Esta semana se cumplen once años de la constitución formal de una empresa llamada Google Inc, registrada en California el 4 de septiembre de 1998. Cuando la burbuja de las puntocom estalló, quince meses después, la empresa estaba en su infancia pero crecía alimentada por la ingenuidad de sus vecinos de Yahoo!, por entonces el mayor portal de Internet, que decidieron confiarle su buscador, conscientes de que Google tenía mejor tecnología. El cumpleaños coincide, en pocas semanas de diferencia, con el quinto aniversario de la salida a bolsa. Durante este tiempo, las comparaciones con Microsoft han sido constantes; ¿qué hay de serio en ellas?
En los últimos cuatro trimestres, los ingresos de Google han sumado 19.600 millones de dólares, la tercera parte que los de su némesis, pero ha de tenerse en cuenta que a los diez años de edad (hoy tiene 33) Microsoft facturaba 140 millones. Nadie se atrevería a pronosticar qué será de Google en 2032. Si se consideran los beneficios, las respectivas proporciones se mantienen, pero mientras la capitalización de Google es ahora de 142.000 millones, la de Microsoft no llega al doble: 241.000 millones. De hecho, sólo tres empresas del sector gozan de mayor valoración: Microsoft, IBM y Apple. La dimensión en la que se centra la atención es, lógicamente, la que respecta a sus buscadores: el de Google hace unas 49.000 millones de búsquedas mensuales (65 millones por hora) muy por delante de los 2.300 millones de Bing (3,1 millones por hora).
El interés por la trayectoria económica de Google se inicia, en realidad, con su salida a bolsa, el 19 de agosto de 2004, que sus fundadores eligieron hacer mediante un inusual en Wall Street, la llamada ´subasta holandesa´. El precio inicial fue fijado en 85 dólares por acción, y al cierre de la primera sesión había subido a 100, un éxito moderado para aquella época eufórica. El escepticismo rodeaba Google, como se demuestra con esta frase editorial del New York Times: “el tiempo dirá si esta pequeña compañía será capaz de resistir los esfuerzos de Yahoo! y Microsoft por construir buscadores de mejor calidad”.
Los 27.0000 millones de valoración inicial parecían fruto de un entusiasmo pasajero. Años después, el 7 de noviembre de 2007, con la cotización en su punto más alto, 747,24 dólares, el mismo periódico se enmendaba preguntando cuánto tardaría Google en cruzar el listón de los 1.000 dólares por acción. Pues en lugar de subir, la cotización se derrumbó al año siguiente, tocando fondo – también en noviembre – a 247,30 dólares, en los comienzos de la crisis actual. Ayer, último día de agosto, cotizaba a 453 dólares y en alza. No es un récord, pero la acción de Google es vista hoy como un valor refugio.