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Es oportuno rastrear el hilo conductor entre las múltiples novedades de productos y servicios que HP ha presentado durante su evento Discover, en Las Vegas – la edición europea será en Barcelona, en diciembre – porque Meg Whitman, CEO de la compañía, lo deja entrever en cada una de sus presentaciones: ya que ha de abstenerse por ahora de comprar empresas, inevitablemente caras, y los inversores tomarían a mal que se desprendiera de activos, inevitablemente con minusvalía, Whitman tiene que extraer el mayor valor de lo que heredó al ocupar su puesto, hace menos de dos años. Y para ello, diferenciar la oferta con lo que tiene en casa; que lo consiga o no, lo dirá el mercado. Leer más
Dejaré para otro día el comentario sobre los resultados de Oracle, para centrarme en lo que ocurrirá hoy mismo. Está prevista una conferencia de prensa conjunta de Mark Hurd, mano derecha de Larry Ellison, con Steve Ballmer y Satya Nadella, de Microsoft; el objetivo es anunciar un acuerdo entre ambos gigantes, no precisamente amigos, en torno a la nueva base de datos de Oracle, 12c. No es un rumor: el propio Ellison anticipó la semana pasada que esta semana anunciaría acuerdos con otras empresas de software e infraestructura que «cambiarán la percepción de la tecnología de Oracle en la nube y se comprometerán con ella por los años a venir».
Las otras compañías que citó nominalmente fueron Salesforce y NetSuite, que son competidoras en SasS apoyándose en la base de datos de Oracle. El caso de Microsoft es diferente, porque cuenta con la suya propia, SQL Server, que compite ccon esta sin pasar del segundo puesto en la tabla, principalmente en las grandes corporaciones. Aparentemente, la jugada estaría concebida para que Oracle 12c [la c significa cloud], que muy pronto estará disponible, se incorpore por la puerta grande a Windows Azure.
La iniciativa de Oracle no estaría directamente relacionada con su estrategia cloud, anunciada el año pasado. Pero es un hecho que la compañía sigue siendo tributaría de los ingresos generados por su software histórico, y con este gesto revalidaría el liderazgo (algo más de la mitad del mercado mundial de bases de datos, según Gartner) a la vez que obtendría un valioso reconocimiento de sus competidores: las circunstancias del mercado obligan a soportar instancias multitenancy desde la capa de base de datos, según explicó Ellison, y la nueva versión tiene esa característica. Por su lado, Microsoft podría sacar pecho por haber atraído a su rival, y presumir de pluralismo en su oferta cloud (¿acaso Azure no está abierto a múltiples lenguajes y soporta Linux?).
Especular sobre una alianza más amplia entre ambas sería excesivo, habida cuenta de cómo se las gastan. En la acelerada reconfiguración del mercado cloud, las dos comparten una lista de enemigos que amenazan la evolución de sus modelos de negocio [Amazon, sin ir más lejos].Y cuando Ellison sugiere que estaría dispuesto a aceptar en Oracle 12c la implementación del hipervisor de Microsoft, ¿no estará indicando interés común en bloquear las iniciativas recientes de VMware y su participada Pivotal?
Algo más de dos minutos. Este fue el tiempo que, dentro de su presentación, dedicó Eddie Cue, senior VP de software y servicios de Apple, a anticipar lo que dentro de un año o dos podría ser un ámbito de aplicación de iOS, cuya versión 7 se anunció en la conferencia de desarrolladores. Evitó llamarlo iCar – como sugiere desde ya algún blog y a lo mejor se ha registrado – pero objetivamente es posible preguntarse por qué lo hizo, si la información es tan escasa y su concreción tan difusa. Muy sencillo: porque la industria del automóvil es un socio potencial para Apple, y sólo con mostrar en pantalla los logos de una docena de marcas, se excitan las glándulas del marketing. Leer más
Las acciones de Samsung llevan dos semanas bajando en la bolsa de Seúl, porque los analistas han recortado sus previsiones sobre las ventas del Galaxy S4, producto estrella sobre el que pivota este año la firma coreana. Cuando esta informó haber despachado 10 millones de unidades el primer mes, una previsión oficiosa de 100 millones para finales de año parecía creíble, pero el viento no sopla tan fuerte como el entusiasmo, y las últimas estimaciones rebajan la cifra entre un 15 y un 20%. Según la firma de corretaje Woori Securities, cada cinco millones menos de S4 equivaldrían potencialmente 1.000 millones menos de dólares de beneficio operativo. Parece mucho, pero sus colegas de Shinham Investment apuntan a la baja del parámetro en el trimestre abril-junio, y Goldman entre unas opiniones y otras, han deprimido una acción normalmente poco volátil [si se mide desde enero, el valor bursátil de Samsung ha perdido un 12%, casi todo en junio].
