24/05/2024

Microsoft se hace un traje a medida, sin OpenAI

Si de alguien se esperaba que moviera ficha, era Microsoft. Nadie duda de su identificación con la inteligencia artificial generativa, pero en lo tocante al llamado AI PC no se conocía su estrategia, quizá porque – hiciera lo que hiciera – afectaría el futuro de Windows y esto son palabras mayores para la compañía. Hasta ahora, todos los pronunciamientos han venido de las marcas fabricantes, aunque con una concepción genérica, escasa de consistencia. La iniciativa Copilot+PC, desvelada por Satya Nadella en un evento restringido, aborda el asunto. El asistente de inteligencia artificial de Microsoft, reforzado con GPT-4o, llegará este año a los clientes corporativos.

Satya Nadella

Puede decirse que es la buena noticia. La no tan buena es que, para procesar esas cargas de trabajo  habrá necesidad de nuevo hardware, cuestión que complica la visión un tanto banal de la IA generativa y sus cualidades. Durante un evento en su campus de Redmond, Microsoft mostró los primeros PC dotados con el estándar Copilot+. Todos llevan dos procesadores que han sido diseñados expresamente para tratar con la inteligencia artificial generativa. Cuentan con una NPU (Neural Processing Unit)  fabricado por Qualcomm que sirve como acelerador de la IA y un segundo módulon optimizado para proteger datos sensibles, como las claves de cifrado de los archivos. Hay que tener en cuenta que la gran novedad que traen estos ordenadores “inteligentes” es su capacidad para procesar las consultas dirigidas a Copilot+ con recursos locales.

Es una advertencia contra el pensamiento que empareja la GenAI con la nube como si entre ambas hubiera simbiosis. Esto podría ser cierto para el cómputo de grandes volúmenes de datos, pero no garantiza a las empresas la confidencialidad, ya que su información viaja por los servidores – vulnerables – de centros de datos. Que estos permanezcan a escala local es un indicador de seguridad y, por razones evidentes, es la fórmula preferida por los fabricantes de PC, que confían en la IA.

El movimiento de Microsoft va más allá de un mero empaquetamiento de lo precedente. Copilot+ se compone de más de 40 algoritmos, de los que algunos son modelos pequeños desarrollados por la compañía es su búsqueda de eficiencia, o modelos de difusión – concebidos para generar una variedad de contenido digital, añadiendo “ruido” a los datos – y corregirlos después de haber dado con el resultado y redes neuronales optimizadas para tareas de generación de imágenes. Con todo ello, ofrece a los usuarios dos funciones principales: Recall, para buscar información entre documentos, aplicaciones y páginas web y Cocreator, para tareas de producción y edición de imágenes.

En el anuncio de Nadella se atisba una voluntad de despegarse de la alianza con OpenAI. Un propósito lateral sería marcar distancias con las veleidades de Sam Altman, tan pródigo en declaraciones pomposas como en su apoyo a otros proyectos. Cierto es que estas facetas de la startup se rebajó después de aquella tumultuosa semana, a finales de 2023, cuando sus colegas lo despidieron del cargo para reintegrarlo a los pocos días. Una escena incómoda para Microsoft, que en el anuncio de la semana pasada apenas ha mencionado a OpenAI. Aunque sí ha dicho que la nueva versión de su asistente personal contará con el flamante GPT-4o, que trae mejoras en procesamiento multimodal y en eficiencia.

La compañía quiere imprimir el ritmo que le conviene, eludiendo todo rasgo de dependencia. Tiene en desarrollo su propio modelo, MAI-1. No lo ha anunciado, por lo que se desconocen detalles y un interrogante: ¿por qué hacerlo internamente desde cero, cuando ha invertido en la startup francesa Mistral? Hipótesis: prefiere ser cautelosa en el juego de sus acuerdos externos sobre IA, para evitar reacciones negativas por parte de los reguladores.

MAI-1 nacerá apadrinado por Mustafá Suleyman, quien fue cofundador de DeepMind y se marchó para fundar Inflection AI, startup que ha vendido los derechos de propiedad intelectual a Microsoft por 650 millones de dólares, en un acuerdo que le traspasaba buena parte de su personal. No es para nada una casualidad que Suleyman se incorporase al cuadro directivo de Microsoft para liderar sus esfuerzos en IA al margen del trato firmado con Altman.

En cuanto a la estrategia de mercado, el anuncio de Copilot+ indica que Microsoft pretende usar la IA para vertebrar su oferta de servicios a todos los niveles. La ha introducido para impulsar Azure frente a AWS y Google Cloud y oficiosamente deja caer que le sería útil si en un futuro cercano decidiera competir con el buscador de Google. Y, de paso, se asegura el dominio de Windows y su próxima versión, que no estará lejana.

La iniciativa Copilot+ se presenta abrazada por las principales marcas de PC, entre ellos HP, Dell y Samsung. Todos dicen que van a desarrollar ordenadores con el esquema planteado por Microsofr, que también va a lanzar dos dispositivos propios de la línea Surface. Algunos analistas apuntan que esta combinación de IA y un hardware específico para su ejecución podría anticipar un nuevo ciclo de ventas de dispositivos.

Al hilo de lo anterior, Microsoft ha tomado otra iniciativa curiosa: se ha apresurado a presentar una nueva tecla destinada a activar Copilot+ sin pasos intermedios. Sería la primera vez desde que 1994 introdujo el acceso directo para el botón de Windows. Parece decidida, entonces, la tendencia a integrar la IA en la próxima generación de ordenadores personales. OpenAI, conocedora de esa intención, ha adelantado una aplicación de escritorio de ChatGPT para ordenadores Mac.

En su anuncio público, Microsoft también destacó los avances en el desarrollo de su propio chip, Azure Cobalt 100. No se compondrá de la tecnología más puntera, pero es un inicio para competir con sus rivales por un mercado cloud que exige cada vez más eficiencias. Un reflejo de lo que puede ocurrir en el segmento de los PC, puesto que los requisitos que impone la compañía dirigida por Nadella para los ordenadores con Pilot+ son férreos: necesitan una NPU con rendimiento de 40 billones de operaciones por segundo (TOPS), una medida que se ha establecido como estándar de facto para calibrar hasta dónde pueden llegar estos procesadores. En este momento, sólo lo cumple el Snapdragon X Elite, de Qualcomm.

Esto podría provocar temblores en el mercado de semiconductores y en el de ordenadores que integren Copilo+. Plantea un serio dilema a Intel y AMD: ninguno de los chips de última generación se acerca a este requisito. Desde luego, tienen planes para atrapar al X Elite, pero todo apunta a que la integración de la IA en los PC removerá viejos criterios de la industria, con hondas repercusiones económicas.


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