porque los modelos de inferencia son cada vez menos pesados y dentro del dispositivo hoy en día se puede contar con capacidades impensables hace un par de años. Esta tendencia va rápidamente a más, como se ha visto en el lanzamiento de Deep Seek, una sorpresa que aún colea.
Según dijo Salvatori, más de 1.500 desarrolladores trabajan para tener aplicaciones de IA en las plataformas Snapdragon. De momento, los smartphones más avanzados, como los S25 de Samsung o el Magic 7 Pro de Honor todavía llevan el módem X80 del año pasado, como también los iPhone que Apple presentó en otoño. Para la segunda mitad del año (se supone que en septiembre) se lanzará el módem X85, lo que significa que este será uno de los ganchos del futuro S26 de Samsung y otros smartphones de gama alta (suponiendo que la IA generativa no altere el ciclo habitual de lanzamientos, que difícilmente coincidirá con la celebración del MWC.
En algunos dispositivos industriales, Qualcomm ya está despachando el X85, pero comercialmente no se verán hasta el otoño. Aparte del módem, Qualcomm ha anunciado la plataforma Élite Gen4 destinada a FWA [acceso inalámbrico a servicios de banda ancha] y unos módems IoT con radiofrecuencia. De esta forma, la compañía pretende cubrir todos los espacios además de los smartphones, ordenadores y coches conectados. La industria será, por consiguiente, su cuarto segmento de negocio.
Ciertamente, los chips para smartphones y los royalties generados por sus patentes constituyen en la actualidad el grueso de la facturación y los beneficios de Qualcomm, aunque es más que probable que ambas fuentes mermen significativamente en la segunda mitad de la década.
La estrategia marcada por Cristiano Amon, CEO de la compañía – quien este año no se dejó ver por Barcelona, por las razones que fuera – para seguir siendo muy rentable pasa por hacer crecer dos negocios que en este momento son prometedores pero incipientes: los dispositivos IoT y la electrónica para automoción.
Otro elemento clave es la plataforma Elite para distintos tipos de ordenadores con proceso ARM – una vez resuelto el litigio que ha enfrentado a las compañías – que se caracteriza por su menor consumo de energía y los sectores verticales designados.
El auge en la venta de smartphones en los últimos trimestres, sobre todo los de gama alta ha beneficiado a la rama QCT (Qualcomm Technologies) de la compañía, que se encarga de diseñar los chips, dado que gran parte de los modelos de esta franja funcionan con los Snapdragon, especialmente los X70 y X80. Asimismo, la compañía todavía recibe jugosos beneficios con el suministro de los módems para los iPhone de Apple, contrato que debería expirar en marzo de 2027 tras haber sido ampliado en 2024.
Es previsible que al menos parte de los iPhone que se presentarán el próximo otoño, lleven un módem 5G diseñado por Apple con lo que Qualcomm perderá una parte sustancial de su facturación y beneficios (se calcula que el año pasado Apple le pagó 8.572 millones de dólares, nada menos que el 22% de los ingresos de Qualcomm).
Al anunciar su nuevo iPhone, Apple destacó que lleva un módem propio, si bien con cautela al hablar de prestaciones al ser – según su literatura – más potente que el x80 de Qualcomm. Es probable que el próximo modelo saldrá en dos versiones: la más potente con el x85 de Qualcomm y otra inferior con el diseñado por Apple, pero esto no habrá manera de saberlo hasta que se presenten. Para otoño del 2026, sin embargo, la gran mayoría, si no todos, los iPhone llevarán el de Apple.
Aparte de la probable merma del negocio en 2027, Qualcomm ve crecer la competencia en el mercado de procesadores para smartphones, en especial por parte de la taiwanesa MediaTek, que cada vez los hace mejores y más económicos en proporción a sus prestaciones.
Los procesadores para smartphones suponen en este momento más del 60% de los ingresos de Qualcomm, mientras que IoT representaría el 17% y la automoción el 5%. Se prevé que la cuota de los smartphones crezca ligeramente este año y tal vez lo repita en ejercicios siguientes. Una proyección de la consultora Khaveen apunta a crecimientos del 26,6% en la actividad IoT y del 28% en automoción, representando la suma de ambas el 49% de la facturación de la división QCT.
Aparte de los módems, Qualcomm también suministra a Apple y a más compañías otros chips como transceptores de radiofrecuencia, circuitos de gestión de energía y rastreadores de banda ancha. Este es un mercado con más competencia que el de procesadores para smartphones, pero se considera que la compañía de San Diego está bien situada para al menos mantener su cuota de mercado.
[informe de Lluís Alonso]