Teniendo en cuenta que la división de móviles aporta casi tres cuartas partes de los ingresos de Samsung Electronics, los analistas se han despertado con el temor de haber pecado de optimismo. Es lo que les echa en cara J.K.Shin, jefazo de esta rama de la compañía: que se pasaron de vueltas, y ahora procuran corregir su hoja de cálculo. Aparentemente, Shin mantendría la suya.
Quien ha escrito – lo he leído por ahí – que Samsung está recibiendo la misma medicina que Apple, exagera; entre otras cosas porque nadie había dicho que la coreana fuera la empresa más valiosa del mundo por delante de Exxon y otras de la élite de Wall Street. No por ello a mi colega plumilla le falta fundamento: el problema parece estar en que el segmento de smartphones de alta gama desacelera, sobre todo en Europa, ¡y en Corea, quien lo diría! – y el de gama media se agita, lo que afecta a los dos adversarios en distinta medida.
Para Samsung parece razonable sacar versiones aligeradas del S4 [hoy mismo presentaría una en Londres, donde ha convocado a la prensa, y la semana próxima una Google Edition]. Ha conseguido desbordar en ventas al iPhone, y ahora se volcará en frenar la potencia de Huawei y otros un peldaño más abajo. Es una misión delicada para Shin: si apuesta por el volumen, debilita los márgenes, y si se conforma con tener el modelo más cool del momento, acabará perdiendo cuota. Por tanto, su marketing de los próximos meses será muy agresivo.
En el caso de Apple, la disyuntiva se presenta algo diferente: según sugieren las palabras de Tim Cook, en vez de contaminar el catálogo – tan limitado pero tan rentable – con un modelo ´barato´, estaría dispuesto a modular el próximo iPhone con versiones adaptadas a la la naturaleza de ciertos mercados; además, habrá que ver lo que dé de sí ese ´plan renove` del que se habla.
El cambio de puesto de Todd Bradley en HP merece atención porque es, junto con Dave Donatelli, uno de los dos pilares en los que se apoya la acción de Meg Whitman para dar la vuelta a la compañía. Seguirá siendo vicepresidente ejecutivo, ya no a cargo de la división (PPS) Printing and Personal Systems – 60.000 millones de dólares, ahí es nada – sino de una posición de nombre impostado y definición confusa, Strategic Growth Initiatives. El triple contenido de sus funciones no es convincente: reforzar los negocios de HP en China, extender las relaciones con el canal en todo el mundo e identificar oportunidades de partnership «con empresas que puedan contribuir al crecimiento a largo plazo». Demasiado, ¿no les parece?
Las cualidades de Bradley para cumplir con cualquiera de esas funciones, o con las tres, no hay quien las niegue – entre otras cosas, ha sido algo así como un embajador oficioso de HP en China, donde dicen que tiene más contactos que ningún otro directivo occidental del sector – pero lo cierto es que el movimiento llega en un momento delicado, y da para varias lecturas.
Después de ocho años dirigiendo la poderosa división de sistemas personales de HP, que se fusionó en 2012 con la de sistemas de impresión, todo hace presumir que Bradley estaría a punto de encajar el mal golpe de ver cómo la marca pierde el primer puesto en la tabla mundial de PC en el segundo trimestre, a manos de Lenovo y por la dinámica casi natural entre mercados que crecen y mercados que han dejado de crecer. Si el sorpasso en el ranking se confirmara (sólo se sabrá a finales de julio), no faltaría quien interpretara su nuevo puesto como un castigo y no como lo que se predica, una promoción. Especular sería una fatuidad.
