22/09/2010

Microsoft reaviva la llama de Explorer

Chrome no es la primera amenaza para Explorer (estadísticamente, lo es Firefox), pero Google sí es el gran enemigo de Microsoft. Ahí está la clave de la salida de la versión beta de Internet Explorer 9, hace hoy una semana. IE9 es una puesta al día, una reescritura del “estado del arte” en materia de browsers: en unos aspectos se equipara con los avances previos de sus rivales, y en otros da un enérgico salto adelante para superarlos…hasta la próxima. A Microsoft le preocupa menos Firefox que Chrome, porque su navegador no deja de ser un blindaje para que los usuarios no se aparten de Windows el día en que Google cumpla su promesa de lanzar su sistema operativo.

Oficialmente, Google no ha comentado el movimiento de su competidor, pero ha dejado entrever entre sus afines que todo lo que falte a Chrome para estar en paridad con el nuevo IE9, será incorporado en la próxima edición de Chrome, desembarco que está previsto para “los próximos meses”. De modo que la carrera volvería a igualarse.

La principal novedad de IE9, la que más afecta a las comparaciones, consiste en que acelera la navegación por los sitios web de alto componente visual – que son cada vez más – gracias al truco de desplazar la parte sustancial de las tareas que hoy ejecuta la CPU al procesador gráfico GPU. Esto recorta el tiempo que tarda el navegador en acceder a la página. Y como el procesador gráfico está siendo mimado por la industria de semiconductores, queda claro que la tendencia va por ahí. Los equipos de desarrollo de Firefox y de Chrome trabajan en la línea de la aceleración como modo de multiplicar el rendimiento. ¿Acaso no es lo que reclaman los usuarios?

Hay otros actores nada secundarios a los que Microsoft quiere cortejar con IE9, los desarrolladores de la web. Cuenta Matt Rosoff, especialista de Directions on Microsoft, que le han llegado comentarios de muchos desarrolladores predispuestos a probar el nuevo navegador, después de haberse desencantado con los anteriores miembros de la saga. Según Rosoff, Explorer podría recuperar a muchos que trabajan con Firefox, pero opina que Chrome sigue siendo muy popular entre los miembros de esa tribu.

Microsoft ha empaquetado numerosas novedades en su nuevo browser, empezando por un interfaz que, a simple vista, se parece más a Chrome que a IE8, gracias a un drástico rediseño de la barra de navegación, en la que se unifican el espacio de búsqueda y el de dirección, en un elemento llamado Onebox. Los favoritos ya no son un desplegable sino un conjunto de iconos en la barra de tareas, lo que no es muy distinto al concepto de widgets que abren una aplicación. Para asignar la condición de favorito al sitio que está visitando, el usuario sólo tendrá que arrastrar para que se cree un icono basado en el favicon del sitio.

Este blog no prueba productos sino que analiza empresas, estrategias y mercados. El de los navegadores, tan peculiar, presenta un perfil estadístico marcado por la declinación de Explorer a lo largo de los años. El pasado agosto, su cuota mundial era del 51,4%, diecisiete puntos menos que hace dos años y siete puntos menos que hace un año. Muy lejos del pico de 2001, cuando IE6 tuvo el mundo en sus manos con más del 90%. En Europa, el porcentaje es claramente inferior (42,0%), no así en España donde tiene una cuota del 53,0%, según StatCounter.

Paso a paso, los competidores le han ido comiendo terreno, y Microsoft les facilitó mucho las cosas con sus errores. IE7 fue un fracaso de crítica y público que, en paralelo al de Windows Vista, sólo consiguió prolongar la vida ¿útil? de IE6, especialmente dentro de las empresas (con nueve años de antigüedad, aún retiene el 8% mundial). Aunque muy superior en prestaciones, IE8 no consiguió detener la caída. Por todo lo anterior, el objetivo de IE9 es triple: 1) ganar compatibilidad con las tecnologías y estándares web más modernos, 2) frenar a los competidores o, en lo posible, recuperar cuota, y 3) arropar a Windows 7, sin menoscabo de las opciones del usuario.

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