Esta entrevista forma parte de un proyecto periodístico más amplio: componer un mosaico de actitudes ante los cambios que en los dos últimos años ha introducido Microsoft en su relación con el mercado, al convertirse a la nueva fe en “la nube” pero sin apostatar de las licencias. Es un tránsito complejo, con movidas internas y externas. Tiempo atrás, el entrevistado fue Juan José Amor, del capítulo español de la asociación internacional de partners. Hoy toca a Jordi Griful, CEO de una empresa peculiar, que habiendo sido fundada por Microsoft, hace gala de su autonomía. Otros personajes vendrán en esta serie, porque el tema da para mucho… y va para largo.
Quisiera situar la conversación en el viraje estratégico de Microsoft. ¿Cómo se ve desde Avanade, empresa participada por Microsoft?
La pregunta suena sencilla, pero no tiene fácil respuesta. Cuando hablamos de Microsoft, estamos hablando de un amplísimo espectro de tecnología (y de no tecnología). Por otra parte, suponer que Avanade es un peón de la estrategia de Microsoft, no nos hace justicia. Somos una empresa de ámbito global de servicios informáticos, cuyo papel es dar servicio a clientes globales que tienen la necesidad imperiosa de aplicar soluciones tecnológicas a sus problemas de negocio. En los diez años que llevamos en España, hemos aprendido mucho, y hemos vivido la evolución del mundo Microsoft; otras empresas no están especializadas al 100 por 100 en productos de Microsoft, y nosotros sí.
Es una diferenciación […]
Exacto, y la segunda es la creación de valor. Microsoft crea tecnología, productos, pero su red de partners se diferencia según quién da más valor a esos productos.
¿Son clientes globales que están en España?
Básicamente, trabajamos con la gran empresa española y las multinacionales que están presentes en Europa y América Latina. Ahora estamos viendo un período de fusiones, absorciones y adquisiciones, en el que las empresas españolas, de distintos sectores, tienen una presencia importante. Pero, al mismo tiempo, hay multinacionales extranjeras que están entrando, o tienen interés en entrar en España como parte de su concepto global del negocio.
¿Pero dónde se presta el servicio?
Podemos dar servicio en diferentes países, en unos entornos tecnológicos en los que podemos añadir valor. Si estamos cambiando el puesto de trabajo, no va a ser diferente en Brasil que en España o en Europa, pero tener una misma visión puede dar a ese cliente, a esa cuenta global, una solución homogénea.
¿Ha sido así desde el comienzo?
Lo he vivido. Soy el primer empleado de Avanade en Europa. La empresa se creó en abril del 2000, y yo me incorporé estando en Estados Unidos, en mayo o junio. Diez años no parecen muchos, ¿verdad? Todos conocíamos a Microsoft por la ofimática, y nadie la imaginaba en los sistemas de gestión crítica del negocio de empresas financieras o de telecomunicaciones. Lo más avanzado que había en Microsoft hace diez años era .NET y Windows 2000. No hace falta decir que eso ha cambiado mucho: movilidad, la nube, virtualización, business intelligence, todo el espectro tecnológico que ha surgido en este tiempo.
¿Cuál es el tamaño de Avanade?
En España ya somos más de 500 personas, y mundialmente más de 11.000, creo. Estamos presentes en las capitales más importantes del mundo, pero nuestro HQ está en Seattle, lo que nos permite estar en contacto con los laboratorios de Microsoft […]
¿Esa relación implica privilegios?
Privilegios ninguno, pero sí la ventaja de estar cerca de ellos, desde el punto de vista de la formación, del trabajo en equipo. Pero competimos en el mercado con nuestros propios medios y autónomamente, si ese es el sentido de la pregunta.
Un accionista siempre tiene resortes …
Pues mire, creo que es otro de nuestros éxitos: tener como accionista a Microsoft y que no intervenga en la gestión de la compañía. Estamos ligados a la estrategia de sus productos, a sus inversiones en software y soluciones, pero tenemos autonomía para competir a nuestro aire.
Competir, ¿en qué areas?
En su nuevo programa de partners, Microsoft ha definido 28 competencias, y nosotros estamos certificados en 21. Dicho esto, nos especializamos en cuatro grandes pilares. Primero, los grandes datos: gestionamos grandes volúmenes de información en gestión, análisis, dispositivos de acceso, control de privacidad y seguridad. Segundo, la analítica y la capacidad de proceso que deriva del punto anterior: yo puedo acceder a los datos, pero ¿qué voy a hacer con ellos?, en fin… todo un mundo. El tercer pilar son los dispositivos de acceso; hemos visto hace poco en el Mobile Congress lo que se nos viene encima con la movilidad. Y en cuarto lugar, la nube: creo que estamos en los albores, pero hay empresas que ya están en ello, e implantando esas soluciones, lo que en el futuro llevará a una dinámica diferente de proyectos, a una forma diferente de pensarlos.
¿Formal o de fondo?
