El interés de los conductores por la emergente ola de tecnologías para el coche condicionará la demanda de vehículos, según un estudio que acaba de publicar Accenture. Llega a la conclusión de que, a la hora de elegir un coche nuevo, las opciones tecnológicas que ofrece cuentan dos veces más que las prestaciones, actitud que fortalece el optimismo en el coche conectado, uno de los fenómenos de este año, como pudo verse en enero en el CES de Las Vegas, y en febrero en el Mobile World Congress de Barcelona. La continua presencia de imaginería tecnológica en las campañas publicitarias es un elemento básico para comprender cómo el atributo de la conexión influye en la decisión de compra.
El estudio presenta resultados globales, y en España Accenture ha tenido la cooperación de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), que agrupa al 87% del mercado y al 100% de los fabricantes españoles. La disponibilidad de servicios digitales – entiende el sector – revolucionará la forma de relacionarse con los clientes, y generará nuevas fuentes de ingresos más allá de las tradicionales derivadas de la venta, postventa, financiación y seguros. Por parte de la demanda, el 65% de los conductores antepone la tecnología al rendimiento, corrobora una encuesta.
Esta evolución significa que, para los fabricantes, la orientación hacia la experiencia del cliente aportará las principales ventajas competitivas. El consumidor reclama una mayor personalización y adaptación a sus necesidades individuales, tanto en el vehículo como en los servicios que le ofrecen la industria y los concesionarios. Las marcas que aspiren a estar en un plano de liderazgo, tendrán que centrarse en sus clientes, buscando mejores formas de interacción, y esto pasa necesariamente por la tecnología.
El sector de automoción se asoma a una «revolución self-service«, usando la terminología del estudio, las empresas, que Accenture cataloga como de alto rendimiento, deberán ofrecer soluciones que permitan a sus clientes usar e integrar sus propios dispositivos (smartphones y tabletas), acceder a aplicaciones, etc en y desde sus vehículos.
El informe de Accenture refleja las opiniones de 14.000 conductores en doce países (Alemania, Brasil, China, Corea del Sur, España, Estados Unidos, Francia, Indonesia, Italia, Malasia, Reino Unido y Sudáfrica) que los autores consideran una representación global equilibrada.
El objetivo genérico del estudio es examinar el uso actual de las tecnologías relacionadas con el vehículo conectado y las expectativas de futuro de los usuarios. La encuesta internacional los interroga acerca de servicios de navegación e información del tráfico, sistemas de conducción autónoma, entretenimiento, herramientas de trabajo y aprendizaje, seguridad, monitorización (tipo caja negra) y servicios específicos para pasajeros.
Un aspecto que abre perspectivas a los fabricantes de dispositivos móviles es este: el 61% de los consultores consultados (el 59% en España) declaran que para ellos es esencial o muy importante que el sistema operativo que gobierne la conexión de su coche sea el mismo que el de su smartphone o tableta. Apple y Google han tomado nota por anticipado de esta opinión.
Para los conductores españoles consultados, la posibilidad de operar con un smartphone mediante controles situados en el volante (63%), disponer de música en streaming (64%), navegar por Internet en la pantalla del coche (59%) y que se pueda leer y dictar correo electrónico (52%), a condición de no perturbar la conducción (52%) son las oportunidades más apetecibles.
Con respecto a los sistemas de soporte más demandados, la muestra hispana se decanta por los dispositivos de visión nocturna (71%), avisos de cambio de carril (66%) y alertas de riesgo de colisión (62%). Más de la mitad de los conductores en España reconoce usar o querer utilizar los llamados servicios remotos, que informan del estado y gestión del ciclo de vida del vehículo. Asegura Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de la patronal Anfac: «los consumidores desean que el vehículo sea una prolongación de sus dispositivos móviles; se calcula que para el año 2020, nueve de cada diez coches en circulación tendrá implementada alguna función de conectividad».
Cuando se les pregunta por el uso general de servicios del coche conectado, los conductores españoles están entre los que puntúan la tecnología por encima del rendimiento: son los más dispuestos a mejorar la experiencia de conduccion y a reducir las distracciones al volante. También son los más interesados en disponer de un servicio de llamadas automáticas de emergencia y de alertas por cambio de carril.
