6/01/2010

NexusOne: más preguntas que respuestas

Con una veintena de modelos de smartphones en el mercado, todos basados en el sistema operativo Android, es lógico preguntarse por qué Google tenía necesidad de alborotar el ambiente lanzando otro basado en su propia marca. Hay hipótesis para todos los gustos, unas benévolas y otras suspicaces. Pero todas coinciden en al menos un punto: Google mete pistón a su sobrevenida confrontación con Apple; sin embargo, también hay consenso en que el Nexus One no es el mítico ´iPhone killer´ que muchos esperan con fruición. De paso, Google ha desmentido a quienes se habían apresurado a bautizar la novedad con el poco ingenioso nombre de gPhone. Hay mucho que matizar.

nexusoneEl Nexus One, diseñado y facturado por HTC – que ya participó en el primer prototipo de Android – no es ni más ni menos innovador que otros basados en el mismo sistema operativo. La innovación, si acaso, está en que utiliza la versión 2.1, la misma que Motorola ha adoptado para el modelo que en Estados Unidos se vende como Droid y en Europa se venderá como Milestone. Claro está que, al emplear el apelativo One, la compañía californiana ya está avisando que es el primero de una serie, e incluso es posible que otros fabricantes sean llamados a colaborar en los modelos que vendrán nadie acierta a decir cuándo.

La sorpresa del lanzamiento no está, pues, en el hardware ni en el software, sino en el método que Google ha escogido para su venta directa al consumidor, exclusivamente a través de una página web. No está previsto, ni tampoco excluido, que en el futuro pueda venderse en ciertas tiendas o a través del circuito habitual de los operadores, cuando llegue a los mercados europeos, pero esto ya sería otra sorpresa distinta.

A la vista de esta decisión, el papel que Google reserva a los operadores es acoger a los compradores de un Nexus One y darles servicio a través de sus redes. No se han revelado la contraprestación acordada con Vodafone, que pero será interesante saber quién subvencionará a quién. La fórmula, insólita en el sector, responde al nombre de Managed Device Platform (MDP), y encaja con el (supuesto) propósito de Google de controlar una masa crítica de usuarios suficiente, sumando los suyos ¿y los de otros Android? para que la publicidad en los móviles le permita, ulteriormente, rebajar el precio del móvil incluso hasta la gratuidad.

Conforme a lo previsible, la aparición del Nexus One ha provocado alguna mueca entre otros fabricantes; pero, al menos, ahora saben a qué atenerse en cuanto a las intenciones de Google. También Apple tendrá que definir las características de su próximo iPhone, puesto que tiene un nuevo rival con el que compararse.

Pero lo más sugerente de la noticia es la posición en la que coloca a los operadores, sometidos al dilema de perseverar en su modelo de negocio o colaborar con Google bajo otra u otras fórmulas. Como es bien sabido, desde los inicios de la telefonía móvil, los operadores han llevado las riendas del mercado, gracias a su control sobre la base de abonados, puesto que son ellas quienes facturan por el consumo, y han implantado como modelo la subvención del precio al usuario final, a cambio de su fidelidad. Durante muchos años, esta ha sido la fórmula dominante, lo que puede juzgarse por el hecho de que en España el mercado libre representa no más del 7% del total de unidades vendidas.

El advenimiento de Internet en los móviles, que empezó con la introducción de la banda ancha HSDPA, – abrió otra fuente potencial de ingresos, el pago por servicios y contenidos, en el cercado de los operadores dueños de las redes. A partir del 2007, Apple vino a precipitar un giro en ese esquema. La revolución del iPhone puede resumirse en esto: el poderoso atractivo de su marca excede el influjo de cualquier operador, y le ha permitido la exigencia de compartir ese flujo adicional de ingresos. Los que al principio se negaron – Vodafone, Deutsche Telekom y China Mobile, los casos más notorios – luego se arrepintieron. Google, que ya contemplaba entrar también en este negocio, tomó buena nota de que era factible apretar las clavijas a los operadores, naturalmente reacios a actuar meramente como transportistas de señal, una deserción forzosa del papel de proveedores de servicios y contenidos.

Esto plantea un problema que en unos países es más grave que en otros. El tráfico de música e imágenes, y el auge de las redes sociales ponen en tensión la capacidad de las infraestructuras. Más pronto o más tarde, los operadores tendrán que invertir para que el servicio no se degrade. ¿Están dispuestos a hacerlo para que otro se lleve el gato al agua? No, si pueden contrarrestarlo.

Pero también Google tiene problemas que resolver. El primero, su inexperiencia en la venta online, porque una cosa es vender mercancías virtuales y otra montar la logística de distribución de bienes físicos y el servicio posventa al cliente. Y luego está el problema, nada secundario, del pago: sólo acepta su propio sistema Checkout, muy minoritario frente a las tarjetas de crédito que prefieren los consumidores y el resto de las tiendas online.


Escandallo

En Estados Unidos, el precio de venta del Nexus One ha sido fijado en 529 dólares desbloqueado y 179 dólares si el usuario firma un contrato de dos años con T-Mobile, que por ahora es el único operador que ha llegado a un acuerdo con en ese mercado. Según los términos contractuales, la cancelación anticipada del contrato por el usuario sufrirá una penalización de 350 dólares (algo más que la diferencia entre ambos precios), cuantía que se desglosa en dos capítulos: ERF (Equipment Recovery Fee) como reembolso a Google, y ETF (Early Termination Fee) que recaudará el operador. Se desconoce cuáles serán las condiciones de venta en Europa, donde la legislación aplicable es diferente.

Tras el lanzamiento, la consultora iSuppli se ha puesto a la tarea de calcular los costes del Nexus One y ha llegado a la conclusión de que la suma de los materiales empleados en su facturación es de 174,15 dólares. Además del dato conocido de que lleva un procesador Snapdragon, de Qualcomm, de 1 GHz, el despiece físico del dispositivo ha permitido saber que contiene 4Gb de memoria NAND flash suministrada por Samsung. El componente más caro es el procesador, cuyo coste se calcula en 30,50 dólares, seguido por la pantalla AMOLED de Samsung de 3,7 pulgadas (23,50 dólares) y la memoria (20,40 dólares). Sumando el sistema táctil capacitivo de Synaptics, al que se atribuyen otros 17,50 dólares, los cuatro componentes principales representan el 52% del coste total. Según los cálculos de iSuppli, la factura de materiales del Nexus One sería algo inferior a la del modelo Droid de Motorola que Motorola lanzará en Europa bajo la marca Milestone.


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