El cliente los va a recibir desde fuera de su casa, con lo que todo el concepto de la tecnología está sometido a un cambio radical, que todavía no podemos apreciar bien, porque venimos de una inercia anterior.[…] Creo que lo que se muere ante nuestros ojos es el servicio que no presta valor, la mano de obra que no aporta nada innovador […] al final, siempre van a encontrar alguien más barato que tú, pero eso no lleva a ninguna parte.
¿Cuál es el principal problema de la filial española?
Tenemos un problema importante de cualificación. Claro que el más grave del país es el paro, pero nosotros vemos una parcela que no es menor, la dificultad de entontrar perfiles adecuados en tecnología. El año pasado, con las grandes dificultades económicas del país y de nuestros clientes, nuestra plantilla creció en 80 personas, pero pudieron haber sido más, y mi mayor frustración ha sido no encontrar recursos adecuados y al coste adecuado para poder ofrecerles un desarrollo personal y profesional. Este es un reto que tiene el país […]
¿Qué tipo de cualificación?
De los cuatro pilares que comentaba antes, en algunos es normal que no haya gente especializada, porque son temas novedosos, en los que en el mundo hay pocos expertos y menos con experiencia. Pero en los proyectos colaborativos, debería haber en España gente que conozca esas tecnologías, y con experiencia; pues no la hay, por lo que hemos tenido que formarla. No hay muchas personas expertas en el ERP de Microsoft, porque hasta ahora ha habido un predominio de SAP en el mercado, y el 99% se ha formado exclusivamente en un producto, y le es complicado adaptarse a otro.
Lo que dice sugiere que hay algo más […]
En este mundo, nos encontramos con grandes empresas de servicios que son generalistas, que hacen un poco de todo. Pero lo que va a mandar en el futuro es la especialización, porque cuando un cliente te llama es para que resuelvas un tema concreto, especializado. Y este es el punto débil que tenemos entre oferta y demanda.
¿Pesa mucho el legado tecnológico?
Reciclar las tecnologías de los últimos 20 ó 25 años va a costar mucho, y es un punto muy importante porque si se demanda un solo perfil, y no hay gente para cubrirlo, podemos encontrarnos como en Estados Unidos o Reino Unido, que por un lado no tienen gente suficiente, y por otro sufren la competencia de la mano de obra barata asiática […] ya sé que obedece a la reducción de costes, a que hay que ser rentables, etcétera, pero engendra un problema de escasez de talento, que al final se paga.
Un banco o una fábrica de coches, tienen los mismos problemas […]
Exactamente, porque las empresas con sus sistemas de toda la vida tienen que reciclarse, hacer inversiones […] y este es el reto de la evolución: cómo adecuar sus recursos humanos a la tecnología que las desborda por todos lados, y cómo darles formación.
[…] la deslocalización ha sido muy destructiva.
Lo hemos visto en otros sectores industriales, pero puede que esté llegando a la informática, por este factor que acabo de describir.
Pero ofrece poco valor añadido.
Hasta ahora veíamos la deslocalización como mano de obra barata y, por tanto, como un factor competitivo en el precio final. Pero puede ir a más. Imaginemos que España no tiene capacidad para crear sus nubes, que no tienen por qué estar aquí; ¿quién las va a implantar, a gestionar, a externalizar? Las multinacionales a las que van a contratar, no piensan en ceñirse a un país, si pueden mandar los sistemas globales a una entidad global.
¿Qué hace Avanade en la nube?
Estamos implantando los primeros proyectos en España de multinacionales españolas con subsidiarias en Europa y América Latina. Hemos empezado con el correo, que es una herramienta fundamental de comunicación y que sirve desde el primer momento para tener una experiencia del modelo cloud. Y después, CRM […] con los que se puede experimentar y aprender, y evolucionar para asumir otros retos en el futuro.
Pensando en los clientes corporativos ¿podrán seguir mucho tiempo más con sus presupuestos de TI bajo mínimos?
Depende de la perspectiva de cada uno. Teniendo en cuenta la situación del país, todo el mundo hace presupuestos muy conservadores, pero creo que en los planes de inversión estratégica, hay dos consideraciones: la reducción de costes internos de infraestructura y la aplicación de la tecnología para aumentar la productividad y la capacidad competitiva. Si esto se justifica debidamente, no soy pesimista. Se invertirá menos en estudios, análisis y estadísticas desde el punto de vista del plan de sistemas, para privilegiar los temas estratégicos de cada compañía. Y mi impresión es que esto será bueno para los partners especializados y no tan bueno para las consultoras generalistas.
Bueno, quedó en el aire la cuestión de la herencia como un freno […]
En la industria española, hay una penetración muy grande de SAP; yo diría que donde más éxito estamos teniendo es en la integración de otras soluciones con SAP. Es hacer cosas nuevas, con tecnologías que acabas integrando en el entorno existente, llámese como se llame, sin necesidad de tirar por la borda lo que se ha construído antes. Integrar lo nuevo con lo existente, este es un problema fundamental. Con cloud computing, poco a poco se van a ir haciendo inversiones en que los sistemas evolucionen hacia la nube. Doy por seguro que dentro de diez años tendremos sistemas informáticos completamente distintos a los que tenemos ahora.