Lo sin duda objetivo es que el negocio de HP en sistemas personales está en una profunda reconversión para salir de este trance: ha renunciado a sacrificar márgenes sólo por defender su cuota de mercado, y para los próximos meses prepara una auténtica ofensiva de nuevos modelos en todas sus gamas. El acuerdo con Google y el lanzamiento de tabletas Android no se pueden ver como gestos marginales, pero tampoco hay que exagerar la distancia con Microsoft: según se dijo días atrás en la conferencia Discover, la compañía espera que el final del soporte a Windows XP, en abril de 2014, será su gran oportunidad de encabezar la renovación de la base instalada de PC en empresas, que en proporción del 28% aún utiliza esa versión del sistema operativo.
Volviendo al asunto del organigrama: el relevo tiene mucho que ver con ese tránsito lleno de baches. Dion Weisler pasa de dirigir PPS en la región Asia Pacífico – por tanto, a las órdenes de Bradley – a tomar el mando del mercado global, reportando directamente a la CEO. «Dion tiene un background perfecto para los retos que tenemos por delante», dice el comunicado ritual atribuído a Meg Whitman. ¿A qué se refiere? Weisler no es un veterano de HP, ya que se incorporó en enero del 2012 procedente de Lenovo y después de haber pasado once años en Acer. Curriculo que sugiere una personalidad de competidor agresivo, curtido en los mercados más disputados. También en este plano, es demasiado pronto para sacar conclusiones subjetivas.
Después de ocho años dirigiendo la poderosa división de sistemas personales de HP, que se fusionó en 2012 con la de sistemas de impresión, todo hace presumir que Bradley estaría a punto de encajar el mal golpe de ver cómo la marca pierde el primer puesto en la tabla mundial de PC en el segundo trimestre, a manos de Lenovo y por la dinámica casi natural entre mercados que crecen y mercados que han dejado de crecer. Si el sorpasso en el ranking se confirmara (sólo se sabrá a finales de julio), no faltaría quien interpretara su nuevo puesto como un castigo y no como lo que se predica, una promoción. Especular sería una fatuidad.
Cuando el jueves 20 a última hora Oracle presente sus resultados trimestrales – presumiblemente, serán buenos en software pero no en hardware – no faltará la pregunta acerca de la tendencia del negocio de servidores, que en el trimestre anterior sufrió una caída de ingresos del 23%. Esta vez, el analista recibirá de Larry Ellison una respuesta diferente: el acuerdo con Dell desengancha a Oracle del mercado de máquinas x86, la parte menos lucida de la herencia recibida de Sun, y asegura la continuidad de venta de software a sus clientes. El trato parece una oportunidad para Dell, que se convierte en partner preferente para integrar las soluciones de Oracle en su catálogo.
Queda menos de un año para las elecciones europeas, y a la comisaria Neelie Kroes le ha parecido que es el momento de salvar su imagen como reformadora de las telecomunicaciones, que esa es su misión dentro de la CE: «el status quo no es sostenible – proclama – porque los ingresos declinan a una media del 1 al 2 por ciento en Europa, mientras en el restÍo del mundo crecen al 5% o más». Otra prueba: Estados Unidos, Japón y Corea combinan el 88% de las conexiones 4G, mientras Europa sólo suma el 6%.
Los operadores están de acuerdo con el aserto, pero quieren ver qué hay detrás de las palabras. Y encuentran lo de costumbre, una intocable fragmentación, pese a que Kroes les prometió hace tres años trabajar por un mercado unificado. Tantas veces se han cruzado las contradicciones entre el punto de vista de Kroes y el de Joaquín Almunia, comisario de competencia, que ayer la primera tenía que fingir en Twitter que ambos están en la misma sintonía. Un portavoz de Almunia reaccionó asÍ: «en tanto los mercados tengan alcance nacional, seguiremos analizando toda posible fusión que pueda perturbar la competencia y afectar a los usuarios de esos mercados».
O sea: la consolidación entre operadores europeos está bloqueada – se ha visto en un mercado pequeño y abarrotado como Austria – pero no se puede excluir desembarcos extracomunitarios. ¿Dramatiza Pierre Louette, CEO adjunto de Orange, cuando dice: «se ha creado una situación carente de atractivo para operaciones intraeuropeas; un mexicano [se refiere a Carlos Slim] puede entrar en dos países tan campante y perder el 50% de esa inversión… los chinos y los norteamericanos están esperando su oportunidad»?