Sigue vigente el debate sobre el futuro y la seguridad de los vehículos sin conductor: el 90% de los encuestados se declara interesado en diversas opciones de conducción autónoma. En opinión de Accenture, esta demanda estimulará a los fabricantes y a las autoridades reguladoras a prestar atención a los problemas que actualmente frenan esa tecnología.
Claro está que una de las oportunidades para la industria se encuentra en los informes de mantenimiento y ciclo de vida. Los fabricantes que mejor respondan a esa apetencia de los conductores, podrán generar ingresos por la optimización en el suministro de repuestos y servicios de atención preventiva. Sólo el 13% utiliza esos informes, pero el porcentaje de los que tienen previsto empezar a usarlos pronto se eleva al 39% y al 37% respectivamente.
La capacidad de extraer datos de los vehículos y de analizarlos, hará posible la aparición de nuevos servicios de empresa a empresa (B2B) y de empresa a consumidor (B2C). Los datos podrían ayudar a los fabricantes a mejorar sus procesos técnicos, reducir los costes de garantía y fortalecer su relación con los concesionarios. facilitando la gestión de inventarios de repuestos. También facilitarían la oferta de servicios B2C con valor añadido: diagnóstico, control de conducción, asistencia, etc, que podrían ofrecerse a través del cuadro de instrumentos, de un smartphone o de una tableta.
El análisis de las respuestas por países arroja resultados interesantes sobre las tendencias que la industria deberá tener en cuenta. Así, por ejemplo, los conductores de China, Brasil, Indonesia y Malasia muestran el mayor interés por las tecnologías disponibles de vehículos conectados, cuyo uso está más extendido en los mercados maduros.
Interrogados sobre las opciones de pago por servicios asociados al coche conectado, los conductores alemanes fueron los más predispuestos a que se financien con publicidad, pero son los menos entusiastas a pagar por el acceso a noticias, información deportiva o meteorológica en tiempo real. Curiosamente, Alemania muestra la tasa más baja de interés por los servicios de mantenimiento.
En conjunto, la muestra brasileña da más importancia a la tecnología sobre las prestaciones del motor, como criterio de decisión de compra. Y también son los brasileños los más dispuestos a pagar una tarifa mensual por los citados servicios, destacando su interés por la conexión a las redes sociales, sistemas para leer y dictar correos y para la comunicación con otros ocupantes del habitáculo.
No es una sorpresa que los conductores chinos superen a los de otros países en su actitud hacia la tecnología y los servicios digitales. En cuanto a los coreanos, su foco está en la información de tráfico o la búsqueda de puntos de interés; son los que con más frecuencia dicen usar «cajas negras» para monitorizar su conducción y así reducir las primas de seguro.
Subraya el estudio que los conductores estadounidenses son los menos interesados en servicios de navegación con conexión o los de mail y calendario. La representación francesa expresa el deseo de contar con avisos sobre la fatiga del conductor, lo que resulta coherente con su falta de ganas de usar las redes sociales en tiempo real, o incluso por los juegos e infoentretenimiento. En contraposición, sus homólogos indonesios son los más partidarios de disfrutar de esas opciones; también se declaran más dispuestos a pagar por ellas.
Como en materia de gustos no hay nada escrito, los conductores italianos desearían que los pasajeros dispusieran de un sistema para detener el vehículo en caso de indisposición del conductor. Por su parte, los de Malasia prefieren la detección automática de aparcamiento.
Una singularidad británica es que sus conductores son los únicos que dan más importancia a las prestaciones del motor que a la tecnología a la hora de comprar un coche nuevo. En la lejana Sudáfrica se encuentra un mayor interés por los sistemas de seguridad y los servicios de seguimiento.
En definitiva, el coche del futuro presenta un cúmulo de posibilidades. Los responsables de este área de Accenture – manifiesta José Luis Sancho, director en la filial española – prevén una rápida expansión de nuevas estrategias, tecnologías y procesos digitales. Como corolario, la industria está abocada a innovar y ser más competitiva para llegar a una clientela que ha despertado al mundo digital.
[informe de Lola Sánchez]