Sería raro que un empleado de Oracle pudiera recitar el vasto catálogo de sus productos, pero si hay uno por el que es conocida universalmente la compañía es su base de datos, que va por la versión 12c, anunciada en junio del 2013. Pero la tradición no puede estar reñida con la evolución, así que ahora que todo el mundo apuesta por la nube, Larry Ellison ha promulgado una nueva doctrina: vender la base de datos como un servicio, apoderándose del predecible acrónimo DBaaS (Database as a Service). El fundador (ahora chairman y CTO) proclama enfáticamente: «las bases de datos son nuestro principal negocio de software y las bases de datos serán nuestro principal negocio cloud«.
Un servicio de database en la nube se justifica por poner a disposición sus capacidades cuando y dónde sean necesarias: el usuario puede acceder a una parte o, probablemente, a una instancia dedicada. Y tiene la posibilidad de ofrecerlas en modo servicio a sus usuarios internos. Esta definición genérica diría poco si no aportara una ventaja de coste, medida en todas sus variables.
Graeme Kerr, head of engineered solutions de Oracle, visitó España para participar en una conferencia sobre infraestructura para la nube privada. Su mensaje: «nuestra DBaaS permite mejorar en agilidad, coste y riesgo, eliminando la frustración de muchos clientes al implementar aplicaciones que ayudan a cambiar su modelo de negocio». Según Kerr, operaciones que suelen llevar entre cuatro y nueve meses, gracias a la solución de Oracle pueden completarse en menos de una semana.
Convencionalmente, las empresas usan sistemas de gestión de bases de datos sobre servidores y equipos de almacenamiento en sus propios datacenter, para ejecutar misiones críticas, y estas van a seguir fieles a esa pauta on-premise, ya que responden a necesidades vitales de las organizaciones. Pero en estas puede haber cientos (o miles) de bases de datos que podrían ser explotadas en modo servicio para aprovechar las eficiencias que aporta la nube: desarrollo y testeo de nuevas aplicaciones, u operaciones de baja criticidad, son los ejemplos más obvios. El modelo DBaaS, junto con la virtualización, puede reducir drásticamente los costes al gestionar un alto número de bases de datos en un número reducido de servidores.
En este punto, los portavoces de la compañía se explayan sobre las virtudes de Oracle 12c, que incorpora una nueva arquitectura Multitenant con el fin de multiplicar el número de bases de datos que pueden correr en una misma máquina. Se puede así crear databases pluggables en una sola que cumple el papel de contenedor: las tareas más comunes del administrador (parcheado, actualización y backup) se hacen en el nivel del contenedor.
Esta característica corrige uno de los problemas clásicos que enfrentan los administradores: cuantas más bases de datos tienen a su cargo, más instancias deben atender y, por tanto, su gestión se hace más intensiva en personal. He aquí, según Kerr, otra ventaja: el recorte de costes laborales al haber menos bases de datos que manejar: la herramienta Enterprise Manager 12c, en conjunción con el modo Multitenant, facilita la monitorización y ajuste en menos tiempo.
Las consecuencias de la introducción del nuevo modelo son varias, tal como las explicó Kerr en la conferencia de Madrid. El primer supuesto es que las organizaciones pasarán de administrar una colección de silos – cada uno con sus tareas asignadas – a ganar en flexibilidad y agilidad. Por otro lado, el provisionamiento es más rápido, al mismo tiempo que refuerza la gestión centralizada.
Muchas empresas – se dijo durante la sesión – siguen adelante con la virtualización de servidores para montar sus bases de datos. A juicio de Manuel Vidal, director de preventa de sistemas de Oracle Ibérica, esto no hace más que cambiar el adjetivo del problema: «la dispersión pasa de ser algo físico a algo virtual, y los clientes se están dando cuenta de ello». El éxito de la virtualización – sugirió Vidal – ha desembocado en bajas tasas de utilización.
Puso Vidal como ejemplo un cliente, al que obviamente no nombró, que pasó de 700 servidores físicos a 16 virtualizados, y seis años después se encontró con una acumulación de 10.000 servidores virtuales. «La propuesta de Oracle fue montar uno de nuestros servidores virtuales y consolidar 200 en uno físico en el que integrar todas las bases de datos». Según sus palabras, las ratios de eficiencia permiten pasar de 200 máquinas x86 a cuatro Exadata.
Hay razones estratégicas que explican el esfuerzo argumental en torno a DBaaS. En una época de fragmentación del mercado de bases de datos – en el que Oracle ha gozado durante décadas de la condición de cómodo líder – la proliferación de competidores, desde SAP con su tecnología in-memory a los que basan su oferta en NoSQL – podría socavar la adopción de Oracle 12c, restringiéndola a la capa superior del mercado. La oferta DBaaS se puede aplicar en nubes privadas, híbridas o públicas, sin necesidad de una gran inversión, con 3 servidores x85 valdría para empezar, según Vidal.
Explicó Miguel Salgado, director de la unidad de negocio de sistemas de la filial ibérica de Oracle, que son muchas las situaciones en las que DBaaS es la opción más conveniente; desde un cliente que no quiere gastarse el dinero en una base de datos pero la necesita para un proyecto, hasta el caso de una cloud privada en la que el cliente tiene muchas bases de datos y requiere una racionalización. «Que le pregunten a la competencia si puede tener lista una DBaaS como la de Oracle, capaz de estar a pleno rendimiento después de que una sola persona la configure en cinco dias».
Lanzado a contar ventajas, Salgado aseguró que los clientes se enfrentan como el gran problema de sus CPD al coste de almacenar sus datos, más alto que el de su procesamiento. La motivación principal sería, entonces, que el volumen de los datos crece demasiado, y esto hace que crezca también el número de instancias. La nube es la gran innovaciòn de los últimos tiempos – insistió – pero las empresas tienen mucho legado acumulado, que tiene que seguir funcionando. Y ahí estará Oracle.
Esta argumentación ya fue expuesta por la primera linea directiva de Oracle en el último OpenWorld. Mark Hurd, a quien Ellison ha investido como co-CEO de la compañía, señaló que la transición a la nube, todavía en fase temprana, «nos está facilitando una ratio anualizada de ingresos de unos 2.000 millones de dólares». Lo cierto es que los ingresos generados por las ventas de software y cloud crecen al ritmo del 6%, pero aunque lejos de la cantidad pregonada por Hurd, dentro de ese agregado destacan las categorías SaaS y PaaS con un 31%, y en menor escala la de IaaS crece un 25%.
Por su lado, Safra Catz, que ya no luce el título de CFO sino el de co-CEO, pero reteniendo la función, abordó otro ángulo de la cuestión: «los clientes han comenzado a moverse desde sistemas on-premise al modelo cloud, pero no hemos apreciado una reducción de nuestros ingresos de soporte, que mantienen sus niveles habituales […] Sin embargo, esperamos que la transición hacia el modelo cloud afecte positivamente nuestros ingresos». Esta ecuación exige de Oracle – como del resto de la industria del software – una adecuación delicada: los clientes reemplazan sus costes de soporte por una suscripción que, en algún momento, debería incrementar los ingresos totales.
[informe de Arantxa Herranz]
.