Kroes se ha cuidado mucho de adelantar propuestas radicales: no habrá barra libre a la concentración, ni regulación paneuropea, ni armonización en el reparto de espectro. Varios ministros se oponen, y por tanto no pasarían el filtro. Por consiguiente, los operadores se temen que la retórica de Kroes sólo pretenda endulzar el trago de la eliminación de tarifas de roaming, una medida que está en la agenda inminente de la Comisión, aliñada con un posible ´pasaporte regulatorio` que les permitiría vender servicios fuera del territorio de cada uno. ¿Qué pueden hacer los operadores incumbentes? Pues podo más que seguir quejándose, y dar más pasos en lo que está a su alcance, la compartición de infraestructuras. Ni sueñen con una reforma del mercado de las telecos en Europa antes de mayo del 2014.
Al constatar que, contra la costumbre, en la reciente conferencia Google I/O no se anunciaba ninguna novedad de hardware, muchos entendieron que Google prepara una revisión de su estrategia, que sólo podría tener como objetivo la ampliación de su cuota de mercado. Una revisión que, como es lógico, implicaría un ajuste en sus relaciones con las marcas que la acompañan en su aventura Android. Es un hecho que desde el lanzamiento del primer smartphone Nexus – fabricado por HTC – se daba por supuesto que habría una nueva generación cada año; más o menos lo mismo se pensó tras la aparición de la tableta Nexus 7, producto de la colaboración de Google con Asus. No es tan sencillo como parece. Leer más
No estoy muy seguro de que el escándalo de vigilancia electrónica que ha estallado en las últimas semanas haya que adscribirlo a la noción orwelliana de Gran Hermano en 1984, sino más bien a Un Mundo Feliz, que Aldous Huxley escribió como sátira de una obra de H.G.Wells, en la que el novelista fabiano pronosticaba el hartazgo de las masas. Todos se quedaron cortos en el tránsito de la la utopía a la distopía. Mis lejanas lecturas apenas me permiten recordar que los ciudadanos descritos por Orwell estaban derrotados y resignados a su suerte, mientras a los de Huxley cabría aplicarles el adjetivo de aborregados. Aunque mi memoria literaria es imprecisa, la diferencia es importante… y de actualidad.
Puedo suponer que sólo una parte infinitesimal de los datos que circulan por las redes contiene algún valor como información, pero que sólo una minúscula fracción de esta corresponderá a los objetivos de seguridad que se esgrimen como argumento. Hasta llego a imaginar el difícil dlema ético/mercantil/patriótico de los directivos de las empresas que han colaborado con los vigilantes. El escándalo pasará, ya vendrán otros, pero dejará un poso – salvando las distancias con el siglo de Orwell y Huxley – en la actitud de la gente.
No me refiero a los apasionados por las redes sociales ni al uso desaforado del whatsapp, incluso en sus manifestaciones más bobas. Estoy pensando en la adopción facilona que hacemos de eslóganes y tópicos, en los refritos dictados por el marketing, que los periodistas tendemos a reproducir acríticamente. Un ejemplo al pasar: ¿Alguien ha reparado en que al usar y abusar del fetiche del ´emprendedor´ – bonito tema para otro día – está presentando un embeleco como (falsa) panacea contra la destrucción del empleo y de otros ´valores` de nuestra sociedad. Por mimetismo, me temo. Hace cosa de un mes me apunté a un grupo de discusión sobre uno de los temas que trato habitualmente, y desde entonces me he encontrado con que no hay tal debate: es sólo un tablón de anuncios, sólo que en lugar de difundirlos las empresas lo hacen por ellas sus empleados a titulo individual. ¿Sirve de algo?
Por cierto, de los comentarios que he recibido a propósito de mi post sobre Big Data, he escogido dos que quisiera compartir con el resto de los lectores. Uno avisa amistosamente «¡cuidate de morder la mano que nos da de comer!» (sic), pero el otro tranquiliza: «me ha gustado y agradezco tu comedido atrevimiento con un asunto que para muchos de nosotros es simplemente un mensaje que transmitir».